martes, 19 de junio de 2018

Sustituye a la anterior codificación, CIE-10, publicada hace 28 años

La OMS publica la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades


Para catalogar patologías y trastornos, la Organización Mundial de la Salud usa desde hace años la llamada Clasificación Internacional de Enfermedades. Compuesta por miles de códigos, se utiliza para hacer seguimiento de las tendencias sanitarias, planificar la prestación de servicios y adoptar decisiones sobre la financiación de los sistemas de salud. Hoy se publica la nueva versión actualizada: CIE-11.

<p>Esta clasificación es la base para identificar tendencias y estadísticas sanitarias en todo el mundo. / <a href="https://pixabay.com/es/hospital-asistencia-tutor-cl%C3%ADnica-1822460/" target="_blank">Pixabay</a></p>
Esta clasificación es la base para identificar tendencias y estadísticas sanitarias en todo el mundo. / Pixabay
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) tiene como objetivo codificar las diferentes afecciones comparando y compartiendo datos de manera consistente y estándar entre hospitales, regiones y países en distintos períodos de tiempo.
Publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta clasificación permite la conversión de los términos diagnósticos desde palabras a códigos alfanuméricos para facilitar su almacenamiento y examen: contiene alrededor de 55.000 códigos únicos para lesiones, enfermedades y causas de muerte.

La CIE se traduce a 43 idiomas y su anterior versión, publicada hace 28 años, ha sido utilizada en más de 120 países. Hoy se ha hecho pública la undécima versión, llamada
 CIE-11, que lleva más de una década en desarrollo.“La CIE nos permite entender lo que hace que las personas se enfermen y mueran, y tomar medidas para prevenir el sufrimiento y salva vidas”, ha explicado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Para los expertos, es importante porque proporciona un lenguaje común para informar y controlar las enfermedades. Además, es utilizada por las aseguradoras de salud cuyos reembolsos dependen de su codificación; los gerentes de programas nacionales de salud y especialistas que analizan la salud global y determinan la asignación de recursos.
Sin embargo, no será hasta mayo de 2019 cuando se presente en la Asamblea Mundial de la Salud para su adopción por los estados miembros, y entrará en vigor el 1 de enero de 2022. El lanzamiento previo esta semana permitirá a los países planificar cómo usar la nueva versión y capacitar a los profesionales de la salud.
Visión actualizada de los patrones de enfermedad
La nueva CIE-11 incorpora los últimos avances en medicina. Por ejemplo, los códigos relacionados con la resistencia a los antimicrobianos están más en línea con el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (GLASS, por sus siglas en inglés).

Asimismo, la nueva CIE incluye nuevos capítulos. Por ejemplo, uno sobre medicina tradicional, usada por millones de personas en todo el mundo; y otro sobre salud sexual, que reúne condiciones que previamente se categorizaron de otras maneras (como la incongruencia de género, que anteriormente se encontraba en salud mental) o se describieron de forma distinta (como el trastorno de juego, que se ha agregado a la sección sobre trastornos adictivos).
Además, es capaz de capturar mejor los datos relativos a la seguridad en la atención médica, lo que significa que las situaciones innecesarias que pueden dañar la salud –como flujos de trabajo inseguros en hospitales– se pueden identificar y reducir.
Un principio clave en esta revisión fue simplificar la estructura de codificación para que los profesionales registren más fácilmente las condiciones. “La ICE es una piedra angular de la información de salud y su nueva versión ofrecerá una visión actualizada de los patrones de la enfermedad”, concluye Lubna Alansari, directora general adjunta de la OMS para Métricas y Mediciones de Salud.

