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lunes, 17 de julio de 2017
Marcelo Coba
Hallazgo clave de un argentino para tratar trastornos neurológicos complejos
Es bioquímico y trazó un mapa de conexión de patologías como autismo, trastorno bipolar y esquizofrenia.
En
acción. El bioquímico Marcelo Coba, recibido en la UBA en 1997, lidera
un grupo de trabajo de la Universidad de Southern California.
Los
trastornos neurológicos no son causados por efectos de un gen, como se
especulaba, sino por una colección de mutaciones denominadas factores de
riesgo de enfermedad. En los últimos años, se produjo un gran avance en
métodos de secuenciación de genomas que permitió asistir a pacientes
con autismo, trastorno bipolar, esquizofrenia o retraso mental. Marcelo
Coba, un bioquímico argentino radicado en Los Angeles, pretende
establecer las bases genéticas de estos desórdenes y acaba de publicar
junto a su equipo un estudio en la revista Nature Neuroscience
en donde trazó el primer mapa de conexión de estas patologías. Esto
permitirá desarrollar fármacos específicos para cada tipo de afección.
Las
neuronas transmiten sus señales a través de la liberación de moléculas
de señalización que son los neurotransmisores. “Logramos trazar el
primer mapa que muestra cómo estos factores de riesgo estarían
conectados en lo que se conoce como una red de interacción
proteína-proteína. Este es un concepto que se aparta de la teoría
clásica de vías de señalización, donde la transducción de señales se da
en trayectos lineales. Acá la señalización ocurre en forma de redes
biológicas que no son lineales. En el trabajo describimos miles de
conexiones y por primera vez mostramos como esta interacción de genes
(proteínas) cambian a través del desarrollo neuronal y como se modifican
por mutaciones en los denominados factores de riesgo”, explica Coba,
que se recibió de bioquímico en la UBA en 1997 y es líder investigador
del Zilkha Neurogenetic Institute, del departamento de Ciencias de la
Psiquiatría y la Conducta de la Universidad de Southern California.
Marcelo Coba en los laboratorios de la Universidad de Southern California.
Lo
primordial en esta relación es determinar en qué medida estos factores
afectan las propiedades de conexión entre las neuronas. “Estas proteínas
son esenciales para el funcionamiento de la sinapsis y las mutaciones
ocasionan una desregulación de las propiedades de la transducción de la
señal. La diferencia entre autismo, esquizofrenia o retraso mental, no
es por mutaciones en sus componentes, sino por el nivel de daño que
provoca esta mutación. Por ejemplo, una mutación parcial en una proteína
X, puede estar asociada a esquizofrenia y otra disruptiva en la misma
proteína X puede estar ligada al retraso mental. Se trata de un problema
más cuantitativo que cualitativo”, indica Coba.
En cuanto al
tratamiento, desde el punto de vista farmacológico, hace casi 60 años
que se emplean las mismas drogas. Se avanzó en otros campos terapéuticos
como estimulación cerebral profunda, pero en los medicamentos
permanecen estancados. Y, más allá del mayor entendimiento de la
genética de estas enfermedades, esto abre las puertas al desarrollo de
métodos que permitan una mejor evaluación de los pacientes.
“Una
de las grandes falencias en este campo es considerar a todos los
pacientes por igual, sin tener en cuenta la variedad de mutaciones que
pueden afectar a cada patología, donde prevalece el concepto de magic
bullet (bala milagrosa). Una concepción distinta sería tratar con
medicina personalizada y tener un perfil más claro del tipo de mutación.
Eso permitiría focalizar objetivos farmacológicos dirigidos contra las
redes de señalización afectadas en forma individual y no en forma
generalizada”, sintetiza Coba.
Perfil
Marcelo
Coba se recibió de bioquímico en 1995 y en 1997 terminó Farmacia. En
2003 se unió al Wellcome Trust Sanger Institute (WTSI) de Cambridge, que
es el mayor centro de secuenciación y principal componente en el
proyecto de descifrar el genoma humano. Y en 2011 se mudó a Los Angeles,
Estados Unidos.