martes, 29 de marzo de 2011

COCA COLA Y VENENOS

ALIMENTACIÓN: UN PEQUEÑO INVENTARIO DE LAS SUSTANCIAS ‘E-’ AÑADIDAS A LOS ALIMENTOS INDUSTRIALES

Cuando los aditivos conquistaron la nevera

Este especialista realiza un repaso por los aditivos más usados y los posibles efectos de su consumo y abuso. Identificarlos servirá para evitarlos.

Miguel de Aguilar Merlo
/ Médico especialista en endocrinología y nutrición y autor de ’Nutrición científica y práctica’

En 1969 EE UU prohibió el edulcorante artificial ciclamato por su carácter cancerígeno, mientras que en España sigue siendo legal. Ya en ese 1969 afirmé en ABC: “La suma de productos cancerígenos, aún en pequeñas cantidades, puede producir resultados graves, de forma que si se puede evitar alguno de ellos, lo normal sería eliminarlo”.

En la suma de múltiples aditivos reside el peligro. Se estima que un niño consume (entre refrescos, helados, chucherías, etc.) unos 100 aditivos al día. El doctor Eric Millestone, de la Universidad de Sussex, calcula que se consumen unos siete kilos de aditivos por persona al año.

La UE ha clasificado las sustancias añadidas a los alimentos industriales, para que no se oxiden y se conserven mejor, con códigos de letra E. Pero ya hay muchos fabricantes que no los usan. Preferible sería comprar sólo estos últimos. O sólo alimentos frescos. En caso contrario, se puede apuntar el aditivo leído en el envase y si es nocivo, no volver a comprar dicho producto. Entre los miles de añadidos, hagamos un repaso descriptivo de algunos de los más usados y perjudiciales; siempre te lo podrás colgar en la nevera.

JPG - 44.8 KB
Imagen. Martín León Barreto.
El edulcorante ciclamato, prohibido en EE UU en 1969, sigue siendo legal en el Estado español y se encuentra en bebidas como la Coca Cola Zero.

COLORANTES. E-100. Los aditivos más perjudiciales.

Se trata de los aditivos más peligrosos. El amarillo se usa en refrescos, bebidas, helados y golosinas de color (E-104, E-110). Su abuso puede provocar hiperactividad e insomnio. El rosado (E-122) de pastelería, helados, golosinas y yogures tiene los mismos efectos y además puede ser cancerígeno. El amaranto (E-123) está prohibido en EE UU; Rusia y Francia lo utilizan en caramelos y pastelería. Puede producir cáncer. El rojo de ciertas salchichas y filetes de carne picada se debe al E-128: cancerígeno confirmado. El rojo E-129 es muy frecuente en refrescos anaranjados y golosinas: podría ser cancerígeno y se estudia su prohibición en numerosos países. El colorante azul (E-130 y 131) provoca problemas de tensión y es potencialmente cancerígeno. El blanco del E-171 puede bloquear la respiración celular de los riñones y el hígado. Al revés que en los vegetales, que cuanto más intenso es su color, más antioxidantes contienen y más sanos resultan, en los productos industriales cuanto más vivo es el color, más perjudicial es su contenido.

POTENCIADORES. E-600. Para sabor intenso, lo natural.

Intensificadores de sabores. Los glutamatos (E-621 a 625) se hallan en sopas de sobre, repostería industrial, patatas fritas, etc. Aumentan el apetito y son uno de los causantes de la epidemia de obesidad.

CONSERVANTES. E-200. ¿Por qué no lo buscas fresco?

Entre los conservantes, los E-200 a 203 son muy usados en mermeladas, y alteran el sistema enzimático con urticaria, dispepsias, etc. Los E-210 a 213 dan problemas de crecimiento y trastornos de conducta. Desde 1995 se cree que provocan además efectos letales en embriones y órganos reproductores. El E-239, presente en ahumados y algunos quesos, es cancerígeno. Está prohibido en Francia. Los E-250 a 252 se encuentran en conservas de carnes, carnes fermentadas y algunos embutidos. Pueden provocar accidentes vasculares peligrosos, bajadas de tensión y cáncer. Tienen, no obstante, una necesidad tecnológica, por su acción inhibidora, sobre todo del Clostridium botulinum, productor del botulismo.

