jueves, 11 de abril de 2013

LA CAÍDA DE LA URSS ACABÓ CON LA OBESIDAD

La dieta del 'periodo especial': cómo Cuba dejó atrás la diabetes y los infartos

La dieta del 'periodo especial': cómo Cuba dejó atrás la diabetes y los infartos
Una calle de La Habana, en 1991. (Corbis)
 

A principios de la década de los 90, Cuba vivió uno de los momentos más difíciles de su historia. El colapso de la Unión Soviética sumió a la isla caribeña en una inmensa crisis, agravada por el recrudecimiento del bloqueo norteamericano. El petróleo y la maquinaria que suministraba la URSS al régimen de Fidel Castro dejaron de llegar a la isla, y la población tuvo que enfrentar una gran escasez de alimentos, debido al colapso de la agricultura, cuya producción cayó enormemente sin tractores, cosechadoras y segadoras. Los cubanos tuvieron que volver a usar burros para trasportar su mercancía y el Gobierno llegó a importar un millón y medio de bicicletas de China, para que la población pudiera moverse.
El “periodo especial”, tal como se conoce a esta época de depresión económica súbita, no es recordado con ilusión por los cubanos, que sin duda vivieron incontables sufrimientos, pero un estudio publicado esta semana en el British Medical Journal (BMJ) asegura que tuvo un impacto positivo en su salud. La población cubana perdió entre 1990 y 1995, los años más duros del “periodo especial”, una media de 5,5 kilogramos de peso, lo que tuvo un impacto decisivo para la salud de los cubanos: disminuyeron las muertes por diabetes a la mitad y las causadas por enfermedades coronarias a un tercio.
El mejor estudio: la realidad
La investigación liderada por el doctor Manuel Franco Tejero, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, tiene gran importancia debido a que se trata de uno de los pocos análisis a gran escala que se han hecho sobre el impacto de la pérdida de peso en una población en conjunto. El sistema de salud cubano guarda estadísticas completas de la evolución sanitaria de la población, de libre acceso, que han facilitado enormemente la labor de los investigadores. La población cubana es, además, especialmente fácil de estudiar estadísticamente, pues sus 11 millones de habitantes son prácticamente homogéneos en términos económicos, sociales y educativos.
El 'periodo especial' no fue un desastre sanitario porque se lograron mantener las prestaciones sociales previas al desastreNo deja de ser una paradoja que una crisis gigantesca, como la que vivió Cuba en la década de los 90, pueda desembocar en una disminución de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, pero el estudio no deja lugar a dudas. “La grave escasez de alimentos y petróleo”, explican los investigadores en el estudio, “dio lugar a un descenso generalizado en el consumo de calorías y un aumento en el gasto de energía, pues la población tuvo que desplazarse a pie y en bicicleta como alternativas al transporte mecanizado”.
Tal como ha explicado Franco a El Confidencial, el “periodo especial” no fue un desastre en términos de salud pública porque los cubanos lograron mantener las prestaciones sociales previas al desastre: “La vida en Cuba, aunque afectada por la escasez de alimentos y el cambio en el transporte, continuó. La gente siguió con sus trabajos, la universidad siguió investigando y la sanidad siguió ofreciendo sus servicios. Desde el punto de vista de la sanidad pública, se tomaron medidas para que niños, madres y enfermos tuvieran una buena alimentación, y la escasez de comida no devino en hambruna. Además, se siguieron recogiendo los mismos datos que antes, lo que ha permitido realizar este estudio”.
Una lección de salud pública
Franco ha explicado a El Confidencial, que la importancia del estudio no reside en conocer el impacto que la pobreza o la riqueza puede tener sobre la salud, sino en comprender cómo un cambio de los factores de riesgo en el conjunto de la población incide en la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles. “Nuestro estudio es una observación de cómo unos cambios sociales y económicos, que nada tenían que ver con la salud, tuvieron un impacto en ésta”, explica el médico español. “Es un estudio único porque fue toda la población la que sufrió los cambios”.
Las políticas de transporte activo podrían ser, hoy en día, una de las mejores formas de luchas contra la obesidadEn 1996, el “periodo especial” llegó a su fin, la economía empezó a recuperarse y la alianza de Cuba con Venezuela, a partir de 1998, permitió a Castro tener de nuevo un socio comercial que devolviera el petróleo a los oxidados tractores. La diabetes, desde entonces, no ha dejado de subir. En 2011 la tasa de obesidad triplicó la de 1995 y, aunque las muertes por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular han seguido disminuyendo, como lo han hecho en todos los países donde han mejorado los tratamientos, lo han hecho a un ritmo menor, similar al registrado antes de 1991.
Para Franco la investigación arroja conclusiones importantes para la población cubana, pero también para el resto del mundo. Su mensaje es claro: “Si queremos prevenir la diabetes y las enfermedades cardiovasculares tenemos que intervenir sobre toda la población, no sólo en las personas de alto riesgo. Tenemos que comer mejor y menos y ser más activos físicamente”.
En el caso de Cuba, cuenta Franco, tuvo un gran impacto la carestía de petróleo, pues obligó a la población a realizar un mayor ejercicio físico. Por ello, asegura, las políticas de transporte activo podrían ser, hoy en día, una de las mejores formas de luchas contra la obesidad.
En el editorial que acompaña al estudio en el BMJ, Walter C Willett, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, asegura que conseguir reducir la obesidad es el mayor reto de la sanidad pública de este siglo, y la investigación ofrece poderosas evidencias al respecto: “En muchos países, andar y montar en bicicleta se considera una práctica propia de las clases desfavorecidas. En Boston debemos celebrar el ejemplo que nos brindó Paul Dudley White, probablemente el más famoso cardiólogo de EEUU y médico personal del presidente Eisenhower que, en los años 80, iba todos los días al Hospital General de Massachusetts en bicicleta. La ciudad construyó un carril bici en su honor y actualmente se está extendiendo el uso de esta. Quizás el doctor White ha salvado más vidas por montar en bici que usando su estetoscopio”.
La tan denostada Corea del Norte tiene los mejores índices de salud de Asia,muy parecidos a los de China y Vietnam.
En Corea del sur la diabetes,obesidad,enfermedades del metabolismo y coronarias matan a los muy "desarrollados" coreanos capitalistas.
¿Cual sistema es mejor?
El que te llena de caprichos y bienes materiales en forma estúpida o el que distribuye más justamente todo.
El creador de este blog llegó a España  por primera vez en 1968,su poblacion no era obesa,ahora la enfermedad predominante y que además los mata es la obesidad,la diabetes,las enfermedades cardiovasculares y los indices de cáncer son los más altos del planeta,quizás debido a las bases militares de EEUU,Gran Bretaña y la OTAN con armas nucleares estacionadas y municion radioactiva acumulada,sin contar las bombas nucleares que cayeron  en Palomares...
Viviamos mejor sin el capitalismo bestial que tenemos ahora.
Sin contar los años de la crisis que empezó en 2007.
Pero Felipe Gozález los convenció y así están........

