sábado, 3 de septiembre de 2016

EL SEXO DE LOS GAYEGOS,O POR ESO ES ASI RAJOY

¿Cómo andamos de salud sexual?

Un estudio asegura que los gallegos son los que más curiosidad muestran, aunque mucho se queda en el terreno del deseo: son de los que menos relaciones tienen. Hablamos con expertos y con jóvenes 


J.F.

A menudo se hacen públicos datos de encuestas que estudian cuáles son los métodos anticonceptivos más usados por los jóvenes en sus relaciones sexuales o el nivel de conocimiento que tienen de ellos, pero? ¿cómo son esas relaciones? Está claro que el sexo juega un papel importante en la juventud, como demuestra el último barómetro de Control, un estudio sociológico centrado en la investigación del comportamiento sexual de los jóvenes españoles. Para ello han realizado una encuesta vía online con una muestra de 2.000 personas, mujeres y hombres, de entre 18 y 35 años y con presencia muestral en todas las comunidades autónomas. Algunas de las preguntas que se plantearon fueron, entre otras, si suelen tener fantasías sexuales o cuáles son sus posturas preferidas.
La conclusión que ha llamado la atención con respecto a los datos de nuestra comunidad ha sido que la vida sexual de los jóvenes gallegos es, principalmente, monótona. El 83 % desea probar «cosas nuevas» en la cama y la media de relaciones sexuales al año está en 88, aunque querrían que aumentaran hasta 223, dato que los sitúa en los primeros en un ránking de deseo sexual. Pero, mientras que los jóvenes de La Rioja son los que más relaciones tienen, los de Galicia quedan entre los que menos.
La curiosidad
Aunque sea una muestra bastante pequeña a nivel nacional, resulta un estudio interesante, según los expertos, porque ayuda a descubrir las curiosidades que surgen entre este sector de la población y es un método para evaluar el nivel de educación sexual. Se podría decir que es un punto a favor para que sexólogos y psicólogos conozcan las necesidades y dificultades que pueden tener los jóvenes pero al analizar el estudio surgen contradicciones. Eso sí, el especialista Mikel Resa, vicepresidente de la Asociación Estatal de Profesionales de Sexología, cree que los datos publicados en los estudios de este tipo crean «una presión social». Al final se entra en una competición donde se marcan unas metas, se hace un ránking y se definen unos comportamientos que se juzgan como los mejores o los peores. «Si estos estudios nos dicen que la media está en cuatro o cinco relaciones a la semana, ¿qué pasa si yo tengo dos? Nos están creando un problema donde realmente no lo hay. Los estudios hay que cogerlos solo como datos. No deben decir cómo deben portarse los jóvenes», explica Resa.
Y es que no puede obviarse que, para muchos, lo mejor de la sexualidad es la diversidad y que estudios como este pueden hacer que la gente quiera sumarse a las mayorías, a cumplir con unos hábitos sexuales que ya han sido asumidos por otros. Noa Tilde, Psicóloga y Coordinadora de los centros Quérote en Galicia, cree que estos resultados son señal de que hace falta poner en marcha más campañas para conseguir que los jóvenes hablen de sexo con libertad y conocimiento. El estudio ha demostrado que existen unas carencias cuando describen sus hábitos sexuales y Tilde culpa de ello a los modelos que los jóvenes han seguido como referentes.
Los ejemplos que llegan a los jóvenes suelen ser de por sí rutinarios. Las series, películas, vídeos de Internet o cualquier otro ejemplo en el que se represente el modelo sexual por lo general va a optar por ser coital. «Cuando eres joven una de las cosas que buscas es normalizar. No quieres ser el raro o la rara. Entonces a veces tienen comportamientos que ellos consideran que son los normales para intentar no destacar pero luego surgen las necesidades en las que realmente querrían experimentar con cosas diferentes», aclara Noa.
La mayoría de los jóvenes no suele hablar de sexo de forma natural y resulta difícil que consulten sus curiosidades o dificultades al resto. Estas necesidades llegan a la consulta de Noa en forma de otras dudas. «Por ejemplo, la falta de deseo, aunque se exprese así, suele ser más bien una carencia erótica que se da frecuentemente cuando la actividad sexual es placentera para una parte de la pareja y no para la otra», apunta.
Si se lleva una vida sexual marcada por un patrón establecido inevitablemente aparecen limitaciones. «Todo lo que se nos plantee de una forma estandarizada o generalizada nos limita de alguna manera. No nos deja expresarnos como queremos. La sexualidad o afectuosidad son campos en los que uno se construye, desarrolla o busca sus espacios y si todos y todas intentamos encajar en él sí que nos condiciona», opina Noa. Y de una manera u otra, la forma en la que hemos vivido nuestra sexualidad afecta a cómo somos hoy.
Sexo y platos combinados
