sábado, 16 de marzo de 2013

El uso abusivo de cesáreas en América Latina contradice a la OMS

Brasil, México o Chile superan con creces las recomendaciones sanitarias

Las intervenciones quirúrgicas solo son necesarias en un 15% de los partos

..Una gran cantidad de latinoamericanos,vinieron al mundo en un quirófano, según el último informe Estado Mundial de la Infancia de Unicef. Cada vez más mujeres y médicos desoyen las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que llevan décadas alertando de los riegos de resolver quirúrgicamente un proceso tan natural como nacer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que solo debe hacerse una cesárea cuando el parto no se puede desarrollar de manera normal, lo que sucede en un 15% de los casos. Por encima de esa cifra se consideran intervenciones quirúrgicas innecesarias.
La cesárea ni se creó gracias a los avances tecnológicos ni es un símbolo de los tiempos modernos. Numa Pompilio, el sucesor de Rómulo y segundo rey de Roma, fue su primer impulsor. La Lex caesarea que dictó exigía que en caso de muerte de una mujer embarazada, se practicara una incisión en el abdomen para tratar de salvar la vida del niño o, lo que era más común, enterrar a hijo y madre por separado. Unos 2.700 años después la ley romana parece imponerse en los hospitales de América Latina, aunque bendecida por el desarrollo de la medicina. Ya no es una intervención a posteriori. Hoy es la forma más rápida e indolora de parir.
Algunos lectores de EL PAÍS se preguntan cuál es la situación del resto de países de América Latina tras la publicación esta semana de la noticia Uno de cada dos mexicano nace mediante cesárea. El informe de Unicef pone a la cabeza a Brasil, con el 50% de cesáreas. Sin embargo, la ONG mexicana El Poder del Consumidor asegura que en 2012 el país norteamericano superó al gigante sudamericano. Países como la República Dominicana (42%) o Paraguay (33%) también doblan con creces el reto de la OMS. El informe de Unicef no ofrece datos de Chile, Argentina o Venezuela, pero indicadores nacionales muestran la misma tendencia.
Las cifras hablan de medias, pero las diferencias porcentuales entre los hospitales públicos y las clínicas privadas son abismales. El número de cesáreas en los centros privados supera el 70% en México (41% en los públicos) o el 60% en Chile, según el Ministerio de Salud chileno. En Venezuela, sin datos oficiales, el doctor y miembro de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología Fredy González aseguró a France Presse que el índice supera el 70% en las clínica privadas y que se mantiene en un 40% en las públicas. Con cifras más bajas que sus vecinos, Argentina tuvo un 26,7% de cesáreas en 2011, según datos del Gobierno.
En EE UU el 31% de los partos acaba en cesárea, un índice que no ha dejado de aumentar en los últimos 15 años
El avance de la cesárea no es una novedad. Ya en los años 70 y 80 su uso se incrementó de manera alarmante en Estados Unidos. Se popularizó la creencia de que era lo menos peligroso para el bebé y para la madre. Los estudios y análisis de expertos mundiales demostraron el error: una cesárea no implica ningún beneficio y multiplica por diez los riesgos de ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos, según la OMS. Pese a las advertencias, las cifras en EE UU aún son muy altas, con un 31% de cesáreas según Unicef, y han ido en aumento en los últimos 15 años.
La historia de la cesárea corre hoy en dirección contraria a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. La OMS trata de pasar página de un método que se malentendió como lo moderno y avanzado. Hay una falsa leyenda que atribuye el término cesárea al nacimiento de Julio César, pero los expertos han desechado la hipótesis porque la madre del patricio vivió hasta los 46 años. Eran unos tiempos en los que ninguna mujer sobrevivía a la intervención, prueba que Julio César llegó al mundo de forma natural. Derribado el mito etimológico, la cesárea se enfrenta ahora a mitos médicos.

ME PARECE QUE TIENE TODA LA RAZON

“Los lobbies prohibicionistas exageran los riesgos de las drogas”

El profesor de Harvard Jeffrey Miron explica por qué prohibir la heroína o la marihuana es más peligroso que venderlas en supermercados

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Jeffrey Miron
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Jeffrey Miron, de 56 años, se considera un liberal acérrimo. Ha estudiado los efectos de la criminalización de las drogas durante 15 años, piensa que estos se han exagerado siempre y que todos los tipos de drogas deberían legalizarse. Ha sido presidente del departamento de economía de la Universidad de Boston desde 1992 hasta 1998. Actualmente da clases en el departamento de economía de la Universidad de Harvard.