ANTIOXIDANTES. E-300 y E-400: en las bebidas gaseosas.

Los antioxidantes E-310, E-311 y E - 312 son peligrosos para mujeres embarazadas y niños. Además pueden producir problemas hepáticos, renales, alergia, linfomas y cáncer. Los E-320 y 321, por su parte, se utilizan para aromatizar mermeladas no caseras, zumos de piña, leche en polvo, etc. Aumentan el colesterol en sangre, favorecen los tumores hepáticos así como los problemas del sistema nervioso, y son cancerígenos. Hablemos del ácido fosfórico (E- 338) y ortofosfatos (E-339 a 343). El fósforo es un elemento fundamental de nuestro organismo. Como aditivo es acidificante en las bebidas refrescantes, o tipo colas, pero su abuso perjudica la osificación. Beber muchas bebidas gaseosas es perjudicial para la osteoporosis y la osteomalacia. Hay que tener precaución también porque pueden provocar hiperactividad y problemas digestivos.

ESPESANTES. E-400. Mejor evitar los emulsionantes.

Sigamos con los emulsionantes y espesantes. El E-430 y el 431 están prohibidos en EE UU; provocan reacciones cutáneas y cálculos en la vejiga y los riñones. Los E-450 a 452 se encuentran en embutidos, patés y crustáceos frescos y congelados. Pueden provocar hiperactividad, mala asimilación de los minerales y problemas digestivos.

EDULCORANTES. E-900. Una dulzura que resulta artificial.

El aspartamo (E-951) y los ciclamatos (E-952) están presentes en miles de productos, sobre todo en bebidas ‘sin azúcar’ o ‘light’. Precisamente dichos productos suelen tener elementos peligrosos para el hígado, y el azúcar es un protector hepático; al suprimir el azúcar se vuelven más dañinos.

Artículo relacionado sobre Coca Cola Zero y el ciclamato:

- Coca Cola Zero en España utiliza un aditivo prohibido en EE UU, UK y México

Hormonas femeninas de doble filo


Talia

El equilibrio entre las hormonas femeninas estrógeno y progesterona durante la etapa fértil de la mujer es vital para el mantenimiento de una buena salud. Cuando hay un desequilibrio entre estas dos hormonas, aparecen problemas tales como: menstruaciones irregulares, dolorosas, y/o abundantes, quistes en los senos y/o en los ovarios, endometriosis, infertilidad, síndrome pre-menstrual (inestabilidad emocional, pechos sensibles y dolorosos, dolor de cabeza, retención de líquidos, problemas de sueño, fatiga, deseo por comer carbohidratos, en especial los dulces, estreñimiento o diarrea) aumento de peso, pérdida del deseo sexual, vaginitis entre otros.

Muchas veces pensamos que sufrir de cualquiera de estos desórdenes dentro de todo es normal, pero como naturópata les puedo asegurar que nada de lo que he mencionado anteriormente lo es. No es normal tener reglas abundantes ni dolorosas, o sufrir de síndrome pre-mestrual y tener que pasar por la inestabilidad emocional que ésta conlleva. En vez de tratar de callar los síntomas con antiinflamatorios y hormonas sintéticas, y así olvidarnos de que existen, ¿por qué no mejor los escuchamos y averiguar cuál es la causa y que es lo que está detrás del desbalance?

Sabemos que mes a mes los niveles de estrógeno y progesterona fluctúan, y que si existe un equilibrio perfecto entre ellas se lleva a cabo un cambio hormonal natural. Cualquier variación en este equilibrio tendrá un efecto dramático en la salud de la mujer, causando cualquiera de los problemas mencionados al inicio.

Hoy en día, importantes estudios demuestran que la gran mayoría de los problemas relacionados con el desequilibrio de las hormonas sexuales se debe a un exceso de estrógeno en el organismo. ¿Pero de dónde viene este exceso? ¿Lo producimos nosotras? Hay tres factores claves que influyen en esto: los xenoestógenos, la deficiencia de nutrientes y el desequilibrio intestinal.

