sábado, 8 de octubre de 2016

SOMOS MALAS BESTIAS CAPACES DE LA MAYOR DULZURA

CANCIONES DE CUNA EN EEUU

Un viudo mece a su bebé con las nanas que compuso su mujer, fallecida al dar a luz

 Jared B. Decker logra recuperar las melodías que la esposa encriptó en un ordenador


Jared Buhanan Decker, con su hijo James, explica la historia de las 'nanas de ultratumba'
El estadounidense Jared Buhanan Decker, de Utah, se quedó desolado cuando su esposa Sharry murió en junio pasado dando a luz a su hijo James. "El mejor día de nuestras vidas se convirtió en el peor de mi vida", asegura resignado Jared recordando la figura de su mujer, compositora musical. "De los casi 10 años que estuvimos casados, solo estuvimos separados seis noches", añade.
Buhanan lo sentía sobre todo por su hijo, que no iba a conocer a su madre. Y porque él se veía solo criando al pequeño. Sin embargo, Buhanan encontró en el ordenador unas grabaciones musicales inéditas de su esposa. Al ir a escucharlas, no pudo porque estaban en un formato que él no era capaz de abrir. Buhanan no lo dudó, y decidió pedir ayuda en el ciberespacio.

"FRUSTRADO"

"Estaba muy frustrado. Era todo lo que me quedaba de ella", cuenta. "No sabía qué tipo de respuestas me iba a encontrar en internet. Esperaba que al menos una o dos personas me ayudaran", añade. Sin embargo, Buhanan se quedó abrumado cuando recibió gran cantidad de ciberrespuestas. Incluso hubo productores musicales que se pusieron a su servicio y se ofrecieron a ayudarle con las grabaciones halladas en el ordenador de su esposa.
"Cuando finalmente tuve conmigo la música, fue increíble escuchar su voz otra vez", explica Buhanan. "Fue una experiencia muy emocionante", concluye el padre, que ahora le pone las canciones al pequeño todos los días antes de dormir. "Me encanta ponerle estas canciones a James", sentencia. Es una bonita forma de que el bebé conozca a su madre y pueda arrullarlo todas las noches hasta que se duerma
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ESTUDIANDO EL BOCHO

Hallan un posible origen de trastornos neurocognitivos

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Científicos de varias instituciones españolas y la Universidad de California (EE UU) han identificado una población masiva de neuronas jóvenes, no reconocidas anteriormente, que migran en el cerebro humano durante los primeros meses de vida contribuyendo a la expansión del lóbulo frontal, una región estrechamente relacionada con funciones cognitivas y de ejecución. Errores en estas migraciones podrían ser responsables de algunos problemas neurológicos.
.<p>Cadenas migratorias de neuronas jóvenes en el lóbulo frontal del cerebro de lactantes. / <em>Science</em></p>
Cadenas migratorias de neuronas jóvenes en el lóbulo frontal del cerebro de lactantes. / Science
Investigadores del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia, el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), la Universidad de California y del Instituto de Investigación del Hospital La Fe han puesto de manifiesto la existencia de una migración masiva de nuevas neuronas que, partiendo de las paredes ventriculares cerebrales, invaden toda la corteza prefrontal, área que está relacionada con funciones cognitivas y de ejecución. El trabajo aparece publicado hoy en Science.
Dicha neurogénesis ocurre justamente cuando el cerebro empieza a interaccionar con el ambiente que rodea al niño, lo que se traduce en un rápido incremento de tamaño y complejidad de esta región. Las nuevas neuronas se organizan en dilatadas cadenas que migran largas distancias.

La existencia de esta extensa migración de nuevas neuronas en el cerebro humano durante las etapas lactantes aparece tras una serie de trabajos previos coordinados por el neurobiólogo mexicano Arturo Alvarez Buylla (University of California, San Francisco).
Primero viajan de forma tangencial y paralela a la superficie de los ventrículos laterales –muchas veces asociadas a vasos sanguíneos que le sirven de guía–; a continuación se dispersan de forma radial según se alejan de los ventrículos, y, finalmente, invaden la corteza prefrontal en todas direcciones.
En estudios realizados conjuntamente entre estos grupos de Valencia y San Francisco, ya se había demostrado la existencia de células madre en el cerebro humano. El grupo identificó, además, dos rutas de migración de células en el cerebro de lactantes, que partían de la región ventral de las eminencias ganglionares y se dirigían hacia los bulbos olfatorios y la corteza prefrontal ventral.
Las migraciones descritas en esta ocasión se organizan inicialmente en grandes cadenas de miles de células, cuya concentración les permite atravesar el complejo entramado nervioso que comienza a desarrollarse en las zonas más ventrales –donde se originan las células asociadas al ventrículo–, hasta llegar a las capas superiores donde se dispersan y comienzan la diferenciación.
"Estas células, que se diferencian en neuronas inhibidoras, serán las responsables de modular la información compensando el efecto de las neuronas excitantes, equilibrando la actividad del cerebro humano y contribuyendo a la plasticidad de sus circuitos. Es precisamente aquí donde un error podría dar lugar a desórdenes neurológicos", comenta José Manuel García Verdugo, científico del Instituto Cavanilles de la Universitat de València en el proyecto.
Células migradoras in vivo
Tal como se describe en el artículo publicado en la revista Science, para seguir estas rutas de migración los autores observaron que las células expresaban marcadores moleculares característicos de células migradoras inmaduras.

Los científicos consiguieron ver el movimiento real de estas células migradoras
 in vivo. Para ello emplearon rebanadas de tejido postmortem obtenidas a las pocas horas del fallecimiento, en las cuales marcaron con fluorescencia las células migradoras y vieron cómo éstas se desplazaban en cadenas e incluso cómo algunas se separaban para migrar individualmente hasta llegar a su destino final.Además, tras el análisis de su ultraestructura con microscopía electrónica, identificaron características que indicaban movimiento celular, como su morfología fusiforme o la presencia de contactos densos esporádicos.
Estas migraciones ocurren principalmente en los primeros tres meses de vida pero persisten hasta alrededor de los siete meses, siendo ya muy escasas las que se encuentran a partir de los dos años. A partir de los seis años ya no se detectan.
Por tanto, dada la naturaleza dinámica del lóbulo frontal en las etapas de lactante, lesiones en el cerebro humano durante el periodo neonatal y tercer trimestre podrían afectar al reclutamiento neuronal de la corteza prefrontal, dando lugar a ciertos déficits neurocognitivos y sensorimotores tales como epilepsia, parálisis cerebral y desórdenes del espectro autista.
Referencia bibliográfica:
Mercedes F. Paredes, David James, Sara Gil-Perotin, Hosung Kim, Jennifer A. Cotter, Carissa Ng, Kadellyn Sandoval, David H. Rowitch, Duan Xu, Patrick, McQuillen, Jose-Manuel Garcia-Verdugo, Eric J. Huang, and Arturo Alvarez-Buylla. "Extensive Migration of Young Neurons into the Infant Human Frontal Lobe". Science, 6 de octubre de 2016.