miércoles, 12 de septiembre de 2012

Y HAY BOLUDOS QUE SE LO CREEN............

El arte de vivir (con cáncer)

Las terapias alternativas vs. la ciencia. Los riesgos de abandonar un tratamiento médico en pacientes oncológicos.
Sri Sri Ravi Shankar durante la conferencia de prensa que dio en el Hotel Sheraton de Buenos Aires. Foto: Alfredo Nardini.
Sri Sri Ravi Shankar durante la conferencia de prensa que dio en el Hotel Sheraton de Buenos Aires. Foto: Alfredo Nardini. [ Ver fotogalería ]
Digamos que soy una médica ortodoxa. Los médicos permanentemente debemos romper paradigmas porque la ciencia cambia. La noción de enfermedades, sus diagnósticos y sus tratamientos, varían conforme aparecen nuevos estudios científicos que siguen estándares universales, para que podamos confiar en ellos, y brindar mejores opciones a los pacientes.
Soy también una mujer de fe, respetuosa de la fe, en cualquiera de sus formas si al ser humano le hace bien su creencia. Pero cuando la fe, se convierte en fanatismo y va en contra de la ciencia, me enojo profundamente. Las personas somos vulnerables. No hay mayor situación de vulnerabilidad en el hombre que en situación de enfermedad, y aun más ante el diagnóstico de cáncer.
No salgo de mi asombro cuando escucho al gurú de moda decir que el cáncer se cura con la mente. Me gustaría que además de meditar por frondosos honorarios se viniera por los hospitales de oncología a curar cánceres. Lo invito al mío.
¿Qué es esa falacia de que si pienso como me dice un arte, no me enfermo? Honestamente, ¿alguien puede pensar que con la mente se pueden aquietar las variaciones moleculares de las células atípicas? Y lo que es más triste y perverso: hacer sentir al paciente responsable de su cáncer, otorgarle “la culpa de estar enfermo”.
Los racionales pensamos que la mayoría de la gente debería no creer en esas cosas. Pero las personas con enfermedades, en momentos de desesperación se aferran de aquello que les proponga una “cura”. En medicina hablar de curación no es ético. El juramento hipocrático habla de “no prometer la curación”. Tratamos enfermedades, acompañamos a los pacientes.
A lo largo de nuestra carrera de médicos, pacientes con cáncer nos preguntan por tratamientos alternativos. La mayoría de nosotros no estamos en contra, siempre que se continúe con los tratamientos que científicamente han demostrado eficacia terapéutica, y que estas “alternativas” no pongan en riesgo al paciente. Métodos de moda que les dan a pacientes en quimioterapia cuando están inmunodeprimidos o inyecciones de vitaminas que pueden causarle infecciones. He visto pacientes comiendo gorgojos, porque alguien les vendió los insectos a un alto precio diciéndoles que combatían el cáncer.
He visto pacientes muy jóvenes con la vida por delante con cáncer. ¿Padecieron la enfermedad porque pensaron mal? Quiero un estudio científico, que cumpla con todas las normas establecidas, que me diga que los adeptos a alguna religión o creencia tienen menos incidencia de cáncer. No hay.
Salí hoy por la mañana de mi casa leyendo matutinos, donde alguien que tiene muchos seguidores, en una conferencia de prensa, establecía la relación entre la génesis y la cura del cáncer por la mente. Después fui al hospital. Como médica clínica en un hospital de oncología, recibo a un paciente joven, no fumador, recientemente diagnosticado de un cáncer de pulmón en estadio avanzado, que como estaba cursando una infección, no podía iniciar su quimioterapia. Hoy llegaba para controlarse su infección y así poder iniciar su tratamiento. Junto con otra médica oncóloga escuchamos lo que nos comento el paciente: había escuchado al gurú. Sí, los pacientes con cáncer también miran televisión. Y había averiguado para anotarse en el curso así no tenía que hacer la quimio.
Con la oncóloga nos miramos y amorosamente, como se trabaja en todos los hospitales, intentamos explicar lo que es una mentira a un paciente vulnerable. Sin renegar de la fe, de la creencia del paciente y para que lo que elija no posponga el tratamiento médico para tratar su enfermedad.
Después me fui del hospital viendo como los pacientes con cáncer, sentados en sillones esperando para recibir su medicación, miraban la tele, y, simplemente esbozaban una sonrisa. Por suerte, son mas sabios que yo.

