Según la sentencia, se considera probado que el enfermero del Hospital General de Ciudad Real Francisco Javier L. F. engañó a los hijos de una mujer enferma haciéndoles creer cuando estaba ingresada en este centro hospitalario que sufría un tumor suprarrenal, que finalmente no tenía.

'Angustiados', los hijos creyeron 'el ardid malicioso' que urdió valiéndose de la credibilidad que le otorgaba su profesión, su lugar de trabajo y el conocimiento previo de la familia, y éste se ofreció a darles el tratamiento 'milagroso' para curar a su madre utilizando una 'crueldad innecesaria' para tramar el plan que desarrolló.

Por estos motivos, además de la pena de cinco años de prisión, se le condena también a indemnizar a la familia con la cantidad de 39.660 euros, que fue lo que los hijos consiguieron reunir en su momento para pagarle el supuesto tratamiento.

Finalmente, se le condena a seis meses más de prisión como autor de un delito contra la propiedad al constituir para sus fines la empresa Sedcam, que sólo difiere en una letra con el Sescam (Servicio de Sallud de Castilla-La Mancha), con lo que trataba de inducir a error a sus víctimas.