domingo, 23 de marzo de 2014

EL CANCER DE PULMON

Advierten sobre subdiagnóstico de la enfermedad pulmonar crónica

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que es muy prevalente ya que afecta al 10% de la población mayor de 40 años, representa un gran problema social debido a que no se diagnostica, afirmó el neumonólogo catalán Alvar Agustí, uno de los expertos más prestigiosos en la especialidad.
"El gran problema a nivel social es que el EPOC no se diagnostica, por lo tanto, no se trata, debido a responsabilidades compartidas entre el enfermo y el sistema sanitario", afirmó Agustí en una rueda de prensa de la que participó Télam.

Agustí consideró que "las guías clínicas en el EPOC, como en otras enfermedades, han supuesto un cambio muy importante porque significaron un salto en la calidad de la asistencia y en la globalización de la calidad", para la buena atención tanto en los hospitales de los grandes centros urbanos como en los periféricos.

Hasta la aparición de las guías clínicas, hace relativamente poco tiempo, "se diagnosticaba la enfermedad, se valoraba su gravedad y se trataba, basados única y exclusivamente en un aspecto: la capacidad respiratoria medida con una espirometría", contó Agustí.

Pero "la EPOC es muy compleja, como todas las enfermedades humanas, y si bien el parámetro de la capacidad respiratoria es importante, no es el único, porque no todos los pacientes tienen la misma capacidad respiratoria de base, ni los mismos síntomas".

Entonces, las guías clínicas incluyen tres criterios: capacidad respiratoria, síntomas y número de episodios de agudización.
"Curiosamente, no todos los pacientes tienen episodios de agudización (del ahogo), y el impacto que tiene esa variación sobre la calidad de vida del enfermo y el costo económico para los recursos sanitarios es muy diferente", detalló el especialista, quien atiende al rey español, Juan Carlos.

Agustí planteó que en el campo de la neumonología se presentan nuevas preguntas, como "la inflamación en la EPOC, que está en la propia definición, `enfermedad inflamatoria producida por la inhalación de gases y partículas, sobre todo tabaco`; sin embargo, no usamos ningún marcador inflamatorio para dirigir el tratamiento".

"Otro aspecto que a mí me parece muy importante es el cáncer de pulmón, que es el más frecuente y de peor pronóstico en el hombre y, pronto, en la mujer", enfatizó Agustí.

El médico planteó que "todo el mundo sabe que el factor de riesgo más importante del cáncer de pulmón es el tabaco, pero no todo el mundo sabe que no todos los fumadores desarrollan cáncer o EPOC, solo que, si se es fumador y se tiene EPOC, el riesgo de además desarrollar cáncer es muy alto".

"Pensamos en que deje de fumar y en darle corticoides, pero no tenemos incorporado en nuestro circuito el riesgo incrementado de cáncer, y la mayoría de enfermos de EPOC no se mueren de la EPOC, sino de enfermedades cardiovasculares y de cáncer", sentenció.

Respecto del tabaquismo, el neumonólogo -que participó en Buenos Aires de una actualización con unos 200 profesionales en la Asociación Médica Argentina- opinó que "la gente fuma porque le produce placer, así que si empieza a toser, no va a la consulta porque sabe que el médico le va a decir que deje de fumar". 

"Primer error: no consulta; segundo error: dice `tengo tos y espectoración y eso es porque fumo`, lo cual es verdad; pero se olvida de la segunda parte de la frase: tener esos síntomas no es normal, es indicio de que el pulmón protesta", observó.

Según Agustí, "el sistema sanitario debería explicarle a la sociedad estas cosas, tanto a los pacientes como a los médicos, porque esta es una enfermedad que afecta al 10% de la población mayor de 40 años y que de acuerdo al tratamiento actual, permite hacer una vida casi normal, y ahorra dinero al sistema sanitario".

Agustí descree de la eficacia de las campañas de restricción del tabaco, porque dice que "en el mundo la prevalencia del tabaco ha ido disminuyendo entre la población adulta, pero lo que es preocupante es que entre los adolescentes está subiendo".

"Yo estoy de acuerdo con la prevención, (pero) en España el máximo accionista tabacalero es el Estado y, si uno lo piensa, el tabaco es el mejor negocio de un estado, porque durante la vida laboral del trabajador que fuma, entre los 15 y los 65 años, cada vez que compra un paquete, paga un impuesto".

"Después se jubila, tiene un cáncer y se muere, con lo cual el Estado se ahorra la pensión: es un negocio redondo, durante 50 años cobra y cuando deja de pagar, se muere gracias a lo que ha fumado", concluyó en medio de risas, pero muy en serio.