martes, 31 de enero de 2012

CUANDO EL SEXO NO ERA PECADO

Sexo y arte románico

.Escenas de coito y de parto. Cervatos (Cantabria)Por Jaime Nuño

Fornicadores, exhibicionistas, venerables ancianos que se masturban, fogosos amantes, falos solitarios… parecen extrañas imágenes para decorar una iglesia románica, en plena, oscura y represiva Edad Media. Se hallan sobre todos en los muros de los templos, pero también en pilas bautismales, en ciertas miniaturas e incluso en algún tapiz; acompañan a escenas bíblicas, a imágenes de guerreros de la propia época, a horóscopos, animales diversos –reales o fantásticos−, cacerías, labriegos en distintas ocupaciones, músicos o danzarines, todos tratados con esa humilde ingenuidad de la que nace el encanto. Pero si hay algo que verdaderamente llama la atención al visitante actual entre todas estas representaciones son ese grupo de motivos en los que el exhibicionismo y las prácticas sexuales pueden alcanzar incluso –según quien lo mire, claro− cotas escandalosas.

Desde personajes que simplemente están besándose, hasta parejas copulando, aparecen hombres desnudos a modo de antiguos atlantes, parejas que se miran entre sí o miran al espectador mientras muestran ostensiblemente sus respectivos sexos, hombres en evidente actitud de obscena solicitación hacia la mujer, onanistas en actitud reflexiva e incluso alguna escena de grupo -como la que se halla en la iglesia zamorana de Santiago de los Caballeros− que nos parece un tanto tórrida, claro que también puede ser nuestra inclinada imaginación.

En las islas británicas es peculiar una figura grotesca, denominada en gaélico sheela-na-gig, que sonríe al espectador mientras con ambas manos, casi garras, se abre la vagina, siendo la más conocida la inglesa de Kilpeck; ocasionalmente aparece también algún perro lamiéndose el sexo, como ocurre en Mauriac (Francia), o dos conejos en actitud de perpetuar la especie, como se ve en Cervatos (Cantabria). Y es precisamente la iglesia de San Pedro de Cervatos el hito más conocido de este tipo de representaciones y lo es tanto por su abundancia como por su evidencia, con ejemplos que además encuentran réplica por otros del entorno, tanto en Cantabria como en Palencia, lo cual ha conducido tradicionalmente a pensar que era un fenómeno casi exclusivo de la comarca de Campoo.

GoddessSheelaNaGigReliefD-88Nada más lejos de la realidad, aunque hay que reconocer cierta preferencia por este tipo de representaciones entre los antiguos escultores campurrianos. Hoy las conocemos repartidas con mayor o menor intensidad por todo el norte peninsular –al menos desde Zaragoza hasta Portugal, pasando por Segovia−, por Francia, Irlanda, Reino Unido, Italia o Alemania y muy posiblemente el listado se vaya enriqueciendo con nuevos descubrimientos. Si curioso e interesante podría resultar hacer un recorrido por todo este repertorio de poses, posturas y países, creemos que más interesante aún es tratar de explorar sus motivos y significados.

Que son imagen del pecado es la primera y más fácil explicación que se nos puede ocurrir. Los doctrinarios y penitenciales eclesiásticos de la Edad Media están llenos de admoniciones contra los diferentes pecados, pero con especial inquina se amonesta la avaricia y la lujuria, de modo que avarientos y lujuriosos se hallan con especial presencia en las representaciones de los castigos infernales. La Biblia es prolija en disposiciones acerca de las relaciones sexuales, a las que considera al menos impuras, condenando abiertamente la homosexualidad y el bestialismo, práctica esta que castiga incluso con la muerte, aunque a mediados del siglo XII el clérigo francés Aymeric Picaud cuenta que es una de las prácticas más comunes entre los lujuriosos navarros, y lo describe con cierto detalle.