Lo que está claro, recalcan los especialistas, es que en esta materia de nada sirve hacer un decálogo de consejos o dar recetas. Ante la monotonía sexual lo más importante es analizar cómo es esa rutina de la que hablamos. Para entenderlo mejor, Mikel Resa compara esa rutina con la comida: «Es como los platos combinados, tenemos para escoger desde el más sencillo hasta el más completo. En pareja podemos realizar nuestros platos con lo que queramos. Pero no se puede pasar del todo al nada. Hay que plantearse cuál es el nivel de satisfacción y en ese momento elegir el plato que nos apetezca». Lo fundamental es explorar cuáles son los deseos de cada persona porque no todos los ingredientes gustan por igual. La sexualidad y la erótica son temas personales, lo que uno disfrute no tiene por qué coincidir con la forma en la que disfrute el sexo el resto.
El estudio recoge que para los jóvenes tener relaciones con la pareja de un amigo, con alguien del mismo sexo o grabar una escena porno serían maneras de romper con la rutina. Sin embargo, los expertos tratan de aportar otra alternativa que modificaría la concepción de las relaciones eróticas entre los jóvenes. El modelo coital que han tomado como referente surgió cuando todo giraba en torno a la reproducción. Aunque más tarde se centró en el placer, se sigue manteniendo la misma práctica erótica, donde los genitales son los protagonistas y el objetivo es la penetración. Según Mikel Resa y Noa Tilde, de esa importancia por los genitales surgen las preocupaciones por el tamaño o la frecuencia. Y mientras tanto, los sentidos quedan a un lado. «Los jóvenes se aburren con sus prácticas sexuales pero lo que se les oferta es solo que jueguen con sus genitales. Y no quiero decir que no tiene que haber penetración sino que dentro de las relaciones eróticas hay muchas variaciones y muy amplias. Y cada uno debe buscar la que más le guste», aclara Mikel. En el momento que se da rienda suelta a los sentidos surgen nuevas alternativas.
Al hablar de probar cosas nuevas otro tema que se trata en el estudio es el de las fantasías sexuales, que siguen siendo un tema tabú entre la juventud. Se cree que es un terreno oscuro y que fomentarlo y hablar de ello no es algo natural. No se debe confundir deseo con fantasía. Las fantasías no tienen consecuencias ni límites, queda entre uno mismo y su imaginación. En el momento que se dice que uno quiere cumplir algo hablamos de deseos. Eso sí, tanto las fantasías como los deseos son de gran ayuda para la estimulación. Aunque los jóvenes aún sean reacios a hablar de ello.
En cuanto a los juguetes sexuales como herramienta para innovar tanto el estudio como los expertos coinciden en que su uso no es tan frecuente en los jóvenes como en adultos pero principalmente por una cuestión económica.
Sexo por internet
Si las relaciones sociales han cambiado con las tecnologías e Internet, las relaciones sexuales no se han quedado atrás. Incluso ya no se liga como antes. Una de las dificultades que tienen estas relaciones es que por lo general están mal vistas ante los demás. Pero tampoco hay que escandalizarse, hay personas que lo hacen con conciencia y consentimiento. Noa y Mikel coinciden en que es importante tener en cuenta los riesgos de ese comportamiento, que a veces se escapa. Sobre todo en el caso de los menores de edad. Pero ante estas relaciones se aconseja por una parte no criminalizar lo que se hace por la red porque no está mal si se hace de una manera autónoma, libre y segura. Y por otro lado tener en cuenta que existen personas menores que no lo están haciendo con la misma seguridad y deben estar seguros de quién está detrás de la cámara.
Las relaciones por Internet no tienen por qué sustituir el contacto físico. Fomentar los dos tipos de relaciones y combinarlas de una manera responsable sería lo ideal para las relaciones en pareja.
Javier, coruñés de 22 años, cree que el estudio de Control se equivoca. Para él el nivel de relaciones sexuales de los jóvenes es aceptable y no cree que su vida sexual sea monótona. Además, opina que la creatividad gira en torno al momento en el que se encuentre la pareja y la disposición por probar cosas nuevas.
Por otra parte, Marta es de las que piensan que todo varía según las personas. Ha vivido etapas en las que se ha sentido satisfecha y otras en las que no. Tiene claro que si se acuesta con un chico que no quiere «innovar» es por egoísmo: «El sexo tiene que ser divertido y si solo pruebas posturas como el misionero es como hacer nada. A veces no sientes mucho con esa postura y si los chicos solo quieren esa postura es porque buscan un orgasmo y nada más».
Al final, se ha llegado a un punto en el que la sociedad ha marcado como objetivo que los jóvenes estén sobreexcitados pero a la par se les niega la posibilidad de conocer a fondo la sexualidad.
Y si no existe una educación sexual real implantada en la sociedad los jóvenes no conseguirán hablar del tema con coherencia. Y a pesar de los pequeños avances en los últimos años, la educación sexual, como apuntan Mikel Resa y Noa Tilde, sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra comunidad.

