martes, 28 de agosto de 2018

La obra de arte más antigua la hizo un neandertal

La especie extinguida es la autora de unas enigmáticas pinturas rupestres realizadas en tres cuevas españolas hace 65.000 años

Una pseudoescalera realizada hace 64.800 años en la cueva de La Pasiega (Cantabria). C.D STANDISH, A.W.G. PIKE Y D.L. HOFFMANN

Si la humanidad encontrara vida inteligente en otro planeta sería la noticia del milenio. Esos nuevos seres astutos obligarían al ser humano a replantearse su propia existencia y sus relatos religiosos de la Creación. No seríamos excepcionales. No estaríamos solos. Por sorpresa, esa noticia del milenio llega hoy, pero en pasado: no estuvimos solos. Una nueva datación de unas enigmáticas pinturas rupestres garabateadas en tres cuevas españolas muestra que se ejecutaron hace unos 65.000 años, más de 20.000 años antes de que los humanos modernos, los Homo sapiens, llegaran a la península ibérica. Los artistas solo pudieron ser neandertales. El hallazgo es la portada de la revista Science.
Las implicaciones del descubrimiento son descomunales. Es la primera prueba irrefutable de que los neandertales, extinguidos hace unos 40.000 años, tuvieron “lenguaje, cognición avanzada y pensamiento simbólico”, según explica el arqueólogo portugués João Zilhão, coautor de la investigación. Los dibujos analizados son una mano en negativo ejecutada hace al menos 66.700 años en la cueva de Maltravieso (Cáceres), un depósito mineral cubierto de pintura en una pared de la cueva de Ardales (Málaga) y un signo lineal, similar a una escalera, realizado hace al menos 64.800 años en la cueva de La Pasiega (Cantabria). Son las obras de arte más antiguas que se conocen en el planeta.
La pseudoescalera neandertal, en un dibujo de las pinturas de La Pasiega realizado por el prehistoriador francés Henri Breuil en 1913 (las siluetas animales son posteriores).
La pseudoescalera neandertal, en un dibujo de las pinturas de La Pasiega realizado por el prehistoriador francés Henri Breuil en 1913 (las siluetas animales son posteriores). H. BREUIL
Para Zilhão, el descubrimiento “acaba con la narrativa del Génesis, la de los humanos modernos saliendo de África como la especie elegida”. El investigador, de la Universidad de Barcelona, va incluso más allá de las conclusiones publicadas hoy en la revista Science. Zilhão cree que los llamados neandertales —con un cráneo con frente huidiza y un cuerpo más bajo y robusto— eran, en realidad, Homo sapiens. Los neandertales seríamos nosotros mismos.
“Los humanos modernos somos anormalmente homogéneos. En el pasado, la especie humana era más diversa que ahora, como ocurre en otras especies actuales. La variabilidad interna que hoy vemos en los chimpancés es mayor que la que veríamos en todos los humanos pasados y presentes si los considerásemos una sola especie”, reflexiona Zilhão. Según las etiquetas actuales, hace 80.000 años coexistían en la Tierra cinco especies humanas: Homo sapiens, neandertales, Homo floresiensisHomo erectus y denisovanos. Para el arqueólogo, todas eran lo mismo. “En realidad, nunca hubo más de una especie humana”, sostiene.
“La evolución es muy compleja y tiendo a pensar que los humanos modernos actuales somos el resultado de un delta fluvial que se ha ido nutriendo en su camino evolutivo de una red de afluentes, en este caso de otras poblaciones arcaicas, como los neandertales, que han contribuido a nuestra conformación actual, tal como indican la genética y los fósiles”, opina la paleoantropóloga Josefina Zapata, de la Universidad de Murcia.
De izquierda a derecha, los investigadores Daniel Garrido, Marcos Garcia, Alistair Pike, Dirk Hoffmann, Carola Hoffmann y João Zilhão.
De izquierda a derecha, los investigadores Daniel Garrido, Marcos Garcia, Alistair Pike, Dirk Hoffmann, Carola Hoffmann y João Zilhão. UB
Zapata participa junto a Zilhão en otra investigación que se publica de manera simultánea en la revista Science Advances. Los científicos han vuelto a datar unas conchas marinas perforadas y pigmentadas aparecidas en la cueva de Los Aviones, en Cartagena (Murcia). La nueva datación sugiere una antigüedad de más de 115.000 años, más del doble que los 50.000 años calculados en 2010. Para los autores, el resultado confirma que los neandertales ornamentaban sus cuerpos con collares unos 30.000 años antes de que los llamados humanos modernos comenzaran a hacerlo en África. A juicio del paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad Washington en San Luis (EE UU), estos nuevos estudios certifican que “los neandertales y los humanos modernos eran conductualmente y mentalmente equivalentes”.
Gracias a los últimos avances técnicos, en las nuevas dataciones se ha podido emplear el método del uranio-torio. Los investigadores han analizado muestras de unos pocos miligramos de carbonato de calcio tomado de la superficie de las pinturas rupestres. Cuando se forman estos materiales por precipitación, se acumulan trazas de uranio, que decae a torio a un ritmo conocido. La proporción de estos dos elementos químicos desvela la edad precisa de la muestra.
Conchas perforadas encontradas en la cueva de Los Aviones (Cartagena).
Conchas perforadas encontradas en la cueva de Los Aviones (Cartagena). J. ZILHÃO
La directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, María Martinón Torres, no comparte la idea de que neandertales y sapiens fueran la misma especie. “Los neandertales eran marcadamente diferentes en su morfología, en sus adaptaciones biológicas —por ejemplo a climas completamente diferentes—, en su secuencia genética perfectamente distinguible e incluso en su sistema inmune. Y, aunque hubo cruces fértiles [sexo con descendencia entre neandertales y sapiens], también sabemos que hubo problemas de infertilidad, lo que significa que no éramos totalmente compatibles”, afirma la paleoantropóloga.
Martinón, que no ha participado en las nuevas investigaciones, cree que hay dos posibilidades: o la capacidad artística surgió de manera independiente en neandertales y sapiens, “ya que ambos tenían grandes cerebros”, o la heredaron de un ancestro común, hace unos 500.000 años. “A ver si se derriba finalmente la teoría de que los neandertales se extinguieron porque eran cultural y simbólicamente inferiores a los humanos modernos”, sentencia.
El prehistoriador Marcos García Diez, de la Universidad Isabel I (Burgos), subraya otro hallazgo importante de su equipo. En la cueva malagueña de Ardales, los neandertales pintaron al menos en dos momentos diferentes, con 20.000 años de diferencia. “Conservaron una tradición simbólica durante miles de años. El espacio, la cueva, también era simbólico. Alguien tenía que decir: Este es nuestro espacio. Esta es nuestra ermita”.

