domingo, 12 de agosto de 2018

COMO MATAN RAJOY Y EL PP


La sanidad española sale del 'top ten' mundial

La legislatura y media de Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo español ha deteriorado la imagen de la Sanidad española en el mundo. Tradicionalmente, modelo a imitar por la calidad de sus servicios sanitarios, en el último ranking de la revista ‘The Lancet’, de referencia en el sector, ha descendido al puesto decimonoveno.



La sanidad española sale del ‘top-ten’ mundial. EFE/ Mariscal
El estudio anual de The Lancet evalúa el estado de salud de la atención sanitaria de 195 naciones a partir de la comparación de 32 parámetros o indicadores que determinan hasta 32 causas de fallecimiento. Todas ellas, con avances médico-científicos en poder de la gestión de la Sanidad de un país para que sean calificadas de enfermedades curables.
Eso sí, con un adecuado servicio médico. Desde la tuberculosis al tétano o el amplio abanico de dolencias cancerígenas, en sus distintos niveles de gravedad. En su edición de 2018, maneja datos de 2016. Y España, que se había instalado cómodamente en el top-ten, ha descendido diez puestos respecto al análisis del año precedente. La valoración de los expertos de The Lancet otorgan a España 92 puntos, justo por delante de Francia y Grecia. Pero superados, en esta ocasión por los sistemas públicos de salud de Italia o Andorra. El informe publicado por la revista se hace eco de las conclusiones que extraen los expertos del Global Burden of Disease, cuya calificación oscila entre cero y cien.
Islandia encabeza el ranking sobre calidad y accesibilidad a los servicios de salud. Esta es la lista de los cinco primeros.
1. Islandia: 97,1 puntos.
2. Noruega: 96,6.
3. Holanda: 96,1.
4. Luxemburgo: 96.
5. Finlandia: 95,9.
6. Australia: 95,9.1. 
Y los cinco que cierran la clasificación.
1. República Centroafricana: 18,6.
2. Somalia: 19.
3. Guinea-Bissau: 23,4.
4. Chad: 25,4.
5. Afganistán: 25,9.
El estudio que evalúa, por primera vez desde 2000, en su primera entrega, los modelos sanitarios de Brasil, China, Reino Unido, India, Japón, México y EEUU, revela el salto cualitativo global, ya que la puntuación media ha pasado de 42,4 a 54,4 desde el comienzo del actual milenio. Aunque la brecha entre los más avanzados y los más rezagados no se ha reducido. Sigue siendo de 78,5 puntos. En general -dice- hay mejores servicios de acceso y calidad sanitaria en las naciones del África Subsahariana y el Sudeste Asiático, con Etiopia, Ruanda, Guinea Ecuatorial, Myanmar y Camboya liderando los progresos en esta materia. Frente al estancamiento en EEUU o entre los países de América Latina que, o se han estancado en su evolución o, incluso, han visto mermada sus modelos sanitarios. China e India, en cambio, son los que más disparidad registran entre atención y calidad con 43,5 y 30,8 puntos de diferencia, respectivamente. Japón, por contra, es el que más adecúa ambos estándares: apenas 4,8 puntos.
India, con una valoración de 41,2 queda fuera de los cien primeros, en el puesto 145. Mientras China se sitúa en el puesto 48 después de años de constantes progresos, destaca por la variedad de la calidad sanitaria, según las provincias: desde una nota de 91,5 de Pekín, hasta un 48 en El Tibet. Sri Lanka, en el 71, Bangladesh en el 133 o Buthan en el 144 no acaban de despegar en este diagnóstico. Al igual que Nepal (149) o Pakistán (154). Brasil ocupa el puesto 96 y el informe destaca las desigualdades entre estados.
De Reino Unido (23) incide en los altos estándares de su sanidad de atención primaria que contrasta con los más modestos de ciertas especialidades médicas. Japón (12), en cambio, es ejemplo de homogeneidad geográfica. México (91) posee un déficit claro en los estados del sur, como Nuevo León o Chiapas. EEUU (29), con carencias en su análisis porque no contempla variaciones entre la atención primaria y secundaria, obtiene las mejores calificaciones en Massachussets y los peores en el Estado de Mississippi.
Sobre España, los cuidados más preocupantes son los que tratan el cáncer de piel, de útero y el testicular. El primero logra una puntuación de 57, el segundo, de 60 y el tercero, de 79. Obtienen la máxima calificación los tratamientos de tétanos, diabetes, apendicitis o hernias. El informe se hace eco, además, de varios análisis internacionales (de Naciones Unidas, de abril de este año; de la Comisión Europea en 2017 y de Amnistía Internacional, también de la pasada primavera) en los que pasan revista al impacto de los recortes presupuestarios en el área de Sanidad.
Todos ellos -corroboran los expertos de Global Burden of Disease- “apuntan a un deterioro tanto en la accesibilidad como en la viabilidad del sistema de salud español”. En 2010, las listas de espera medias eran de 65 días; en 2016, de 115. Resultado directo del decreto que el Gobierno de Rajoy aprobó con las medidas de austeridad en este terreno y que entró en vigor en septiembre de 2012 y por el que los inmigrantes indocumentados quedaban excluidos de los cuidados básicos, así como de la atención prenatal y pediátrica. También destaca que los gastos ajenos a la Sanidad Pública -es decir, los que los españoles emplean para diagnósticos o tratamientos privados- se elevaron hasta el 24% del total de la partida asignada al modelo estatal en 2015. Nueve puntos por encima del promedio de la UE. El informe reclama sin tapujos la remodelación del decreto y el restablecimiento de los derechos sanitarios para el conjunto de residentes en el país.
Sin embargo, antes de emprender esta contrarreforma, el Gobierno de Pedro Sánchez tiene un escollo notable. El presupuesto en discusión parlamentaria, herencia de su antecesor en el cargo y que ha prometido asumir, mantiene un gasto público del 40,5% del PIB, la cota más baja desde 2007. Por si fuera poco, el programa económico contempla un descenso conjunto en Educación y Sanidadque será del 9,4% del PIB en 2021. Un recorte de siete décimas en cuatro años. Hasta situarlo en un nivel desconocido desde 2003. En otras palabras: el esfuerzo financiero de España para asumir los gastos en Sanidad será cada año menor. Pese a que, en 2017, cayó hasta el 6% y se reducirá todavía más, hasta el 5,6%, en 2021- Lejos del 6,8% de 2009, último ejercicio con un desarrollo presupuestario completo del Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero. A pesar del envejecimiento de la sociedad española, que demandará cada vez más servicios sanitarios. 