Pregunta. ¿Por qué deberían ser legales la heroína, la cocaína y la marihuana?
Respuesta. La prohibición de las drogas es la peor solución para prevenir su consumo. En primer lugar, trae consigo un mercado negro corrupto y que cuesta vidas humanas. En segundo lugar, impone limitaciones a personas que no consumirían drogas. En tercer lugar, prohibir las drogas es caro.
P. ¿Cómo de caro?
Miron: Si legalizase las drogas, Estados Unidos podría ahorrar entre 85.000 ya 90.000 millones de dólares al año. En torno a la mitad de eso se gasta en las actuales políticas antidrogas y la mitad de eso se pierde en impuestos con los que el Estado podría gravar drogas legales.
P. En el lado de la balanza, hay muchas personas que se volverían adictas a las drogas.
R. Supongamos que el consumo de drogas aumentase como consecuencia de la legalización. ¿Sería malo? Si aplicamos las normas de la economía, eso es (al menos en parte) algo bueno. Cualquier política que me impida hacer lo que quiero empaña mi felicidad.
P. Las drogas conducen a la adicción. Empañan la felicidad de las personas.
R. La adicción no es el problema. Muchas personas son adictas a la cafeína y a nadie le preocupa. Muchas personas son adictas a los deportes, la cerveza o la comida. Al Estado tampoco le molesta eso.
P. ¿El Estado debería tratar los deportes y la cocaína de la misma forma?
R. Los efectos de la cocaína se describen de un modo tremendamente exagerado. Hay banqueros de Wall Street que esnifan cocaína; tienen ingresos altos, acceso a un buen sistema sanitario, están casados y tienen una situación vital estable. Muchos de ellos dejan de tomar cocaína posteriormente. Me da la impresión de que estas personas disfrutan consumiéndola. Luego están las personas que fuman crack y llevan vidas que son muy diferentes de las de los agentes de Bolsa; son personas con pocos ingresos, sin trabajo y con mala salud. Muchas de estas personas tienen un final lamentable. Pero la cocaína no es la culpable de eso. La culpa es de las pésimas vidas que llevan esas personas.
P. ¿Intenta decir que el crack no es nocivo?
R. ¿Es posible consumir crack durante mucho tiempo y luego dejarlo? Desde luego, y hay datos que lo respaldan. Los lobbies prohibicionistas exageran considerablemente para lograr sus objetivos. Las drogas son mucho menos peligrosas de lo que la gente piensa. No está claro que consumir marihuana o cocaína tenga efectos negativos importantes si el producto es asequible, si no tenemos que arriesgar la vida para conseguirlo y si el producto no ha sido diluido en secreto con matarratas.
P. ¿Pretende afirmar que no es peligroso inyectarse heroína?
R. La inyección está tan extendida porque, con la prohibición, la heroína es cara y la inyección hace que quienes la usan se coloquen por menos dinero. Si las drogas fuesen mucho menos caras, la mayoría de las personas probablemente fumarían heroína en vez de inyectársela.
P. Una vez más: ¿piensa que sería positivo que la legalización condujese a un aumento del consumo de drogas?
R. Si creen ustedes en todo eso en lo que los estadounidenses afirman creer – libertad, individualidad, responsabilidad personal —, tienen que legalizar las drogas. La máxima debería ser que a cada cual se le permita hacer lo que quiera mientras no perjudique a nadie más. Se da por supuesto que uno hace daño a alguien cuando consume drogas, pero los datos científicos no respaldan esta hipótesis.
P. La cocaína hace que la gente se vuelva agresiva.
R. Las pruebas científicas de eso son muy débiles. La mayoría de las pruebas que indican una relación entre la violencia y las drogas se refieren al alcohol. ¿Significa eso que debería prohibirse el alcohol? De hecho, la legalización de todas las drogas reduciría drásticamente la cantidad de violencia que hay en Estados Unidos.
P. ¿Cómo?
R. La prohibición conduce a la violencia. Al hacer que el mercado negro sea inevitable, se genera violencia porque los conflictos entre las partes implicadas en el tráfico de drogas no pueden resolverse por medios legales dentro del sistema judicial. Se ven obligadas a vivir en un mundo de penumbra en el que tienen que matarse unas a otras en vez de contratar a abogados y llevar los problemas a los tribunales.
P. ¿Entonces el Estado debería permitir que los cárteles siguieran adelante con lo suyo sin más?