Frente a la liberalidad del mundo grecorromano, en el que los falos se llevan como colgante o aparecen como indicativo viario, donde escenas sexuales decoran estancias o aparecen frecuentemente en los candiles de cerámica y donde se celebran fiestas de alto contenido erótico, consagradas a dioses lúbricos, la tradición judía es mucho más casta y en ella bebe san Pablo, el máximo exponente de la primitiva doctrina cristiana. Para san Pablo el sexo es pecado. “Ningún lujurioso, impío o avaro –que es lo mismo que un idólatra− ha de heredar el reino de Cristo”, dice en una de sus cartas, y cuatro siglos más tarde Boecio concluye: “¿Quieres llevar una vida de placer? Pero, ¿quién no mirará con desprecio la cosa más vil y deleznable, su propio cuerpo?”, abriendo así de par en par la senda del ascetismo, la castidad y la renuncia que serán esenciales en el cristianismo.

Ya en pleno período románico la exaltación de la continencia sexual, siguiendo el ejemplo de Cristo tal como se relata en los cuatro evangelios canónicos, es una constante en los escritos que emanan desde las élites eclesiásticas, para quienes la mujer aparece como amenaza constante, según lo expresa Bernardo de Morlaas: “Abismo de sensualidad, instrumento del abismo, boca de los vicios, no retrocede ante nada y concibe de su padre y de su hijo. Mujer víbora, no ser humano, sino bestia feroz. Mujer pérfida, mujer fétida, mujer infecta”. Incluso en las Partidas de Alfonso X se dice claramente que “castidad es una virtud que ama Dios y que deben amar los hombres”.

Santillana del Mar (Cantabria)1Acompañando a este ideario, en la práctica, por ejemplo, se intentan regular también los días en que dentro del matrimonio –el único estado en que es permitido– puede haber contacto sexual entre los cónyuges, y se hace con tal severidad que Oronzo Giordano ha llegado a calcular que, bajo ciertas circunstancias, podía haber más días de prohibición que los que tiene un año; y es que ya había dicho Gregorio de Tours, allá por el siglo VI, que “los monstruos, los tullidos, todos los niños enclenques son, como bien es sabido, concebidos el domingo por la noche”.

Los penitenciales eclesiásticos condenan ciertas prácticas sexuales, especialmente la sodomía, pero también casi todas las posturas amorosas, puesto que se entiende que no van orientadas a la estricta procreación, sino al lascivo goce. Incluso la legislación civil entra en estos campos de las relaciones entre hombres y mujeres, donde, curiosamente, el estamento eclesiástico suele estar muy presente como sujeto activo. Y siempre es sabido que cuando algo requiere legislación es porque el supuesto delito se comete con cierta frecuencia; por qué si no iba a tener el Fuero de Sepúlveda un artículo titulado Del que se asiere a teta de mujer? Penitenciales y códigos civiles en realidad constatan hechos, e incluso a veces llegan a aceptar con benevolencia ciertas prácticas consideradas pecaminosas: “Barraganas defiende Santa Eglesia que non tenga ninguno cristiano porque viven con ellas en pecado mortal. Pero los sabios antiguos que hizieron las leyes consintiéronles que algunos las pudiesen aver sin pena temporal porque tovieron que era menos mal de aver una que muchas, e porque los hijos que nascieren dellas fuesen más ciertos”, se reconoce en las Partidas.

La presencia de una iconografía de marcado carácter sexual en el arte románico, y que en cierto modo pervive en época gótica, puede parecernos en principio un jocoso juego de canteros humildes, que dejan libremente su impronta popular en los rincones más recónditos de algunos templos, opinión manifestada entre otros por García Guinea. Es una de las explicaciones más aceptadas para esta –a nuestros ojos– irreverente presencia. Claro que entonces resulta complicado explicar por qué algunas de las escenas más llamativas se encuentran en importantes iglesias monásticas –donde cabe suponer un mayor control– o, por qué figuran por ejemplo en el famosísimo Tapiz de Bayeux, que decoraba los muros interiores de la catedral de esa ciudad y que fue elaborado directamente por las mujeres de la familia del duque de Normandía, Guillermo, para conmemorar su conquista de Inglaterra. Y difícil de entender sería igualmente el contenido de ciertas canciones escritas, y reconocidas públicamente, por otro Guillermo, esta vez duque de Aquitania –uno de los estados más importantes del momento–, en las que sin tapujos habla de sus correrías sexuales o expresa reflexiones tan llamativas como “Señor mi Dios, que eres caudillo y rey del mundo, / ¿cómo no cayó fulminado quien primero vigiló el coño?”.

