martes, 24 de marzo de 2015

Confirmado: el glifosato es cancerígeno, según la OMS

 
A casi un año de la muerte del científico del Conicet, Andrés Carrasco, la OMS le dio la razón: el glifosato es cancerígeno. Incluso en el paper en donde detalla los peligros del herbicida se refiere a las consecuencias que provoca en animales.

A través de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (Iarc), dependiente de la OMS, se declaró a cinco pesticidas como cancerígenos “posibles” o “probables”. El herbicida glifosato (sustancia activa del Roundup, de Monsanto uno de los herbicidas más vendidos) y los insecticidas diazinón y malatión han sido clasificados como “probablemente cancerígenos para los humanos”.
En la Argentina se usan unos 300 millones de litros de glifosato en 28 millones de hectáreas, especialmente en las que se produce soja. Sobre el herbicida glifosato hay “evidencia limitada” de que puede producir linfoma no-Hodgkin en seres humanos, y hay pruebas “convincentes” de que puede causar cáncer en animales de laboratorio. Su uso se ha disparado a partir del desarrollo de cosechas modificadas genéticamente para hacerlas precisamente resistentes al uso de este agente.
Cabe recordar la descalificación por parte de las autoridades nacionales de los estudios realizados por Carrasco que habían confirmado lo que ahora asegura el organismo internacional.
Al mismo tiempo, los insecticidas tetraclorvinfos y paratión han sido designados como “posiblemente cancerígenos para el ser humano” por esta agencia, con sede en la ciudad francesa de Lyon.
Estos dos últimos productos entraron en el llamado Grupo 2B establecido por la Iarc al hallarse “evidencias convincentes” de que esos agentes causaron cáncer a animales de laboratorio.
El tetraclorvinfos está prohibido en la Unión Europea, aunque en EEUU continúa usándose incluso en mascotas, y el uso de paratión está muy restringido desde los años 80 del pasado siglo.
El insecticida malatión, por su parte, ingresó en el Grupo 2A por las “evidencias limitadas” de que produciría linfoma no-Hodgkin y cáncer de próstata en humanos, según recogen estudios realizados en agricultores de Estados Unidos, Canadá y Suecia publicados desde 2001.
Este agente se usa en la agricultura y se produce en grandes cantidades en todo el mundo, aunque la exposición de la población es baja y sucede principalmente en residencias cercanas a áreas en las que se ha utilizado.
El diazinón es “probablemente cancerígeno” al haber “evidencia limitada” de su relación con la aparición de linfoma no-Hodgkin y cáncer de pulmón en quienes se han visto expuestos a él, según estudios realizados en EEUU y Canadá.
Existe una “fuerte evidencia” de que el diazinón indujo daños sobre el ADN o sobre los cromosomas. Se ha utilizado normalmente en agricultura y para el control de insectos caseros y de jardín, aunque su volumen de producción es relativamente bajo, especialmente después de las restricciones que entraron en vigor en 2006 en EEUU y la UE.

NO FUMES PAPA...O MAMI


El tabaco pasivo en niños duplica el riesgo de cardiopatías cuando sean adultos

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El humo del tabaco provoca daños irreversibles en la estructura de las arterias de los niños, lo que incrementaría el riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular cuando sean mayores


Si fuma delante de sus hijos ya puede dejarlo, y no solo para mejorar su propia salud. Según un estudio que se publica en la revista «Circulation» los niños expuestos al humo del tabaco de sus padres podrían tener mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca de adultos que aquellos cuyos padres no fuman. Los datos se suman las evidencias que sugieren que la exposición al tabaquismo paterno y materno, tiene un efecto duradero en la salud cardiovascular de los niños en la edad adulta. De hecho, un trabajo publicado en «European Heart Journal» hace apenas un año por este mismo equipo mostraba que el humo del tabaco provoca daños irreversibles en la estructura de las arterias de los niños, lo que incrementaría el riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular cuando sean mayores. Los investigadores de Tasmania, Australia y Finlandia destacaron que en el caso en el que ambos progenitores fumen se añade un extra de 3,3 años a la edad de los vasos sanguíneos cuando los niños sean adultos.
En este nuevo trabajo se ha analizado a los participantes del 'Estudio sobre el riesgo cardiovascular en jóvenes finlandeses', que incluyó la exposición infantil al tabaquismo de los padres en 1980 y 1983. Los investigadores coordinado por Magnussen Costan, de la Universidad de Tasmania (Australia) recogieron datos de la ecografía carotídea en la edad adulta en 2001 y 2007. En 2014, midieron los niveles de cotinina, un biomarcador de exposición al humo pasivo, en la sangre durante la infancia de los participantes a partir de muestras recogidas y congeladas en 1980. El porcentaje de niños con niveles de cotinina no detectables fue mayor en los hogares donde ninguno de los padres fumaba (84%), más bajo en los niños donde uno de los progenitores fumaba (62%) y mucho más bajo en las familias donde ambos padres fumaban (43%).
Los expertos estimaron que independientemente de otros factores, el riesgo de desarrollar acumulación de placa carotídea (precuela de un infarto o ictus) en la edad adulta era casi dos veces mayor en los niños expuestos al tabaco de uno o dos progenitores en comparación con los hijos de padres que no fuman.

No fume en casa en ninguna parte

Y dicho riesgo seguía siendo elevado aunque los padres limitaran la exposición de sus hijos; así, era casi dos veces más elevado en los niños cuyos padres fumaban pero parecían limitar la exposición de sus hijos y cuatro veces mayor en aquellos con padres fumadores que no hacían nada por reducir la exposición de sus hijos al humo del tabaco.
«Aunque no podemos confirmar la presencia de cotinina detectable en la sangre de los niños de este estudio era el resultado directo de la exposición al humo pasivo de sus padres, sabemos que la principal exposición de los niños al humo pasivo se produce en el domicilio», concluye Costan.
Y añade que la mejor manera de proporcionar la mejor salud cardiovascular a largo plazo para sus hijos es no fumar. «Y para aquellos padres que están tratando de dejar de fumar, que tengan en cuenta que no deben hacerlo delante de sus hijos ni de su entorno, es decir, no fumar dentro de casa o el coche».