R. Hay estudios que demuestran que el nivel de violencia ser reduce cuando el Estado deja de intervenir en el tráfico de drogas, debido a que se producen menos disputas entre los narcotraficantes. Las últimas pruebas provenientes de México lo confirman. Por supuesto, la violencia relacionada con las drogas hace mucho que existe. Pero no hubo un aumento repentino y una escalada de la violencia hasta que el presidente, Felipe Calderón, declaró la gran guerra contra las drogas en 2006. Hemos calculado que la tasa de asesinatos en Estados Unidos podría disminuir cerca de un 25 % si las drogas fuesen legales.
P. ¿De qué modo variarían los precios de las drogas como consecuencia de la legalización?
R. Los precios de la marihuana apenas variarían. Si comparamos los precios del mercado negro con los precios de aquellos lugares en los que la marihuana es prácticamente legal hoy, por ejemplo Holanda, son muy similares. Los precios que se pagan por la cocaína podrían bajar considerablemente.
P. Entonces todo el país esnifaría cocaína.
R. El consumo de las drogas más inocuas probablemente aumentaría. Y habría un número mayor de personas que ocasionalmente consumirían alguna droga. Pero cuando el whisky de malta sin mezclar volvió a ser legal después de que terminase la prohibición del alcohol en Estados Unidos, el país entero no se volvió adicto al whisky.
P. Como democracia, ¿no tenemos la obligación de proteger a las personas de sí mismas?
R. Creo que las personas que se hacen daño a sí mismas con las drogas lo seguirán haciendo, independientemente de que sean legales o no.
P. ¿No tenemos una obligación moral?
R. Si un amigo suyo hace alguna estupidez, ¿cree que el hecho de intervenir mejoraría o empeoraría la situación? Puede que meter a su amigo en la cárcel y obligarle a someterse a terapia no sea la mejor solución. Quizás sea mejor hablarle de manera tranquila y serena.
P. ¿Hablar es la solución para el problema de las drogas?
R. Desde luego, la prohibición no es la solución.
P. ¿Por qué están prohibidas las drogas entonces?
R. Las personas ingenuas creen que si algo es ilegal, la gente ya no lo hará. Está claro que eso no es cierto. Otros piensan que si lo ilegalizamos, el precio subirá y habrá menos personas que consuman la droga. Pero para algunos el precio no es un factor.
P. ¿Cómo sería un mundo en el que las drogas fuesen legales?
R. Como Portugal. Allí, hace varios años que el consumo es legal y apenas ha habido variaciones en la magnitud del uso de drogas. La legalización no haría que aumentara en gran medida la tasa de consumo. Y si la gente empezase a fumar marihuana, tampoco pasaría nada. Es asunto suyo.
P. ¿En serio quiere que las drogas se vendan en los supermercados?
R. Sí.
P. ¿La prescripción de drogas sería una posibilidad?
R. Una ley de prescripción muy laxa como la de California no hace ningún daño, porque cualquiera consigue una receta. Pero siendo así, ¿qué ventaja tiene? Si existe una ley de prescripción muy estricta, volverá a surgir un mercado negro.
P. ¿Qué pasaría con el mercado negro si se legalizasen las drogas?
R. Uno tendría elección. Podría comprar la cocaína en un supermercado o comprársela a un misterioso traficante mexicano en una esquina que podría matarle. Eso terminaría con el mercado negro.
P. ¿Qué pasaría con los cárteles de la droga?
R. Si las drogas se legalizasen, muchos de los cárteles de México intentarían aprovechar su experiencia creando una empresa legal de inmediato. Querrían ser los primeros y tendrían buenos productos y una buena red de distribución. Sigue sin estar nada claro que los cárteles de la droga quieran la legalización. El Chapo Guzmán, el jefe de cártel más poderoso del mundo, tiene una ventaja innata porque es un criminal muy experimentado; por eso es tan rico. Si ya no hubiese un mercado negro de drogas, Guzmán perdería su ventaja.
P. ¿Deberían gravarse las drogas?
R. Un impuesto elevado es una mala idea porque haría aumentar los incentivos para volver a crear un mercado negro.
P. ¿Por qué nadie está poniendo en práctica sus propuestas?
R. Muchos miles de personas que ocupan cargos públicos se quedarían sin trabajo como consecuencia de la legalización. Los centros de rehabilitación perderían muchos clientes porque muchas de las personas que acuden a ellos lo hacen obligadas por el sistema judicial. Las personas que construyen cárceles también tienen interés en que haya un gran número de presos. Además de eso, a la Iglesia no le gustan las drogas y en Estados Unidos la Iglesia es poderosa.
P. ¿Usted consume drogas?
R. No. Fumé algo de hierba cuando era estudiante, pero eso fue todo. Pero si mañana se legalizasen las drogas, saldría y las probaría todas. Dudo que las consumiese más de una vez; pero después de todo lo que he investigado sobre este asunto, siento curiosidad.
© 2013 Der Spiegel.
Traducción de News Clips.