miércoles, 7 de enero de 2015

Sobre el clítoris: 10 cosas que todo hombre debería saber (y poner en práctica)

Devaluado, olvidado, desprestigiado... Pocos varones lo tienen en cuenta, pero el clítoris es el órgano sexual femenino por excelencia. Así que, no lo dudes: compartí esta nota con tu novio o marido. Nos lo vas a agradecer.

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El clítoris es un órgano sexual femenino ubicado sobre la vagina. La mayoría de las personas localiza la cabeza visible, que se llama glande, pero esa es solo la punta del iceberg. En realidad, es algo mucho más complejo que se extiende hacia el interior del cuerpo de la mujer y es fundamental para su placer erótico. Ahora sí, dejemos de lado las presentaciones y vayamos al grano:

1) El clítoris es más poderoso que el Punto G
Al Punto G yo lo veo como un plan B. El plan principal tiene que ser siempre la estimulación del clítoris. Ese es el centro del placer físicamente hablando. No le genera placer a algunas mujeres, sino que a todas, TODAS”, alerta la sexóloga Alessandra Rampolla. “Podemos tener orgasmos a través del clítoris y también muchas veces tenemos posibilidad de tener orgasmos a través de otras vías, de estimulaciones indirectas. El Punto G es una estimulación indirecta del clítoris”, detalla.

2) Solo sirve para gozar
El clítoris es el único órgano humano cuyo único propósito es dar placer. No pasa lo mismo con el pene, que tiene fines reproductivos. Si bien las mujeres tenemos varias zonas erógenas, todas cumplen otras funciones, mientras que el clítoris no.
3) Es el mejor amigo del orgasmo
Entre el 50 y el 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo por medio de estimulación del clítoris, con o sin penetración vaginal.“Estimular el clítoris es fundamental para la excitación sexual y lograr una adecuada lubricación y satisfacción femenina”, asegura el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff en su libro La mujer sexualmente feliz.

4) Tiene erecciones
Es así: las mujeres también tenemos un órgano que, cuando es estimulado, se agranda y se pone erecto. “Cuando se hinchan de sangre, los componentes internos del clítoris desarrollan una erección de manera similar a lo que ocurre en el pene”, explican en el libro Orgasmo, todo lo que quiso saber y nunca se atrevió a preguntar, de Komisaruk, Whipple, Nasserzadeh y Beyer-Flores.

5) Es mucho más grande de lo que pensás
El clítoris es mucho mayor que su parte visible, llamada glande. El resto del órgano se extiende en el interior del cuerpo y se asienta sobre la uretra y la vagina. En promedio mide entre 8 y 12 centímetros de largo y 6 centímetros de ancho.
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6) Se descubrió (en su plenitud) hace poco
Recién en 1998, cuando la uróloga australiana Helen O’Connell realizó estudios de imagen por resonancia magnética en voluntarias, se vio la anatomía completa del clítoris”, explican en Vanguardia de México. “La mayoría de los libros de texto, especialmente los publicados antes de 1998, no tienen una representación adecuada del clítoris, donde solo aparece la parte externa. En realidad, el volumen del tejido eréctil es 10 veces mayor del que aparece en los consultorios médicos y los libros”, asegura la publicación.

7) Todos son diferentes
Como en todo en la naturaleza, hay variedad. "Hay clítoris pequeños, grandes, más escondidos o menos. Algunos aumentan su tamaño cuando una mujer está excitada, unos son muy sensibles y necesitan mucha presión. Por eso, es importante que las mujeres conozcan su propio cuerpo para conocer la mejor forma de recibir placer”, recomiendan en Ojocientífico.com.

8) Con el tiempo, se agranda
“Al final de la pubertad, el clítoris de una chica habrá duplicado su tamaño. Para cuando una mujer tenga 32 años, su clítoris es casi cuatro veces más grande que cuando tenía 20 menos. Después de la menopausia, es siete veces mayor que al nacer, lo cual podría explicar por qué las mujeres mayores reportan tener sexo tan glorioso”, explican en Vanguardia de México.

