lunes, 19 de marzo de 2018





La causa evolutiva por la que hay personas zurdas y diestras

La lateralidad se remonta a la prehistoria y se cree que confiería ventajas en grupos cooperativos





Los seres humanos somos asimétricos por naturaleza, nuestro corazón está en el lado izquierdo del tórax, nuestro pulmón derecho es diferente al izquierdo, el hígado se encuentra en el derecho del abdomen… Nuestro cerebro y, por ende, nuestro comportamiento no iban a ser diferentes,
 la mayoría de nosotros usamos preferentemente una mano frente a la otra.¿Qué tenían en común Aristóteles, Alejandro Magno, Leonardo da Vinci, Napoleón y Marilyn Monroe? Todos ellos estaban dentro del diez por ciento de la población mundial que tiene lateralidad izquierda, es decir, eran zurdos.

Ventajas evolutivas de la lateralidad

La lateralidad, o el dominio de un lado del cuerpo sobre el otro, tiene implicaciones en muchos ámbitos de nuestra vida. Así por ejemplo, a nivel deportivo, ser zurdo ofrece ventajas competitivas en algunos deportes, como el béisbol, el tenis, la esgrima o el boxeo.




Cuando se compara la lateralidad en los chimpancés, se observa que cuando caminan a cuatro patas no hay preferencias, pero que tienden a realizar más acciones con una mano en el momento que caminan erguidos. De aquí se deduce que tener una mano dominante debió representar algún tipo de ventaja evolutiva cuando adoptamos la bipedestación.
Por otra parte, los científicos defienden que cuanto más social es un animal, en donde la cooperación es muy valorada, mayor tendencia hay a usar un lado del cuerpo. Esto se debe a que una sociedad es más eficiente cuanto mayor es el grado de cooperación. Esto se ha traducido, en lo seres humanos, en que la mayoría somos diestros –el 90%-. Entonces, ¿el diez por ciento de zurdos representa el hecho de que no seamos totalmente cooperativos?
La razón evolutiva que subyace debajo de la lateralidad es, al menos en teoría, que al compartir la misma mano dominante, podríamos prestarnos entre nosotros diferentes adminículos, como son las herramientas. Todo esto está muy bien, pero ¿por qué la mano derecha en lugar de la mano izquierda?

Había zurdos en la prehistoria

La lateralidad izquierda está «mal vista» y tiene una connotación peyorativa, al menos lingüísticamente. Así por ejemplo, en inglés la expresión «to be left» también significa «ser torpe»; en italiano «sinistra» nos remite irremediablemente a «siniestro» y en francés, «gauche» viene del verbo latino que significa tanto errar como vagabundo.
Tenemos evidencias sobradas de personas diestras en la prehistoria. Las pinturas rupestres muestran rostros humanos con la mirada dirigida hacia el lado izquierdo, que es la tendencia artística de los diestros a la hora de dibujar perfiles faciales. Estas pinturas también nos muestran figuras humanas sosteniendo utensilios y armas en las manos derechas.
También disponemos de pruebas fehacientes de que había «pintores prehistóricos zurdos». En las paredes de la Cueva del Castillo (Cantabria) hay impresas cuarenta y cinco manos «en negativo». Cuando nuestros ancestros del Paleolítico superior las llevaron a cabo tuvieron que apoyar una mano en la roca y cubrirla con un mineral rojizo triturado. Si el artista era diestro la mano que apoyaba era la izquierda, y a la inversa, si era zurdo, la mano en negativo que legó a la posteridad era la derecha, con el pulgar situado a la izquierda.
Pues bien, de las cuarenta y cinco manos, seis de ellas tienen el pulgar a la izquierda, lo cual representa el 13% de la muestra, una cifra bastante similar al porcentaje de zurdos que hay en la actualidad. Proporción que se mantiene en la cueva de Las Manos (Argentina), realizadas con la misma técnica que en las pinturas cántabras.


M. Jara

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.

NO ANALIZARON PORQUE TIENEN EL BOTELLON


La separación de la madre en la infancia predispone al consumo excesivo de alcohol


Un nuevo estudio realizado en roedores muestra cómo la adversidad en las primeras épocas de la infancia puede originar alteraciones persistentes en el comportamiento. Los resultados muestran que la separación maternal produce una afectación del sistema de recompensa. Esto hace que los animales sientan menor placer ante el consumo de estímulos positivos como el alcohol, por lo que realizan ingestas más intensas.

<p>Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento. / UPF</p>
Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento. / UPF
La privación materna durante las primeras etapas de la infancia puede conducir a una depresión que conlleva una mayor vulnerabilidad al consumo de alcohol en la edad adulta, según muestra un estudio realizado en animales de laboratorio y dirigido por Olga Valverde, líder del Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GreNeC) de la Universidad Pompeu Fabra.
El objetivo del trabajo publicado en la revista European Neuropsychopharmacology ha sido evaluar cómo esta adversidad en la infancia puede originar alteraciones persistentes en el comportamiento y en mecanismos neurales que se mantengan en la edad adulta.
Para ello, los investigadores desarrollaron un modelo de separación maternal tras el nacimiento en roedores, que produce en el animal síntomas depresivos. Usaron tests de evaluación de la conducta y analizaron su consumo de alcohol y la recaída después de la abstinencia. También evaluaron la presencia de diferentes compuestos en áreas del cerebro.

“En un modelo de consumo de alcohol voluntario, los animales expuestos a la separación maternal consumieron más alcohol y mostraron una mayor facilidad para recaer en el consumo de alcohol tras la abstinencia”, explica Valverde.
Los resultados del estudio, en el que también participaron científicos del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) y de la Universidad de Barcelona, muestran que la separación maternal produce en el roedor una afectación del sistema de recompensa. Esto hace que los animales sientan menor placer ante el consumo de estímulos positivos como el alcohol, por lo que realizan tomas más intensas.
Diversas alteraciones emocionales
Esto se vio asociado a una reducción en los niveles de varios compuestos del sistema monoaminérgico en el cuerpo estriado del cerebro de los roedores. También se observó una disminución de los niveles de endocannabinoides, implicados en el mantenimiento del humor y en los procesos de recompensa, en distintas estructuras cerebrales, concretamente en el cuerpo estriado y en la corteza prefrontal.
Del mismo modo, los ratones expuestos a privación materna mostraron alteraciones emocionales relacionadas con el comportamiento depresivo, déficits en el comportamiento social y una conducta de ansiedad en comparación con los animales control. “Nuestros hallazgos enfatizan la relevancia de los primeros períodos de la vida en el desarrollo de algunos trastornos psiquiátricos, como los trastornos del estado de ánimo y los trastornos de abuso de sustancias”, concluye Olga Valverde.