Otras teorías, como la de Ángel del Olmo, sostienen que estas imágenes son una incitación a procrear, por la necesidad permanente de población, pero en realidad el problema no era la falta de nacimientos, sino la supervivencia de los niños ya que, aunque los datos son muy escasos y las conclusiones controvertidas, se estima que al menos un 35% no alcanzaba los diez años, aunque hay quien como Pounds sostiene que cuatro de cada diez menores no superaban el primer año.

Sin embargo la teoría más divulgada y aceptada es que tales imágenes son una abierta condena de prácticas pecaminosas y que por tal motivo se hallan en el exterior de los templos, trasunto de la vida terrena, estando ausentes en el interior, donde habita lo divino. Pero tampoco es así: por ejemplo, en la iglesia cántabra de Villanueva de la Nía, una mujer exhibicionista mira a los feligreses desde el arco triunfal y otra al sacerdote, mientras que en Santillana del Mar, también dentro del templo de esta importantísima colegiata, hay una clara escena en que la mujer acaricia el pene de descomunales proporciones de su amante. Si fuese una condena del pecado, como mantienen Serrano Fatigati o Lampérez, coincidimos más con lo que dijo Caro Baroja, que “más producen curiosidad por el vicio que respeto por la virtud”, e incluso habría que entender como autoinculpación de pecador la del cantero que trabajó en San Quirce de Los Ausines (Burgos) y que representa a una mujer desnuda citada por un excitado varón bajo cuyo erecto miembro se lee IO, o sea, yo.

En uno de los trabajos críticos más interesantes escritos sobre el tema, Inés Ruiz Montejo ya planteaba sus dudas sobre estas ideas y se preguntaba si tales imágenes no serían más bien "la expresión de unos condicionantes de vida típicos de la cultura popular en la que el artista se desenvuelve", aunque parece no atreverse a ir más allá. Sin embargo es en esta idea donde creemos nosotros que habría que explorar.

San Martín de Elines (Cantabria)Desde nuestro punto de vista el hombre medieval está más imbuido de la antigua tradición popular grecorromana de lo que podemos pensar. Para juzgarlo en realidad sólo disponemos de los escasos escritos emanados desde las élites eclesiásticas, que parecen expresar lo contrario, al menos en cuanto a cultura sexual se refiere, sin embargo los propios penitenciales recogen también otra serie de prácticas abiertamente heredadas del paganismo, que el hombre del común –o no tanto– vive diariamente y que incluso llega a revestir de religiosidad. Baste leer el Cantar de Mío Cid para ver la importancia de los agüeros, condenados también por la Iglesia.

En la plástica románica –pero también en la gótica– se mantienen iconos heredados del mundo antiguo, como espinarios, atlantes o sirenas. El falo, símbolo profiláctico en muchas culturas, sigue presente en templos cristianos medievales, a veces como única decoración en todo el edificio e incluso hallándose en el interior. Otras imágenes, como el personaje que se masturba mientras se acaricia la barba o la desnuda barbilla, aparecen ya en la escultura ibérica de Porcuna y se replican en canecillos, como el magníficamente conservado de San Martín de Elines (Cantabria), donde el onanismo parece coincidir con la gravedad del reflexivo pensador.

Por otro lado, para el hombre medieval el sexo no podía ser algo críptico, escondido, privado, como lo puede ser para nosotros, entre otras cosas porque la inmensa mayoría de las familias vivían en humildes chozas divididas por la mitad, con un ámbito para el ganado y una sola estancia para toda la familia, donde toda la parentela dormía junta y donde la privacidad sencillamente era imposible, por eso tampoco resulta extraño cómo algunas representaciones del mes de febrero muestran a un hombre y una mujer calentándose al fuego mientras se enseñan mutuamente sus partes.

