martes, 22 de abril de 2014

Los peligros de inyectarse silicona en las nalgas,o los culos truchos

.

Doctor muestra los peligros de inyectarse silicona en las nalgas
La silicona líquida puede tener múltiples efectos secundarios que incluso pueden llevar a la muerte.

Es con lágrimas en los ojos que Denny cuenta cómo se despertó un día con una protuberancia del tamaño de una pelota de fútbol en la parte baja de su espalda.
No podía caminar o agacharse, y el dolor era intenso.
Denny, una abogada de 35 años, no tuvo que esperar a escuchar al médico para saber que su afección debía ser una secuela de la silicona líquida que se inyectó para aumentar sus nalgas.
La sustancia ya se había movido a su espalda y estaba haciendo presión sobre su columna.
"Fue un golpe terrible. No podía caminar. Así fue como empezó mi agonía", relata.
Las inyecciones en las nalgas son uno de los muchos procedimientos de cosmética a los que se suelen someter las mujeres en Venezuela para cumplir con los cánones de belleza de la sociedad.
Estas aplicaciones de silicona líquida fueron prohibidas por el gobierno de ese país en 2012, seis años después de que Denny se inyectara.
Pero hoy en día esta práctica continúa. Según la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica Reconstructiva Estética y Maxilofacial (SVCPREM), hasta un 30% de las mujeres entre los 18 y 50 años eligen estas inyecciones.
Y no se trata de una práctica exclusiva del género femenino. Los hombres también utilizan silicona líquida para aumentar los pectorales, aunque la estadística es menor.

Sin barreras


Radiografía
Un escáner muestra cómo la silicona líquida subió a la parte baja de la espalda de Denny.

Las inyecciones se hacen con un biopolímero de silicona. El hecho de que se inyecta libremente en el cuerpo la hace más peligrosa que un implante, donde el gel está contenido en una especie de bolsa.
Lo más atractivo de esta técnica es su precio. Una inyección puede costar 2.000 bolívares fuertes (US$318) y toda la intervención no dura más de 20 minutos.
Pero los riesgos son increíblemente altos.
"La silicona puede migrar a otras partes del cuerpo porque no tiene barreras. Además, el cuerpo puede tener una reacción inmunológica hacia este material extraño, creando muchos problemas", dice Daniel Slobodianik, un cirujano estético.
El experto advierte que los síntomas pueden surgir años después de que la persona se haya inyectado.
Los pacientes pueden sufrir desde reacciones alérgica hasta de fatiga crónica. Si el líquido migra a otras partes del cuerpo, puede causar un dolor intenso en las articulaciones.
En el caso de Denny, la silicona se movió a su espalda, lo que hizo que se creara una presión muy fuerte sobre su columna, haciendo que caminar fuera una tarea difícil.
No obstante, hasta cierto punto tuvo suerte.
Si bien no hay cifras exactas, la SVCPREM estima que al menos una docena de mujeres mueren cada año como consecuencia de estas inyecciones.
El doctor Slobodianik es uno de los dos cirujanos especializados en eliminar el tejido afectado por estas inyecciones.
Asegura que la lista de espera es larga. Tuvo que pasar un año para que Denny se sometiera a esta operación.
Muchos ni siquiera tienen los medios para pagar el tratamiento, pues sólo la operación cuesta unos 60.000 bolívares fuertes (unos US$9.540).

"Medidas perfectas"


Denny, víctima de inyección de silicona
Denny cuenta que se "dejó arrastrar" por un auge de aumento de nalgas.

Horas antes de someterse a la cirugía, Denny explica que prefiere no dar su nombre completo debido a que algunos familiares no saben el motivo de su afección.
Piensan que tiene un problema de espalda, que fue lo que ella pensó durante muchos años, antes de que apareciera la protuberancia.

Espalda de Denny
Para los familiares de Denny, ella sólo tiene un problema de espalda.