BAYER Y MONSANTO LO SABIAN

El jardinero con cáncer terminal que ganó a Monsanto una demanda por US$289 millones

Dewayne JohnsonDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption"Nunca hubiera rociado ese producto en la escuela o alrededor de personas si supiera que les haría daño", dijo el jardinero Dewayne Johnson.
Las primeras señales de la enfermedad le llegaron a Dewayne Johnson en forma de sarpullido, cuando tenía 42 años. A veces, llegaba a afectarle casi al 80% de su cuerpo.
Johnson aplicaba los herbicidas Roundup y Ranger Pro, de la compañía Monsanto, 30 veces al año, es decir, aproximadamente cada 12 días, en un trabajo como jardinero que tuvo en 2012 en escuelas de Benicia, al norte de San Francisco.
Un médico le diagnosticó en 2014 un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que surge en los linfocitos.
Así, en 2015, Johnson y sus abogados empezaron a trabajar en la demanda contra Monsanto. Y este viernes una jueza de San Francisco falló a su favor, la empresa deberá pagarle US$39 millones en compensación y US$250 millones en daños.
La esposa de Johnson testificó que ella tuvo que conseguir dos trabajos, en los que labora hasta 14 horas al día, para poder pagar sus cuentas médicas.
Botella de RoundupDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionRoundup es un producto desarrollado por Monsanto, compañía que pertenece a Bayer.

Así fue la demanda y el juicio

La demanda de Johnson se basó en los resultados de un estudio de 2015 de la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer, parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que clasificó al herbicida Roundup, cuyo ingrediente principal es el glifosato, como probablemente carcinógeno.
El médico de Johnson aseguró que era poco probable que su paciente fuera a vivir más allá de 2020 y por esa razón el juicio se aceleró.
En el transcurso del juicio de cuatro semanas los miembros del jurado escucharon el testimonio médicos, investigadores de salud pública y epidemiólogos que no estuvieron de acuerdo sobre si el glifosato puede causar cáncer.
La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. concluyó en septiembre de 2017 un estudio en el que descubrió que era probable que el producto químico no fuera cancerígeno para los humanos, contradiciendo el estudio de 2015 en el que Johnson basó su demanda.
Suzanne Ramos BolanosDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa juez Suzanne Ramos Bolanos afirmó que Monsanto había actuado con malicia y de manera represiva.

