domingo, 29 de enero de 2012

FIENSE DE LAS ORGANIZACIONES MUNDIALES

La CIA promovió una vacunación en Pakistán para recoger ADN y localizar a Bin Laden


Creanse las campañas mundiales de vacunaciones o las recomendaciones nacionales con la del virus del papiloma en las jovenes,de fiebre porcina-gripal y otras que además de para forrar a los labos,son para espiarnos.

Y no se olviden los boludos que dejan datos en Facebook,los que se pasan el dia tuiteando...

""Boludeces las necesarias""decía mi primo Joaquín,ingeniero.

EL CUENTO DE LA DIETA MILAGRO

Jean-Michel Cohen: «Algunos seguidores ciegos de Dukan son hoy víctimas del cáncer»

Es el médico que ha declarado la guerra a las «dietas milagro». Él prefiere ofrecer un «cóctel de emociones»

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¿Cómo adelgazar? ¿Cual es el régimen alimenticio que permite ser feliz..? Jean-Michel Cohen, el Doctor Cohen, en la mitología popular de los médicos famosos por sus libros y programas de adelgazamiento, galardonado con la Orden Nacional del Mérito por el ministerio francés de Sanidad, propone un método simple: comer de todo, razonablemente, y ser feliz comiendo.

—La dietética ¿es un arte o una ciencia?

—La dietética es un arte, el arte de combinar los alimentos, confiriéndoles un gusto. La nutrición es una ciencia, que estudia las relaciones entre el hombre y los alimentos que consume.

—Si entiendo lo bien, todo es cuestión de amor y voluntad. ¿Qué es más importante?

—El amor. Cada cual debe asumir su historia, su cuerpo, su vida. Y hacerlo con amor. Es un poco absurdo intentar amargarse corriendo tras otra vida imaginaria. Cuando se comienza una dieta, lo esencial es hacerlo con amor, degustando los alimentos. Lo esencial es conservar el placer de comer, el placer de la degustación. Solo los cocineros hablan de la cuestión sensorial: de ahí su éxito, hacen soñar y ofrecen nuevos placeres. Los médicos corren el riesgo de encerrarse en una disciplina árida y sin placer. De ahí su fracaso.

—¿Qué diferencia hay entre su método y otros métodos?

—Ofrezco un cóctel de emociones, placer y racionalidad. Intentar armonizar el placer y la necesidad. Con frecuencia, en nuestro tiempo, la comida se ha convertido en mera función. Y se responde de una manera «racional», olvidando lo esencial: el gusto de los alimentos. Fíjese en el fenómeno universal del triunfo de las emisiones de cocina. La gente sueña con una cocina que dé placer. Es algo muy positivo. El resto, en un buen régimen, consiste en adaptarlo a nuestra vida.

—No hay milagros que hagan adelgazar.

—No. Solo hay sensatez, amor y voluntad.

—Desde ese punto de vista, muchos programas de adelgazamiento rozan la estafa pura y simple.

—Efectivamente. Cada cinco años, quizá menos, se lanzan al mercado nuevos métodos milagrosos. Suelen durar unos meses o unos años. Hasta que la gente descubre la estafa. Hay una necesidad universal. Los charlatanes se lanzan con todas sus armas en ese mercado, prometiendo milagros. En ocasiones, muchas promesas pueden ser peligrosas. Pienso, por ejemplo, en la dita Dukan. Leí los otros días, en la prensa inglesa, que ese régimen es canceroso: algunas personas que lo han seguido, ciegamente, son hoy víctimas del cáncer. Normal, cuando se usa y abusa de productos que cualquier médico conoce por sus riesgos cancerígenos.

—¿Hay alimentos «peligrosos», a evitar por cualquier medio?

—No. Se habla mucho contra las grasas. Pero las grasas son necesarias para nuestro cuerpo, necesitado, siempre, de un equilibrio básico. Lo esencial es restaurar el valor del placer de los alimentos. Asumido ese principio, hay que distribuirlos y comerlos en cantidades que es necesario vigilar, según el régimen de vida de cada cual.

—En ese caso, la dieta alimenticia debe cambiar con la edad, incluso con los diferentes modos de vida.

—Menos de lo que pudiera parecer. Con la edad, se pierde masa muscular. De ahí la necesidad imprescindible del ejercicio: para preservar el «capital» muscular, claro está. Dicho eso, también es imprescindible adaptar nuestro régimen alimenticio a nuestra vida diaria.

—¿Hay alimentos que favorecen la vida física, la vida intelectual o la vida amorosa?

—Curiosa pregunta. Lo primero y principal: no olvidar que la comida pasa por el amor. No solo el amor físico. Incluso hay que amar al prójimo. Una persona que ama y es amada come mucho mejor. Y está más dispuesta y preparada para establecer una relación entre su dieta y su vida amorosa.

El nutricionista de Sarkozy