Los xenoestrógenos son sustancias químicas que se comportan como los estrógenos dentro del cuerpo. Compiten con los estrógenos naturales por la absorción y bloquean la respuesta hormonal natural. Se encuentran en una amplia gama de productos hechos de plástico, en los insecticidas y pesticidas utilizados en la agricultura no biológica, en productos para la piel sintéticos (lociones, shampoos, bloqueadores solares etc.), en los preservantes alimentarios químicos y en las hormonas artificiales (la píldora, terapia hormonal). Al estar expuestas a un exceso de xenoestrógenos no es difícil entender cómo llega a desarrollarse un desbalance hormonal.

La degradación de muchas sustancias del cuerpo, entre ellas los xenoestrógenos, los estrógenos y la progesterona, ocurre en el hígado. Para que esta degradación suceda de manera óptima se necesitan cantidades adecuadas de ciertos nutrientes como: el cinc, el cobre, el selenio, el magnesio, las vitaminas del complejo B, y el sulfuro. Si hay deficiencia de estos nutrientes, la degradación de estas hormonas no se llevará acabo de manera correcta y por ende contribuirá al desbalance hormonal.

Al intestino llegan la mayor parte de los productos que el hígado ha desechado (el resto se elimina por la orina). Pero si en el intestino grueso encontramos también un desbalance en la flora, un sobrecrecimiento de bacterias “malas”, se incrementan a su vez las enzimas que reabsorben los estrógenos de nuevo a la sangre. ¿Y esto a que contribuye? A que no se excrete eficientemente la cantidad de xenoestrógenos además del estrógeno producido naturalmente en el cuerpo y, finalmente, al desbalance hormonal.

Sabiendo todo esto no las quiero dejar preocupadas sino más bien entusiasmadas por saber que siempre hay una raíz de fondo y que existen métodos naturales para contrarrestar estos problemas.
Considerando que estamos rodeados de xenoestrógenos, lo mejor es tratar de evitarlos lo más que podamos, comprando comida biológica, utilizando productos para la piel y el cabello que sean naturales, evitando alimentos procesados que lleven colorantes y preservantes químicos, y tomando agua que venga embotellada en vidrio. Sí o sí hay que evitar calentar alimentos que vienen envueltos en plástico. Con el calor, el plástico va soltando xenoestrógenos y otras sustancias químicas que se combinarán con tus alimentos.
Para ayudar a que el hígado desempeñe su papel de desintoxicación es bueno consumir vegetales en cada comida del día (inclusive en el desayuno se puede comer vegetales, como por ejemplo una tortilla de espinacas) y un mínimo dos frutas entre comidas. Estos alimentos contienen, además de fibra, antioxidantes y otros nutrientes esenciales para la desintoxicación. Es importante comer alimentos ricos en azufre (uno de los nutrientes esenciales para la desintoxicación) como las cebollas, los ajos, los huevos, la col, el brócoli, la alfalfa, los nabos, entre otros.
Para ayudar a que el colon no reabsorba las hormonas ya degradadas, es vital consumir una dieta rica en fibra que alimenta a la flora “buena” batalle contra el crecimiento de la “mala”.
Hay muchas hierbas y suplementos naturales que sirven de apoyo durante el proceso de restablecer el balance hormonal. Entre ellos se encuentran los omega 3 y 6, la vitamina E y el aceite de onagra disminuyen la inflamación y el dolor en las mamas antes de la regla. El magnesio y las plantas medicinales viburno y romero son excelentes para paliar los espasmos que causan dolor durante la regla. Las plantas dong quai y la raíz de falso unicornio ayudan a equilibrar los niveles hormonales.

Ya que éstas son sólo pautas generales que pueden ayudarlas a identificar los síntomas, las causas y algunas soluciones básicas, si sufren de algunas de las molestias antes mencionadas y quieren probar las alternativas que ofrece la medicina natural, les sugiero que se pongan en contacto con un especialista naturópata que pueda ofrecer un tratamiento específico y acorde con sus necesidades. Cada persona es un caso único.


