viernes, 9 de marzo de 2012

EXIT



HACEN LO CONTRARIO DE LO QUE PRESCRIBEN

¿Cómo se enfrentan los medicos a su propia muerte?


¿Cómo se enfrentan los doctores a su propia muerte?

Los médicos se enfrentan a la muerte de forma cotidiana. (Corbis)

Los doctores mueren, como todo el mundo, pero viven su propio deceso de forma muy distinta. Cuando tienen que enfrentarse a una enfermedad saben perfectamente los sufrimientos que conlleva, las posibilidades que tienen de salir con vida y el estado en el que quedarán después. Muchos renuncian al tratamiento que darían a sus pacientes, aunque eso les cueste la muerte. Saben que el trance será menos doloroso.

El doctor Marcos Gómez, presidente de la comisión deontológica de la Organización Médica Colegial y autor del libro El hombre y el médico ante la muerte, lo tiene claro: “Tengo dadas instrucciones verbales y escritas a mi familia y mis colaboradores. No quiero tratamientos heroicos por muy bienintencionado que sea el oncólogo que me trate.”

La mayoría de los médicos quieren tener claro que, llegado el momento, no se tomarán medidas que no hayan aprobadoUn estudio del geriatra estadounidense Joseph J. Gallo, confirma que la postura ante la muerte de Gómez es la más habitual entre sus colegas norteamericanos. Mediante una encuesta, que cumplimentaron 765 doctores de todas las edades, descubrió que el 89% habían explicado a sus familias sus preferencias respecto a los tratamientos de vida y muerte. Un 64% eran más precavidos aún, y habían especificado en complejos documentos como querían que se trataran cada una de las enfermedades que pudieran afectarles en un futuro: que procedimientos podrían utilizarse, y cuáles no, y hasta qué punto se podría salvar su vida si ello conllevaba un riesgo de quedar incapacitados. En definitiva, la mayoría de los médicos quieren tener claro que, llegado el momento, no se tomarán medidas que no hayan aprobado.

A veces es peor el remedio que la enfermedad

Si la mayoría de los médicos renuncia explícitamente a determinados tratamientos, ¿están haciendo a los pacientes pasar por un aro que ellos no atravesarían? El doctor Gómez cree que “hay que hacer una llamada a la sensatez y el buen hacer de los médicos”. La legislación española exige que sean los pacientes los que elijan como quieren ser tratados. El problema, según Gómez, reside en que “los enfermos no tienen los conocimientos suficientes. El médico tiene que ser muy honrado y explicar qué mejoras encontrará el enfermo tras el tratamiento, aconsejándole y evitando que se encuentre solo en la toma de decisiones tan importantes.”

Los oncólogos son quizás los médicos que se enfrentan a tratamientos más duros. Mónica Pereira, miembro del grupo de emergencias del Colegio de Psicólogos de Madrid, explica que a este tipo de profesionales “les cuesta más pasar por una quimioterapia porque conocen las consecuencias.” Según ha explicado a El Confidencial, uno de los pacientes a los que asesoró psicológicamente era médico y se negaba a aceptar el tratamiento para un cáncer que tenía cura. Finalmente lograron convencerle, superó la enfermedad y sigue vivo. Este es un caso ejemplar, pero lo cierto es que las posibilidades de éxito frente al cáncer no son siempre las mismas. Los médicos siempre recomiendan a sus pacientes intentar el tratamiento, por difícil que sea, pero según cuenta Pereira, “cuando se trata de ellos mismos muchos tiran la toalla.”

Se está gastando innecesariamente el dinero en tratamientos que no han demostrado su efectividadLos médicos saben lo que conllevan otras técnicas usuales como la reanimación cardiopolmunar (RCP) que, cuando se hace bien, acaba con buena parte de las costillas del paciente. Se trata, de hecho, de un ejemplo paradigmático. La doctora Susan Diem realizó un estudio para el New England Journal of Medicine comparando cómo se muestra la RCP en la televisión y cómo es en realidad. Mediante el análisis de las series Urgencias, Chicago Hope y Rescue 911 –el estudio es de 1996, por lo que no existían House ni Anatomía de Grey–, descubrió que en la ficción el 75% de las reanimaciones tenían éxito, y en un 67% de los casos los pacientes volvían a sus hogares sanos y salvos. La realidad es que, según un estudio de 2010 en el que se examinaron más de 95.000 casos reales de RCP, sólo el 8% de los pacientes sobreviven más de un mes tras la reanimación.

El doctor Gómez es claro al respecto: “Hay tratamientos que provocan sufrimientos muy grandes”. El médico explica que hay que saber valorar caso por caso, y no sólo con respecto al sufrimiento que conllevan ciertos tratamientos, sino también respecto a su coste. Ante un tema tan polémico, Gómez quiere dejar claro que “lo primero es el paciente”, pero no se muerde la lengua: “Es muy probable que se esté gastando innecesariamente el dinero en tratamientos que no han demostrado su efectividad.”

Dos maneras de enfrentarse a la muerte

Según Pereira, en el transcurso de su carrera como psicóloga ha identificado dos maneras que tienen los médicos de enfrentarse a su propia muerte. “Los médicos tiene que protegerse del sufrimiento de su día a día de alguna manera”, explica Pereira. “Algunos aceptan su propia muerte, y otros la niegan, haciendo vida normal como si no tuvieran información sobre lo que les está pasando.”

La salud no es sólo un asunto físico, sino también emocionalHay especialidades médicas para las que se necesita una actitud frente a la muerte especialmente sólida. Es el caso de los médicos de cuidados paliativos, como el doctor Gómez, que afirma pensar en la muerte “con naturalidad” y no sentir miedo ante la misma. No es para menos, todos sus pacientes fallecen tarde o temprano, algo que muchos médicos no son capaces de soportar. Su dilatada experiencia en las unidades de cuidados paliativos –fue uno de los pioneros de la materia en España– le ha enseñado la importancia que tiene atender psicológicamente a los pacientes terminales y sus allegados. “Hay veces que los familiares lo pasan peor que el propio enfermo, de hecho”, explica Gómez, “las personas cuando se van a morir son tan generosas que la mayor parte de su sufrimiento viene dado por el de su familia.”

La medicina sigue mejorando pero, ¿hemos logrado avanzar en el modo en que nos enfrentamos a la muerte? Pereira es optimista al respecto: “Se está humanizando la profesión del médico y están aprendiendo que la salud no es sólo un asunto físico, sino también emocional.”