jueves, 13 de diciembre de 2018

NO CONFUNDAN SEXO CON AMOR


Las trampas del amor: por qué volver con tu expareja puede dañar la salud

Cuando una relación se ha convertido en una droga, la recaída se convierte en el enemigo más peligroso

Si aún eres joven, estás lleno de amor y las estadísticas no fallan, retomar una relación fallida te parecerá una opción de lo más normal; el 44% de los amantes de entre 17 y 24 años vuelven con sus exparejas y más de la mitad de los que rompen continúan teniendo una relación sexual con ellas. Las idas y venidas entre los adultos son menos habituales, y solo el 37% de las parejas que han vivido juntas, y el 23% de los matrimonios ha retomado su relación tras la ruptura. Afortunadamente.
Puedes tener suerte con la nueva aventura, pero retomar una relación fallida generalmente es una mala opción. Es la advertencia que la profesora de estudios familiares y servicios humanos de la Universidad Estatal de Kansas Amber Vennum, la que observó que casi una cuarta parte de los matrimonios tiene una segunda parte. Su trabajo advierte de que si lo dejas, lo mejor es no volver con tu ex; el pronóstico de la relación suele ser poco halagüeño.

No eres romántico, es que romper duele de verdad

Un historial prolongado de rupturas y reconciliaciones está relacionado con el aumento de trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión. Y, cuando las relaciones de pareja se convierten en un ir y venir, se disparan los niveles hormonales, se altera el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el ritmo cardíaco. Lo dice Trinidad Bernal Samper, doctora en Psicología, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid y directora de los programas de mediación de la Fundación ATYME, cuya labor se centra en la mediación.
La depresión, que no es lo mismo que la tristeza, debilita el sistema inmunológico, por lo que no es raro que las rupturas estén acompañadas de infecciones, por extraño que parezca. A veces la cosa se complica y uno mismo decide caminar hacia el abismo; adquiere hábitos nocivos como el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias.
Es comprensible querer distanciarse de la realidad, pues “la ruptura de pareja es una de las experiencias más dolorosas que el ser humano puede sufrir”, dice Bernal. “Está cargada de una gran intensidad emocional y acompañada de pensamientos de seguir en contacto con el otro, que suelen reavivar el dolor, el odio y las fantasías de volver a estar juntos”, explica. Pero la realidad es tozuda, y el momento de dejarlo tiene una importancia crítica. Para no arrepentirte, piénsatelo dos veces y analiza bien los motivos que provocaron la separación antes de tomar la decisión.

La mejor forma de superar el bache

Dejarlo de buenas no es fácil, pero hay que intentarlo. Bernal indica que –siempre que se pueda– hay que tratar de separarse de la manera más pacífica y consensuada posible. Y que disponer de mediación y de un lugar neutral para conversar sobre los motivos de la separación, e intentar que ninguno de los dos se sienta dañado, ayuda. “Hay que saber llevar los tiempos acompasados, no desaparecer de la vida del otro sin decir palabra, dar su tiempo al que no desea romper y, si hay hijos, poder continuar con las funciones de padres. Terminar bien es el mejor antídoto para que el dolor no se cronifique”, sentencia la psicóloga.

“Es bueno recuperar o encontrar aficiones para recobrar las ganas de vivir
 (el ikigai, para los japoneses) y modificar los pensamientos negativos que llevan a la depresión, así como evitar compadecerse de uno mismo”, recomienda Bernal. También es importante evitar perseguir a la pareja, o sea, que no hay que buscar información sobre lo que hace en redes sociales ni indagar a través de amigos, familiares o círculos cercanos. Y nada de que un clavo saca otro clavo, el dicho popular puede precipitarnos contra una nueva relación sin estar preparados.Una vez se ha producido la separación, la respuesta más normal tiende a ser la inmovilidad, el meterse en uno mismo y recrearse en las vivencias de pareja a través de los recuerdos, los pensamientos, las fotos, los vídeos. Lo mejor es invertir esta tendencia y mantenerse activo, despejar la mente, salir con amigos, evitar todo lo que nos recuerden a la expareja –ya habrá tiempo de sacarlo del armario cuando estemos preparados–.

Llorar y reflexionar, el mejor antídoto para no volver

El amor es como una droga, y hay que pasar el mono. Cuando la relación es continuada, el organismo segrega oxitocina, una molécula conocida como la hormona de la felicidad, y, al producirse la ruptura, se echa en falta el subidón. “Como cualquier conducta dependiente, se puede acudir a un profesional para que nos ayude a desengancharnos y elaborar una lista de acciones rápidas para llevara a cabo en aquellos momentos en los que nos surge el impulso de ponernos en contacto con nuestro ex”.