¿Neurofelicidad o neurotimo?



Las terapias basadas en mindfulness están en auge, y si les añadimos un toque de neurociencia los resultados de búsqueda en Google se disparan. De este dueto nacen los tratamientos de neurofelicidad, que utilizan la meditación y la realidad virtual para enseñar a nuestro cerebro a ser más feliz. Pero no todos cuentan con el respaldo de la evidencia científica.
Noelia Sánchez Cea |  
<p>Tras el auge de las terapias de <em>mindfulness</em>, los científicos se han puesto manos a la obra para tratar de evaluar los beneficios reales de esta técnica. <a href="http://www.agenciasinc.es/En-exclusiva/PROGRAMADOS/Neurofelicidad-o-neurotimo2" target="_blank">Imagen: Wearbeard</a></p>
Tras el auge de las terapias de mindfulness, los científicos se han puesto manos a la obra para tratar de evaluar los beneficios reales de esta técnica. Imagen: Wearbeard
Estoy sentada en una playa, sola. El sol brilla y el sonido de los pájaros se entremezcla con el romper de las olas. Una voz suave y amable me pide que me concentre en mis exhalaciones y que trate de dejar mi mente en blanco. “Siente cómo tu respiración fluye por tu cuerpo. Siente el contacto de tu cuerpo con la superficie. Sin cambiar nada”, repite una y otra vez.
A lo lejos, en el horizonte, aparece un punto amarillo que guía mi aliento hasta el amanecer. Se hace grande cuando inspiro y pequeño cuando suelto el aire.

La voz ha tomado forma física. Me cuenta que con nueve sesiones de este tratamiento de neurofelicidad y algo de entrenamiento en casa sería capaz de reducir el estrés y la ansiedad que me generan mis problemas. En definitiva, podría ser más feliz.
Como en un abrir y cerrar de ojos abandono la playa. Me he quitado las gafas de realidad virtual y en lugar de estar sobre la arena me encuentro sentada bajo unos cómodos cojines, en el interior de una jaima blanca.
El método recoge nueve consejos centrados en la simplificación de la vida y en la reducción del estrés y los pone en práctica mediante sesiones demindfulness y realidad virtual.
Meditación como forma de vida
‘Mindfulness’ es el nombre dado por Jon Kabat-Zinn a un conjunto de técnicas que, según algunos autores, tienen su origen en lo que tradicionalmente se conoce como meditación vipassana, que significa ‘ver las cosas tal y como son en realidad’.
“Es la capacidad que todos tenemos de prestar atención al momento presente de forma serena y neutral, sin dejar que nuestra mente sea arrastrada por sus propios automatismos: pensamientos, juicios, creencias o emociones”, explica a Sinc José Manuel Calvo Cobo, licenciado en Psicología y experto en coaching y mindfulness.
Pero no estamos ante algo tan nuevo. La meditación clásica ya se encarga de este tipo de menesteres, sin embargo, siempre rodeada de un aura religiosa que le hace ganarse detractores.
“La principal novedad que aporta mindfulness es el estudio científico de sus efectos en la estructura y función del cerebro”, asegura Cobo.
Tras el auge de estas terapias en el mercado, los científicos se han puesto manos a la obra para tratar de evaluar los beneficios reales de la técnica. En PubMed, el principal portal de búsqueda de artículos biomédicos de acceso libre, se pueden encontrar más de 3.000 estudios que hablan de mindfulness.
Algunos trabajos científicos relevantes lo sitúan como una ayuda para reducir del estrés, la depresión y la ansiedad, o incluso mejorar la salud mental de pacientes con cáncer.
“Casi todas las terapias nuevas en el ámbito de la salud mental intentan demostrar su eficacia para tratar la depresión. Lo que ocurre es que la tristeza es bastante susceptible de aminorarse con casi cualquier cosa, desde hacer deporte o dar paseos hasta socializar”, explica a Sinc Eparquio Delgado, psicólogo y autor de ‘Los libros de autoayuda, ¡vaya timo!’.
Delgado defiende que ya existen otros procedimientos útiles para reducir el estrés, la ansiedad o la depresión. “Lo interesante de una nueva técnica es saber en qué mejora lo que ya tenemos”, puntualiza el psicólogo.
La poción mágica
La mayoría de los individuos que recurren a terapias como estas sufren ansiedad o depresión por motivos subyacentes, a los que la meditación no encuentra solución. 

