domingo, 15 de octubre de 2017

NO LES ALCANZARON 500 AÑOS DE GENOCIDIOS

España formó parte de la trama de robo de bebés guatemaltecos

Durante la denominada “guerra contrainsurgente”, militares del país centroamericano secuestraron a niños para venderlos a través de una red de orfanatos y ONGs. Se calcula que mil de ellos fueron enviados a Europa. Unos cien podrían vivir en distintas ciudades españolas sin conocer su verdadera historia.

Isabel, en el centro, fue criada en Bélgica por una familia adoptiva y se reencontró con sus hermanas en 2011.

Diego jamás pudo borrar aquella tarde. El calendario marcaba 14 de julio, él tenía dos años y la escena transcurría en París, donde se celebraba el desfile militar por el Día Nacional de Francia. De repente aparecieron aquellos hombres vestidos de soldados, avanzando a paso rápido entre la multitud. El pequeño sintió un vacío en el estómago y se encaramó a su madre adoptiva. Lloraba sin consuelo ni explicación. Tenía miedo. Mucho miedo. Era una señal.
Para entender esta historia hay que tener en cuenta un par de detalles esenciales. Primero: Diego era y es francés de adopción pero guatemalteco de origen. De hecho, sus clarísimos rasgos mayas no dejan lugar a dudas. Segundo: su vida estuvo marcada desde el minuto cero por la cruenta guerra civil que tuvo lugar en su país a finales de los setenta y principios de los ochenta. Él nació en 1981. Poco tiempo después, los militares entraron a la comunidad en la que vivía y arrasaron con todo. En medio de un festín de muerte y destrucción, aquel bebé se convirtió en un lucrativo botín de guerra.A los mayores los mataban; a los niños los vendían
Para desgracia de otros miles de Diegos, su caso no fue un episodio aislado. Siguiendo el modelo implementado previamente por la dictadura sanguinaria de Jorge Rafael Videla en Argentina –o incluso antes por el régimen de Francisco Franco en España-, los militares guatemaltecos implementaron su propio plan de apropiación de criaturas. La consigna corrió rápido entre las tropas que decían luchar contra la “subversión marxista”, eufemismo que facilitó el asesinato de más de 200 mil personas y el robo de entre 20 mil y 25 mil bebés. A los mayores los mataban; a los niños los vendían.
Se calcula que alrededor de mil criaturas podrían haber sido entregadas a familias europeas, principalmente de Francia y Bélgica, aunque también hubo “envíos” a Italia, Alemania… y España. “En este país existen sospechas sobre alrededor de 100 adopciones, pero de momento no se ha podido aclarar ninguna”, señala a Público Lucía Pinto, una investigadora guatemalteca afincada en Cataluña. El grueso de casos se habría producido entre 1978 y 1984, coincidiendo con la táctica de “tierra arrasada” que aplicaron los militares en Guatemala. “A día de hoy –subraya-, esos jóvenes de indiscutibles rasgos mayas tendrían entre 30 y 40 años”.
“Hasta ahora sólo han sido localizados y aclarados los orígenes de una decena”
De momento, los casos aclarados se cuentan con los dedos de la mano. “Hasta ahora sólo han sido localizados y aclarados los orígenes de una decena”, explica Pinto. La mayoría de las personas que han logrado conocer la verdad sobre sus orígenes se encuentra en Francia, aunque también ha habido casos resueltos –o en vías de resolución- en Bélgica y Alemania.
Una de las historias localizadas en territorio belga tuvo como protagonista a Isabel, una indígena que vivió una infancia marcada por la desgracia. Cuando tenía dos años, los militares mataron a su madre. Ella recibió dos tiros en el hombro y la espalda, pero sobrevivió. Entonces el ejército la llevó a un hospital y luego a un hogar de niños, donde fue entregada en adopción a una familia de Bruselas. Tenía tres años. En 2011, Isabel logró reencontrarse con sus tres hermanas, quienes vivían en la aldea de Chacalte, situada en el occidente del país. Quienes fueron testigos de su reencuentro no olvidan un detalle significativo: para comunicarse tenían que hacerlo a través de notas escritas, ya que Isabel sólo sabía francés y sus hermanas hablaban en Ixil, el idioma de su etnia. Los abrazos, eso sí, no tenían idioma.