LOS HOMO SAPIENS SAPIENS SOMOS LOS DIOSES...LO DEMAS ES UN CUENTO DE HADAS PARA IMBECILES

Desarrollado un fármaco epigenético para frenar un tipo de linfoma

El equipo de Manel Esteller prueba en modelos preclínicos una molécula que inhibe un gen relacionado con este tumor, del que se dan 6.000 casos al añoOtro

Muestra para una prueba de adn
Muestra para una prueba de adn GETTY IMAGES
La epigenética ha abierto una nueva ventana para tratar un tipo de cáncer sanguíneo con muy mal pronóstico, el linfoma de las células del manto. A partir del estudio de esta disciplina, que aglutina las señales bioquímicas que actúan como interruptores de los genes —activando o apagando su función—, un grupo de científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL)de Barcelona ha encontrado una posible diana terapéutica contra este tumor, que registra una incidencia de unos 6.000 casos al año. Aunque todavía falta recorrido y ensayos clínicos con pacientes reales, los investigadores ya probaron con éxito en células humanas y modelos de ratones una molécula que inhibe el gen HDAC6, una proteína que modifica químicamente otras proteínas y desactiva sus funciones.

os investigadores han puesto el foco en una de esas marcas químicas que, aunque no pueden cambiar la secuencia de los genes, sí son capaces de modificar su comportamiento. En concreto, la histona desacetilasa número 6 (HDAC6), una proteína que tiene la capacidad de modificar químicamente otras proteínas a través de un proceso que se llama acetilación. Con este procedimiento, esta huella química puede actuar sobre el genoma e inactivar (desacetilación) algunas proteínas que protegen contra los tumores. “Está involucrada en diversas enfermedades humanas y en el cáncer promueve la iniciación, el desarrollo y la metástasis del tumor. Y se ha demostrado que se sobreexpresa en diversos tipos de tumores”, recoge el estudio,
publicado en la revista científica Haematologica, publicación oficial de la Sociedad Europea de Hematología.La comunidad científica hace tiempo que sabe que el estudio del genoma humano es insuficiente para explicar cómo se expresan los genes, por qué actúan diferente en uno u otro individuo aunque tengan la misma secuencia genética. Todas esas huellas químicas que se añaden a los genes y que están condicionadas por elementos ambientales (como el estilo de vida) conforman el epigenoma y responden a muchas cuestiones donde la secuenciación genómica no llegaba. Esas marcas bioquímicas que rodean al genoma pueden modificar sus funciones, su comportamiento, aunque no su secuencia. Y, como ocurre con las mutaciones de los genes, también en el epigenoma se pueden producir alteraciones (una de estas marcas trabaja más o menos sobre un gen) que favorezcan el desarrollo de una u otra enfermedad. La parte positiva es que estas alteraciones pueden ser reversibles si se actúa con fármacos dirigidos sobre esa huella química revoltosa.
El fármaco epigenético desarrollado por el equipo del doctor Manel Esteller actúa precisamente inhibiendo la HDAC6. “Este fármaco inhibe esta proteína e induce la activación de proteínas buenas que están desacetiladas para que recuperen su actividad”, apunta el médico. Este fármaco logra bloquear la actividad enzimática de la HDAC6, que es lo que hace que se apaguen las funciones de esas otras proteínas cuya función es necesaria para combatir el tumor. “Las proteínas que desacetila la HDAC6 son proteínas que responden al estrés y que es bueno tenerlas activadas. La tubulina, por ejemplo, es una proteína que ayuda a mantener la forma de las células”, ejemplifica Esteller. El linfoma de las células del manto es un cáncer linfático que se caracteriza por la proliferación descontroladas de los linfocitos B, que terminan transformándose en células malignas.

“Se observó en células cultivadas, estudios murinos y células extraídas de pacientes que esta molécula era eficaz para frenar la progresión del tumor”, señala el médico del IDIBELL. Los investigadores todavía tienen que validar este potencial antitumoral el contexto hospitalario. Esteller augura que el año que viene podrán comenzar ensayos clínicos con enfermos para estudiar su eficacia y ha avanzado que hay otro fármaco epigenético similar que también está en estudio.
Este tipo de tumor, que aparece en los ganglios linfáticos y se manifiesta en forma de bultos en las axilas, suele detectarse muy tarde, cuando ya se ha escapado a otras partes del organismo, como el bazo o la médula ósea. “Con una combinación de quimioterapia y un anticuerpo, suele haber buenas respuestas en un grupo de pacientes, pero solo es el 30% de los casos”, admite Esteller. El nuevo fármaco epigenético abre la puerta a una nueva posibilidad para el resto de pacientes sin alternativa terapéutica.
Los científicos también han constatado que este fármaco tiene menos toxicidad para las células sanas del paciente. Así, si el funcionamiento de un fármaco clásico pasa por romper el ADN y hacer que la célula maligna —y también las vecinas, buenas y malas— se mueran, esta terapia, que pasa por cambiar las habilidades de las huellas químicas del ADN o de las proteínas, resulta más dirigida. “Parece que las células malas están más afectadas y no afecta, por ejemplo, a células sanas como los linfocitos T”, agrega Esteller.

