jueves, 12 de septiembre de 2013

Nik - La foto que habla
LAS RECEPCIONISTAS DE LOS MÉDICOS
LAS RECEPCIONISTAS  DE LOS MÉDICOS A VECES, SE CREEN DOCTORAS.
Siempre te preguntan cuando llegas a la consulta del médico la razón de tu visita, y tienes que contestar delante de otros y a veces, es muy desagradable.
No hay nada peor que una recepcionista que pide que le digas, en voz alta, qué te pasa en una sala de espera llena de pacientes.
Una vez entré a una consulta y me acerqué a la recepcionista - muy poco simpática.
- Buenos días, señorita!
La recepcionista me dijo:
- Buenos días, señor, ¿por qué quiere ver al Doctor ?
- Tengo un problema con mi pene, contesté
Como algunos se rieron, la recepcionista se irritó y me dijo:
- Usted no debería decir cosas como esas delante de la gente.
- ¿Por qué no ? ... usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije.
La recepcionista - sonrojada - me dijo :
- Podría haber sido más disimulado y decir por ejemplo que tenía irritado el oído y discutir el  problema con el Doctor más tarde y en privado.
Y yo le contesté :
- Y Ud. no debería hacer preguntas delante de extraños si la respuesta puede molestar.
Entonces, sonreí, salí y volví a entrar :
-  Buenos días, señorita!
La recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó:
-  ¿¿Sí??
“Tengo problemas con mi oído"
La recepcionista asintió y se sonrió, viendo que había seguido su consejo y me volvió a preguntar :
-  Y... ¿qué le sucede a su oído, señor?”
-  "que me arde al mear”,
Las risas en la sala de espera fueron de antología

los medicos cubanos llegaron a Brasil


La derrota más humillante de "El País" o "El Nuevo Herald"




El pasado 26 de mayo, el diario de MiamiEl Nuevo Herald” anunciaba a bombo y platillo que el Gobierno de Brasil había desistido de su idea de contratar médicos procedentes de Cuba (1). Y calificaba el hecho como “una de las derrotas más humillantes que ha sufrido el gobierno de los hermanos Castro, (…) que confirma (el) (…) deterioro del nivel de formación académica en la isla” (2). La satisfacción era general en los grandes medios. El socio español de “El Nuevo Herald”, el periódico “El País”, titulaba “Brasil contratará médicos españoles y portugueses en vez de cubanos”. Según su corresponsal Juan Arias, “el ministro (brasileño) de Salud cree que los profesionales de estos países cuentan con más garantías de formación que los de la isla” (3).
Recordemos que unas semanas antes, se había anunciado un acuerdo sanitario de cooperación Sur-Sur entre Cuba y Brasil, respaldado por la Organización Panamericana de la Salud: un contingente de médicos de la Isla sería destinado a atender localidades pobres del norte y noroeste de Brasil (4).
Inmediatamente de desató una intensa campaña, de tinte claramente xenófobo, en los medios de Brasil (5). Éstos –y sus homólogos de Miami, América Latina y Madrid- se convirtieron durante días en altavoz propagandístico de la élite médica brasileña, en pie de guerra contra los médicos cubanos: el presidente de la Asociación Médica Brasileña, Florentino Cardoso, los llegó a calificar de “escoria” (6).
El intenso trabajo de presión mediática y de lobby político de la derecha brasileña contra el Gobierno de Dilma Rousseff parecía haber dado sus frutos, tras el anuncio, en los citados diarios, de la ruptura del acuerdo Cuba-Brasil.
Pues bien, en agosto dichos medios y las corporaciones médicas brasileñas recibían un jarro de agua fría: se anunciaba la llegada de los 400 primeros médicos de Cuba a Brasil, de un total de 4.000 en un año (7). Nada más conocerse la noticia, el diario “El País”, a través del mismo periodista que había asegurado que el programa médico había quedado suspendido, publicaba hasta cuatro materiales sobre el tema en apenas cinco días, recogiendo las protestas corporativas de las asociaciones médicas brasileñas. En la última de las crónicas, acusaba airadamente al Gobierno de Dilma Rousseff de “preparar en secreto la llegada de médicos cubanos a su sistema de sanidad” (8).
El presidente de la Asociación Médica Brasileña, que había asegurado en numerosas entrevistas de prensa, radio y televisión que “Cuba tiene escuelas médicas de pésima calidad”, tuvo que tragarse sus palabras (9). El ministerio de Educación de Brasil anunciaba que los médicos brasileños formados en Cuba habían obtenido las mejores notas en el Examen Nacional de Reválida de los años 2011 y 2012 (10).
Además, se daba a conocer un dato clarificador que desmontaba el discurso corporativo de las asociaciones médicas: el programa “Más médicos” del Ejecutivo brasileño había ofertado 15.460 plazas para centros de salud pública de zonas periféricas, con preferencia para los profesionales del país, con un salario de 4.200 dólares y –eso sí- la exigencia de permanencia en dichos lugares de al menos tres años. Pues bien: solo se presentaron 1.618 personas, un 10% de lo requerido (11). No se entiende por tanto la gigantesca campaña contra los médicos cubanos, que darán servicio en comunidades pobres, sin acceso alguno a la salud pública, y a donde no quieren ir los médicos de Brasil.
Más de 40.000 médicos cubanos trabajan en programas sanitarios ubicados en 69 países. Son profesionales probadamente preparados, cuyo enfoque popular y humanista de la medicina choca con concepciones elitistas muy asentadas. Son médicos capaces de trabajar con pocos recursos, preparados no solo para la atención médica, sino para la organización de campañas preventivas de salud, y experimentados en el diagnóstico clínico, imprescindible en estas zonas donde no se cuenta con laboratorios (12).
La noticia de la llegada de los primeros médicos de Cuba a Brasil, para completar este año un total de 4.000, es una gran victoria para 700 poblaciones de las regiones más pobres del país sudamericano. Y una de “las derrotas más humillantes que han sufrido” la élite médica latinoamericana y grandes medios de comunicación como “El Nuevo Herald” y “El País”.

