martes, 31 de mayo de 2016

QUIEN MAL ANDA,MAL ACABA

¿Qué dice de tu personalidad tu forma de caminar?


Personas caminandoImage copyrightISTOCK
Image caption¿Qué características de la personalidad podemos deducir de la forma de andar de una persona?
Si vieras a un hombre entrar a un bar con el estilo del actor John Wayne, es muy probable que lo describieras como seguro y rudo.
O a lo mejor, pensarías que se trata de una imitación acartonada y cómica de un vaquero.
En cualquier caso, seguro que al verlo sacarías unas conclusiones inmediatas sobre su personalidad, basándote tan solo en su manera de caminar.
Durante décadas los psicólogos han estudiado nuestras reacciones en este tipo de situaciones.
Pero, ¿realmente son acertadas?
¿Qué características de la personalidad podemos deducir de la forma de andar de una persona?

Primeras investigaciones

Una de las primeras investigaciones científicas sobre la relación entre el caminar y la personalidad fue publicada en 1935 por el psicólogo Werner Wolff.
En su estudio filmó a cinco hombres y tres mujeres sin que lo supieran, mientras realizaban una prueba de lanzar aros. Los sujetos vestían overoles de trabajo, que impedían que se vieran características adicionales sobre sus respectivas personalidades.
Tratamos la manera de andar de una persona como si fuese su cara, estilo de vestir o su acento al hablar"
Luego, los participantes en la investigación tuvieron la oportunidad de ver las grabaciones, que habían sido previamente editadas para ocultar sus cabezas, y se les pidió que hicieran interpretaciones de la personalidad de cada uno de ellos de acuerdo a la manera en la que se movían.
Wolff encontró que los participantes sacaron conclusiones sobre los demás basándose en la manera en la que caminaban, y que muchas veces coincidían entre sí.
Por ejemplo, la descripción dada por los participantes sobre el individuo identificado con el número 45, incluía las siguientes frases:
"Pretencioso".
"Alguien que busca atraer atención a cualquier precio".
"Deliberadamente vanidoso, desesperado por ser admirado".
"Internamente inseguro, aunque intenta aparentar seguridad ante los demás".
"Aburrido, de alguna forma servil, inseguro".
Una persona caminando de espaldasImage copyrightGETTY
Image caption¿Un vaquero de personalidad ruda?
Fue asombroso cómo los participantes formaron esos juicios sobre cada individuo.
Sin embargo, el estudio tenía fallas, como el hecho de que algunos de los participantes se conocían entre sí, aunque era difícil identificar a cada quien en los videos.
Los experimentos modernos son más sofisticados, y la tecnología permite transformar el caminar de una persona en un punto de luz en un fondo negro, o puntos blancos que demuestren la movilidad de cada parte del cuerpo humano.
De esta manera quedan fuera otros elementos y nos podemos concentrar en lo que nos dice el movimiento al caminar.

Oscilar o balancear

En los años 80, psicólogos estadounidenses determinaron dos grandes formas de caminar, a través de experimentos con sensores de luz conectados al cuerpo de los individuos: un modo más juvenil y uno más viejo.
El primero implica un ritmo más dinámico, más vaivén de las caderas, movimiento de brazos más acentuado y los pasos más rápidos; mientras que el segundo es rígido y lento, con el cuerpo más inclinado hacia adelante.
La evidencia demuestra que aun cuando nuestras percepciones funcionan bien con los rostros, solemos equivocarnos al interpretar el caminar"
Por otra parte, los observadores asumieron que las personas que caminaban con un estilo juvenil, eran más felices y más potentes.
Este fue el caso incluso cuando la edad se hizo más aparente al descubrírseles la cara y el cuerpo de los participantes en los experimentos.

