domingo, 23 de diciembre de 2018




¿Qué está pensando un hombre cuando se mete en la cama contigo?

Todas creemos que los hombres piensan poco en ese momento. Y desde luego piensan menos que muchas de nosotras que nos metemos en la cama con un chico y empezamos a repasar, por ejemplo, todo lo acontecido entre ambos la semana anterior.

PAOLA LEI | WOMAN.ES

Según parece, el cerebro masculino sufre una especie de apagón rápido cuando nos desnudamos. Una bombilla de alarma se enciende: ¡Mujer Desnuda! Pero una vez pasado el momento de felicitarse por haber conseguido llevarse a la cama a una chica estupenda como cualquiera de vosotras, su cerebro empieza a funcionar con normalidad. Es decir, ellos también piensan cuando tienen sexo. Pero en qué piensan. Pues en las cosas que les preocupan, o en las no están seguros o no están de estar haciendo bien al 100%. Por ejemplo:
1. “¿Será esto? ¿Será aquí o más abajo, o quizás más arriba?”
El pene es muy fácil de encontrar. Está ahí para quien lo quiera ver. Pero el clítoris es menos explícito y hay que tener cierta destreza (o experiencia adquirida) para dar con él. No todos lo consiguen a la primera. Hay quien a la quinta sigue sin encontrarlo. Y eso a algunos chicos les preocupa, aunque (todo hay que decirlo) a otros no. Allá ellos. Los que quieren encontrarlo se preguntan una y otra vez si estarán tocando la tecla correcta mientras buscan con cara de saber lo que está haciendo hasta que de repente ¡Aleluya! Hay que creer en las segundas y terceras oportunidades. Siempre, Y también lo puedes ayudar en su búsqueda.
2. “Gran ángulo”
Para los chicos siempre es un misterio el pubis y todo lo que hay debajo, le gusta mirarlo y admirarlo desde su altura.
3. “¡Oh no, aquí abajo pincha!”
Ya sabes que cuando el vello público empieza a salir puede ser especialmente incómodo para cualquiera que se acerque. “Sigue siendo igual de bueno estar aquí abajo” –todavía piensa él, pero agradecería que la próxima vez tu pubis no tuviera la textura del papel de lija.
4. “Espero que mi esfuerzo tenga recompensa”
Ya sabes a lo que se refiere y lo que desea. Ahora decide qué es lo que quieres tú.
5. “Espera … ¿eso ha sido un orgasmo?
La vuelta al misterio, nosotras solemos darnos cuenta de cuándo ellos eyaculan para ellos no es tan fácil saber si eso que estamos haciendo lo hacemos porque estamos teniendo un orgasmo o porque estamos nerviosa o porque nos apetece estirar un poco la espalda. Desde aquí te recomendamos que al menos no finjas.
6. Entonces … ya está. Esto se ha acabado?
Si no te has corrido, si quieres más, lo mejor que puedes hacer es hacérselo saber a tu compañero de cama, no lo dejes con la incertidumbre de si debe seguir o parar. Si puede dormirse o si tiene que abrazarte. Si se puede quedar a dormir o tiene que llamar a un taxi YA!

La disminución de la libido a causa de la edad tiene solución

El término andropausia está mal utiizado porque la hormona disminuye pero no desaparece, lo que indica que el término correcto en hombres es el de hipogonadismo relativo