CÓMO INFLUYE LA FELICIDAD EN EL ESTADO DE SALUD

“Si te pasas la vida enfadado, es mucho más probable que contraigas cáncer”

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“Si te pasas la vida enfadado, es mucho más probable que contraigas cáncer”
Las personas felices resisten mejor las enfermedades. 
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“Una persona que se siente feliz, enferma menos, y si enferma, controla mucho mejor su enfermedad”. Así de tajante se expresa Jesús Sánchez Martos, catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, médico, y director del encuentro La influencia de la felicidad en el estado de salud, que se ha celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en colaboración con el Instituto Coca-Cola de la Felicidad.
Los médicos siguen saliendo de las universidades sin saber nada de afectividadEl encuentro ha reunido a conocidos psicólogos, médicos y filósofos para tratar un tema controvertido, pero que cada vez está más presente en los estudios sobre salud: ¿en qué medida influye nuestro estado psicológico en el desarrollo y curación de enfermedades? Martos, que ha defendido siempre que existe una estrecha relación entre felicidad, infelicidad y salud, insiste en la necesidad de que los médicos de cabecera sepan tratar psicológicamente a sus pacientes: “No todas las enfermedades se tratan con pastillas. Tampoco es verdad que las personas mayores son las que más gastan en medicamentos, son los enfermos crónicos. Los mayores sí son los que más gastan en el conjunto del sistema sanitario, porque acuden mucho a consulta. En muchas ocasiones, si los médicos estuviéramos convenientemente entrenados en comunicación afectiva, y conociéramos cómo se sienten nuestros pacientes, no gastaríamos tanto en medicamentos. Los médicos siguen saliendo de las universidades sin saber nada de afectividad”.
Felicidad y salud, una relación recíproca
Si bien se sigue discutiendo en los círculos científicos en qué medida y cómo influye nuestra felicidad en la salud, hay un aspecto que sí parece claro: “Sin salud no existe felicidad”. Así lo asegura Javier Sádaba, catedrático de Ética y Filosofía de la Religión de la Universidad Autónoma de Madrid, que también ha participado en el encuentro de la UIMP. En su opinión, “entender esto es fundamental”, pues la salud debe ser una preocupación importante de la sociedad, en la medida en que es una condición indispensable para ser feliz.
Una persona alegre y sin miedo, de una u otra manera, supera más fácilmente las enfermedadesEl filósofo reconoce que la relación en el otro sentido, la influencia de la felicidad sobre la salud, es más complicada de explicar: “Hay aspectos técnicos que sí parecen ciertos. Nuestros cerebros generan endorfinas que nos hacen sentir mejor, y hay fármacos que actúan sobre nuestros sentimientos, que nos hacen estar bien. Técnicamente podemos ayudarnos a través de las emociones”. Al margen de esto, y en espera de nuevos hallazgos científicos, Sádaba está convencido de que, pese a que todavía no se puede comprobar, “una persona alegre y sin miedo, de una u otra manera, supera más fácilmente las enfermedades y, en general, tiene mejor salud”.
Martos, por su parte, cree que la ciencia ya ha demostrado sobradamente que existe una relación entre salud o felicidad o, más concretamente, entre la ausencia de ésta y el desarrollo de enfermedades. “Está demostrado”, afirma el médico como ejemplo, “que las personas con un carácter más hostil tienen un 23% más de probabilidades de padecer cáncer”.
El doctor Martos cree que uno de los problemas fundamentales para la salud, hoy en día, es la soledad obligada –aquella que la persona no ha elegido voluntariamente–, pues es causante, no sólo de la infelicidad, sino de un buen puñado de enfermedades. Según el médico, “provoca ansiedad, depresión e, incluso, afecta a las enfermedades cardiovasculares”. Las personas solitarias, explica el doctor, “tienen un alto índice de sobrepeso y sedentarismo pues, entre otras cosas, no suelen hacer ejercicio y no tienen una correcta alimentación”.
¿Aumentan con la crisis los problemas de salud relacionados con el bienestar?
Si una persona no disfruta con su trabajo ahora será más infeliz, porque tendrá que trabajar másMartos recurre a una frase hecha para explicar en qué medida influye la crisis en nuestra felicidad y, tal como cree, en nuestra salud: “No cabe duda de que el dinero no da la felicidad, pero ayuda”. En su opinión, además, la relación es recíproca: “Si eres feliz en tu profesión, harás mejor tu trabajo y, por tanto, te promocionarás mejor. De la crisis tenemos que salir entre todos, y es comprensible que se nos exija trabajar más. Si una persona no disfruta con su trabajo ahora será más infeliz, porque tendrá que trabajar más”.
En caso de que nos aborde la incertidumbre Martos recomienda pedir ayuda a nuestro mejor amigo, que somos nosotros mismos: “Hay que reflexionar sobre lo que estamos haciendo mal. Somos los mejores críticos de nosotros mismos. La autoestima es fundamental. Debemos tener un proyecto de vida y reflexionar sobre lo que debemos hacer para alcanzarlo”.

