martes, 18 de octubre de 2011

HAY QUE PRACTICAR EL SEXO

Los malos amantes, por falta de entrenamiento erótico, dicen expertos

Carolina Gómez Mena

Aunque muchos consideren que hay hombres y mujeres que siempre serán un fiasco como parejas sexuales, la realidad es que nadie nace y muere siendo un amante poco sensible, nada creativo o torpe. Más que malos amantes, hay hombres y mujeres sin entrenamiento, nada ilustrados en el arte erótico y que carecen hasta de conocimientos básicos de anatomía.

Como en muchos aspectos de la vida, el aprendizaje, el cambio de actitud y el ensayo marcan la diferencia, por lo cual, cualquiera, aun aquel que tenga la certeza de que es el más negado para la disciplina amatoria puede pasar de estar en el sótano a rozar la cúspide, porque nadie nace sabiendo ni saber amar es algo innato.

Para desechar esta “idea falaz de que el erotismo es instintivo, y que no podemos perfeccionar esa práctica, en el octavo Congreso Nacional de Educación Sexual y Sexología, que comienza el 20 de octubre en Tuxtla Gutiérrez, habrá un taller denominado Escuela para Amantes, a cargo de José de Jesús González Salazar, en el cual se darán consejos para ampliar el repertorio erótico, planteó el terapeuta sexual David Barrios Martínez, integrante del Consejo de Calificación Profesional en Educación Sexual y Sexología (Capsex).

En entrevista con La Jornada, el médico y ex presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femmess), organizadora del encuentro, agregó que es muy interesante académicamente, pero abierto al público en general y que se abordarán 180 trabajos, por lo cual ha despertado el interés de padres y madres de familia, docentes e incluso de algunos sacerdotes.

Otro tópico es el “erotismo gourmet”, que aborda la gastrofilia, una de las manifestaciones de la diversidad sexual y que se practica, sobre todo entre la clase media ilustrada y que al igual que las demás expresiones sexuales no debe ser considerado patológico, sino parte de una amplia creatividad erótica.

Señaló que esto va más allá del coito simple y llano, de la tendencia de muchos hombres de creer que acariciar es amasar; que besar durante la relación sexual es una práctica de novios que sobra al cabo de los años de vivir en pareja; la mayoría de los hombres son muy malos amantes, porque creen que ternura y pasión están reñidos.

Untar crema chantilly a la pareja y luego paladearla, para algunos podría ser insano, pero indicó que aunque éstas son prácticas que salen de lo común, son respetables y no hay que satanizarlas si se dan en un ámbito de respeto y de mutuo acuerdo abren el abanico de sensaciones.

También se abordará el cibersexo –práctica al alza no sólo entre jóvenes–, el poliamor, la bisexualidad y se discutirá si en México la educación sexual es laica o guadalupana. Sobre ello Luis Perelman Javnoson, presidente de la Femess, señaló que existe influencia de ideas religiosas, prejuicios, mitos, miedos y tradiciones en la educación sexual, lo cual ha hecho mucho daño, por lo que sólo se debe tener como referente la evidencia científica.

Hay que hacer valer los derechos sexuales, incluyendo el derecho al placer, dijo, y añadió que la Femess pugna por que los compromisos asumidos en la declaración ministerial, firmada hace tres años en el congreso mundial sobre VIH/sida por ministros y secretarios de salud y educación de América Latina, sea una realidad, pues contempla para el año 2015 reducir en 75 por ciento las escuelas que no tienen educación sexual integral y en 50 por ciento los centros de salud que carecen de servicios amigables para los jóvenes, concluyó Perelman.

SE COJE ANTES AL MENTIROSO QUE AL COJO


PROCEDIMIENTOS DUDOSOS: NEUROLOGIA DE LA VERDAD

Verás que todo es mentira

La tentación de cruzar la frontera desde las ciencias duras hacia fenómenos sociales o culturales es grande, pero el riesgo está en simplificar cuestiones que, en la realidad, son mucho más complejas. Es el caso de la eterna promesa de detectar “científicamente” la mentira, un fenómeno que difícilmente pueda ser aislado y delimitado claramente.

Por Esteban Magnani y Luis Magnani

La posibilidad de mentir nos hace humanos. Sin la capacidad de imaginar cosas que no son ciertas, los escritores no podrían haber escapado de la cárcel de sus circunstancias para construir mundos paralelos en los que se movieran sus personajes inventados. ¿Es ésa una mentira? Según la primera acepción de la Real Academia Española, la mentira es “la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”. Es decir que se trata de un concepto que tiene un grado importante de subjetividad que depende de lo que “se sabe”, con toda la problemática que eso implica. Pero, ¿tiene límites claros que permiten delimitarla científicamente o se trata simplemente de un epifenómeno sin un correlato neurológico?

Como suele ocurrir, existen numerosas prácticas que buscan, con supuestos métodos científicos “duros”, responder a cuestiones que no pueden tener ese rango. Los celos, el amor, la envidia, son etiquetas que ponemos a sensaciones que no tienen límites claros; más bien responden a una multiplicidad de factores que deben ser resumidos con una palabra que, no necesariamente, es el reflejo de algo acotado y aislable científicamente. Cuando no se entiende este límite fundamental se cae en, por ejemplo, confiar en la respuesta por sí o por no de aparatos que reducen fenómenos complejos a un par de variables.