No es lo que parece

Para profundizar en la veracidad de estas observaciones basadas en el caminar, un estudio realizado por investigadores británicos y suizos publicado hace unos años, planteó la comparación entre la descripción que hacen las personas sobre sí mismas, con la que se formaban otros individuos basándose en los sensores de luz cuando los sujetos se movían.
Los resultados coincidieron con estudios anteriores sobre los dos grandes estilos de caminar, aunque los describieron de manera un poco distinta:
  • El primer estilo es más extrovertido, despreocupado, cálido, confiable, y con un cierto toque aventurero, de acuerdo con los observadores.
  • El segundo fue percibido como lento, relajado, que transmite estabilidad emocional.
Pero lo más importante de la investigación es que evidenció que los juicios de los observadores estaban equivocados: estos dos estilos diferentes para caminar realmente guardaban relación con los rasgos mencionados por las personas cuando describieron su propia personalidad.
El mensaje central de estas investigaciones es que tratamos la manera de andar de una persona como si fuese su cara, estilo de vestir o su acento al hablar.
La evidencia demuestra que aun cuando nuestras percepciones funcionan bien con los rostros, solemos equivocarnos al interpretar el caminar.

Un toque siniestro

Más allá de lo seguros o inseguros que parecemos al caminar, hay un elemento más inquietante en lo que proyectamos: el hecho de ser percibidos como vulnerables.
Personas caminando en la calleImage copyrightISTOCK
Image captionParece que no podemos ocultar si somos vulnerables: lo dice nuestra forma de caminar.
Algunos de los primeros hallazgos en estos estudios mostraron que los hombres y las mujeres con unas zancadas más cortas, y con un balanceo más reducido y lento de los brazos a pie, tienden a ser vistos como más vulnerables (nótese la similitud con el estilo de caminar de más edad encontrada en la investigación de la personalidad).
Un estudio japonés bastante inquietante, publicado en 2006, agregó más elementos sobre este punto.
El experimento pedía a un grupo de hombres decir qué tan probable era que charlaran con intenciones de seducir o inapropiadamente tocar a diferentes muchachas jóvenes, vistas en una pantalla a través de los sensores de luz y movimiento.
En base al caminar de las mujeres, los hombres decían sentirse más propensos a hacer avances indeseados hacia las mujeres con rasgos de personalidad más vulnerables, tales como ser más introvertidas y emocionalmente inestable.
Esta característica adquiere un rasgo escalofriante si se tiene en cuenta que otras investigaciones demuestran que sujetos que se encuentran en prisión, con amplios registros por conductas psicópatas, son particularmente precisos al detectar a personas que han sido atacadas en el pasado, solo con ver un video de ellas caminando.
Una persona caminando en la oscuridadImage copyrightISTOCK
Image captionSujetos que se encuentran en prisión con registros de conductas psicópatas son precisos para detectar a sus víctimas por su forma de caminar.
Esto concuerda con evidencia aportada en casos dramáticos como los del asesino en serie Ted Bundy, quien dijo que podía "identificar a una víctima por la forma como caminaba por la calle".

Cuidado con imitar

Estas investigaciones traen a colación otro tema de estudio: ¿podemos adaptar nuestra forma de movernos, para cambiar la percepción que proyectamos a los demás?
Algunos estudios sugieren que puedes aprender a caminar de cierta forma que transmitas un mensaje de invulnerabilidad: pasos rápidos, largas zancadas y fuertes movimientos de los brazos.
Esto ha sido una recomendación para las mujeres en ambientes menos seguros.
No obstante, los psicólogos que han estudiado los perfiles de personalidad asociados con estos estilos de andar, dicen que no hay claridad sobre la posibilidad de aprender aspectos específicos del caminar.
De modo que lo más recomendable es no empeñarse con mucha intensidad en aparentar ser otro, porque lo más probable es que termines siendo una imitación cómica de John Wayne.

lunes, 30 de mayo de 2016

Brazilian Music Mix - Vinicius de Moraes Smooth Bossa Nova Brazil Chill ...

MADRE MIA...¡QUE DOLOR!

