martes, 10 de octubre de 2017


Inteligencia artificial

La humanidad está a un paso de la cuarta revolución industrial: la neurotecnológica


MOSCÚ (Sputnik) — En Moscú continúa la conferencia Neuroinformática 2017, dedicada a los asuntos acuciantes de neurociencias y, en particular, al trabajo en la creación de la inteligencia artificial.
Para recibir información sobre las capacidades de las redes neuronales en este ámbito, la corresponsal de Sputnik habló con el doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas y director adjunto del Instituto de Sistemas Cibernéticos Inteligentes de la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares de Rusia (MEPhI), Valentín Klímov.
© Sputnik/ Maxim Blinov
Conferencia Neuroinformática 2017
Usted ha mencionado una revolución neurotecnológica en la conferencia. ¿De qué se trata?
La humanidad sobrevivió tres revoluciones principales: la agraria, la industrial y la informática. La revolución agraria se produjo cuando la humanidad pasaba de la caza y recolección a la agricultura. La revolución industrial conllevó la sustitución del trabajo manual por el automático. Creo que ahora todos sienten la influencia de las tecnologías de la información, por eso se puede hablar de la tercera revolución.
Conferencia Neuroinformática 2017
© Sputnik/ Maxim Blinov
Conferencia Neuroinformática 2017
Me parece que en los próximos diez años se producirá una nueva revolución: la neurotecnológica. Debe cambiar drásticamente la vida humana. La inteligencia artificial basada en redes neuronales alcanzará la inteligencia humana en lo que se refiere a su desarrollo. Los seres humanos y los ordenadores interaccionarán como iguales y cada uno resolverá sus tareas. Será una simbiosis. La inteligencia artificial se ocupará del trabajo rutinario, varias operaciones matemáticas, acciones monótonas y repetidas. Y el ser humano podrá usar todo su tiempo libre para la actividad creativa.
¿Qué aspecto tendrán las redes neuronales? ¿Se parecerán a robots o a aplicaciones para ordenadores?

Claro está, no solo serán robots. En base de las redes neuronales se crearán aplicaciones individuales que podrán entender al ser humano y asimilarse. Por ejemplo, si el 'dueño' está triste, su neuroasistente le ofrecerá imágenes divertidas. Se creará para las personas ocupadas una aplicación tradicional para la gestión de reuniones y tareas. Gracias a las redes neuronales, una casa habitual se convertirá en una 'casa inteligente' que recibirá al dueño coordinando las acciones con su estado: si está enfermo le ofrecerá medicamentos, escogerá una música y una iluminación que corresponda a su humor, establecerá la temperatura y la humedad necesaria en la habitación. Todo eso no se realizará por indicación del ser humano (así funcionan las aplicaciones digitales), sino en base al análisis del habla, gestos, expresión del rostro, su temperatura y otros parámetros.
Conferencia Neuroinformática 2017
© Sputnik/ Maxim Blinov
Conferencia Neuroinformática 2017
¿Es capaz la red neuronal de desarrollarse como el cerebro humano?
Cerebro
Científicos ya saben cómo maximizar el trabajo del cerebro
Es su esencia. Por ejemplo, al enseñar matemáticas a un niño, podemos demostrarle un método de solución de ecuaciones y posteriormente podrá hacerlo el mismo hasta si estas ecuaciones no coinciden con el modelo demostrado. Está claro que la red neuronal podrá equivocarse, por eso su actividad debe ser controlada por el ser humano. Este desempeñará el papel de profesor que, corrigiendo errores, contribuirá al desarrollo de su alumno. ¿Podrá la inteligencia artificial asemejarse plenamente al ser humano?
En la MEPhI se está desarrollando un programa en el marco del que se enseñó a la inteligencia artificial a experimentar emociones. Los estudiantes jugaron en un juego digital con otros tres participantes en el que sus acciones estaban basadas en sus emociones en relación con los demás. Los estudiantes no sabían cuál de los participantes era la red neuronal. Posteriormente, les preguntaron con quién jugaban: ¿con el ser humano o con la inteligencia artificial? La encuesta mostró que los participantes en el experimento no podían distinguir a la máquina del ser humano. Este avance fue destacado, entre otros, en la conferencia Neuroinformática 2017.

