“El problema sanitario no debería existir en el norte de Salta”
Desde su casa en Anisacate, en el sur cordobés, adonde regresaron a vivir luego de la jubilación de ella, ambos le apuntaron a “dos problemas básicos e irresueltos” hasta el momento: el factor socio-económico, que significa la propiedad de las tierras, y los planes asistenciales diagramados desde Buenos Aires o despachos salteños, sin “real conocimiento de la cultura” de ésos pueblos.
Según la médica, “son comunidades collas que, en su mayoría, han quedado cercadas en territorios inhóspitos, como les pasa a los wichís de Santa Victoria del Este. Sólo pueden alimentarse de lo que pescan en el Pilcomayo. Los terratenientes los han mantenido como mano de obra barata y sin respeto por sus derechos”.
Tomás la sigue en su razonamiento: “El problema sanitario no debería existir. De hecho nosotros vivimos una experiencia muy diferente entre 1978 y 2008 (lo plasmaron en su trabajo Por qué callan si nacen gritando , que pronto presentarán en Córdoba). La gente de las comunidades confía tanto en sus propios remedios como en la ciencia. Y sí van a los dispensarios a pesar de que las distancias y los caminos muchas veces son casi imposibles. Pero también dejan de ir si se los maltrata. Y eso, desgraciadamente, ocurre. La discriminación existe”.
¿Se puede evitar que mueran más chicos? Alicia: Creemos que sí, porque hemos trabajado en esas zonas y sabemos que con US$ 150 por persona por año (se estima que son 500 mil) se puede sostener un buen sistema de salud para ellos. En cuanto a los planes trabajar, aunque tengan buenas intensiones, han resultado contraproducentes ya que por ejemplo si una mamá o un papá lo tienen, no pueden ingresar a la Asistencia Universal por Hijo. Y allí las familias son numerosísimas: cinco hijos promedio. Eso implica que el padre va a barrer las calles de una ciudad por $ 800; o la madre a cocinar a una escuela, y que los chicos queden solos. Y la soledad es una de las principales causas de desnutrición. Hay que replantear las soluciones y ayudas para estas poblaciones. Y para hacerlo, primero hay que documentarse, conocer sus culturas.
Tomás, médico pediatra, interviene: “Y cuidar a las madres desde que el bebé está en la panza. Si la madre está anémica o malnutrida, el bebé corre riesgos. Las mujeres suelen tener partos prematuros, y de allí hay un trecho corto a una muerte temprana”.