CREAMOS LAS BASES DE LA VIDA Y NO SOMOS DIOS...RELIGIONES A LA MIERDA POR VENDEDORES DE HUMO

En la actualidad, el proceso de síntesis de secuencias de ADN es caro y laborioso y ralentiza la investigación - Dominio público

Crean una revolucionaria «impresora de ADN» artificial

Investigadores han presentado una técnica capaz de abaratar y acelerar el proceso de «fabricación» de genes a la carta


En la actualidad, el proceso de síntesis de secuencias de ADN es caro y laborioso y ralentiza la investigación

En un artículo publicado en la revista
 Nature Biotechnology, los investigadores han presentado una herramienta de síntesis de ADN que se basa en la utilización de enzimas, y que en el futuro podría llegar a permitir producir hebras de ADN diez veces más largas que las que se fabrican ahora de forma artificial. Esto permitiría acelerar la investigación en múltiples campos y sería un paso adelante en el desarrollo de la biología sintética, una rama que investiga la creación de microorganismos artificiales con fines prácticos.Científicos de las prestigiosa Universidad de California en Berkeley han diseñado una nueva forma de crear secuencias de ADN a la carta que promete ser más rápida, más barata y más precisa que las metodologías químicas usadas hasta ahora en laboratorios de todo el mundo.
«Si eres un investigador o un bioingeniero y tienes un instrumento que agiliza la síntesis de ADN, algo así como una "impresora de ADN", puedes poner a prueba tus ideas mucho más rápido y enseguida probar con otras nuevas», ha explicado en un comunicado Dan Arlow, científico en la Universidad de California en Berkeley y coautor de la investigación, junto a Sebastian Palluk, de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania). «Creo que esto llevará a un montón de innovaciones».
¿Cómo cuales? Palluck y Arlow trabajan en el campo de la biología sintética. Están especializados en diseñar e introducir genes en microbios para obtener productos interesantes, como medicamentos, combustibles o compuestos químicos, de una forma barata y sostenible. Lo interesante es que esta «impresora de ADN» puede agilizar mucho la investigación. «Creemos que un mayor acceso al ADN artificial acelerará y simplificará el desarrollo de nuevas curas para enfermedades», ha dicho Palluk.

De lo artesanal a la ingeniería de ADN

En la actualidad, los laboratorios de todo el mundo encargan a empresas biotecnológicas la fabricación de secuencias concretas de ADN como parte de su investigación rutinaria.
Estas empresas recurren a una tecnología desarrollada en 1981 y que se basa en metodologías de la química orgánica para producir los llamados oligonucleótidos, cortas secuencias de ADN de hasta 200 pares de bases. ¿Qué quiere decir esto? Un gen puede estar compuesto de decenas de miles de pares de bases, cada una de las letras (A, C, G y T) en las que está escrito el código genético. Hay que recordar que estas letras representan moléculas, las bases nitrogenadas, que se acoplan en parejas, y que le permiten al ADN codificar información.
Como la construcción de genes requiere ensamblar fragmentos pequeños, los oligonucleótidos, los investigadores tienen que comprar fragmentos de los genes y luego unirlos en el orden adecuado a través de enzimas. El proceso es largo, caro y requiere bastante tiempo de trabajo.
«Cuando era estudiante en Alemania, (...) intentamos conseguir que la bacteria Escherichia coli degradase residuos plásticos. Pero enseguida me di cuenta de que la mayor parte del tiempo de mi investigación tenía que invertirlo en unir todo el ADN, no en hacer los experimentos para comprobar si las células modificadas podían degradar el plástico», ha dicho Palluk en un comunicado. «Esto me motivó para investigar en el proceso de síntesis del ADN».
«Literalmente, copias la secuencia en una página web y esperas dos semanas», ha dicho Arlow. También ha señalado que además de la molestia que suponen los tiempos de espera, cada gen cuesta 300 dólares, lo que dificulta mucho poder hacer estudios que impliquen muchas secuencias.