Los hombres mayores de 45 años que notan un cambio en su vida sexual tienen opciones para lidiar con los cambios en la libido a causa de bajos niveles de testosterona. El doctor Luis Lamm Wiechers, cirujano urólogo, médico adscrito al Hospital Ángeles Lomas y miembro de la Sociedad Mexicana de Urología y Asociación Latinoamericana de Urología, comparte con El Médico Interactivo México detalles sobre esta condición.
¿Cuál es la función de la testosterona?
Su función endocrina ayuda a mantener la arquitectura de los cuerpos cavernosos del pene ya que brinda firmeza a las fibras musculares, lo que permite tener una erección de mejor calidad, cuando esto deja de ocurrir, frecuentemente se relaciona con hipogonadismo o bajos niveles de testosterona.
¿Qué es el hipogonadismo?
Es un déficit relativo de testosterona debido al envejecimiento en la mayoría de los casos, se presenta entre los 45 y los 50 años de edad en los que los niveles bajan pero no desaparecen, en comparación con el déficit absoluto en el que el individuo no presenta testosterona por una deprivación androgénica, es decir, por castración, que puede ocurrir por un tratamiento para cáncer de próstata.
¿Cómo identificarlo?
Mediante un abordaje multidisciplinario que parte de un cuestionario en el que se monitorean los síntomas relacionados, como los sexuales, es decir, se observa una disminución en la libido, en la calidad de las erecciones, en la intensidad orgásmica y la disminución de las erecciones involuntarias matutinas que el hombre presenta con regularidad. Los análisis de laboratorio que deben realizarse son determinaciones de testosterona libre en la sangre que en conjunto con el cuestionario de síntomas, permiten generar un diagnóstico para saber si el paciente es o no candidato a un tratamiento hormonal sustitutivo. Otros datos son la disminución de la masa muscular, una osteoporosis más acelerada, un estado de fatiga crónica, sin embargo, estos son síntomas menos específicos.
¿En qué consisten estas terapias?
La administración exógena de la testosterona se determina dependiendo del caso y la adherencia al tratamiento, hay cápsulas, parches e inyecciones cuya administración dependerá de los resultados de laboratorio. La mayoría pueden ser tratados con inyectables que se suministran cada tres meses por ser de depósito. Las cápsulas requieren una ingesta diaria y se puede hablar de olvidos y poca constancia en el tratamiento.
¿Cuál es la relación entre la obesidad y la baja en testosterona?
Las enzimas llamadas aromatasa que están en la grasa tienen relación directa con la sintetización de la testosterona y sus niveles bajan, este proceso se llama aromatización. Esta es una de las causas de la disfunción eréctil, sin contar el riesgo de desarrollar diabetes o de dislipidemias por síndrome metabólico que provocan problemas de circulación a largo plazo, motivo por el cual también se corre el riesgo de desarrollar la misma disfunción.
¿El hipogonadismo y la andropausia son equivalentes?
El término andropausia está mal acuñado, por ejemplo, la menopausia es llamada así por una pausa casi total de la producción de feromonas, lo que no pasa con el hombre porque aún tiene una baja producción de testosterona, lo que indica que el término correcto en hombres es el hipogonadismo relativo.

UNA ESPERANZA MAS

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El desarrollo de un medicamento 2200 veces más potente en el tratamiento contra el cáncer hace que esta enfermedad sea más curable que nunca.
Los investigadores rusos han desarrollado un nuevo medicamento, basado en radiación ionizante y toxina bacteriana, que es 2200 veces más potente que la radiación y la toxina por separado. El nuevo fármaco no solo trata, sino que también facilita la visualización de los tumores, lo que lo convierte en una “importante” herramienta de diagnóstico.
El medicamento consiste en unas nanopartículas, que actúan como núcleo, con un agente radiofarmacéutico incorporado (una fuente de radiación beta ionizante) y cuenta con una toxina altamente tóxica derivada de la bacteria ‘Pseudomonasaeruginosa’, según publicó el martes el diario español de información sanitaria El Médico Interactivo.
El núcleo del fármaco en tamaño nanométrico cuenta con un polímero para hacer que el agua del nanocomplejo sea miscible y biológicamente amigable y se pueda acoplar a moléculas biológicas, que representan la toxina fusionada con una biomolécula dirigida por métodos de ingeniería genética.
La biomolécula dirigida se une a las células cancerosas y las acumula en los tumores primarios y metastásicos. De esta forma, el agente radiofarmacéutico es capaz de afectar a las células tanto en la proximidad inmediata de las nanopartículas como a una distancia de hasta un centímetro de ellas, lo que proporciona una terapia eficaz.
La toxina, a su vez, bloquea la síntesis de proteínas en las células evitando su restauración y diseminación.
“Al igual que los ejércitos modernos despliegan tanques, tropas y artillería, nosotros también combatimos los tumores utilizando varios mecanismos a la vez: radiación ionizante y una fuerte toxina de origen bacteriano”, según explican los científicos.