Fuentidueña (Segovia)El sexo formaba parte de la vida cotidiana y así se representa en el románico, donde las mujeres, salvo alguna excepción –como la segoviana de Fuentidueña–, son casadas (cubiertas con la toca), y la postura la única ortodoxa, como Dios manda. Fue sobre todo a partir del siglo XV cuando las casas empiezan a tener más habitaciones y la privacidad es posible, a lo que podemos sumar el calado que va tomando la paciente labor de la Iglesia imponiendo sus doctrinas, mejor divulgadas ahora con esa gran herramienta que es la imprenta. A mediados del siglo XVI, tanto la Reforma como la Contrarreforma inciden en la importancia de la castidad y la vigilancia del pecado; será a partir de entonces, paradójicamente coincidiendo con el nuevo redescubrimiento –otro más– de las artes antiguas, cuando los últimos rescoldos de la cultura pagana tradicional desaparezcan. Herederos de esta Contrarreforma somos nosotros y con nuestros ojos intentamos entender el motivo de aquellas viejas representaciones.

Jaime Nuño es historiador y director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María La Real.

ESPAÑA SOLIDARIA

frío siberiano

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UN INVESTIGADOR ESPAÑOL DENUNCIA LA PRÁCTICA

Los 'autores fantasma': ¿nuevo fraude de las farmacéuticas?


Los 'autores fantasma': ¿nuevo fraude de las farmacéuticas?

El fenómeno del 'ghostwriting' es muy difícil de identificar

.Miguel Ayuso -

Una empresa farmacéutica está preparando la salida al mercado de un nuevo medicamento. El fármaco ha pasado todos los ensayos clínicos y se ha aprobado su comercialización pero, como es habitual, presenta ventajas e inconvenientes. La empresa farmacéutica busca maximizar los beneficios del fármaco y minimizar, u ocultar en la medida de lo posible, sus efectos adversos. Para ello encarga un artículo científico a una tercera empresa que, siguiendo sus directrices, elabora un texto supuestamente riguroso. La empresa contacta con un médico, o un investigador, para que plasme su firma en el estudio a cambio de una generosa remuneración. Ahora sólo queda esperar que el medicamento se recete lo máximo posible.

El ‘medical ghostwriting’ es una práctica conocida por las publicaciones científicasEsta práctica, conocida como ‘medical ghostwriting’, ha sido denunciada en repetidas ocasiones por Xavier Bosch, investigador del Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona, que afirma que hay médicos que han llegado a cobrar 50.000 dólares por la firma de estudios científicos. Aunque Bosch centra sus investigaciones en la industria estadounidense, cree que esta práctica fraudulenta está extendida por todo el mundo y ha propuesto una serie de medidas para perseguirla, en un estudio junto a dos autores estadounidenses que ha publicado la revista PLoS Medicine. El ‘medical ghostwriting’ es una práctica conocida por las publicaciones científicas que, en muchos casos, tienen sus propias restricciones para evitar editar artículos sospechosos de incurrir en este fraude velado. ¿Y las farmacéuticas? “Las farmacéuticas han creado unas recomendaciones éticas propias”, explica Bosch, “para supuestamente enfrentarse a esto, a modo de cortina de humo”.

Una práctica poco documentada

Los casos de ‘medical ghostwring ’ documentados, en los que se ha descubierto una ocultación deliberada de datos de las investigaciones, se cuentan con los dedos de una mano. Bosch reconoce que “no se sabe bien hasta donde llega” este fenómeno, pero asegura que está “extendido por todo el mundo” y aunque se está intentando atajar el problema no está habiendo resultados. Uno de los pocos casos bien documentados de la práctica fue denunciado por el New York Times en 2005. Un artículo científico –publicado en la revista Annals of Internal Medicine– sobre las pruebas avanzadas de un medicamento de la multinacional Merck, el Vioxx, omitió el fallecimiento de uno de los participantes de las pruebas. El autor del mismo, Jeffrey Lisse, reconoció en una entrevista que Merck había diseñado las pruebas, las había ejecutado y sólo le pidieron que revisara el artículo, que ya había redactado un equipo de la farmacéutica.