Las otras recompensas de la "hormona del amor"

Cristales de oxitocina
La oxitocina es conocida como la "hormona del amor" por su papel en las relaciones de persona a persona. En la foto, cristales de oxitocina.
Científicos de la Universidad de Stanford demostraron que la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", tiene más repercusiones en nuestras interacciones sociales de lo que se creía.
Investigadores han concluido que la hormona del amor juega un papel relevante en la formación y mantenimiento de los lazos que se crean entre una madre y un hijo, así como en los apegos sexuales. Lo que hasta ahora no estaba claro era qué rol tenía en otros aspectos de la socialización, como pasar una tarde con los amigos.
En el estudio publicado en la revista Nature, el equipo de especialistas sugiere que el papel de la oxitocina en las relaciones de persona a persona pudo haber evolucionado hacia áreas relacionadas con la afinidad grupal.
Los resultados de la investigación abren las puertas a posibles nuevos tratamientos para el autismo y otros trastornos neuropsiquiátricos como la esquizofrenia.

Desentrañando un misterio

En investigaciones con roedores arvicolinos, conocidos por ser monógamos, se había especulado que la oxitocina podía estar involucrada en este tipo de fenómeno. Pero esta hipótesis era confusa en otros mamíferos, sobre todo en el que más se usa para la investigación científica: el ratón.
"En realidad no se sabía lo que intercedía para tener una recompensa social y ni siquiera era seguro que la oxitocina jugara un papel, debido a que los ratones no se casan. Los ratones no buscan una pareja y se quedan con ella de por vida, son promiscuos", le explica a BBC Mundo el doctor Robert Malenka, jefe del estudio.
"Lo que sugiere este estudio es que quizás la oxitocina, en combinación con pequeñas dosis de antidepresivos, puede funcionar bien. Esto podría ser un tratamiento rápido para problemas sociales que tienen personas con autismo o esquizofrenia"
Robert Malenka, jefe del estudio
Así que Malenka, junto con Gül Dolen, líder del estudio, y otros colegas de Stanford, se lanzaron a la tarea de desentrañar las complicaciones neuropsicológicas que respaldan el papel de la hormona del amor en las interacciones sociales. Para ellos se centraron en los acontecimientos biomecánicos que tienen lugar en una región del cerebro llamada núcleo accumben, crucial para los sistemas de recompensa.
La otra novedad fue que usaron ratones machos y no arvicolinos.

¿Por qué socializan los ratones?

"Está claro que a los ratones les gusta pasar el rato con los demás, como nosotros, presumiblemente por una cuestión de supervivencia, para protegerse de depredadores o conseguir alimento con mayor facilidad. Pero también juegan, les gusta jugar", señala Malenka. "Así que la pregunta es por qué les gusta pasar un rato con los demás y por qué es gratificante".
Así que hicieron un experimento de comportamiento en el que preguntaron -en sentido figurado- a los ratones si querían estar con sus amigos o solos. "Y su comportamiento nos dijo que querían estar con los amigos".
Los expertos descubrieron que los ratones sí tienen receptores de oxitocina en un lugar clave del núcleo accumben y que el bloqueo de esta hormona disminuye significativamente el apetito de socialización de estos animales.
"Esta era nuestra predicción y aun así fue placentero ver que estábamos en lo cierto, que la oxitocina en el núcleo accumben era requerida para la satisfacción social", cuenta Malenka.

Trabajo en equipo

La gran sorpresa era que no actuaba sola. "La oxitocina causa la liberación de otro químico del cerebro muy importante llamado serotonina".
Esto quiere decir que, de acuerdo con el experto, es la acción combinada de la oxitocina y la serotonina lo que se necesita para la recompensa social.
Niño de 4 años con autismo
Se requiere más investigación para determinar cómo pueden ayudar estos resultados a tratar condiciones como el autismo.
La aparición de la serotonina en la ecuación fue lo que más sorprendió a los investigadores, pues este químico no sólo está implicado en los comportamientos relacionados a la recompensa sino también en aspectos como la regulación del ánimo.
De hecho, los antidepresivos más populares, como Prozac, Paxil y Zoloft, pertenecen a una clase de fármacos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que aumentan las cantidades disponibles de serotonina en varias regiones del cerebro, incluyendo el núcleo accumben.

Una ventana abierta

La "hormona del amor" es el foco de un escrutinio intenso debido a su aparente papel para establecer la confianza entre las personas, y en ensayos clínicos se ha administrado a niños con trastornos de autismo.
Los hallazgos de este estudio no sólo ofrecen validez a las pruebas que ya se están haciendo con oxitocina en pacientes autistas, sino que también sugiere posibles nuevos tratamientos para este tipo de trastornos neuropsiquiátricos en que se deteriora la actividad social.
"Lo que sugiere este estudio es que quizás la oxitocina, en combinación con pequeñas dosis de antidepresivos, puede funcionar bien. Esto podría ser un tratamiento rápido para problemas sociales que tienen personas con autismo o esquizofrenia".
No obstante, el experto aclara que requieren más investigaciones sobre la materia.