Siete rasgos psicológicos del narcisismo que un narcisista nunca admitiría

Aprende a detectar cuándo el egocentrismo y la manipulación son fruto de una personalidad patológica

Que no hagas terapia ni hayas pasado por la consulta de psicología no quiere decir que no tengas una personalidad narcisista, patológica a más no poder. Al fin y al cabo, ¿dónde ibas a encontrar un facultativo a tu nivel? "En algunos casos, cuando los narcisistas aceptan ir a terapia, la primera premisa es que el facultativo esté a la altura de sus expectativas, tiene que ser de reconocido prestigio y estar altamente capacitado para atenderlo", asiente el psicólogo sanitario José Elías Fernández. O lo que casi es peor. Quizá hay un narcisista a tu alrededor, haciéndote la vida imposible sin que puedas imaginarte cuál es la causa de sus delirios.
En ese caso, hasta que no aprenda a desarrollar la inteligencia emocional, consiga regular sus sentimientos y los de los demás, reconozca sus cualidades y capacidades en su justa medida, acepte las críticas, desarrolle una autoestima y tenga objetivos realistas, más vale que te andes con ojo. Los narcisistas pueden ser muy tóxicos. Pero les costará más esconderse si conoces todos los rasgos de una personalidad narcisista que los psicólogos han detallado para que no bajes la guardia.

Se creen superiores, pero no son nadie sin tu admiración

Los narcisistas son arrogantes y prepotentes, y no lo son por casualidad. Se creen únicos, especiales, dueños y señores de una existencia maravillosa que está muy lejos de la que los demás podrían siquiera imaginarse. "Este concepto grandioso de su personalidad y de su vida les lleva a pensar que no se pueden relacionar con cualquiera, que deben buscar personas de su categoría", explica Fernández, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid. "De ahí que la mayoría de las personas signifiquen muy poco para ellos", añade.
Curiosamente, sí son conscientes de sus defectos, y algunos incluso saben que exageran sus capacidades muy por encima de la realidad. "Por eso necesitan ser admirados constantemente", señala Fernández. Lo malo es que, en su afán por sobresalir, exageran sus logros hasta un límite tan estratosférico que se convierten en personas enojosamente competitivas. "Son los únicos que consiguen triunfos en la vida (otros los alcanzan y ni lo saben), los demás no están a su altura, y se fijan en lo negativo de las personas a su alrededor" para destacar por comparación, señala el psicólogo.
También piensan que sus experiencias tienen más valor que las de los demás, y sienten que deben constituir el ejemplo para aquellos que los rodean. No lo hacen por dar consejos sino para ser el centro del discurso. Eso provoca que sus relaciones sociales se deterioren y necesiten nuevos contactos que les admiren, aunque, con el tiempo, modulan el discurso al asumir que generan rechazo.

Tienen la misma capacidad de escuchar que las piedras

El mundo de los narcisistas es pequeño, se limita a lo que ellos piensan y hacen, en su cabeza solo caben ecos de sus propios pensamientos. "No escuchan a los demás porque no les importan nada. La avidez de admiración les lleva a creer que todo en su vida es excepcional, no existen hechos normales, su existencia es maravillosa, está plagada de triunfos y notoriedad", describe Fernández.

Son los peores camaradas que uno pueda tener porque su falta de receptividad los hace incapaces de ayudar a los demás.
 "En situaciones como ir de viaje, cuando se hace con alguien a quien no se conoce bien, hay que tener cuidado porque afloran muchas personalidades. Las narcisistas nos la pueden jugar en cualquier momento", advierte el experto.Sin embargo, en sus relaciones personales y sociales impera la envidia, tanto la que sienten por los éxitos ajenos como por la que creen que los demás tienen por sus logros. La cautela es la norma si un narcisista se acerca a ti, pues si tienen que apoyarse en sus compañeros para sobresalir, no dudarán en hacerlo.