9) Las vibraciones ayudan
El clítoris es muy sensible a las vibraciones. Por eso, para garantizar el máximo placer, podemos usar algún juguete sexual como anillos, vibradores y dedales. Hay muchos modelos creados específicamente para esa zona.

10) Tras el clímax, ¡dejalo descansar!
“Una vez finalizado el orgasmo, la estimulación del clítoris puede resultar dolorosa e incluso la mujer puede sentir el clítoris como entumecido”, señala el libro Orgasmo, todo lo que quiso saber y nunca se atrevió a preguntar, de Komisaruk, Whipple, Nasserzadeh y Beyer-Flores. “El aumento de la sensibilidad del clítoris a veces persiste tras el orgasmo y desciende lentamente a medida que lo hace la hinchazón”, concluye.

«Los primeros apegos son la base de la construcción de la persona»

Este doctor en Psicología defiende la importancia de un clima familiar positivo en la infancia para la construcción de un adulto y una sociedad sanas

«Detrás de todo adulto dañado hay un niño que no ha disfrutado de una parentalidad positiva», afirma Félix Loizaga, doctor en Psicología por la Universidad de Deusto, para quien la salud global (física y psíquica) de las personas está íntimamente relacionada con el trato recibido en la infancia.
—La parentalidad positiva, ¿es exclusiva de los padres?
—No. Por fortuna, la parentalidad positiva no se limita a los padres, sino que abarca a todos aquellos adultos de referencia del menor, bien sean los abuelos, tíos, primos, profesores o cuidadores principales que te escuchan, te acompañan, te aconsejan y que ayudan a los críos a pensar... Es decir, que es sobre todo social y supera la concepción de familia nuclear y biológica.
—¿Cuál es la influencia de un parentalidad positiva en los hijos?
—Disfrutar de una parentalidad positiva hace que los menores estructuren su mente, su lenguaje, sus relaciones interpersonales y su yo de manera armoniosa y madura, lo cual les ayuda a convertirse en adultos sanos. Los primeros apegos son la base de la construcción de la persona. Cuantos más apegos seguros recibidos de pequeños, mejor salud mental tenemos de mayores. Y por contra, todo lo que está mal elaborado, vuelve a salir al tirar del hilo, según Freud. La memoria emocional reprime, pero no olvida.
—Una buena infancia, ¿es una especie de seguro contra los problemas de comportamiento futuros?
—Los problemas de comportamiento no se dan fácilmente si los padres ponen límites desde el principio... Entendiendo que siempre hay días mejores y otros peores, y que hay niños con un temperamento más complicado de arranque que quizás sí necesitarían padres con una madurez y seguridad mayor. Pero si los padres regulan bien desde el principio, el resultado suele ser bastante bueno.
—En un contexto ideal, ¿cuáles son las actitudes básicas que deben producirse para elaborar un buen apego?
—En los primeros años —de cero a tres, pongamos—, debe haber cuidados básicos, gestos de cercanía física y de cariño, por ejemplo, mediante los abrazos. Después, de cara a las relaciones emocionales que se generarán luego, contará cada vez más el tiempo de juego compartido. En la medida que crecen, resultará importante la comunicación, las conversaciones que se mantengan con ese niño. Por otra parte, el optimismo es uno de los rasgos claves de la parentalidad positiva, al servir de ejemplo: ayuda a enfrentar con buen ánimo y perseverancia las dificultades, favorece lo positivo que tienen los hijos y ayuda a confiar en nuestras positibilidades como grupo familiar.
—¿Y cuál es la clave en el día a día?
—Hay familias que programan detenidamente la educación, los juegos y el tiempo libre de sus hijos. Algunas casi hasta los temas de conversación que se mantienen. Y esto puede ser efectivo, pero la parentalidad positiva supera lo manifiesto, lo que se ve directamente. La parentalidad positiva es fundamentalmente invisible, y se basa más en la comunicación no verbal y en los gestos que en las propias palabras que emitimos. Querer es más que decir «te quiero», proteger es más que «dar de comer» y acoger no es solo decir «ven». Las emociones que acompañan las palabras marcan el estilo de parentalidad.