La clave, en una enzima para anticuerpos

Estas dificultades fueron las que llevaron a Palluck y a Arlow a dar con una nueva forma de sintetizar ADN. Su método se basa en una enzima productora de ADN presente en células del sistema inmune y cuya función es incorporar nuevos nucleótidos. A diferencia de las otras enzimas que tienen esta función en las células, esta enzima, descubierta en los sesenta, no usa un molde o un patrón de ADN preexistente para copiarlo. En lugar de eso, añade nucleótidos (las moléculas que funcionan como letras A, C, G y T) de forma aleatoria. Esta enzima se llama TdT (deoxinucleotidil transferasa terminal).
La función natural de esta enzima es ayudar a producir anticuerpos, de forma aleatoria. Crea variaciones en ciertos genes para producir cambios por azar en las proteínas que forman los anticuerpos. Así, el organismo logra tener un buen repertorio aleatorio de anticuerpos para reconocer a nuevos invasores. Además, esta enzima es interesante porque trabaja muy rápido: puede incorporar 200 bases en un minuto.
Por estos motivos no sorprende que esta enzima se haya intentado usar en otras ocasiones. Ya se sabía que la clave para lograr que fabrique una secuencia de ADN específica y que no añada moléculas indeseadas, es bloquearla cada vez que añade una base o nucleótico. Por desgracia, no resulta fácil lograrlo a causa de la estructura química de esta enzima TdT.
En esta ocasión, el truco que han empleado es «atar» la enzima a cada base o nucleótido, para que esta proteína actúe como tapón. Una vez que se incorpora la base a una cadena de ADN artificial, la enzima evita que se pueda añadir otra base. De esta forma, los investigadores solo tienen que cortar la atadura y añadir otros nuevas bases, enganchadas a su vez a otras enzimas. Y así sucesivamente.
En las primeras pruebas, los científicos han logrado completar diez de estos ciclos, creando cadenas de ADN de 10 bases. Lo positivo es que el método es más rápido y más preciso que las técnicas usadas hasta ahora.

Los próximos pasos

De hecho, la precisión lograda en cada paso es del 98 por ciento. «No está mal para un primer intento con el que solucionar un problema que tiene 50 años. Pero queremos lograr una precisión del 99,9 por ciento y crear secuencias de ADN de la longitud de un gen», ha reconocido Palluck.

«Al sintetizar directamente moléculas de ADN más largas, la necesidad de unir oligonucleótidos y las limitaciones de este tedioso proceso pueden reducirse. Nuestro sueño es sintetizar directamente secuencias del tamaño de un gen que los investigadores puedan conseguir en unos pocos días», ha adelantado el científico de Berkeley. Gracias a esto, las investigaciones para conseguir ropas, combustibles y alimentos a través de la biología sintética, podrían ser mucho más rápidas y baratas.

YA ERA HORA


DERECHOS TRANSLa OMS saca la transexualidad de las enfermedades mentales y la considera una "incongruencia de género"

Colectivos y activistas LGTBI afirman que es un paso adelante, pero afirman que interpretar la transexualidad como una incongruencia es una lectura errónea, mientras la medida es vista como acertada por el psiquiatra José Luis Pedreira.