LO EJECUTARON Y LO DEMAS ES PURO CUENTO DE LA CIA



Médico que hizo la autopsia al Ché asegura que fue Inventada


En un Libro Inédito aún se habla de la Historia en Bolivia y Puebla del Dr. Moisés Abraham Baptista

Leticia Montagner García y Raúl Torres Salmerón
PUEBLA, Pue.- Tras considerar que es tiempo de decir la verdad, el doctor Moisés Abraham Baptista reveló que el informe de la segunda autopsia al Che Guevara en octubre de 1967, la que oficialmente dio a conocer el Alto Mando Militar de Bolivia fue inventada por él, debido a que recibió una orden superior.
El Che Guevara fue asesinado el 9 de octubre de 1967 en el poblado La Higuera, distante 60 kilómetros de Vallegrande, Bolivia.
La orden de hacer el cambio del informe la dio el general Juan José Torres, quien  en 1967 fungía como Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Bolivia y después Presidente de la República en 1970 y fue asesinado en Argentina en 1976.
A los 50 años de la muerte del legendario guerrillero, Ernesto Guevara, mejor conocido como el Che, el doctor Moisés Abraham Baptista, quien fungía en 1967 como director del Hospital Señor de Malta en Vallegrande, Bolivia, se ha decidido a hablar con amplitud de todos los sucesos que rodearon la captura, la muerte y la autopsia del Che Guevara.
En ese tiempo, Abraham fue habilitado como subteniente del ejército, pues le ordenaron atender a las tropas que desde principios de 1967 llegaron a la zona boliviana para rastrear y enfrentar a la guerrilla del Che Guevara.
El medico boliviano nacionalizado mexicano, revela además, que tiene en su poder la camisa color caqui, llena de sangre, del mítico guerrillero cubano argentino. Esa prenda que ha estado guardada en cajas de seguridad de bancos y lugares seguros, revela cómo fue asesinado el Che Guevara, asegura.
La información anterior destaca en el libro “Yo Hice la Autopsia del Che Guevara…” que en coautoría realizaron los periodistas Leticia Montagner García y Raúl Torres Salmerón, que condensan la historia del doctor nacido en Sucre en 1939 y reconocido en Puebla como uno de los mejores oncólogos. El libro no ha sido publicado aún.
Sobre los informes de la autopsia, comentó: “Luego de la primera revisión del cadáver, en la primera autopsia, declaré ante la prensa internacional que el Che había sido ejecutado básicamente de un disparo al corazón. Ante la divergencia  de informaciones que por una parte dio el Ejército en Vallegrande en el sentido de que había sido capturado y otra información que el Ministerio de Defensa, en el sentido de que el Che había muerto en combate, me dieron la orden de negarlo y elaborar una nueva versión.
El doctor Abraham Baptista guardó silencio durante 50 años y es el único que faltaba de hablar sobre el entorno de la muerte del Che Guevara. Ya lo hicieron en libros sobre la cacería y muerte del Che Guevara, autores extranjeros de todas las nacionalidades, los militares bolivianos que lo capturaron, se publicaron los diarios de los guerrilleros sobrevivientes y las declaraciones de los disidentes, se han escrito libros por los historiadores y biógrafos del Che, incluso los agentes de la CIA y los periodistas bolivianos.
A lo largo de este tiempo, el doctor Abraham solamente y de forma muy parca ha concedido dos entrevistas. A los 30 años de la muerte de Guevara, habló para Hoy Mismo del periodista Guillermo Ochoa y a los 40 años con Leticia Montagner para el diario Milenio.
A la distancia, finalmente se decidió a hablar con toda la amplitud  el único médico sobreviviente y actor de los hechos. El libro está basado en una profunda entrevista, así como en una exhaustiva investigación de los hechos.
LA LLEGADA DEL CUERPO DEL CHE A VALLEGRANDE
El médico describe los hechos a la llegada del cuerpo inerme del Che al aeropuerto de Vallegrande,  la tarde del 9 de octubre, donde lo esperó y trasladó en una furgoneta Chevrolet de su propiedad de color blanco. No era una ambulancia, aclara.
A gran velocidad, acompañado del agente de la CIA, Félix Rodríguez, entró al Hospital Señor de Malta. Otro agente de la CIA, Gustavo Villoldo ya los esperaba. Unos soldados depositaron el cuerpo en la lavandería, alejada 150 metros de la estructura principal del nosocomio.
De inmediato revisó el cadáver y le inyectó formalina para preservarlo, tanta que muchos que visitaban la lavandería para observar el cuerpo del Che, se tapaban la nariz con su pañuelo.
Comenta que el cuerpo tenía mucha sangre, sobre todo en la espalda donde tenía una herida grande de unos 20 centímetros, hecha probablemente con una culata de un fusil, un machete o una bayoneta. Así lo remataron, argumenta. También tenía un balazo en el corazón de abajo hacia arriba que le privó la vida, es decir le dispararon estando en el suelo.