El éxito ilimitado, esa fantasía sobre la que cabalgan

Formarse una realidad paralela también es uno de los rasgos identificativos de los narcisistas. "La mayor parte del tiempo no viven en la realidad. Sus conceptos erróneos sobre sus capacidades los introducen en un mundo de fantasías y de poder sobre los demás. Lo único que hacen, con la esperanza de alcanzar el éxito a toda costa, es engañarse a ellos mismos y a los demás", reflexiona Fernández.
Las personas narcisistas solo pueden alcanzar el objetivo con una imaginación desbordada. "Suelen mentir. Un clásico es que te hablen de cosas lejanas que nunca podrás comprobar, pero cuanto más se engañan a sí mismos, más se lo creen. Con su fantasía ilimitada maximizan y rentabilizan lo bueno, que en buena parte se han atribuido de otros", destaca el psicólogo. Todos mentimos, pero no más de dos veces al día, la cifra que marca cuándo podría ser un problema. Por supuesto, no les hagas caso si te echan la culpa, en la vida del narcisista el fracaso siempre pertenece al mundo exterior.

Ocultan sus emociones, sobre todo su vulnerabilidad

"Si alguien cercano a un narcisista está pasando un mal momento, no le hará el mínimo caso. Pero cuando ellos se sienten mal sí buscan que los demás le brinden su apoyo", explica Fernández. Su problema es que, al pretender situarse en el centro de gravedad de sus relaciones, están despojados de empatía, y eso les impide ponerse en el lugar de los otros. Pero suelen ser vulnerables.
Lo que pasa es que los narcisistas sienten la necesidad de esconder sus defectos a toda costa, y convierten su inseguridad en una falsa fortaleza cuyo objetivo es que nadie pueda hacerles daño. "Para conseguir no mostrar su vulnerabilidad harán todo lo que sea necesario, como hablar excesivamente, reconducir las conversaciones, menospreciar a los demás, señalar sus defectos... todo con tal de no mostrarse débiles", recalca el profesional.

Son adictos al control... y no solo a eso

Los narcisistas no pueden mantener las manos lejos del timón. "Quieren que nadie pueda desvelar su inseguridad y su falta de autoestima", y por eso tratan por todos los medios de llevar cada situación a su terreno, señala Fernández.

Una vía frecuente para compensar los sentimientos de dolor o frustración son las adicciones, ya sea hacia las compras, el alcohol, otras drogas, el deporte, el sexo o el juego. "La adicción, que interfiere en su vida personal, laboral y social se relaciona con la necesidad de sentir euforia constantemente y amortiguar el malestar, porque
 la persona narcisista no puede consentir que en su vida haya dolor, siente intolerancia al apagamiento y la tristeza", explica Barraca.Suele decirse que las redes sociales son un campo abonado para el narcisismo, pero la afirmación no es del todo correcta. El carácter visual y estético de estas plataformas puede intensificar su conducta, pero no es un escenario cómodo para ellos porque es un mundo que no pueden controlar. "Su personalidad no tolera las críticas, y al final salen de la red social porque no la aguantan", añade el psicólogo clínico Jorge Barraca. Además, son incapaces de asumir la cruda realiad, que los selfies que se publican en las redes no le interesan a nadie.

Si se hacen contigo serás su marioneta

Si mirásemos los contactos de la agenda de un narcisista, apunta el psicólogo clínico Barraca, veríamos que el criterio para clasificarlos distingue a quienes les pueden servir de los que no. "Los narcisistas suelen aprovecharse de los demás. Lo hacen, por ejemplo, con personas bien posicionadas para ganarse su confianza. Esto suele pasar mucho en política. Echan mano de asesores que les ayudan a ascender y se apropian de los aciertos de los que le rodean para ascender", describe el profesional.
Y es que los narcisistas dominan el sutil arte de llevar a su terreno tanto a las personas como las situaciones, impidiendo el libre fluir de los acontecimientos. Siempre están al acecho, prestos a reconducir a quienes intenten decir o hacer algo que no les guste, o que no les permita manifestar su grandiosidad y poder frente a los demás. Amigos de este tipo solo traen problemas, todos los días, pues siempre se sitúan por encima de ti, constantemente quieren rebajarte e intentan que sirvas a sus propósitos.

Un narcisista nunca se identifica como tal

Si tras leer todas estas características piensas que lo mejor que puedes hacer es llamar a la consulta del psicólogo más caro de tu agenda, puedes estar tranquilo. Un auténtico narcisista nunca se identificará con estos rasgos."Para la persona narcisista, las aspiraciones nunca son desmedidas. Si son el centro de atención, es porque lo merecen. Para esas personas es ridículo intentar identificarse con estos puntos", indica Barraca.