jueves, 28 de junio de 2012

Publicado por Miguel Jara el 27 de junio de 2012
Ya que a Pfizer, la primera multinacional farmacéutica del mundo le permiten vender un medicamento como Celebrex cuando sus primos hermanos (Vioxx y Bextra) se han retirado del mercado sobre todo en el caso del primero por mortales, podría ser más discreta. Pero no, según publica el New York Times y reproduce El País, un director de investigación de la corporación se jacta de haber engañado a la comunidad médica y científica y por tanto a toda la sociedad, al presentar de manera manipulada los resultados de los ensayos clínicos hechos con dicho fármaco.
Celebrex uno de los productos más vendidos de Pfizer. En 2011 la farmacéutica ingresó casi 1.560 millones de dólares sólo en Estados Unidos. Un juzgado estadounidense está investigando a la compañía por posible fraude. Esto sucede unos días después que nos esterásemos que otro de los grandes laboratorios, Roche, podría ocultar 15.161 muertes por sus fármacos.
Se da la circunstancia que Pfizer aceptó pagar una cifra récord de 2.300 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros) en 2009 para resolver cargos civiles y penales relacionados con prácticas comerciales fraudulentas del fármaco Bextra. En dicha ocasión fue multada por promocionarlo para usos para los que no tenía permiso de las autoridades farmacéuticas estadounidenses. Esto también lo ha hecho la casa con otros preparados suyos como Neurontin, nada nuevo pues. Lo que no debe de pasar desapercibido es que el citado Bextra es un preparado de la familia de los coxib, un grupo de medicamentos modernos muy conocidos entre los médicos y sobre todo farmacéuticos y farmacólogos, por ser especialmente peligrosos para la salud.
Bextra está retirado de las farmacias estadounidenses. En 2004, el laboratorio Merck retiró “voluntariamente” su antiartrítico Vioxx (rofecoxib). Es muy difícil entender porqué si se demostró que Vioxx podía causar infartos de corazón y cerebrales en sus consumidores, como así fue en cientos de miles de personas con los resultados funestos que pueden imaginarse, han continuado vendiéndose en las farmacias varios medicamentos con el mismo principio activo, caso de Bextra. Pues bien, Pfizer continúa ofertando Celebrex (celecoxib) pese a su peligrosidad y que manipuló los datos de sus ensayos clínicos. No se entiende por qué dentro de un mismo grupo de medicamentos unos se prohiben y otros no ¿no contienen el mismo principio activo? Si alguien sabe explicarlo que avise.
Merck sabía que vendía un fármaco mortal. Había llegado a esta conclusión tras realizar el ensayo APROVe, siglas en inglés de Prevención de Pólipo Adenomatoso con Vioxx, pero ocultó a la FDA esos trabajos para poder comercializarlo (las agencias del medicamento, como la estadounidense o la europea, no realizan estudios independientes sobre los fármacos para los que los laboratorios les solicitan licencia, revisan la documentación sobre dichos medicamentos que les presentan los fabricantes).