Denny asegura que de haber sabido los riesgos, no hubiera tomado la misma decisión.
"Yo me dejé arrastrar por ese boom en la oficina. Y la gota que derramó el vaso fue una juez que llegó y se los vi tan bellos, eran dos globos hermosos. Ella era una mujer plana y fue la que me incentivó", cuenta.
"Nunca estuve obsesionada con las medidas perfectas, pero me dejé llevar por la idea de que la mujer venezolana debe verse como una muñeca Barbie".
Venezuela ha triunfado siete veces en el concurso de belleza Miss Universo, creado en los años 50 en Estados Unidos, por lo que se ha ganado la reputación de "fábrica de reinas de belleza".

"Autoestima"


Nalgas de modelo
Expertos considera que la falta de identidad es lo que lleva a desear una imagen de reina de belleza.

Carolina Vázquez Hernández, consejera especializada en temas de la mujer, dice que la presión social en el país sudamericano es muy alta, mucho más que en otras naciones.
"Las mujeres venezolanas no tenemos una clara identidad de nuestras raíces. Y es debido a esta falta de identidad que nuestra autoestima es muy débil, por lo que nos sometemos a cualquier cosa que aumente nuestra autoestima".
Astrid de la Rosa está de acuerdo. Es una de las activistas líderes de la asociación "No a los Biopolímeros", una organización sin fines de lucro que se creó para apoyar a las víctimas de inyección de silicona.
De la Rosa cuenta que decidió inyectarse porque su pareja estaba a punto de dejarla. "Pensé que las personas te querían por la apariencia".
Poco después de ponerse silicona líquida, comenzó a enfermarse. Los médicos dijeron que tenía afectado el sistema inmune y le diagnosticaron leucemia.
El motivo por el cual el gobierno prohibió las inyecciones de biopolímeros se debe en parte al trabajo de esta asociación.
Pero De la Rosa cree que eso no es suficiente.

"¿Dónde está la ayuda para nosotros?"


Intervención quirúrgica
La operación para tratar los efectos secundarios cuesta más de US$9.000

Esta activista asegura que aún recibe todas las semanas llamadas de mujeres que se han inyectado, a pesar de que ahora es ilegal.
"No es una cuestión de género o de clase social. Hombres y mujeres lo hacen, y son políticos, actores... quienes lo han hecho", asegura. "¿Dónde está la ayuda para nosotros?".
Si bien el gobierno ha prohibido las inyecciones de silicona debido a los peligros para la salud, las compañías de seguros no cubren los gastos para tratar los problemas causados. Esto se debe a que no reconocen como enfermedad los efectos secundarios de ese procedimiento.
De la Rosa dice que con frecuencia hacen campañas para financiar las cirugías de las víctimas.
Denny pudo pagar la operación con sus ahorros, pero el dinero no es lo que más le preocupa de momento.
Acostada boca abajo en su cama después de la cirugía, ella sabe que la recuperación será de tres semanas, pero que la cicatriz será de por vida.
También es consciente de que la silicona puede volver a causar estragos en el futuro. No obstante, espera que al menos su trágica experiencia sirva de ejemplo a otras mujeres que piensan en inyectarse, y les ayude a aprender a aceptar sus cuerpos tal y como son.

TABACO DE MIERDA QUE PROVOCAS CANCER



Philip Morris contra Uruguay y todos nosotros
 
por Alberto Pontoni*
 
En los últimos diez años Uruguay ha venido desempeñando un activo rol en la lucha contra el tabaquismo situandose a la vanguardia mundial de las acciones adoptadas para combatir el consumo de cigarrillos, uno de los peores males contemporaneos. En el 2005 suscribió el convenio marco para el control del tabaco propiciado por la Organización Mundial de la Salud y posteriormente fue adoptando distintas medidas, entre las que destacan:
 
•    La difusión de imágenes de advertencia sobre el riesgo de fumar en las cajas de cigarrillos, debiendo las mismas ocupar el 80% de la superficie.
 