La Plataforma Trans denuncia que el rechazo familiar, el acoso escolar y la patologización son los responsables de la muerte de jóvenes trans como Thalía. / Europa Press
La transexualidad deja de ser una enfermedad mental. Así lo ha confirmado la Organización Mundial de la Salud este lunes, al hacer público su Catálogo de Enfermedades (llamado CIE-11), que sustituye al CIE-10, vigente desde hace casi 30 años (1990). Sin embargo, no la saca de la clasificación. A partir de ahora la transexualidad será considerada una "incongruencia de género", dentro del apartado de las condiciones relativas a la salud sexual.
Se trata, según las organizaciones y activistas LGTBI de un paso importante y un motivo de celebración. Pero no exenta de críticas.
"Es un día para celebrar porque dejamos de ser enfermos metales y de necesitar el diagnóstico de un psiquiatra o un psicólogo, que es el que tenía hasta ahora que decir cuál era nuestra identidad. Porque el hecho de la autodeterminación, o decir si eramos hombre o mujeres no valía, sino que necesitábamos el diagnóstico de un médico o psicólogo clínico colegiado par para que eso fuera así", afirma Mané Fernández, vicepresidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELTB).  "Pero nos meten en otro apartado que tiene que ver con enfermedades sexuales", añade.
Fernández reconoce que es necesario ver la decisión de la OMS desde un punto de vista internacional. "Es muy difícil que salgamos de un catálogo al 100%. Nosotros podemos celebrarlo más porque tenemos un sistema sanitario universal, pero en países como Estados Unidos, donde el sistema sanitario es privado y dependen mucho de seguros, la gente sí necesita tener un informe que diga que somos usuarios del sistema sanitario o que necesitamos la asistencia médica para poder llevar a cabo nuestro proceso. Pero lo que hemos dicho siempre es que no somos enfermos, pero sí usuarios de los sistemas de salud, como las embarazadas, por ejemplo".
Para el psiquiatría y psicoterapeuta José Luis Pedreira, especialista en menores transexuales, hay que matizar mucho lo que ha hecho OMS. "Lo retira del listado de enfermedades entales, pero es una circunstancia vital de las personas y éstas están en un registro que la propia organización llama códigos Z, que engloba los acontecimientos vitales estresantes".
"Incongruencia no significa nada. En realidad lo que significa es que no existe una correspondencia entre el sexo asignado y el sentido. ¿Por qué se ponen categorías? Porque es evidente que dentro del desarrollo vital de una persona, el que tenga una situación de identidad de género alterada y que tenga un sexo sentido distinto del asignado, no es un trastorno mental, sino un trastorno del proceso vital", afirma.
Pedreira considera totalmente correcta la decisión de la OMS. "Lo quitan de los trastornos, pero en algún sitio tienen que ponerlo, porque es una actividad clínica, asistencial, de consulta y hay que registrarlo". 
Fernández sin embargo critica la decisión de la OMS de incluir la tansexualidad dentro del apartado de 'incongruencia de género'.  "El colectivo no está de acuerdo con la palabra incongruencia. Nosotros no tenemos una incongruencia de género, lo que existe es una incongruencia social. Se sigue pensando que la corporalidad o la genitalidad es la que nos da la identidad. La incongruencia está en la sociedad que sigue pensando que los genitales dan una identidad", añado Fernández.
Por eso, para este activista es tan necesario aprobar cuanto antes la ley de igualdad LGTBI, que está parada en el Congreso. "No podemos esperar más porque las personas están en la calle reclamando los derechos que no han conseguido todavía", afirma
De la misma opinión es Carla Antonelli, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid y activista Tans. "Es un avance, un paso importante, pero la lucha continúa. Yo no tengo ninguna incongruencia con lo que siento y lo que soy. La incongruencia es que nos denominen incongruentes". Afirma que si los transexuales tienen algún trastorno no se debe a su identidad sexual, sino a la presión exterior que tienen que soportar. "La transexualidad es una manifestación más de la diversidad del ser humano", afirma.
Por su parte, Emilio García, activista y padre de una niña trans, lo considera "un paso insuficiente. Sigue usando un término peyorativo para las personas trans contrario al concepto de diversidad de los seres humanos y deja fuera de la nueva clasificación alas personas trans menores, que entran en un limbo sanitario”, afirma.