Durante el combate en el Vado del Churo, cerca de La Higuera, el Che fue herido en sedal en el codo y en la pierna, asegura.
Horas antes, los soldados habían depositado en la lavandería, los cuerpos de dos guerrilleros muertos. Nadie les prestaba atención. Eran  Juan Pablo Chang Navarro, alias Chino y el boliviano Simón Cuba, alias Willy. Los soldados quisieron impedir el paso de la gente que llegaba del aeropuerto y no pudieron.
Había militares de alto rango presentes y los agentes de la CIA; el teniente coronel Andrés Selich, comandante del Regimiento Pando de Ingenieros Militares; el capitán Mario Vargas Salinas, adscrito a la Octava División del Ejército y quien había liquidado a la segunda columna del Che; el coronel Joaquín Zenteno Anaya, comandante de la Octava División del Ejército; el coronel Roberto “Toto” Quintanilla, Jefe de los Servicios de Inteligencia del Ministerio del Interior, entre otros. Cuando disminuyeron las visitas de vallegrandinos, las enfermeras y el doctor Abraham lavaron el cuerpo del Che, le recortaron el pelo y lo vistieron con el torso desnudo. Incluso llegó el Presidente de Bolivia, René Barrientos en una visita rápida y secreta.
También llegó el 10 de octubre, un avión fletado por las autoridades militares desde La Paz, con corresponsales bolivianos y extranjeros.
LA DISCUSIÓN POR EL CORTE DE LA CABEZA
Por la noche del día 10 de octubre hubo una gran discusión. El Alto Mando Militar Boliviano  ordenó tener pruebas contundentes de que se trataba del Che Guevara y sugirió se cortara la cabeza.
Sin ser tan rígido como lo era, “Toto” Quintanilla dijo que la CIA quería cortar la cabeza del Che como prueba inequívoca de su muerte. Lo respaldaron Selich y Vargas Salinas.
El doctor Abraham se opuso argumentando razones médicas y éticas. Sorprendentemente, Félix Rodríguez lo apoyó y dijo que era una medida salvaje. El médico sugirió el corte de las manos para tener las huellas digitales.
Al final acordaron hacerlo de ese modo. La conclusión de los ahí reunidos no se consultó a nadie, solamente le cortaron las manos y quedaron sobre un escritorio, donde antes colocaron un periódico.
EL CORTE DE LAS MANOS Y LA MASCARILLA
Después, la mayoría de los presentes se retiró. Quien cortó las manos, dirigido por el doctor Moisés Abraham, fue “Toto” Quintanilla, el mismo que lo ordenó hacerle una mascarilla. Solamente estaba Gustavo Villoldo.
La mascarilla la hizo sin tener el material adecuado. Usó cera de las velas que prendían en la noche porque no había alumbrado eléctrico, además de gasa de dentista y vaselina.
Al quitarla, a la mascarilla se le adhirieron pedazos de piel, el pelo, las cejas y pestañas, la barba y el bigote. La cara del Che era impresionante. Villoldo le tomó fotos para la CIA a la mascarilla y al Che.
Después le ordenaron que se retirara, no pudo dormir y al acudir al hospital muy temprano al otro día, el cuerpo ya no estaba. La pileta estaba vacía y como testigo mudo de los hechos, la camisa del Che que escondió en la parte baja de atrás de la pileta, cuando se la quitó.
La recogió, la envolvió en un periódico, la guardó en su cuarto del hospital, después la llevó a la casa donde vivía en Vallegrande y posteriormente a su casa en Sucre y al final a Puebla, México.
INVITACIÓN Y RETO A LAS AUTORIDADES CUBANAS
Al final de la entrevista, el doctor Abraham reta e invita al gobierno de Cuba a resolver la duda de si los restos hallados en el viejo aeropuerto de Vallegrande, Bolivia, actualmente depositados en el Mausoleo de Santa Clara en Cuba, son efectivamente del Che Guevara.
La camisa con la sangre del Che puede comprobar mediante exámenes de ADN si son los restos con los de Santa Clara. Además hace hincapié en que el reporte oficial de la segunda autopsia es falso e inventado. Los expertos argentinos y cubanos que encontraron los restos de los guerrilleros en Vallegrande en 1977, dijeron que las heridas de los huesos hallados se adecuaban a dicho reporte.
Agrega que es simple el asunto, pues además del examen de ADN, hay que comparar las heridas de la camisa en su poder y el falso dictamen que elaboró, donde no se anota la hora de la muerte del Che, ni detalla el tipo de balas, ni la distancia de los disparos.
Durante 50 años, el doctor Moisés Abraham Baptista, nacido en Sucre, Bolivia, guardó silencio, documentos, fotos e información sobre la muerte de Ernesto Guevara. Es la hora de decir la verdad sobre cómo murió el Che Guevara, sentencia finalmente.