•    La prohibición de vender distintos tipos de una misma marca de cigarrillos para evitar que los consumidores piensen que una variedad es menos dañina que otra.
 
•    La prohibición de la publicidad de cigarrillos en medios de comunicación y en eventos.
 
•    La prohibición de fumar en espacios públicos cerrados
 
Como resultado de estas acciones Uruguay logró reducir en un 10% el número de fumadores haciendose merecedor del reconocimiento mundial.
 
La prepotencia del Dios dinero
 
En el 2010 Philip Morris, la principal productora transnacional de tabaco, propietaria de las veinte principales marcas de cigarrillos en el mundo, incluyendo Marlboro y L&M, decidió iniciar un reclamo judicial contra el Uruguay por la fantastica suma de 2.000 millones de dólares, en concepto de reparación económica por los daños generados por las normas antitabaco aplicadas en ese país.
 
Para la tabacalera la obligación de ocupar con advertencias sobre el riesgo de fumar el 80% de la caja de cigarrillos le impide mostrar sus marcas lesionando su derecho de propiedad intelectual. Asimismo,  la exigencia de retirar de circulación siete de sus productos, entre ellos los denominados Blue, Gold, Green o Ligth, le ha provocado una pérdida sustancial del mercado.
 
Como bien señaló el ex presidente Tabaré Vazquez resulta a todas luces evidente el proposito de esta poderosa multinacional de dar un escarmiento al Uruguay e intimidar a otros países que quieran seguir el mismo camino.
 
La demanda se presentó en febrero del 2010 en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones (CIADI) del Banco Mundial alegando la violación del tratado de garantia de inversiones suscripto entre Suiza y Uruguay, habida cuenta que la matriz de Philip esta en Lausanne. La tabacalera consideró que la normativa uruguaya antitabaco equivalía lisa y llanamente a una expropiación de su inversión.
 
En julio del 2013, despues de diferentes presentaciones el CIADI sorprendió al mundo declarandose competente para resolver el caso, convalidando los argumentos esgrimidos por la tabacalera.
 
Derecho de Propiedad o Derechos Humanos
 
El caso pasó a revestir un gran interés por la falta de antecedentes ya que se encuentra en juego la preminencia ciega de la propiedad privada frente a la aplicación de normas públicas que cautelan derechos humanos sustanciales como la salud.
 
Las dudas respecto el resultado final de esta contienda derivan de la potencia de fuego de ambos contendientes. Philip Morris es una empresa global de siglo y medio de vida, con un nivel de facturación que ronda los 80 mil millones de dólares anuales y beneficios por 10 mil millones, mientras que Uruguay es un pequeño país sudamericano cuyo producto bruto no alcanza a los 50 mil millones de dólares.
 
Detras del Goliat tabacalero se encolumnan las multinacionales del mundo, deseosas de hacer valer su primacía por encima del interés de los ciudadanos y los Estados alegando la inviolabilidad de las inversiones y el cumplimiento formal de compromisos, sin importar los daños derivados de esta situación. Junto al David sudamericano, considerado un abanderado en la defensa de la salud y calidad de vida de su población, se han alineado, entre otros, la Organización Mundial de la Salud y entidades de lucha contra el tabaco. El próximo 12 de mayo el presidente José Mujica se reunirá con su par estadounidense y uno de los temas a tratar será el eventual apoyo del gobierno de EEUU frente a la conducta abusiva de Philip Morris.
 
Resulta claro que este enfrentamiento nos involucra a todos los ciudadanos que confiamos en la capacidad del Estado para cautelar los derechos del conjunto y establecer límites a los abusos de quienes sólo ven a través de su propio y mezquino interés. De allí la necesidad de hacer oir nuestras voces y comprometer a nuestros dirigentes en la solidaridad con Uruguay y el repudio a los intentos extorsivos de quienes pretenden maximizar su lucro a expensas de la salud de todos.
 
*Economista. Docente de la Universidad de Buenos Aires

[]