miércoles, 2 de diciembre de 2015

ESPAÑA VA CAMINO DE SER EX-PAÑA

ALERTA DEMOGRÁFICA

Las muertes superan por vez primera a los nacimientos en España

El gran reto de eliminar las cesáreas innecesarias


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Una clasificación estratifica a las parturientas en función de su riesgo


El segundo escenario es el de aquellas madres que han tenido una cesárea previa, que las "penaliza" para volver a ser intervenidas. "Por eso es crítico intentar un parto vaginal en un primer embarazo". Ellas representan otro 30%.
El tercer grupo según la clasificación de Robson en el que más han aumentado las cesáreas es el de los llamados partos de nalgas, en los que el niño está en posición inversa, con los pies hacia el canal de salida del parto. "En el año 2000 se publicó un trabajo en el que consideraba intolerable que se hiciesen partos de nalgas hoy en día por los riesgos que suponían. Por eso, desde entonces, se promueven maniobras para tratar de colocar al feto en posición cefálica y eso ha supuesto que los partos de nalgas hayan dejado de hacerse prácticamente en las maternidades españolas".
"Incluso aunque temamos que puede terminar en una cesárea, iniciar los trabajos del parto tiene varias ventajas", recuerda el representante de la SEGO. "Las contracciones favorecen la maduración pulmonar del feto, se reduce el riesgo de hemorragias para la madre y la subida de la leche se produce antes". Además,como cualquier cirugía, la cesárea no está exenta de riesgo. A los inherentes de cualquier intervención quirúrgica, se suma el riesgo de hemorragias (y posterior anemia), desgarros uterinos y problemas con la placenta que puede llegar a penetrar en la pared del útero o complicar futuros embarazos.
Pero los riesgos no son exclusivos para la madre. Como recuerda el segundo de los estudios publicados en JAMA, en comparación con los niños nacidos por vía vaginal, los niños que llegan al mundo a través de la incisión de la cesárea tienen más riesgo de sufrir asma, de necesitar inhaladores antes de los cinco años e incluso un ligero riesgo de mortalidad aumentado. Y aunque los investigadores -que analizaron 320.000 nacimientos en Escocia entre 1993 y 2007- admiten que el riesgo a nivel individual es muy reducido, sí insisten en que ginecólogos y madres deben conocerlos.