Los misterios del orgasmo

¿Qué son?, ¿cómo se llega?, ¿cuántos tipos hay?, ¿cuántos pueden llegar a tenerse?, ¿tuve un orgasmo alguna vez?... cuestiones elementales para conocerse un poco más y conectar con lo que tanto buscamos: el placer. Por Juan Yesnik

.

¿Qué son?, ¿cómo se llega?, ¿cuántos tipos hay?, ¿cuántos pueden llegar a tenerse?, ¿tuve un orgasmo alguna vez?... cuestiones elementales para conocerse un poco más y conectar con lo que tanto buscamos: el placer. Por Juan Yesnik



Por Juan Yesnik
.

Existe un momento, apenas, promedio, unos 10 segundos, en el que el cuerpo logra liberarse de una manera descontrolada. Es el resultado de la excitación sexual; el instante previo a la tensión muscular y a la congestión sanguínea en la zona pélvica y la conexión con el más allá. Imaginemos una pava calentándose en la hornalla. Así como cuando el agua alcanza la temperatura necesaria para hervir, el cuerpo llega al clímax ideal y encuentra el orgasmo. En ese momento, como con la precisión de un reloj suizo, cientos de descargas musculares que comienzan en la zona genital se conectan con el resto del cuerpo y marcan la hora. Es el gong del placer, la campana que anuncia la recompensa por la entrega. Es la cita más deseada con la plenitud.

Cada uno podrá definirlo acorde a su experiencia o sensación corporal y emocional. Aunque resulta difícil definirlo con palabras, encontrar la mejor definición tal vez puede ser un buen ejercicio para conocer algo más de lo que nos da placer o de lo que realmente buscamos. Estarán quienes creen saberlo todo, los que supongan tener una definición limitada o incompleta e, incluso, los que no sepan de qué estamos hablando. Por lo pronto, intentemos dejar la ansiedad y las exigencias de lado. Si hay una contraseña para develar los misterios del orgasmo, esa es: "relájate y goza". A la que, como segunda clave de acceso, deberíamos sumar: "Conócete a tí mismo". Hoy vamos a intentar hablar del orgasmo femenino (la semana que viene nos ocuparemos del hombre; aunque, claro está que esta nota requiere de la atención de ambos sexos).

En un principio algo anticipamos a propósito de ¿Qué es un orgasmo?. El resto dependerá de la búsqueda en la experiencia y la definición a la que llegue cada quien. La pregunta que sigue es: ¿Cómo se llega y cuántos tipos de orgasmos hay? Lo cierto es que hay sólo un tipo de orgasmo. Lo que existen son diversas maneras de alcanzarlo. Los distintos caminos dependen de la zona de estimulación que se prefiera: clítoris o "punto G" (una zona de tejido diferente al del resto de la mucosa vaginal. El clítoris no es sólo la parte externa visible, sino que sus raíces se prolongan hasta la entrada de la vagina detrás de los labios mayores y menores), los pezones, el monte de Venus, etc., etc. (los "etcétera" también los completa cada quien).

A diferencia de lo que muchos creen, el orgasmo no depende exclusivamente de la penetración (es más, el "orgasmo por coito" llega a causa de la fricción del miembro en la zona del clítoris o del tacto o la auto-estimulación en la zona mientras ocurre la penetración).

El orgasmo es tacto y contacto y, en algunos casos, sólo alcanza con la mente. En 1992, se confirmó a través de una medición en laboratorio que las mujeres pueden alcanzar el orgasmo con sólo concentrarse en alguna fantasía sexual preferida. A no deprimirse, aún son minoría las que llegan a semejantes extremos de creatividad.

Con lo expuesto hasta ahora, ya sea con el poder de la mente o del tacto por sobre las zonas erógenas, no es que se trate de promover exclusivamente la práctica de la autosatisfacción. Por el contrario. El encuentro implica y ofrece mucho más que el autoerotismo. El vínculo de "amor y placer responsable" (ese en el que se habla, se busca, se comparte.) permite alcanzar otros niveles o escalas de satisfacción. Claro está que cada quien hace lo que quiere y/o lo que puede; aunque siempre se invita a practicar la comunicación y a promover el encuentro como fuente de placer. Un buen orgasmo también necesita de besos, caricias, abrazos..