‘¿Por qué es divertido el sexo?’ La evolución tiene la respuesta


El ser humano es el animal con la vida sexual más estrafalaria. Tanto, que le ha ayudado en el desarrollo de nuestra cultura. Con esta tesis de partida, el antropólogo Jared Diamond contesta preguntas que ni nos habíamos planteado en el que es su libro más accesible.
.
<p>El sexo humano es el más extravagante de la naturaleza, según Diamond. / AdobeStock</p>
El sexo humano es el más extravagante de la naturaleza, según Diamond. / AdobeStock
Jared Diamond (EE UU, 1937) comenzó estudiando el funcionamiento de la vesícula biliar. Su curiosidad lo llevó a aventurarse en áreas como la ornitología, antropología, ecología, geografía y biología evolutiva. De este popurrí surge una de las mentes más brillantes e interesantes de nuestro tiempo, ganador del Premio Pulitzer por su libro Armas, gérmenes y acero, publicado en 1997.
Ese mismo año Diamond publicaba también ¿Por qué es divertido el sexo?, un libro que puede parecer menor en comparación con su hermano en ambición y extensión. No se dejen engañar. Diamond explica la evolución de la sexualidad humana con su pasión y humor característicos y desde un punto de partida que pocos lectores se habrán planteado antes: aunque a nosotros no nos lo parezca, somos el animal con la vida sexual más extravagante. Y, en parte, por eso hemos llegado hasta aquí.

Son algunas de las preguntas a las que Diamond responde en su libro más ameno, que sirve como una estupenda introducción a la filosofía de un autor que, sin resultar denso, tiende a obras enciclopédicas y poco ‘veraniegas’. Los lectores que quieran introducirse en el fascinante trabajo de Diamond no encontrarán un mejor punto de partida, con la salvedad del también breve –aunque más complejo–
 Sociedades comparadas.¿Por qué los hombres no dan el pecho a sus bebés, cuando tienen pezones funcionales? Si no los usan, ¿por qué tienen pezones? Ya puestos, ¿para qué sirven los hombres? ¿Por qué el ser humano tiene un pene gigantesco en comparación con el de otros primates? ¿Por qué tenemos sexo en privado y no en público?

Mucho más que sexo

Diamond nunca da puntada sin hilo. ¿Por qué es divertido el sexo? es mucho más que el clásico compendio de curiosidades científicas. El investigador defiende que entender cómo ha evolucionado la sexualidad humana sirve también para comprender otros de nuestros rasgos característicos, como la cultura, la capacidad de hablar, la relación entre padre e hijo y hasta el dominio de herramientas.

Durante el camino en el que Diamond nos convencerá –o no– de esa idea, descubriremos que los hombres son capaces de lactar, que el pene en erección de nuestros ancestros medía unos 4 centímetros y que las mujeres ‘ocultaron’ su ovulación a sus parejas para proteger a sus crías del infanticidio, y con ello abrieron las puertas al sexo recreativo, la monogamia y los cuidados familiares.
“Los paleontólogos atribuyen normalmente la evolución de estos rasgos a nuestra adquisición de cerebros más grandes, así como a la de la postura erecta. Yo mantengo la teoría de que nuestra estrafalaria sexualidad fue asimismo esencial para su evolución”, sostiene Diamond en el prefacio del libro.

Ficha técnica

diamond sexo
Título: ¿Por qué es divertido el sexo?
Autor: Jared Diamond
Editorial: Debolsillo
Fecha de publicación: 1997
Páginas: 192