En los años 2000, la psicología positiva puso de moda la felicidad, en los 90 fue la inteligencia emocional y ahora el
 mindfulness“Lo que tenemos que preguntarnos es cómo aparece la depresión y buscar las variables sociales que están haciendo que la incidencia de este trastorno esté aumentando cada día más”, subraya Delgado.
Aunque la meditación otorga beneficios reales a quienes lo practican –tal y como se ha señalado en estudios como el publicado en 2013 en el Journal of Consulting and Clinical Psychology, que señala que las prácticas demindfulness llegan a reducir un 43% las recaídas de personas con depresión­– esta moda está haciendo surgir centenares de terapias que prometen beneficios de todo tipo.
“Van apareciendo procedimientos y modas que dicen solucionar todos los problemas, como sucede con las dietas milagro que te prometen reducciones de peso maravillosas”, comenta Delgado.
Basta con introducir en Google el nombre de esta práctica para encontrar miles de resultados de búsqueda que nos aportan información acerca de sus beneficios: ayuda a concentrarse, mejora el rendimiento escolar y la creatividad, y nos hace más felices.
“El mindfulness puede ser una alternativa para tratar ciertos trastornos mentales, como la depresión. Lo que no se puede plantear es que sirva para todo, en todas las situaciones y para todas las personas”, señala el autor.
“Sería interesante demostrar su eficacia en la atención, ya que este tipo de meditación se traduce como ‘conciencia plena’ o ‘atención consciente’. Sin embargo, no hay metaanálisis que demuestren efectos significativos sobre la atención”, añade Delgado.
¿Sinónimo de felicidad?
Quienes promulgan la neurofelicidad, uno de los conceptos de moda, aseguran que conseguir la auténtica plenitud es posible si se cultiva con las fortalezas personales y con la información y las herramientas adecuadas.

Conseguir enseñar al cerebro a estimular los neuroquímicos de la felicidad –como las endorfinas, la dopamina o la oxitocina– mediante la relajación con
mindfulness es la meta que se proponen los tratamientos de neurofelicidad.Pero mindfulness no es sinónimo de felicidad, sino de aceptación de la realidad. “No tiene nada que ver con la búsqueda compulsiva de la alegría, pero sí sabemos que con la práctica habitual podemos elevar los niveles de satisfacción y bienestar personal”, puntualiza Calvo.
Sin embargo, para generar estas sustancias hay otros métodos más accesibles. Comer chocolate, descansar tras un ejercicio físico intenso, mantener relaciones sexuales o realizar una actividad que cada uno considere placentera es la forma más fácil de producir endorfinas, explica Alberto Ferrús, neurocientífico y profesor de Investigación del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “Que esto se pueda evocar de forma haciendo meditación es posible, pero no existen datos bioquímicos que midan cuánto y en qué condiciones”, añade.
Además es importante tener en cuenta el factor placebo a la hora de medir la eficacia de estos tratamientos. Según un reciente estudio publicado en PNAS, las terapias centradas en el entrenamiento del cerebro solo son eficaces si previamente se les informa a los participantes de la existencia de estudios que corroboran los resultados.
De lo 'eco' a lo 'neuro'
Las modas se reflejan en el uso de las palabras. No hace mucho tiempo que proliferaron los prefijos ‘eco’ o ‘bio’ para redefinir todo tipo de conceptos. Hoy, otro nuevo paquete de términos que han invadido el mercado comienzan por ‘neuro’. La neurofelicidad es uno de ellos.
La playa en la que estaba sentada no era más que una visión que me estaba proporcionando las gafas que llevaba puestas. Esta tecnología unida con un sistema de neurofeedback, una diadema que mide la actividad eléctrica del cerebro, aporta el toque científico al tratamiento.