El esperado veredicto

Sin embargo, el jurado del Tribunal Superior de San Francisco deliberó durante tres días y la juez, Suzanne Ramos Bolanos, leyó el veredicto, donde afirmó que Monsanto había omitido advertir a Johnson y otros consumidores sobre los riesgos de cáncer que tenían sus herbicidas.
La juez afirmó que encontraron que el glifosato sí representó un peligro sustancial y que había pruebas claras y convincentes de que la empresa había actuado con malicia y de manera represiva.
Brent Wisner, uno de los abogados de Johnson, dijo en un comunicado que los jurados por primera vez habían visto documentos internos de la compañía "que demostraban que Monsanto sabía desde hacía décadas que el glifosato, y específicamente Roundup, podrían causar cáncer".
El abogado Brent Wisner abraza a su cliente Dewayne Johnson.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl abogado Brent Wisner afirmó que el veredicto en el caso de su cliente podría "cambiar el mundo".
Además, el abogado llamó la atención para que Monsanto ponga "primero la seguridad del consumidor, sobre las ganancias", afirmó que el caso de su cliente es el primero de más de 5.000 que podrían ir a juicio.
Monsanto dijo en un comunicado que apelará el veredicto.
"La decisión de hoy no cambia el hecho de que más de 800 estudios y revisiones científicas respalden el hecho de que el glifosato no causa cáncer y no causó el cáncer del señor Johnson", dijo la compañía.
La gigante farmacéutica Bayer, propietaria de Monsanto de junio, dijo que los herbicidas que contienen glifosato son seguros.
"Sobre la base de las conclusiones científicas, las opiniones de las autoridades reguladoras en todo el mundo y la experiencia práctica de décadas usando glifosato, Bayer está convencido de que el glifosato es seguro y no causa cáncer", le dijo un portavoz de Bayer a la agencia de noticias AFP.

CON LAS QUE TENEMOS ,SOBRAN...PERO HAY QUE USARLAS

José Manuel García Verdugo, pionero en el estudio de la neurogénesis

“En nuestro cerebro adulto ya no se forman nuevas neuronas, pero no es el fin del mundo”


Es un experto de prestigio internacional en el estudio de las células madre del cerebro. Su último estudio publicado en Nature niega que nazcan nuevas neuronas en el cerebro humano adulto, un proceso que había captado la atención de los investigadores durante décadas. El trabajo invita a reexaminar lo que sabíamos sobre el aprendizaje y la memoria.

Sergio Ferrer 
<p>Los trabajos de José Manuel García Verdugo nos obligan a replantearnos lo que creíamos saber sobre el cerebro. / SINC</p>
Los trabajos de José Manuel García Verdugo nos obligan a replantearnos lo que creíamos saber sobre el cerebro. / SINC
¿Nacen nuevas neuronas en nuestro cerebro una vez somos adultos? En la comunidad científica, la respuesta ha pasado de ser un rotundo “no” a un poco unánime “sí” en algo más de cincuenta años. José Manuel García Verdugo (Ceuta, 1954), Catedrático de Biología Celular en la Universidad de Valencia, es un pionero en el estudio de este proceso, conocido como neurogénesis adulta, y de las células madre que lo originan.
Su último estudio, publicado en la revista Nature, ha sido un jarro de agua fría para aquellos investigadores que, desde hace décadas, defienden que en el cerebro de los humanos adultos sí nacen nuevas neuronas. El hallazgo revela que esta neurogénesis es inexistente en el giro dentado del hipocampo, área relacionada con el aprendizaje y la memoria, lo que obliga a replantearnos lo que creíamos saber sobre el órgano menos conocido del cuerpo.
¿Cuándo se comenzó a hablar de neurogénesis adulta?
Joseph Altman aseguró en los 60 que existía neurogénesis adulta en dos zonas del cerebro de las ratas: el bulbo olfatorio y el giro dentado del hipocampo, pero nadie lo creyó. En los 80 se confirmó en ratones y pensamos que debía haber una célula madre responsable. Trabajamos años hasta que la encontramos: permanece en los ventrículos laterales toda la vida del animal y de vez en cuando se divide y da lugar a nuevas neuronas, que migran al bulbo olfatorio.
¿Y qué hay de los seres humanos?
El descubrimiento de células madre neurales en mamíferos abría las puertas a los humanos: se pasó de publicar dos artículos al año sobre el tema a dos artículos al día. Hubo un bum muy grande que buscaba controlar la neurogénesis: dialogar con la célula responsable, cultivarla, trasplantarla… Se vio que el estrés y la socialización la aumentaban, pero que con el envejecimiento se perdía.