Hablando de contacto y calidad en el vínculo, la pregunta que seguiría es: ¿La mujer puede simular un orgasmo? Claro que sí. De hecho, este es uno de los recursos que forma parte de "las mentiras del sexo" . Si bien en muchos casos las alivia o las aleja de situaciones de presión o desgano, en definitiva, la continua simulación da cuenta de que algo de la vida sexual y afectiva no está funcionando como se necesita. El orgasmo es un derecho y no una obligación. Quien finge en forma reiterada es porque está negando su derecho, se está "esclavizando" y promoviendo futuros cuadros de anorgasmia (la imposibilidad de llegar al orgasmo, de lo que hemos hablado reiteradas veces al abordar los distintos trastornos sexuales ).

En la escala de supremacía, vendrá la pregunta casi obsesiva o exigente: ¿Cuántos orgasmos se recomiendan o se pueden tener? Ante todo es necesario recordar que así como cada quien es dueño de sus deseos y posibilidades, también se es dueño de los tiempos, estilos y cantidades. Cada mujer sabe cuántos y en qué circunstancias suele ocurrir la "bendita llegada". A diferencia del varón, algunas mujeres tienen la posibilidad de obtener múltiples producciones, tanta cantidad de orgasmos así como cuanto dure el juego. Si de algo hay que estar seguro es que, como suele decirse en tantos otros órdenes de la vida, la cantidad no hace a la calidad o la intensidad del placer al que se pueda llegar.

Y en materia de encuentros y de preguntas perfeccionistas, estarán quienes quieran saber: ¿Cómo lograr el orgasmo simultáneo, cómo llegar juntos al momento de máximo placer? No es condición fundamental ni habla mejor o peor de cada pareja. Seguramente, si hay entrega, comunicación y búsqueda responsable y creativa, todo puede ocurrir. Para las mujeres que creen no haber llegado al orgasmo o padecen de este trastorno, demás está la saludable y fundamental sugerencia de hablar ante todo con sus parejas y consultar al profesional responsable. La semana que viene, hablamos del orgasmo masculino.
­
Click here to find out more!
Click here to find out more!

EL AMOR PUEDE MATAR DE DOLOR

El rechazo duele

  • Una ruptura amorosa activa las mismas regiones cerebrales que el dolor físico

Sólo quien ha pasado por ello puede saber el dolor que provoca una ruptura con la persona amada. Sin embargo, por primera vez, estas personas podrán decir que su cerebro sufre de verdad; tanto como si tuviesen un malestar físico. Una investigación publicada esta semana en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' muestra que el rechazo social activa las mismas zonas cerebrales que el dolor físico.

Para comprobarlo, Tor Wager y su equipo, de la Universidad Ann Arbor de Michigan (EEUU), sometieron a 40 voluntarios a un curioso experimento. La única condición para participar era haber sufrido en los últimos seis meses una ruptura amorosa traumática.

Mientras observaban su cerebro mediante imágenes de resonancia magnética, los investigadores les mostraron fotos de su ex pareja mientras debían recordar alguna experiencia común del pasado con el ser amado. Por otro lado, compararon sus reacciones cerebrales en esta situación con la que sentían ante una experiencia física, una pequeña quemadura en el brazo ("como si se derramase una taza de café caliente, doloroso pero tolerable", explican).

En ambos casos, su cerebro activó la misma región, como si el dolor social y el fisico fuesen capaces de despertar la misma área. Concretamente se trataba del córtex secundario somatosensorial y así como la ínsula dorsal posterior, que reaccionaron activándose por igual en ambas situaciones.

"Estos resultados dan una nueva idea sobre el hecho de que el rechazo social realmente duele", subraya uno de los autores, Ethan Kross; "y este estudio confirma que hay algo más de lo que podíamos pensar inicialmente".

"Descubrimos", prosigue, "que sentimientos fuertemente inducidos de rechazo social son capaces de activar las mismas regiones cerebrales que se 'encienden' con el dolor físico, algo que no se había observado hasta ahora con otro tipo de emociones". Por eso esperan que sus resultados ayuden a partir de ahora a comprender cómo la sensación de pérdida social puede desencadenar auténticos síntomas físicos en muchas personas.