jueves, 17 de mayo de 2012

LO IMPORTANTE ES PARTICIPAR

El 'privilegio' de mojar la cama

    Tres años llevo eludiendo el espinoso asunto de la eyaculación femenina, pero todos los meses recibo decenas de correos de mujeres que me preguntan cómo conseguirlo o de chicas preocupadas, en uno u otro sentido, por lo que mojan o dejan de mojar la cama.
    Desde este descubrimiento entrañable...
    Hola Pandora. Dejé de ser virgen hace tres meses más o menos y hoy estaba con mi chico y ya estaba "mojada", por así decirlo, desde antes de hacer nada. Empezó a estimularme el punto G y me he corrido. El problema es que no se si es pis u orina. Yo no creo que sea pis, pero me he quedado un poco rallada... Marí


    ...Hasta esta otra eyaculadora pretérita dispuesta a casi cualquier cosa para recuperar la jugosidad de antaño. Incluso a creerse lo que digan en internet.
    Hola Pandora, me pasa lo siguiente: con mi primer novio llegaba a mojar la cama entera mientras me masturbaba sobre él. El problema es que no lo he vuelto a conseguir nunca, ni sola ni acompañada. Y a veces me desespera un poco porque ya no sé si estoy haciendo algo mal o, peor, si será cosa de la edad. A lo mejor es sólo falta de información, he estado buscando, pero no encuentro en internet algo que sirva realmente de ayuda... Úrsula


    Así es que he tenido que recurrir a mis fuentes más fiables y le he preguntado a la única eyaculadora que conozco, mi amiga Elena, qué hay de cierto en lo que se cuenta por ahí.
    -"Pues es un orgasmo como todos los demás que tengo; ni mejor ni peor. No es más placentero; al menos no para mí. De hecho, no me entero de que he eyaculado hasta que me levanto y veo cómo está de mojada la cama. Por supuesto no me sucede todos los días... Tengo que estar hiperexcitada y que el chico en cuestión sepa manipular por ahí abajo, pero vamos... que, en realidad, no es para tanto".
    La sensatez de Elena, eyaculadora ella, está muy en consonancia con la poca literatura seria que he encontrado en internet al respecto. Entre ella destaco el post que le dedicó al asunto hace unos años el maestro Josep Tomás Torres en su Cama Redonda y que tira por tierra el mito ése de que las mujeres que eyaculan son diosas del sexo: "Todos los sexólogos están de acuerdo en considerar que una mujer que 'eyacula' no es más fogosa ni tiene una capacidad orgásmica mayor a una mujer que no lo hace". Amén.
    Además, si el orgasmo es suficientemente placentero... ¿qué le aporta de positivo ese chorro de líquido? "Como mucho, te aseguro que acabas pudriendo la cama", Elena dixit.
    Resumiendo la teoría fisiológica (ya para tranquilidad de todas las mujeres del mundo que durante generaciones se han avergonzado pensando que se meaban de placer) os diré que las responsables de la eyaculación femenina son las glándulas uretrales, parauretrales y de Skene. Y, como todos los rasgos físicos, unas mujeres las tienen más desarrolladas que otras (igual que unas tienen el clítoris más grande, o los labios mayores más envolventes, o la nariz más pequeña...) y son ésas las que, normalmente de forma involuntaria, eyaculan durante el orgasmo. El líquido que se expele no es orina, aunque contiene residuos de urea o creatina. Conclusión: Es algo natural que les sucede algunas veces a algunas mujeres.

    Ilustración: Luci Gutiérrez



    Y eso es todo... Ni fuegos artificiales, ni trompetas, ni fanfarrias. Todo lo que os imaginéis sobre la eyaculación femenina o 'squirt' no procede nada más y nada menos que...¡¡¡tachán!!! Lo habéis adivinado: del mundo de la pornografía.
    Conozco a actrices porno que son capaces de retener durante un rato largo un litro de agua dentro de la vagina forzando al máximo los músculos del suelo pélvico y luego soltarlo a chorro simulando una eyaculación. Lo he visto en vivo y en directo y os aseguro que era tan espectacular como cierto que aquella chica NO se estaba corriendo. Era sólo un truco. Tan mentira como la lucha libre norteamericana. Eso sí: ni lo intentéis. Es nefasto para la flora vaginal y ni te cuento para la musculatura pélvica.
    ¿Que ellas son capaces de hacerlo? Por supuesto, igual que las enfermeras saben sacar sangre, las ingenieras saben diseñar proyectos y las acróbatas dan saltos increíbles: es su trabajo. Por internet circulan vídeos y blogs con consejos peregrinos para lograr una eyaculación. Allá vosotras si decidís seguir las indicaciones de indocumentadas que no saben deletrear "grapadora" y que un día te hablan del 'squirt' y al siguiente del champú de caballo...
    La gran mayoría de los vídeos que circulan por la red de chicas presuntamente bañando a sus amantes en sus fluidos eyaculatorios son exactamente lo mismo que esas profusas eyaculaciones masculinas que parecen no acabar nunca: un 'fake'.
    Si os digo la verdad, no tengo ni idea de si alguna vez he eyaculado de esta forma porque cuando me he levantado de la cama tras un encuentro sexual y he visto las sábanas mojadas (algunas veces he tenido incluso que cambiarlas para poder dormir) no me ha preocupado si ha sido flujo, sudor o esa otra preciada mezcla de fluidos que algunos buscan como si fuera el santo grial.
    Afortunadamente, creo que mi cuerpo no tiene memoria para los orgasmos; los olvida, de tal forma que me es imposible recordar si un orgasmo es mejor que otro. Los polvos los recuerdo prefectamente, pero el orgasmo en sí; esa descarga eléctrica que te tensa los músculos, te desconecta del cerebro por unos segundos y te hace levitar de la cama... eso no lo registro en un ranking interno de experiencias. Por eso me sigue gustando tanto el sexo: porque me provoca un placer que nunca me defrauda. Lo que me defrauda es la cantidad de objetivos eróticos que nos marcamos en un afán cuasi olímpico.
    Después de cogerle el gusto (yo la primera) a dar y recibir sexo oral, de reconocer que nosotras también nos masturbábamos, de presentar nuestros "periféricos" en sociedad... Entramos en la carrera de la penetración anal, de la multiorgasmia (la que no lo ha conseguido todavía lo sufre en silencio, como las hemorroides, y finge a partir del segundo orgasmo)... Y ahora, en el colmo de la presión sexual a la que nos sometemos voluntariamente tenemos que ir por la vida mojando caras, camas y entrepiernas como si fuéramos una boca de incendios mal cerrada...
    Lo dicho; siempre compitiendo... El "más alto, mas rápido, más fuerte" del lema olímpico, reinterpretado en "más largo (pene), más grandes (pechos), más tiempo (coito)... y, ahora, más húmedo".
    ¡Qué estrés! ¿Es que ya se nos ha olvidado que lo importante es participar?