martes, 21 de agosto de 2018

Ir al hospital puede empeorar la salud

Los pacientes de la tercera edad son los más vulnerables

Por PAULA SPAN

Cuando se mudó de Michigan para estar cerca de su hija en Carolina del Norte, Bernadine Lewandowski insistió en alquilar un departamento a cinco minutos de distancia. “Siempre ha sido muy independiente”, dijo Dona Jones, su hija.
Como la mayoría de las personas octogenarias, Lewandowski tenía varias enfermedades crónicas y tomaba medicamentos para osteoporosis, deficiencia cardíaca y males pulmonares. Se le había diagnosticado un leve impedimento cognitivo y usaba bastón. Aún así, “se las arreglaba bastante bien”, dijo Maureen Dale, su geriatra.
Pero en septiembre, Lewandowski entró a un hospital después de que una fractura de compresión en una vértebra le causara demasiado dolor como para ser manejado en casa. En el curso de cuatro días, usó oxígeno nasal para ayudarse a respirar y recibió morfina intravenosa para aliviar el dolor, pasando después a las tabletas de oxicodona.
Incluso después de ser dada de alta, el estrés de la hospitalización la dejó desorientada y débil, un estado vulnerable que algunos investigadores llaman “síndrome post-hospital”. Ellos creen que subyace el alto índice de re admisiones entre pacientes de la tercera edad.
En 2016, alrededor del 18 por ciento de los beneficiarios de Medicare, el programa de seguro de gastos médicos para estadounidenses mayores de 65 años, que fueron dados de alta regresaron al hospital en menos de 30 días, de acuerdo con el gobierno. Lewandowski estuvo de regreso en menos de 3 semanas.
Había desarrollado un coágulo sanguíneo en los pulmones, probablemente a causa de la inactividad. Exacerbó su deficiencia cardíaca, causando que se le acumulara líquido en los pulmones e inflamación en las piernas. Sufrió otra fractura de compresión.

Bernadine Lewandowski colgó viejas fotografías de ella y su marido en su habitación en la casa de su hija. (Madeline Gray for The New York Times)
Bernadine Lewandowski colgó viejas fotografías de ella y su marido en su habitación en la casa de su hija. (Madeline Gray for The New York Times)
Ya que estaba demasiado débil para vivir sola, Lewandowski, hoy de 84 años, se mudó con su hija.
Harlan Krumholz, cardiólogo en la Universidad de Yale, acuñó la frase “síndrome post-hospital” en 2013. Cuando Medicare empezó a penalizar a los hospitales por readmitir pacientes en menos de 30 días, se dio cuenta de que la mayoría de estos casos involucraba condiciones aparentemente no relacionadas con los diagnósticos iniciales.
Krumholz argumentó que la dada de alta marca el inicio de un período de 60 a 90 días de vulnerabilidad incrementada a otros problemas de salud derivados del estrés de la hospitalización.
Cualquier paciente de hospital sabe de lo que está hablando: sueño interrumpido, con extracciones de sangre a las 4 de la mañana. Comidas poco apetitosas a horas inoportunas. Pérdida de masa muscular y equilibrio afectado después de pasar días en cama. Habitaciones compartidas. Delirio. Dolor. “Afecta a las hormonas, al metabolismo y al sistema inmunológico”, dijo Krumholz.
Hacer que los hospitales sean menos desestabilizantes parece un objetivo alcanzable.
Los hospitales lo hacen cuando se trata de pacientes infantiles, señaló Krumholz. También podrían permitir que pacientes de edad avanzada vistieran su propia ropa, dejaran la cama para caminar un poco y comieran lo suficiente como para mantener su peso. Podrían evaluar cuántos exámenes de laboratorio realmente necesitan los pacientes.
“Nunca deben despertar a un paciente que está dormido, a menos que haya una razón de peso, y esa razón no debe ser nuestra conveniencia”, dijo.
Algunos hospitales ya ofrecen entornos menos estresantes para pacientes de mayor edad. Lewandowski tuvo una habitación privada y la exhortaron a utilizar un andador para llegar hasta el baño. De todas maneras, los efectos fueron claros. De por sí delgada, perdió 7 kilos en dos meses. Después de su segunda hospitalización, tuvo dos caídas. En abril, desarrolló neumonía, lo que la envió de nuevo al hospital.
Ya está mejor, dijo su hija. Tras terapia física, Lewandowski puede subir las escaleras hasta su cuarto. Su peso se ha estabilizado y disfruta de pasar tiempo con su familia.
Pero, dijo Jones, “esperábamos que estuviera con nosotros un tiempo y luego regresara a su departamento”. Y eso nunca pasó.