Bosch cita en su estudio diversos artículos científicos donde se recogen otros casos donde la práctica del ‘ghostwriting’ está documentada, pero reconoce que el suyo “no es un estudio científico riguroso”, pues es muy difícil acceder a información sobre estas prácticas: “Cuando un caso de este tipo llega a los tribunales en EE.UU hay secreto de sumario y cuando finaliza el proceso este queda sellado”. Algo que dificulta mucho las investigaciones al respecto.

El entorno académico e industrial niega la práctica

A la industria farmacéutica no le interesa mentirMaría Teresa Tejerina, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología y catedrática de la disciplina en la Universidad Complutense de Madrid, se muestra muy crítica con los artículos de Bosch, pues no le parece aceptable “llamar deshonestos a la industria farmacéutica y a los médicos”. Tejerina reconoce que puede haber existido algún caso remoto de ‘ghostwriting’, pero no cree que sea una práctica común. “A la industria farmacéutica no le interesa mentir”, ha explicado la doctora a El Confidencial, “no tiene sentido, porque si al final un fármaco no funciona va a desaparecer del mercado y los 15 años que ha costado desarrollarlo, y todo el dinero invertido, no va a servir para nada”. Tampoco cree que los médicos se presenten a este tipo de prácticas, pues el autor de un estudio es el responsable legal del mismo y si surge algún problema “va a ser el primer afectado”. Tejerina reconoce que ha habido casos de autores que falsificaban datos o se inventaban los resultados de las pruebas, pero eran sucesos aislados que han acabado en los tribunales y partían de la iniciativa deshonesta del propio autor del estudio, no de las farmacéuticas.

Juan Bosco, Jefe de Comunicación de Bayer HealthCare, explica que “todos los estudios clínicos los firman sus autores y se publican sea cual sea el resultado”. Asegura desconocer esta práctica y se muestra sorprendido de “que un médico de prestigio se preste a esto”.

Escritores fantasmas bajo muchas denominaciones

Siguiendo el estudio de Bosch, la práctica del ‘ghostwriting’ se da bajo muchas formas. Según el investigador catalán, en muchas ocasiones se habla de “autores invitados” que en realidad no han contribuido en nada al estudio o, incluso, se cita como coautores a investigadores que solo han contribuido con una serie de datos. Aunque Bosch reconoce que “es difícil determinar la extensión de la práctica” apunta en uno de sus informes que en torno al 20% de los artículos publicados en revistas médicas con “revisión de pares” citan a autores que no han tenido ninguna contribución sustancial al estudio en cuestión. Según Bosch, esta práctica, más allá de que encaje perfectamente en lo que se podría definir como ‘ghostwriting’, “vulnera la integridad y los principios éticos de la investigación científica”.

.Se podría avanzar en la transparencia del sector si las revistas aceptaran publicar resultados negativosTejerina explica que ella misma trabaja revisando artículos científicos y necesariamente tiene que fiarse de los datos que le dan los investigadores, pero no por eso está incurriendo en una práctica deshonesta y, en ningún caso, ha conocido en su entorno a nadie que haya recibido presiones de las farmacéuticas en un sentido u otro. “Detrás de un estudio científico”, explica la doctora, hay muchísimo trabajo, hay objetivos, hipótesis, trabajo de laboratorio… Tras superar todas las fases se escribe el artículo y se manda a publicar. Hay tantos filtros y tanto esfuerzo que llama la atención que se hable con tanta alegría de prácticas deshonestas”.

¿Cómo avanzar en la transparencia? Aunque Tejerina no acepta que la práctica del 'ghostwriting' sea algo común, sí cree que se podría avanzar en la transparencia del sector si las revistas aceptaran publicar resultados negativos, algo que es "dificilísimo". Bosch cree que las revistas técnicas son parte del problema. "La financiación principal de estas revistas", explica Bosch, "reside en la venta de separatas de ensayos clínicos, y a base de decir que algo no hace daño acaba pareciendo que no lo hace".



¿Los españoles son,se hacen o nacen corruptos?