Pero, cuidado: no todo es humo en el uso de este tipo de técnicas. En la actualidad se está investigando cómo la realidad virtual puede ayudar, por ejemplo, a que la corteza cerebral de personas con miembros amputados pueda percibir sensaciones de la extremidad que ha sido sustituida por una prótesis.
“Todo es ‘neuro’ en el sentido en el que todas nuestras sensaciones, memorias y actitudes son producto del sistema nervioso, pero creo que se abusa del prefijo al intentar dar respetabilidad científica a todo lo que se quiera poner detrás”, defiende Alberto Ferrús.
“La realidad virtual puede ser un procedimiento útil, pero al igual que otros que no utilizan esta tecnología. Habría que presentar casos en los que fuera más eficiente que otro tipo de técnicas o en los que solo pudiera utilizarse este avance”, concluye.
En definitiva, la etiqueta ‘neuro’ se utiliza como indicador de aval científico pero, por desgracia, las soluciones mágicas no existen.

Cuando la ideología importa más que la salud

El problema del plomo en millones de viviendas demuestra que el partidismo no es solo simbólicO

Un hombre mide el pH del agua de su casa en Richfield (Pennsylvania, EE UU) para descubrir si está contaminada con plomo.  REUTERS

Donald Trump sigue afirmando que "la delincuencia en las ciudades está alcanzando niveles inauditos" y prometiendo salvar a los afroamericanos de la "matanza". Lo cierto es que este apocalipsis urbano es producto de su imaginación; la delincuencia urbana se mantiene de hecho en niveles históricamente bajos. Pero Trump no es una de esas personas a las que les preocupe otro veredicto de "completamente falso" de PolitiFact.
Pero, naturalmente, hay cosas que distan de estar bien en nuestras ciudades, y hay mucho que hacer para ayudar a nuestras comunidades negras. Podríamos, por ejemplo, dejar de bombear plomo en la sangre de sus hijos.
Quizá piensen que hablo de la crisis del agua en Flint, Michigan, que provocó —con razón— la indignación nacional a principios de este año, para enseguida desaparecer de los titulares. Pero Flint fue solo un ejemplo extremo de un problema mucho mayor. Y es un problema que debería formar parte del debate: nos guste o no, envenenar a niños es un tema político.
Sin duda, hay mucha menos intoxicación por plomo en el Estados Unidos actual que en la época que los partidarios de Trump consideran los buenos tiempos. De hecho, algunos analistas creen que el descenso de la contaminación con plomo ha sido un factor importante en el descenso de la delincuencia.
Pero acabo de leer un estudio publicado por un equipo de economistas y expertos en salud que confirma el creciente consenso en que incluso niveles bajos de plomo en el torrente sanguíneo de los niños tienen efectos perjudiciales significativos sobre su conducta cognitiva. Y, aún hoy, hay una importante relación entre crecer en el seno de una familia desfavorecida y la exposición al plomo.
¿Pero cómo puede ocurrir esto en un país que afirma creer en la igualdad de oportunidades? Por si no resulta obvio: los niños intoxicados por su entorno no disfrutan de las mismas oportunidades que aquellos que no lo están.
Para tener una perspectiva más amplia he leído un libro publicado en 2013, Lead Wars: The Politics of Science and Fate of America's Children [Las guerras del plomo: la política de la ciencia y el destino de los niños estadounidenses]. Para ser sinceros, la historia que el libro cuenta no sorprende tanto. Pero sigue siendo deprimente. Porque llevamos generaciones conociendo el daño que causa el plomo y, sin embargo, las medidas solo se han tomado lentamente y aún hoy están lejos de completarse.
Llevamos generaciones conociendo el daño que causa el plomo y, sin embargo, las medidas solo se han tomado lentamente y aún hoy están lejos de completarse