El papel de los abogados

“En el caso de Europa, hubo ciertas estructuras de abogados que hacían negocios con estas adopciones”, explica a Público Marco Antonio Garavito, responsable de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental. Esta organización se dedica –entre otras actividades ligadas a la defensa de los derechos humanos- a la búsqueda de aquellas y aquellos niños que fueron apropiados por el ejército y entregados a familias adoptivas de manera ilegal. “Llevamos 18 años con este programa, y el trabajo todavía para largo”, explica Garavito al otro lado del teléfono.
Marco Antonio Garavito, responsable de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental
El portavoz de la ONG aporta cifras sobre su titánica tarea, llevada a cabo por cuatro personas que se las ingenian para abarcar distintas zonas del país, o al menos aquellas en las que el conflicto fue especialmente violento y, por tanto, hubo más robos de bebés. “De momento llevamos 459 reencuentros, con un promedio de entre 20 y 25 al año”, relata. Sin embargo, en sus listados aún esperan unas mil familias que siguen sin tener noticias de los suyos. “De momento no pudimos encontrar a sus hijos”, se lamenta.

El precio de la mentira

A este lado del océano, Lucía Pinto aporta otros elementos sobre cómo funcionó la trama de adopciones ilegales. “Las mujeres de los militares estaban al frente de los orfanatos, y desde allí empezaron a dar en adopción a niños como si fueran huérfanos, pero sin aclarar nunca que eran víctimas de la guerra civil”, apuntó. De hecho, todo indica que las familias europeas que adoptaron a esas criaturas desconocían sus aterradoras historias. “Tuve oportunidad de hablar con algunos padres de adoptados en Europa, y me di cuenta que no estaban al tanto de la verdad”, agrega Garavito desde su oficina en la capital de Guatemala.
Miriam se reencuentra con su familia en Guatemala
La dinámica era la siguiente: los padres que querían adoptar se ponían en contacto con organizaciones de “ayuda” que tenían fuertes vínculos con los militares guatemaltecos. Entonces se iniciaban los “trámites”, que normalmente duraban poco tiempo y valían mucho dinero. “Las parejas llegaban a mandar entre seis mil y diez mil euros para los supuestos ‘gastos de hospitalización’ del niño que iban a adoptar. Quienes cobraban ese dinero en Guatemala eran las esposas de los militares, que estaban a cargo de los orfanatos”, señala Pinto.
Una de las principales ONG que formó parte de esta trama se encontraba en Bélgica. En cuanto al capítulo español, existen sospechas sobre varias monjas de este país que estaban instaladas en ese país centroamericano y que, según Pinto, “reconocieron que hubo caso de niños guatemaltecos entregados a familias españolas”. Barcelona, Madrid, Valencia y Murcia habrían sido algunos de sus destinos.

LOS FELINOS SON MUY SOCIABLES


Los pumas se quitan el sambenito de insociables


Por su carácter esquivo, los pumas han sido hasta ahora difíciles de observar en estado salvaje y se les ha llegado a considerar animales solitarios. Las imágenes captadas a diferentes individuos de este felino, protagonista de #Cienciaalobestia, demuestran lo contrario: en realidad mantienen estrechos vínculos sociales y exhiben conductas como la reciprocidad.