Una serpiente pitón escondida en

un váter muerde en el pene a un 

hombre en Tailandia

El reptil, de más de tres metros de largo, «emergió repentinamente
 del inodoro» y le «mordió»
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Atthaporn Boonmakchuay, de 38 años, ha vivido la pesadilla de su vida. Hace unos días fue mordido en el pene por una pitón de tres metros de largo escondida en el retrete de su casa, en la provincia de Chachoengsao, al este de Bangkok, en Tailandia.
Todo ocurrió el pasado miércoles, según relató el propio Atthaporn Boonmakchuay a varios medios, cuando se sentó en el inodoro que parecía vacío. De repente, cuenta, la pitón «emergió del inodoro» y le «mordió». Intentó defenderse cogiendo al animal por el cuello para evitar que se fuera hacia abajo. «Al principio pensé que mi pene se había ido porque (la mordedura) fue realmente muy fuerte», dijo.
Al final consiguió abrir la mandíbula de la pitón antes de que su esposa y un vecino se abalanzaran sobre ella para cubrir la cabeza del reptil con una bolsa de plástico.
Un equipo de emergencia intervino más tarde después con un martillo para sacar a la pitón del retrete. El animal fue luego puesto en libertad en una zona alejada.
El baño fue destruido y la familia Atthaporn podrá comprarse un nuevo aseo con una cisterna de agua.
Atthaporn se encuentra ingresado en un centro hospitalario y se recuperaba favorablemente. Su herida le duele menos y puede orinar con normalidad», declaró a la AFP Rungnapa Sehawong, una responsable del hospital local Chularat 11. El hombre se encuentra a tratamiento con antibióticos y está previsto que abandone el hospital dentro de unos días.

UN MONUMENTO AL POLLO

El periplo del pollo: salió de la selva peleando y fue despreciado por doquier hasta que conquistó el mundo

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Image copyrightTHINKSTOCK
Image captionEl pollo que se le perdió a Cuba.
La del pollo es una de las historias más globales del mundo de la gastronomía.
Por ello, empecemos esta historia en Cuba, con un hombre que estuvo en busca de un ave muy especial.
"No podía encontrarlo porque estaba completamente extinto", le cuenta a la BBC Koen Vanmechelen, un hombre que ha dedicado toda su vida y obra a los pollos.
Vanmechelen viaja por el mundo en busca de las especies más preciadas y bellas, y Cuba tenía la suya: la cubalaya.
"Después de la Revolución, las cosas se pusieron difíciles económicamente. Me imagino que se comieron todos los pollos".
Convencido de que Cuba necesitaba recobrar su pollo, Vanmechelen lo buscó por todo el mundo y en 2007 hizo un hallazgo fortuito.
"Estaba en gira por Estados Unidos y en el jardín de uno de mis coleccionistas encontré un cubalaya".
Vanmechelen no es un campesino ni un científico; es un galardonado artista que, en vez de trabajar con pintura o cerámica, lo hace con ADN de pollos, cruzando diferentes razas de todo el mundo y exhibe los que produce.
Image copyrightCREATIVE COMMONS
Image captionKoen Vanmechelen, "The Cosmopolitan Chicken Project", con el Nica de Oro de Prix Ars Electronica 2013 en la categoría de Arte Híbrido.
En mayo de 2015, el creador belga le devolvió a Cuba lo que había perdido, su cubalaya.
Quizás parezca excéntrico, pero Vanmechelen tiene algo que muchos hemos perdido: su capacidad de asombro ante el pájaro del que más y más lugares del mundo dependen.
Su objetivo es que nos detengamos a pensar en el impacto que tiene en nuestras vidas, y las estadísticas lo respaldan.
Se estima que en cuestión de cuatro años o menos, el pollo se convertirá en la principal fuente de proteína animal a nivel global.
En algunos países, ya tiene ese estatus.

Viajero

Los humanos le debemos mucho al pollo.
A lo largo de la historia, ha sido una divinidad religiosa, fuente de medicinas y, por supuesto, alimento.
Ha recorrido el planeta con exploradores e inspirado revelaciones científicas.
Para satisfacer la demanda, el pollo se ha vuelto una mercancía valiosa, criado y procesado a escala industrial.
Sin embargo, no siempre fue tan apreciado.

¿De dónde vino?

Image copyrightTHINKSTOCK
Image captionEl original: tímido y pequeño, pero hermoso.
"El pollo se origina del gallo bankiva (Gallus gallus), que es un ave tímida y pequeña que vive en las selvas sudasiáticas", le contó a la BBC Andrew Lawler, quien investigó por todas partes la historia de este animal para escribir su libro "Por qué el pollo cruzó el mundo".
"No le gusta tener nada que ver con la gente, y sin embargo se volvió esencial para nosotros".
Su historia es un poco confusa, pero se cree que fue domesticado hace miles de años en esas selvas, de donde salió para China y de ahí a Europa y África.
"Aunque no se sabe con seguridad, los antropólogos piensan que la razón por la que fue domesticado es que lo usaban en peleas de gallos, que eran rituales religiosos", señala Lawler, nuestro guía en esta historia.
Algo que sí se sabe es que pasaron miles de años antes de que el pollo llegara a la mesa.
Pero llegó. Al político y general romano Julio Cesar le gustaba mucho el pollo asado y no entendía por qué en algunos sitios que conquistaba no lo comían.

