La alimentación rica en grasas y azúcares, la sobremedicación (sobre todo de fármacos adelgazantes) y el auge de patologías como la diabetes y la hipertensión arterial ha provocado un elevado aumento en el porcentaje de personas con problemas de disfunción eréctil, que cada vez se sufre a edades más tempranas. Según los datos de un reciente estudio publicado por el Boston Medical Group, dos de cada diez españoles con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años han experimentado problemas sexuales de esta índole en al menos una ocasión. Unas cifras que representan al doble de la población que hace solo una década, según los resultados de un estudio epidemiológico llevado a cabo por miembros del servicio de Urología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
La disfunción eréctil en personas menores de 60 años suele ser transitoria, pero si no se trata adecuadamente puede convertirse en permanente, por lo que se hace necesario acudir al especialista y llevar a cabo algún tipo de tratamiento. Sin embargo, y como ocurre con todas las patologías, lo mejor siempre es prevenir. Para ello, lo que más ayuda es realizar ejercicio y seguir una dieta similar a la de los deportistas: rica en proteínas, aminoácidos y vitaminas, según las conclusiones de un estudio publicado por un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Este en el último número del Journal of Physiology.
La relación con las enfermedades coronarias
La investigación fue llevada a cabo en dos grupos de ratones de laboratorio. En el primero de ellos se sometió a los roedores durante tres meses a una dieta con altos niveles de grasas saturadas, ácidos grasos y azúcar. A los del segundo grupo se los alimentó con un régimen estándar. Además, a la mitad de ratones de cada grupo se les colocó una cinta de correr para que hiciesen ejercicio cinco días a la semana. El resultado fue que los roedores sedentarios del primer grupo desarrollaron disfunción eréctil y problemas cardiacos, mientras que los del segundo grupo no.
Lo que más ayuda es realizar ejercicio y seguir una dieta rica en proteínas, aminoácidos y vitaminasLa práctica de ejercicio y la dieta saludable mejoró notablemente la salud sexual de los roedores y previno las cardiopatías. Concretamente, los roedores empleados para el estudio experimentaron un mayor flujo sanguíneo en el pene y erecciones prolongadas hasta consumar las relaciones sexuales.
Las conclusiones del estudio ponen de manifiesto las virtudes del ejercicio físico para contrarrestar los perniciosos efectos para la salud de la mala alimentación, ya no solo los relacionados con el sobrepeso y la obesidad, sino también con las enfermedades coronarias y la hipertensión arterial. Para Christopher Wingard, coordinador del estudio, queda clara la posibilidad de prevenir la disfunción eréctil, y apunta que el siguiente paso de la investigación debe centrarse en calcular en qué grado el ejercicio y la buena alimentación pueden revertirla en las personas que ya la han sufrido.