Cuando lo hagan, procura que las experiencias pasadas no se apoderen de las presentes, y ten en cuenta que una ruptura no siempre es negativa. En algunos casos, la fea experiencia se convierte en un precioso aprendizaje, como el gusano que, tras una hermosa metamorfosis, se convierte en mariposa.
Muchas veces basta con no reprimirse para eliminar el estrés, como explica Esteban Cañamares, psicólogo especializado en pareja y sexualidad del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Para él, esforzarnos para estar bien no vale demasiado, lo suyo es llorar todo lo que nos apetezca. “Más tarde o más temprano tendremos un respiro para poder volver a ilusionarnos”, sentencia el experto. Eso sí, pasada esta etapa hay que reflexionar sobre qué ha fracasado para no repetirlo en futuras relaciones, que seguro llegarán.

Las segundas partes pueden sí ser buenas… a veces

Ignasi Puig Rodas, sexólogo y psicólogo experto en terapia de pareja, considera que a veces un break puede ser beneficioso, que tomarse unas vacaciones de la pareja a también es positivo para ganar distancia y plantearse lo que no funciona. Eso sí, retomarlo de nuevo tras un corto espacio de tiempo podría indicar una falta de reflexión y un mal presagio de futuro. La nostalgia y la mente nos juegan malas pasadas. Minimizamos lo negativo y recaemos.
En todo caso, entablar una relación de amistad con una expareja no siempre es tan buena señal como parece. Al menos así lo indica un estudio de la Universidad de Oakland, que sugiere que esta conducta esconde rasgos maquiavélicos, narcisistas y psicopáticos.
Tranquilidad, no todos los casos son iguales. El sexólogo concluye que esto solo puede aplicarse en aquellas personas que tienden al juego de ‘ni contigo ni sin ti’, y que tienen cierta necesidad de manipulación sobre los demás. Pero esa es otra historia, y no de amor, precisamente.

LAS DE VERDAD TIENEN EL VELLO PÚBICO ROJO

La explicación científica que resuelve el misterio genético de los pelirrojos

Mujer pelirrojaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionHasta ahora se asociaba al cabelo naranja con un único gen, el MC1R.
El enigma del pelo anaranjado es mucho más complejo de lo que se creía.
Hasta ahora se pensaba que para que los niños nacieran pelirrojos era necesario que heredaran dos copias de un gen llamado MC1R, uno de la madre y otro del padre.
El MC1R es un gen recesivo, es decir, que no puede manifestarse en presencia de un gen dominante y solo lo hace cuando la persona recibe las copias materna y paterna.
Sin embargo, no todas las personas que heredan el gen MC1R tienen el pelo naranja, por lo que los científicos sospechaban que otros factores jugaban un papel importante.
Cuáles eran esos factores era un misterio... hasta ahora.
Un estudio de la Universidad de Edimburgo en Reino Unido acaba de demostrar por qué el gen MC1R solo explica una parte del enigma.

Diferencias genéticas

El estudio, desarrollado por científicos de la Universidad de Edimburgo, es la mayor investigación genética realizada sobre pelirrojos hasta el momento.
Mujer pelirroja mirando hacia el horizonte rodeada por montañasDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSe estima que cerca del 13% de la población de Escocia es pelirroja.
Otros investigadores en Escocia intentaron en el pasado explicar la clave del cabello naranja.
Cerca del 1 a 2% de la población mundial es pelirroja, pero en Escocia el porcentaje es cercano al 13%, lo que equivale a 650.000 personas, según el proyecto ScotlandsDNA.
Los científicos de la Universidad de Edimburgo examinaron el ADN de casi 350.000 personas que participaron en el proyecto británico llamado UK Biobank, que reúne información sobre la salud y el genoma de más de 400.000 personas en Reino Unido.
Niño pelirrojoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl cabello rojo es resultado de la compleja interacción de al menos ocho genes.
Cuando los investigadores compararon el genoma de pelirrojos con el de personas de cabello castaño o negro, hallaron ocho diferencias vinculadas al color del cabello.
Y también constataron que algunos genes controlan cuando MC1R se expresa o no.
El pelo anaranjado no es entonces resultado simplemente de un gen recesivo, sino de la compleja interacción de al menos ocho genes.

Rubios y castaños

Los investigadores constataron además diferencias en casi 200 genes asociados a las personas de cabello rubio u oscuro.
Existe un gradiente de color que va desde el negro, al castaño oscuro, castaño claro y rubio. Y ese gradiente es causado por un número creciente de variantes en esos 200 genes.
Mujer rubia de espaldasDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLos investigadores también constataron diferencias en casi 200 genes asociados a las personas de cabello rubio u oscuro.
Algo que sorprendió a los científicos es que muchas de esas diferencias genéticas están asociadas no a la pigmentación, sino a la textura del cabello. Y otras variantes determinan cómo crece el cabello, es decir, si es lacio o rizado.
"Nuestro trabajo desentraña la mayor parte de las variaciones genéticas que contribuye a las diferencias en el color del cabello", señaló Albert Tenesa, uno de los investigadores del Instituo Roslin de la Universidad de Edimburgo.
Ian Jackson, experto en genética en el mismo centro, afirmó que el trabajo es un ejemplo del "poder de UK Biobank, un estudio genético único de Reino Unido que nos permitió hacer estos descubrimientos".