¿Por qué despertó tanto interés?
Entonces, en 1998, un trabajo mostró por primera vez una neurogénesis adulta en el giro dentado del hipocampo humano.
Si aumentamos la neurogénesis, las células que podían morir por cualquier patología tendrían un recambio. Retrasaríamos el alzhéimer, los problemas cognitivos… ¡Qué descubrimiento más bueno!
Pero el descubrimiento no convenció a todo el mundo...
Nosotros no encontramos neurogénesis, solo células madre. Empezaron a aparecer más estudios que decían que sí había, con imágenes que para mí no eran muy convincentes pero para otros sí. La mitad de científicos decía que sí y la otra mitad que no. Hubo artículos polémicos en revistas importantes como Science, en un sentido y en otro. En cualquier caso, publicar no es demostrar.
¿Por qué tantas dudas?
El problema de investigar con cerebros humanos es que el post mortem te limita muchísimo, pues deteriora la célula y da falsos positivos. Algunos trabajos empezaron a sugerir que el marcador utilizado como estándar para demostrar la neurogénesis en el giro dentado humano fallaba. Además, en ratones se usan cepas que son clones genéticos, mientras que dos humanos no se parecen en nada.
Éramos muy pocos los que mirábamos el cerebro con microscopía electrónica, pero no veíamos en los humanos lo mismo que en los ratones. Aun así, ganaron los que decían que hay neurogénesis adulta en el cerebro humano.
¿Siguió el bum de la neurogénesis tras esa victoria?
La gente empezó a utilizar el ratón como modelo y a trasladar los resultados al ser humano. Cada nueva molécula que fomentaba la neurogénesis se extrapolaba para decir que podía servir en el cerebro humano. Todos los proyectos tenían una coletilla final a la hora de pedir financiación: “Esto lo hacemos con ratones, pero en el futuro sería aplicable a los humanos”.

Nos hubiera gustado decir que hay neurogénesis, pero no la hemos visto y hay más grupos en el mundo que tampoco. De hecho, un revisor nos dijo que esto ya se había publicado y respondimos: “Sí, pero cuando se comenta en los congresos la mitad dice que no”.
Y entonces llegaron ustedes y aguaron la fiesta.
Queríamos confirmarlo usando más técnicas y cerebros humanos desde el feto hasta el adulto. Y más con este tema por la cantidad de fármacos que existen para aumentar la neurogénesis.
¿Cómo lo confirmaron?
En ratones con epilepsia las lesiones del giro dentado incrementan la neurogénesis para reparar, así que en los humanos debería pasar lo mismo. Estudiamos cerebros de epilépticos y no había reparación, todo lo contrario: se iban perdiendo neuronas y los astrocitos proliferaban y hacían un relleno de glía, como una malla.
La fijación era perfecta, directa del quirófano y sin post mortem, así que nos animamos a sacar el artículo para decir que en el cerebro humano no hay neurogénesis adulta.
Acababan de publicar su artículo y ya había otro en Cell Stem Cell que afirmaba que existe neurogénesis adulta en el hipocampo.
No creas que esto ha terminado, la guerra no ha hecho más que empezar. Habrá más artículos en los dos sentidos. Muchos grupos se están pasando a nuestro lado. Respecto al nuevo estudio, no hay suficiente evidencia para concluir que las células observadas sean nuevas neuronas, porque son muy diferentes en su forma a una neurona.
Imagino que es un sapo difícil de tragar para mucha gente.
Para el que trabaja con factores que aumentan la neurogénesis y tiene su dinero y su grupo, este artículo es un palo que le hemos dado sin querer. Por eso advertimos que no se queden ahí y estudien la plasticidad, porque a lo mejor su fármaco la aumenta. Pueden esperar unos años, pero como entonces la ciencia diga definitivamente que no hay neurogénesis, habrán perdido más tiempo.
También es una alerta para que todo lo que se hace con ratones no se traslade tan alegremente al ser humano sin más pruebas.