Logran hacer transparente el cerebro para verlo mejor

Una técnica que se presenta en Nature permite apreciar con detalle la estructura en 3D de bloques de tejido o pequeños cerebros enteros, como el de un ratón



Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha logrado volver transparente un cerebro de ratón completo al tiempo que mantiene intacta su forma tridimensional y su estructura molecular. La nueva técnica, denominada Clarity, permite observar con gran detalle la conectividad entre las neuronas y será importante en el estudio de la estructura y función del cerebro, sostienen los autores de la investigación que se publica en la revista “Nature”.
Hasta ahora para obtener imágenes de alta resolución de los tejidos biológicos era necesario hacer secciones muy finas, lo que conlleva perder información sobre la conexión espacial entre sus estructuras, un dato fundamental cuando lo que se estudia es el cerebro. Para paliar este problema esas seccione se reconstruyen después tridimensionalmente, un proceso largo y complicado que tiene la limitación de que ha de hacerse con pequeños volúmenes de cerebro.
Obtener información tan detallada tanto desde el punto de vista estructural como molecular de distintos tejidos biológicos ha sido un reto fundamental en todos los campos de la investigación biológica. Por eso el equipo de Stanford, liderado por Karl Deisseroth, se propuso como objetivo hacer los tejidos transparentes y a la vez permeables a las macromoléculas preservando su estructura tridimensional.
Puesto que las membranas lipídicas que rodean las células son el principal obstáculo para el paso de las moléculas que tiñen y diferencian las estructuras de las células, los investigadores se plantearon eliminarlas sin dañar el tejido. Y lo lograron sumergiendo las muestras de tejido, e incluso el cerebro entero de un ratón de tres meses, en acrilamida, que hace posible conservar la estructura de los tejidos y células, al tiempo que los hace transparentes y permeables a macromoléculas permitir su examen.

La relación de las neuronas

Gracias a esta técnica han logrado ver como las neuronas se relacionan entre sí, además de las “estructuras subcelulares, proteínas, ácidos nucleicos y neurotransmisores”, destacan los investigadores. Además es compatible con las técnicas histoquímicas tradicionales para el estudio de los tejidos del cerebro.
Según los autores, esta técnica que transparenta grandes volúmenes de tejido puede utilizarse para analizar muestras clínicas y puede proporcionar información de las diferencias estructurales y moleculares en condiciones fisiológicas y patológicas. De hecho, los investigadores de Stanford han aplicado la técnica a una muestra de un cerebro humano almacenado en un banco de tejidos. Este tejido cerebral perteneció a un paciente con autismo y en él han podido ver las neuronas y sus proyecciones en muestras de medio milímetro de grosor obtenidas del lóbulo frontal. Es más, han podido observar que algunas de las neuronas establecían conexiones entre sí que no son habituales y que se parecen a las anomalías observadas en cerebros de personas con síndrome de Down.

Cerebros enteros

“La idea de transparentar las grasas [de las membranas celulares y axones] es algo tradicional y es lo que hacemos de rutina con las secciones finas de tejido para poder ver las estructuras de interés al microscopio”, explica Carmen Cavada, catedrática de Neuroanatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Lo novedoso de esta técnica, continúa, es que “se aplica a bloques de tejido o a cerebros enteros, lo que permite tener imágenes completas en tres dimensiones de las células o estructuras marcadas, evitando tener que estudiarlas en cortes y hacer luego reconstrucciones tridimensionales, como se viene haciendo tradicionalmente”.
En opinión de la doctora Cavada, ex presidenta de la Sociedad Española de Neurociencia, la nueva técnica “puede ayudar mucho a entender la estructura molecular del sistema nervioso en tres dimensiones”. Otra de las cualidades que resalta es la alta resolución que presenta, ya que permite ver axones individuales, somas y dendritas con gran nitidez.
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