<p>Un joven macho (sin collar) se acerca a la presa cazada por una joven hembra (con collar). / Mark Elbroch / Panthera</p>
Un joven macho (sin collar) se acerca a la presa cazada por una joven hembra (con collar). / Mark Elbroch / Panthera
Hace un tiempo, el territorio de los pumas (Puma concolor) se extendía a lo largo y ancho del continente americano, lo que lo convirtió en unos de los animales más comunes. Pero a principios del siglo XX, la pérdida de hábitat y la caza redujeron sus poblaciones. Hoy el llamado 'león de montaña' se enfrenta a numerosas amenazas.
Los resultados indican cuándo y dónde los leones de montaña se relacionan en la naturaleza
Hasta que en 1964, el biólogo estadounidense Maurice Hornocker realizó el primer gran estudio sobre este mamífero carnívoro en el estado de Idaho, poco se sabía sobre este gran felino. Su naturaleza reservada pronto le definió como un animal poco sociable.
“Durante los 60 años siguientes hemos seguido creyendo que son solitarios porque cada nuevo proyecto reafirmaba lo aprendido en este primer trabajo”, señala a Sinc Mark Elbroch, investigador del Proyecto Puma de la organización Panthera, quien considera que aún no se conoce bien a estos animales.
Por esta razón, el científico, junto a su equipo, marcó y monitorizó a 13 pumas a los que se les colocaron localizadores GPS. Además se instalaron de abril de 2012 a marzo de 2015 varias cámaras de vídeo con sensor de movimiento en diferentes puntos estratégicos donde los felinos se alimentaban en el estado de Wyoming (EE UU).    
Los resultados, publicados en la revista Science Advances, revelan que el comportamiento social en esta especie sí está presente e indican cuándo y dónde los leones de montaña se relacionan en la naturaleza.
“La mayoría de las interacciones se producen en las fuentes de alimento, donde uno de los pumas ha matado un ciervo o un alce. Estudiamos así por qué un puma permite que otro ejemplar se alimente con él y descubrimos que existen patrones fuertes que no son aleatorios”, recalca Elbroch.
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Dos hembras se enfrentan por la comida. / Mark Elbroch/Panthera
La reciprocidad en los pumas
Las imágenes captadas por los científicos permitieron identificar comportamientos de reciprocidad (dar algo a cambio de otra cosa). “La reciprocidad es un comportamiento social complejo, que hasta ahora solo ha sido documentado en animales sociales como los chimpancés”, subraya a Sinc el experto.
“La reciprocidad es un comportamiento social complejo, que hasta ahora solo ha sido documentado en animales sociales como los chimpancés”, dice Elbroch
Las observaciones demostraron que el felino que daba exhibía tolerancia hacia el que recibía, y ambos se alimentaban de la presa cazada por el primero. Los pumas adultos mostraron mayor tolerancia que los más jóvenes, y los machos se beneficiaron más de este comportamiento, y fueron menos transigentes. Esta conducta se produjo entre individuos que habitaban la misma área.  
Pero la reciprocidad no fue el único comportamiento observado; también se estudiaron otros como el cortejo y el apareamiento, y muchas interacciones familiares entre las madres y sus crías.
“Todo nos sorprendió: desde el hecho de que sean más sociales de lo que pensábamos, que la mayoría de las interacciones estén en los puntos de alimentación, hasta que los machos territoriales actúen como gobernadores y decidan qué pumas interactúan con otros. ¡Es todo fascinante!”, concluye Elbroch.

MI PADRE TENÍA UN CAMPO EN LA PAMPA ARGENTINA.
UN DIA,DE RECORRIDA, ENCONTRAMOS UNA HEMBRA  PUMA MUERTA POR ALGUN FURTIVO.
ESTABA CALIENTE Y LE SALIA LECHE DE LAS MAMAS.
SUPUSE QUE TENDRIA CRIAS CERCA Y DESPUES DE RASTREAR ENCONTRAMOS DOS CRIAS,UNA HEMBRA Y UN MACHO.
TENIAN DIAS Y LOS LLEVAMOS AL CASCO DE LA ESTANCIA.
UNA SE LO REGALAMOS A UN VECINO Y OTRO NOS LO QUEDAMOS.
 MARAVILLOSOS.
BIEN ALIMENTADOS  ESTUVO HASTA CASI LOS DOS AÑO EN QUE LO LLEVAMOS EN LA CAMIONETA FORD A 400 KMS.Y EN PLENA SIERRA LO SOLTAMOS. 
NO ME ANIMARIA CON UN JAGUAR.