OTRO TIMO MEDICO DESENMASCARADO Y VAN.....

Suplementos de omega 3 no evitan infartos o derrames

Supuestamente son muy beneficiosos para el corazón, y por eso han estado de moda en años recientes. Pero, y de acuerdo con un nuevo estudio, los suplementos de ácidos omega 3 podrían ser otro caso de "demasiado bueno para ser verdad".
Suplementos de omega 3
Los suplementos de omega 3 no protegen al corazón ni evitan infartos o eventos cerebrovasculares.
La investigación encontró que estos compuestos -que se encuentran de forma natural en el pescado graso- no reducen el riesgo de morir por infartos, evento cerebrovascular ni otras enfermedades cardíacas.
El estudio, que incluyó a cerca de 70.000 individuos, apoya los hallazgos de otras investigaciones que han mostrado que estos suplementos no deben presentarse como protectores de la salud.
La teoría que prevalecía hasta ahora era que los ácidos grasos omega 3 actúan disminuyendo el nivel de triglicéridos en la sangre y ayudan a "relajar" los vasos sanguíneos reduciendo la presión arterial y permitiendo un mayor flujo de oxígeno desde y hacia el corazón, con lo cual disminuyen el riesgo de sufrir un infarto o evento cerebrovascular.
Ese mecanismo de acción, sin embargo, es desconocido y aunque se ha estudiado su impacto para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares, hasta ahora los resultados habían sido contradictorios.
El doctor Evangelos Rizos y su equipo del Hospital Universitario de Ioannina, en Grecia, llevaron a cabo una revisión de los estudios publicados sobre el vínculo entre el consumo de ácidos grasos omega 3 y su impacto en la reducción del riesgo de morir por algún evento cardíaco o cerebrovascular.

"Inútiles"

Los investigadores analizaron 20 estudios que incluían a 68.680 pacientes.
Los resultados, publicados en Journal of the American Medical Association (JAMA, revista de la Asociación Médica Estadounidense), indican que con el uso de suplementos "no hay una asociación estadística significativa en la mortalidad por cualquier causa, por eventos cardíacos, infartos o evento cerebrovascular".
"Nuestros hallazgos no justifican el uso de omega 3 para una intervención estructurada en la práctica clínica diaria o en las directrices que apoyan la administración de ácidos grasos poliinsaturados omega 3"
Dr. Evangelos Rizos
En conclusión, dice el doctor Rizos, "nuestros hallazgos no justifican el uso de omega 3 para una intervención estructurada en la práctica clínica diaria o en las directrices que apoyan la administración de ácidos grasos poliinsaturados omega 3".
La doctora Donna Arnett, presidenta de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), dijo a la agencia Reuters que este nuevo análisis es "el mayor que se ha hecho hasta ahora y pone fin al asunto del papel de los omega 3 en las enfermedades del corazón".
El estudio muestra que "los suplementos no ofrecen beneficios", independientemente de si el paciente tiene o no problemas cardíacos previos.
Lo que los expertos sí recomiendan para una buena salud del corazón es obtener los ácidos grasos de sus fuentes naturales, es decir, comer pescado graso, como salmón, sardinas o arenque, al menos dos veces a la semana y combinarlo con una dieta rica en frutas, verduras y frutos secos, realizar ejercicio regular y no fumar.
Éste no es el primer estudio que habla sobre la "inutilidad" de los suplementos de omega 3.
En junio pasado, una investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Scienes (PNAS), que analizó el impacto de estos productos para la prevención de la demencia, encontró que los suplementos son "una pérdida de tiempo y dinero".
Además de su supuesta protección cardiovascular, otra de las afirmaciones sobre los beneficios de estos compuestos es que éstos parecen contribuir a mantener a las neuronas sanas durante la vejez.
Pero no hay evidencia científica clara sobre el papel de estas grasas en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia.
El estudio, que siguió durante tres años a más de 3.500 personas, encontró que estos compuestos -tomados en cápsulas o en margarina para untar- no ofrecen ninguna protección al cerebro.
Tal como expresa la doctora Marie Janson de Alzheimer Research Uk "aunque tomar suplementos de omega 3 puede no ser la clave para evitar los problemas cognitivos, comer una dieta sana y balanceada que incluya pescado y otras fuentes naturales de omega 3 es una forma importante de mantener una buena salud".