Si se tienen en cuenta todas estas salvedades y se evita sacar conclusiones exageradas, el intento por detectar a nivel neurológico un fenómeno como la mentira puede resultar interesante desde el punto de vista científico.

LAS BASES NEUROLOGICAS

Muchas veces se usa la tecnología para operar sobre la realidad a partir de preconceptos. Por ejemplo, el detector de mentiras restringe a éstas a ser fenómenos conscientes en que se niega una situación objetiva percibida por el sujeto. El recorte es, por supuesto, discutible, pero permite imaginar que para detectarlas alcanza con medir la ansiedad del sujeto, tomando indicadores como el pulso y el ritmo de la respiración. Sin embargo, incluso dentro de esa interpretación acotada, el resultado es poco confiable, ya que la ansiedad de un inocente puede crecer, por ejemplo, por encontrarse injustamente acusado; además, los psicópatas muestran un bajo nivel de ansiedad. En definitiva, como las causas de la ansiedad son muchas, la confiabilidad es baja.

Daniel Langleben y colegas, de la Universidad de Pensilvania, utilizaron la FMRI (Functional Magnetic Resonance Imaging o imágenes funcionales obtenidas por resonancia magnética) a fin de estudiar los cerebros de algunos voluntarios. Durante un test, los participantes recibieron un naipe, se les dijo que lo ocultaran en un bolsillo y negaran tenerlo al ser cuestionados. Luego se les fue mostrando una sucesión de naipes al tiempo que se les preguntaba si tenían la carta en su poder. Las partes del cerebro que tienen un rol importante en la manera en que los seres humanos fijan su atención y controlan los errores se mostraron, en promedio, más activas en el momento en que los voluntarios estaban mintiendo. El experimento llevó a los investigadores a sugerir que esta reacción se corresponde con los procesos mentales que requiere el engaño, por lo que la FMRI permitiría ubicar a nivel neurológico ciertas zonas involucradas en las mentiras deliberadas.

Son muchos los investigadores que siguen esta línea de trabajo. En otro estudio similar realizado en la Universidad de Carolina del Sur, EE.UU., los sujetos debían robar un reloj o un anillo de un cuarto y guardarlo sin que nadie lo viera. Luego, por medio de preguntas y resonancias, el equipo logró detectar correctamente en 9 de cada 10 casos qué era lo efectivamente robado. Evidentemente había un margen de efectividad interesante aplicable a un caso puntual y acotado a condiciones de laboratorio.

Según Sean Spence, un profesor de psiquiatría de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, cuando alguien conoce la respuesta a una pregunta, la contestación es automática; pero si se quiere evitar la verdad, eso demanda una operación adicional del cerebro y la resonancia detecta un cambio en sus propiedades magnéticas.

UN CASO REAL(ITY)

La investigación de Spence enfrentó su gran desafío mediático en un programa televisivo británico de reality llamado Lie Lab (“Laboratorio de mentiras”). Una mujer llamada Susan Hamilton había sido acusada de haber envenenado a una niña que estaba a su cuidado. Hasta este caso, la investigación de Spence había sido probada sólo con estudiantes jóvenes y saludables que actuaban libremente y en condiciones controladas de laboratorio. Los investigadores entrevistaron a Hamilton cuatro veces y en cada una la acribillaron con preguntas referidas al envenenamiento. Spence advirtió que, de acuerdo con la resonancia, no se podía afirmar que era inocente, pero sí que el cerebro actuaba como si lo fuera, al menos dentro de lo que hasta ahora se sabe sobre esta técnica. También reconoció que hubieran sido necesarias preguntas más neutrales de control para medir posibles “desviaciones” hacia la mentira. Pero, obviamente, la tensión estaba más puesta en el rating que en el método científico.

Más allá de la necesidad de los medios de apoyarse en herramientas tecnológicas sin tener la capacidad de entender (o ignorando deliberadamente) su complejidad, las FMRI permiten avanzar en el conocimiento de los procesos neurológicos que nos hacen humanos que, no necesariamente, tienen que ver con conceptos más difusos como la mentira

CAPITALISMO ASESINO

Cada cinco horas muere un niño en EEUU por malos tratos

Por: | 18 de octubre de 2011

Cada cinco horas muere un niño en Estados Unidos debido a malos tratos o negligencia. No son cifras del Tercer Mundo, tampoco de África, los grandes olvidados; son estadísticas de la principal superpotencia mundial, según denuncia un reportaje de investigación de BBC. Los datos gubernamentales sobre malos tratos infantiles reconocían 1.700 muertos en 2009: el reportaje cita un informe del Congreso que indica que el número real alcanza 2.500.

Presentado de forma original y práctica en la web, el reportaje ofrece más sorpresas: sesenta y seis niños menores de 15 años sufren abuso psicológico cada semana en el mundo industrializado. Veintisiete de esos niños maltratados mueren en EEUU, el número más elevado comparado con otros países. Un informe de Unicef de 2001 emparejaba a EEUU con México en el maltrato infantil. La situación apenas ha mejorado. Dentro de Estados Unidos, el peor es Texas, el que realiza más ejecuciones.

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Más información y estadísticas en Child Help, la hemeroteca del diario The New York Times y en Unicef.


Como simple comparacion,Cuba es el pais del mundo con menos mortalidad infanto-juvenil.