Pueden ustedes imaginarse de qué va la cosa. La industria del plomo no quería que su negocio se hundiese por culpa de unas normativas incómodas, de modo que quitó importancia a la ciencia al tiempo que exageraba enormemente el coste de proteger a la población (una estrategia que conocerán todos aquellos que hayan seguido los debates sobre la lluvia ácida, el ozono o el cambio climático).
Sin embargo, en el caso del plomo, se sumaba también el elemento adicional de culpar a las víctimas: afirmar que el envenenamiento por plomo era solo un problema de ignorantes "familias negras y puertorriqueñas" que no arreglaban sus viviendas y no cuidaban de sus hijos. Esta estrategia consiguió retrasar la acción durante décadas; décadas que dejaron un legado literalmente tóxico en forma de millones de hogares y viviendas saturadas de pintura con plomo.
Al final, la pintura con plomo se retiró del mercado en 1978, pero ahí es donde entró la ideología. Ronald Reagan insistía en que el Gobierno era siempre el problema, nunca la solución. Si la ciencia apuntaba problemas que necesitaban una solución pública, era el momento de negar la ciencia y acosar a los científicos; o, al menos, asegurarse de que los grupos de expertos que ayudaban a establecer la política oficial estuviesen colmados de promotores favorables a la industria. Lo mismo hizo el Gobierno de George Bush padre.
Lo que nos lleva a la actual situación política. Con toda la información que nos satura, puede que resulte difícil centrarse en la intoxicación con plomo o en las cuestiones medioambientales en general. Pero en dichos temas hay enormes diferencias entre los candidatos y entre los partidos. Y son diferencias que importan, independientemente de lo que pase con el Congreso: buena parte de la política medioambiental consiste en decidir cómo aplicar las leyes existentes, de modo que, si se convierte en presidenta, Hillary Clinton podrá influir de manera sustancial, aunque se enfrente a la obstrucción de un Congreso republicano.
Y la división entre los partidos es exactamente la que sería de esperar. Clinton ha prometido "quitar el plomo de todas partes" en un plazo de cinco años. Probablemente no lograría que el Congreso pagase ese ambicioso programa, pero todo en la historia de la candidata — sobre todo, las décadas que ha dedicado a políticas para las familias— hace pensar que haría un serio esfuerzo.
Por el contrario, Trump... Bah, da igual. Despotrica contra las normativas públicas de todo tipo y pueden imaginarse qué pensarían sus amigos en el sector inmobiliario de la obligación de retirar el plomo de todos sus edificios. Bueno, a lo mejor, las pruebas científicas logran convencerle de que haga lo que debe. O también, a lo mejor, se le puede convencer de que se convierta en monje budista, lo cual parece igual de probable.
La cuestión es que las diferencias entre partidos acerca del plomo no solo deberían considerarse algo importante en sí mismo, sino también un indicador de lo que está en juego. Si piensan que la ciencia debería influir en la política y que los niños deberían estar protegidos de los productos tóxicos, sepan que eso es ser partidista.

BUENA COMO EL AGUA DE BORRAJA

Compuestos presentes en la borraja protegen del daño en el ADN


Científicos de las universidades de Córdoba y Cádiz y el Instituto de Agricultura Sostenible han demostrado los efectos saludables del consumo de borraja. Esta planta de hojas grandes y flor azulada es considerada como mala hierba en Andalucía, mientras que en otras zonas de España como Aragón, La Rioja y Navarra está presente en los mercados como una verdura más y es apreciada como ingrediente gastronómico en guisos. 