Esto no es negativo, por que no haya neurogénesis no se acaba el mundo. Queremos abrir esta caja de Pandora para que más grupos vean si estamos en lo cierto. Si lo estamos, la forma de continuar con el cerebro humano no debe ser aumentar la neurogénesis, porque no la hay, sino apostar por la plasticidad, la conectividad y la protección.
Después de tantos años hablando de neurogénesis en el cerebro adulto, ¿ahora qué?
¿Por qué los ratones sí tienen neurogénesis adulta y nosotros no?
En el ratón, el giro dentado se forma después de nacer, mientras que el feto humano lo tiene desde antes. Es posible que la evolución haya decidido que vengamos al mundo con la mayoría de las neuronas ya formadas, esa es nuestra gran ventaja.
Nacer con los ‘ladrillos’ ya puestos es muy positivo porque desde el primer momento empezamos a construir el cerebro y a almacenar información, y eso es vital para el futuro. No necesitamos depender de tener más neuronas para aprender. El cariño, la atención, el cuidado, la alimentación, las órdenes genéticas de nuestros padres, lo que aprendemos desde el principio… todo eso empieza a montar los ‘ladrillos’, pero nacemos con ellos.
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José Manuel García Verdugo en su laboratorio de la Universidad de Valencia. / SINC
Siempre se matiza lo de neurogénesis ‘adulta’, ¿significa eso que sí que nacen nuevas neuronas tras el nacimiento?
La corteza prefrontal es casi inexistente en ratones, pero en los humanos presenta una neurogénesis gigante tras el nacimiento. Es una forma de incrementar nuestro gran disco duro para almacenar información. Durante las primeras horas de vida hasta los 18 meses hay millones de neuronas moviéndose para construir esa parte del cerebro. Es llamativo que el giro dentado y la corteza prefrontal, dos regiones relacionadas con la memoria y el aprendizaje, tengan un desarrollo prenatal y hasta posnatal. En adultos esto ya no ocurre.
El ser humano ha hecho esto porque le ha ido muy bien. Lo mejor sería que tuviéramos un recambio en todo el cerebro, pero ¿que no hay nuevas neuronas? ¡Y qué! Creemos que la neurona es una célula débil que muere enseguida, pero no es verdad: está muy bien protegida. Ni siquiera sabemos si hay una muerte masiva, como se pensaba hasta hace poco.

Yo miro el cerebro humano y no hay agujeros donde falten neuronas, está todo bien cubierto [ríe]. Lo que pasa es que muchas envejecen y se llenan de unos cuerpos densos de lipofucsina que interfieren en su funcionalidad. El tráfico dentro de una célula se mide en milésimas de segundo y con estas acumulaciones se ralentiza. Es ese “no me acuerdo, no me acuerdo” y a las tres horas lo recuerdas. El circuito está intentándolo, pero al no poder conectar intenta hacer un baipás por otras neuronas.
Entonces, ¿todo eso de que perdemos miles de neuronas con cada borrachera es un mito?
Según eso, ¿la muerte de neuronas viejas sería positiva? Facilitaría unas conexiones más rápidas y sin atascos.
El cerebro de Einstein tiene pocas neuronas y mucha glía, y hay quien ha dicho que eso puede facilitar la rapidez del circuito al evitar conexiones inútiles.
Los jugadores de fútbol profesionales utilizan menos neuronas que los no profesionales porque menos neuronas significa más rapidez. Cuando un profesional ve un balón a treinta metros de altura, inconscientemente sabe cuándo tiene que levantar la pierna, qué fuerza tiene que hacer… Son circuitos rápidos de pocas neuronas. En el que no es profesional, miles de neuronas se ponen a pensar y cuando llega, se equivoca.
¿Qué podemos hacer para evitar el envejecimiento de nuestras neuronas?
¡Esa es la gran pregunta! El alcohol, las drogas y la contaminación son elementos a evitar, porque deterioran las neuronas y las llenan de cuerpos densos, bloqueando los circuitos. Una buena alimentación también es clave, porque estas células necesitan estar bien oxigenadas y nutridas. Pero lo más importante para que una neurona no muera es que esté activa: cuando entran en inactividad se llenan de cuerpos densos e incluso desaparecen.

En el niño, los cariños y la atención son fundamentales para que el edificio se construya bien. Y ser curioso. Hay que tener el cerebro activo: la lectura, la cultura, socializar, hablar con gente con otros puntos de vista… todo eso le da una actividad brutal al cerebro.
¿Y cómo mantener nuestras neuronas activas?
Si nos podemos olvidar de la neurogénesis, ¿por qué caballo habría que apostar?
Hay que saber más sobre cómo vive una neurona para que no muera ni se llene de esos cuerpos densos que alteran sus funciones. La plasticidad sináptica es nuestra gran baza porque permite crear circuitos más rápidos y aprender habilidades que antes no teníamos. A partir de los veinte o treinta años ya tienes el edificio construido, pero gracias a la plasticidad, todavía se puede cambiar: te enseñan un descubrimiento nuevo y cambian tus ideas.
¿Es fácil conseguir cerebros humanos para investigar en España?
España tiene el mejor servicio de trasplantes del mundo, pero para bancos de cerebros… Falta concienciar a los familiares de que donar cerebros a la ciencia es útil y que haya un acercamiento entre clínicos e investigadores, con gente que se preocupe de conseguir muestras. No queremos dos cerebros a la semana, es que con dos al año nos da para mucho que investigar. Los mecanismos que provocan enfermedades neurodegenerativas están poco estudiados por falta de muestras.