jueves, 9 de junio de 2011

LOS ABUELOS SE AGUANTAN


La fuerte conexión de salud física y mental entre cónyuges con décadas de convivencia

Los resultados de un reciente estudio sobre parejas con muchos años de matrimonio otorgan un nuevo significado a la parte de las promesas nupciales que especifica "en la salud y en la enfermedad". En esta investigación se ha comprobado que el cónyuge ejerce un efecto mucho mayor de lo que se pensaba en la salud de su pareja.

El estudio revela una estrecha relación entre la salud física y el bienestar emocional en las parejas con muchos años de convivencia conyugal, y proporciona datos nuevos e importantes sobre el efecto psicológico de las limitaciones físicas en la vejez.

Un equipo de investigadores de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá) y la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) realizó un seguimiento del historial de salud física y bienestar emocional de más de 1.700 parejas maduras durante un período de 15 años. Los participantes tenían edades comprendidas entre los 76 y los 90 años, y bastantes habían estado casados durante más de 40 años.

Tanto en individuos como en parejas, los investigadores encontraron una fuerte relación entre los síntomas de depresión (tristeza, sensación de soledad y desasosiego) y las limitaciones funcionales (la incapacidad física para realizar tareas básicas como subir escaleras, levantar objetos, cocinar y hacer la compra doméstica). Aunque en estudios anteriores se había relacionado la salud física con el bienestar emocional en individuos, éste es el primer estudio que muestra el fenómeno en parejas.

El equipo de la psicóloga Christiane Hoppmann constató que los síntomas depresivos de los cónyuges fluctuaban en estrecha relación con los de sus parejas. Las limitaciones funcionales de uno de los cónyuges no sólo influían en sus propios síntomas depresivos, sino también en los síntomas depresivos del otro cónyuge. El aumento en los síntomas depresivos de uno de los cónyuges también solía estar asociado con una mayor limitación funcional en ambos cónyuges.

Cuando las personas están deprimidas, tienden a preferir quedarse en casa. Si en un matrimonio uno de los cónyuges se comporta así, su actitud hace que el otro cónyuge también se quede más tiempo en casa. Eso es un problema, porque cuando los ancianos dejan de estar activos, como por ejemplo dejando de salir a pasear, de hacer compras domésticas, y de visitar amistades o socializarse de otras maneras, aumenta mucho su riesgo de perder las capacidades funcionales que les permiten hacer esas cosas.

Sorprendentemente, el equipo de investigación encontró que la relación entre los síntomas depresivos era un poco más fuerte en las parejas que en algunos individuos, lo cual sugiere que la salud física o mental de un cónyuge puede tener en algunos casos un mayor impacto sobre la salud de su pareja que en la suya propia