La reina

En la Edad Media y hasta el siglo XVIII, el pollo era considerado como inferior al ganso y las aves de caza.
Pero a mediados del siglo XIX, todo cambió y hubo furor.
Image copyrightTHINKSTOCK
Image captionSi es bueno para la reina...
"Si hay alguien responsable por nuestro gusto moderno por el pollo, esa es la reina Victoria".
Le fascinaban esas aves, así que se las mandaban de todas partes del mundo.
Por supuesto que no eran las gallinas de batería que vemos hoy, y lo que le gustaba a la reina, le gustaba a todos.
"Empezaron a coleccionarse y a exhibirse, algo que no había pasado con ningún otro animal", apunta Lawler.

Los esclavos

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Image captionLos esclavos contribuyeron significativamente a que el pollo se convirtiera en lo que es.
En Norteamérica sin embargo, no había el mismo interés. Tenían otras aves, incluido el nativo pavo.
Hasta que empezó a cambiar, gracias a los esclavos.
"Como el pollo era tan despreciado por los dueños de las plantaciones, le permitían a los esclavos que los criaran y los vendieran. Era una de las pocas actividades que les permitía a los afroamericanos conseguir dinero", cuenta Lawler.
"Pero, claro, ¿quiénes estaban en las cocinas de estos propietarios blancos? Cocineras negras, a quienes les interesaba que compraran pollos. Así que con el tiempo, los dueños adquirieron el gusto por platos como pollo frito y empezaron a dejar de comer lo que acostumbraban antes".

El pollo del futuro

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Image captionEl pollo estaba por empezar una nueva vida... quizás no para su bien.
Para finales del siglo XIX, todo estaba en su lugar para el pollo del futuro: acceso a aves de todo el mundo significaba que los campesinos podían cruzarlos y experimentar.
Empezaron a verse muy distintos a lo que eran unas décadas antes.
"Los fueron convirtiendo en lo que la gente quería, es decir, pollos con pechugas amplias, perniles más grandes y muslos carnudos", le dice a la BBC Andrew Sheppy, fundador de la Colección Nacional de Aves de Corral británica.
Desde el punto de vista comercial, además de poder ofrecer un producto atractivo para las masas, también era importante que creciera rápido y que soportara vivir encerrado.

Un pollo que parezca vaca

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Image caption¿Perdón? Pues sí, lo que querían los supermercados era que el pollo se pudiera servir como si fuera un bife o un filete de cerdo.
Ese pollo del futuro que eventualmente conquistaría al mundo fue el resultado de un concurso hecho en Estados Unidos a finales de los años 40.
En la posguerra, se desató una competencia entre las carnes de vaca, cerdo y pollo para convertirse en la número 1.
Por ello, la cadena de supermercados líder de la época ofreció miles de dólares a quien trajera un pollo "más productivo".
El reto: un pollo que tuviera la pechuga lo suficientemente grande para cortarla en filetes.
"El concurso estuvo abierto por tres años hasta que en 1951, el vicepresidente de EE.UU. le entregó un cheque a un campesino de California que logró el híbrido deseado: un pollo que crecía rápido, cuyos pies eran pequeños y mucha carne", cuenta Lawley.

Apetito en alza

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Image captionCada vez lo queremos más, con un amor que mata.
El cambio fue radical, no sólo en EE.UU. sino también en muchos otros lugares del mundo.
"En Estados Unidos consumimos cuatro veces más pollo que antes del concurso los años 50, y eso está sucediendo en América Latina, en Asia, en África", asegura Lawley.
"Cuando las sociedades se industrilizan, la gente quiere comer más carne, y la preferida es la del pollo, en parte por razones religiosas, los judíos y musulmanes no comen puerco; los hindúes no comen vaca".
Y con nuevos mercados emergentes en Medio Oriente y Asia, nuestro apetito por esta ave doméstica está llamado a aumentar.