¿Realmente la cafeína deshidrata?
Claudia Hammond
Columnista, BBC Future
.

Siempre
se ha relacionado a la cafeína con el efecto diurético del café o el
té, pero estudios recientes sugieren que tal vez se deba a otras
sustancias presentes en estas bebidas.
Todos los días, alrededor del
mundo, se toman aproximadamente 1.600 millones de tazas de café: casi el
doble de lo que el planeta consume de té.
¿Por qué? Por varias razones. Una de ellas puede
ser el sabor, o simplemente su poder para ayudar a despertarse. ¿Quién
no ha visto a los aficionados al café en la mañana, buscando con
desespero una humeante taza para empezar el día con las baterías bien
cargadas?
Pero nos han dicho que tenemos que ser precavidos con las dosis.
La ciencia médica también nos ha recomendado
tomar siete u ocho vasos de agua al día para estar bien hidratados, pero
las tazas de infusiones no cuentan para cubrir esa cuota porque la
cafeína deshidrata.
Sin embargo, ¿qué evidencia existe de que eso es
así? ¿Realmente la sustancia que hace único al café tiene un fuerte
poder deshidratante?
clic
Lea: ¿Adiós al café de la mañana? Llega la cafeína en spray
Más allá de la cafeína
Aunque el café y el té contienen distintas
sustancias, las investigaciones por lo general se han enfocado en
estudiar su componente más popular: la cafeína.

Para mantenerse bien hidratado se recomienda tomar ocho vasos de agua al día, sin mezclarlos con café o té.
Sobre este tema, el estudio que se cita
repetidamente es uno que data de 1928, cuando se investigó el consumo de
cafeína con una muestra de sólo tres personas durante el curso de dos
inviernos. (1)
El proceso consistía en pedir a los
participantes que tomaran cuatro tazas de café al día, después se les
daba té y finalmente se les pedía que se abstuvieran de consumir
infusiones o se les suministraba agua con cafeína pura.
Mientras tanto, se iba midiendo el volumen de la orina a intervalos regulares.
Los investigadores concluyeron que si el ser
humano consume agua con cafeína pura, después de un período de dos meses
de abstinencia de café y té, el volumen de su orina se incrementaba en
un 50%.
En cambio, cuando tomaban café regularmente otra vez, su cuerpo se volvía resistente a los efectos diuréticos.
No es un diurético
Se sabe que grandes dosis de cafeína incrementan
el flujo de sangre hacia los riñones e inhiben la absorción de sodio,
lo cual puede explicar sus potenciales cualidades diuréticas.
Pero el mecanismo exacto de cómo ocurre este proceso todavía es materia de debate.
Por ejemplo, cuando se revisan estudios hechos
con cantidades más contundentes de cafeína, el efecto diurético no
parece ser tan claro.
Una revisión de una decena de reportes sobre el
tema realizada por Lawrence Armstrong, académico de la Universidad de
Connecticut, concluyó que la cafeína es, como máximo, un diurético
moderado, con 12 muestras de 15 que dieron como resultado que las
personas orinaban la misma cantidad sin importar si el agua que bebían
tenía cafeína o no. (2)
Entonces, ¿por qué mucha gente sigue percibiendo que debe ir al baño más seguido cuando han consumido té o café?
Tal vez, según revela el estudio, se deba a que
durante las pruebas la gente bebe agua con cafeína añadida, en lugar del
té o el café que se toman en la casa.

Estudios indican que no hay relación directa entre la cafeína pura y el volumen de orina.
Los otros ingredientes
¿Puede ser entonces que haya algo en los otros componentes del té y el café que marca la diferencia?
Esta investigación poco habitual puede dar una
buena respuesta: durante 12 horas, un grupo de personas se dedicó a
beber té y nada más que té. Otros en el grupo de control bebieron agua
hervida. La observación concluyó que, al final de las 12 horas, ambos
grupos tenían los mismos niveles de hidratación. (3)
Después se hizo el mismo proceso con gente
tomando café. Uno de los estudios dio como resultado un aumento del 41%
en la cantidad de orina, junto con un incremento en la eliminación de
sodio y potasio.
Sin embargo, esos participantes se abstuvieron
de tomar cafeína antes del estudio, lo que no nos permite saber qué es
lo que realmente pasa con las personas que están acostumbradas a tomar
café habitualmente. (4)
Un segundo estudio no halló diferencias en los
niveles de hidratación de quienes bebían agua y quienes consumían café,
lo que contradice los resultados anteriores. (5)

El consumo hogareño de café no se replica por completo en los ensayos
de agua con cafeína, dicen algunos (Foto: Beverley Goodwin/Flickr).
Luego vinieron los resultados de una
investigación más reciente, realizada por la Universidad de Birmingham
en Reino Unido y publicada en enero de este año, que no sólo midió el
volumen de la orina sino que también analizó la sangre para medir el
funcionamiento de los riñones y calculó la cantidad de agua que había en
el cuerpo de cada participante. (6)
A los participantes se les hizo beber cuatro
tazas de café por día, mucho más de lo que consume un aficionado al café
promedio. Sin embargo, no se pudo determinar que los que bebieron sólo
café estuvieran más deshidratados que los que tomaron agua.
Cabe aclarar que la investigación de la
Universidad de Birmingham fue financiada por el Centro de Información
Científica sobre el Café, cuyos miembros son compañías productoras de
café, pero su publicación se hizo en una revista especializada,
cumpliendo con el proceso de revisión de científicos que es habitual en
este tipo de trabajos. Los autores confirman que la organización
cafetera no tuvo influencia alguna en la recolección o análisis de datos
del artículo.
Entonces, aunque notemos que necesitamos ir al
baño más seguido cuando estamos tomando café, nuestro error de
percepción se debe a que estamos comparando haber tomado café con
probablemente no haber tomado nada. Si eligiera beber la misma cantidad
de agua que el café que se tomó desde la mañana, seguramente el efecto
"diurético" sería el mismo.