<p>A la izquierda, semillas de borraja y productos derivados. A la derecha, una muestra liofilizada. Al fondo, moscas de la fruta empleadas en el experimento / UCO</p>
A la izquierda, semillas de borraja y productos derivados. A la derecha, una muestra liofilizada. Al fondo, moscas de la fruta empleadas en el experimento / UCO
La borraja no goza en el sur de España de la misma fama que tiene en el norte. En Andalucía se considera a esta planta de hojas grandes y flor azulada como una mala hierba, y se procura su eliminación. En Aragón, La Rioja y Navarra, sin embargo, está presente en los mercados como una verdura más y es apreciada como ingrediente gastronómico en guisos. Con el fin de acabar con su mala fama y ofrecer una alternativa en la horticultura andaluza, un equipo conjunto de la Universidad de Córdoba (UCO) y del Instituto de Agricultura Sostenible, con apoyo de la Universidad de Cádiz, ha demostrado los efectos saludables de su consumo. Para ello, han descrito propiedades tanto en la hoja como en la semilla que pueden servir para considerar a la borraja como unsuperalimento.
“Es como se conoce aquel producto que aporta propiedades más allá de la mera alimentación”, define María Dolores Lozano, investigadora del Departamento de Genética de la UCO.
En los países desarrollados, hay una corriente de consumidores que buscan un valor añadido en su lista de la compra. La industria alimentaria ha canalizado esta demanda bajo esta etiqueta u otras similares. En el caso de la borraja (Borago officinalis), describir propiedades denominadas funcionales puede potenciar tanto su cultivo como su consumo y supone el origen de este trabajo de investigación conjunto.

En el caso de las hojas, se diseñó un experimento para comprobar si el consumo de la verdura era seguro y si disponía de propiedades beneficiosas para la salud. Se administró a moscas de la fruta (
Drosophila melanogaster) el equivalente a la ración humana. Las hojas se liofilizaron, esto es, se deshidrataron sin que perdieran sus compuestos bioactivos originales. El trabajo permitió conocer el rango en el que el alimento es recomendable y permitió observar ciertas capacidades quimiopreventivas.Hojas
En concreto, compuestos fenólicos presentes en la borraja eran capaces de revertir las mutaciones convencionales que se producen en los organismos vivos. Estas variaciones en el código genético se producen por los agentes oxidantes que entran o se generan  en las células y pueden ser origen, o contribuir al desarrollo, de las células cancerígenas.
Con el fin de comprobar si la borraja conservaba estas propiedades en humanos, se administró el extracto de la planta a cultivos celulares de un tipo de leucemia. “Vimos que se inhibía el crecimiento de las células tumorales”, explica la catedrática de la UCO Ángeles Alonso. Tanto en el modelo de la mosca como en el cultivo celular, el equipo observó que la borraja ejercía un papel protector y preventivo. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Nutrients.
Semillas

El equipo conjunto ha demostrado que el ácido gamma linolénico presente en las semillas de la borraja también tiene efectos protectores para el ADN tanto en estudios
 in vivo como in vitro. Los resultados fueron publicados en PLOS ONE.El aceite de borraja está presente en algunos productos comerciales como suplementos alimenticios. “Presenta un ácido graso llamado gamma linolénico esencial para el ser humano”, indica Antonio de Haro, profesor de investigación en el Departamento de Mejora Genética Vegetal del IAS. En las personas mayores empieza a fallar su síntesis en el organismo y puede producir efectos visibles, como la aparición de arrugas en la piel. La falta de este compuesto también está asociado a problemas de salud como la cirrosis hepática, dermatitis atópica o en la menopausia.
Para poder llevar a cabo esta investigación, se ha partido del cultivo, selección y caracterización de la planta realizada por parte del Departamento de Mejora Genética Vegetal del IAS. Por su parte, el Departamento de Ingeniería Química y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Cádiz realizó la extracción y análisis del aceite de las semillas en condiciones de fluidos supercríticos.
Referencias bibliográficas:
María Dolores Lozano-Baena, Inmaculada Tasset, Andrés Muñoz-Serrano, Ángeles Alonso Moraga y Antonio de Haro-Bailón. ‘Cancer Prevention and Health Benefices of Traditionally Consumed Borago officinalis Plants’. Nutrients. 8(1), 48; doi:10.3390/nu8010048
Inmaculada Tasset-Cuevas, Zahira Fernández-Bedmar, María Dolores Lozano-Baena, Juan Campos-Sánchez, Antonio de Haro-Bailón, Andrés Muñoz-Serrano, Ángeles Alonso-Moraga. ‘Protective Effect of Borage Seed Oil and Gamma Linoleic Acid on DNA: In Vivo and In Vitro Studies’. PLOS ONE. Published: February 27, 2013. http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0056986