domingo, 30 de septiembre de 2018

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Las imágenes son impactantes, tal como se lo propuso la creadora de la campaña.

Las serpientes que viajaron en avión para invadir una isla


Las serpientes arbóreas marrones, protagonistas de #Cienciaalobestia, llegaron a la isla de Guam, en el océano Pacífico, por accidente durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces se han convertido en la mayor plaga de todos los tiempos al aniquilar casi todas las especies de aves de la isla. Ahora, un estudio señala que su éxito invasor se ha producido en parte por la introducción del transporte aéreo.   
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<p>Un ejemplar de serpiente arbórea marrón. / Creative Commons</p>
Un ejemplar de serpiente arbórea marrón. / Creative Commons
Aunque parece el argumento de una película de terror de serie B, la historia de las serpientes arbóreas marrones (Boiga irregularis) es tan real como aterradora. En los últimos 80 años, este reptil procedente del este y norte de Australia, Papúa Nueva Guinea, y otras islas del Pacífico, se ha convertido en una de las especies invasoras más exitosas del mundo.
Todo empezó durante la Segunda Guerra Mundial cuando fueron introducidas por error en la isla de Guam, el territorio más grande y meridional de las islas Marianas en el océano Pacífico y que corresponde a uno de los 14 territorios no incorporados de EE UU. El impacto del reptil en la isla ha sido devastador.
“La serpiente hizo ‘autostop’ subida en los portaaviones de la tropas australianas y desde entonces ha llevado a la extinción a múltiples especies de aves nativas. En la actualidad, solo quedan tres en la isla”, relata Bryan Fry, investigador de la Universidad de Queensland y coautor del trabajo, que se ha publicado en el Journal of Molecular Evolution.
Para entender por qué se está produciendo este exterminio de pájaros, el equipo de científicos australianos y estadounidenses analizó la toxina del reptil y concluyó que es especialmente venenosa para las aves. Para los humanos no es peligrosa.
“El veneno de la serpiente es 100 veces más tóxico para las aves que para los mamíferos”, subraya Fry. “Contiene una toxina formada por otras dos más pequeñas que están unidas”, añade el investigador australiano. Esta característica, sin embargo, no es exclusiva de esta especie de serpiente.
La investigación revela que cualquier serpiente del género Boiga, al que pertenece la serpiente arbórea marrón, también conocida como la culebra arbórea café, hubiera podido provocar una hecatombe similar de pájaros. Pero solo Boiga irregularis fue transportada a un lugar que no le correspondía.    
La invasión aérea continúa
El veneno de estas serpientes ha sido la principal razón del éxito de su propagación natural desde África, donde se originó el género, hasta el subcontinente indio, el sudeste de Asia y Australia. “Para la serpiente arbórea marrón, esta ventaja biológica se ha visto favorecida por la introducción del transporte aéreo”, recalca el experto.
En la actualidad, el gobierno de EE UU todavía envía aviones militares desde Guam a Hawái y “las serpientes siguen haciendo colándose”, advierten los biólogos. “Son interceptadas de manera regular en los aeropuertos de Hawái, por lo que si se permite que estos vuelos directos continúen, es solo cuestión de tiempo que lleguen a Hawái y aniquilen a las aves como lo hicieron en Guam”, lamentan.
“Ahora que sabemos más sobre la biología básica de la serpiente, podemos ayudar a desarrollar un enfoque inteligente para prevenir y gestionar esta y otras especies invasoras”, concluyen.
Bryan Fry
El investigador Bryan Fry sostiene una serpiente pariente de la arbórea marrón. / Foto cedida por el autor
Referencia bibliográfica:
Dashevsky D et al. “Three-Finger Toxin Diversification in the Venoms of Cat-Eye Snakes (Colubridae: Boiga)”. Journal of Molecular Biology