martes, 16 de abril de 2013

CHICAS QUEDAN MAS LINDAS SIN CORPIÑO

Un estudio concluye que el sujetador es una falsa necesidad

Sujetador
Una modelo de lencería muestra un sujetador. (EFE)
  • Los senos son tanto o más firmes en las mujeres que no lo usan.
  • Los pechos de la mujer se convierten en "dependientes" del sujetador.
  • Los músculos de soporte se infrautilizan y se degradan con más rapidez.
.Es un básico de la indumentaria femenina. Durante años, las mujeres han aprendido las virtudes de un buen sostén con el fin de sacar el máximo provecho de sus activos y desafiar así la fuerza de la gravedad.

Los pechos no obtienen ningún beneficio al denegarse la gravedad Bello o no, el sujetador es una prenda imprescindible para las mujeres, un "artefacto" de indiscutible utilidad. ¿O no? Podría ser que no. Un estudio realizado por científicos franceses ha desvelado que los senos no obtienen ningún beneficio de la ropa interior y que las mujeres harían mejor si no lo usaran.

Durante 15 años, el profesor Jean-Denis Rouillon, de la Universidad de Besançon (Francia), ha estudiado la anatomía de 330 mujeres, antes de concluir que los sujetadores son una "falsa necesidad".

La investigación francesa encontró que los senos eran más firmes y se hundieron menos en las mujeres estudiadas que no llevaban sujetador. Se encontró una diferencia de 7mm en la altura del busto comparando con las que sí llevaban.

A la luz de los datos, Rouillon, un científico dedicado desde hace años al estudio del deporte, asegura que "médicamente, fisiológicamente y anatómicamente, los pechos no obtienen ningún beneficio al denegarse la gravedad".

A algunas de las mujeres, desde que dejaron de usar sostén les dolía menos las espalda El investigador, que ha estado trabajando en este tema desde 1997, sugiere que los pechos se convierten en "dependientes" de un apoyo de lencería una vez que las mujeres comienzan a usarlo, lo que significa que los músculos de soporte se están infrautilizando y, por tanto, se degradan con más rapidez.

Es más, algunas de las mujeres que participaron en el experimento, realizado en el Centro Hospitalario de Besançon, dijeron que al dejar de usar sostén –durante el tiempo de la investigación– habían reducido el dolor de espalda.

Los resultados han validado la hipótesis de que el sujetador es una "falsa necesidad", aunque Rouillon asegura que no va a aconsejar a las mujeres que han confiado en los sostenes durante años que ahora dejen de hacerlo.

A vueltas con el tamaño y otros mitos sobre el pene

¿Cuál es la longitud «normal» de un falo? ¿Hay etnias en las que los hombres están mejor dotados? Descubrimos las falsas creencias (y las auténticas) sobre el órgano sexual masculino

El miembro viril, casi un objeto de culto para algunos (básicamente hombres), recibe tantas atenciones que ya casi no esconde secreto alguno. Sin embargo, no todas las creencias que se comparten respecto al pene son ciertas. La ciencia ayuda a derribar los mitos más extendidos (y a corroborar algunos) respecto a cuestiones como la importancia del tamaño o su relación con la capacidad de dar placer, dudas que han preocupado a los varones desde que se tiene memoria.

¿Cuál es el tamaño medio de un pene?

Un estudio de la Asociación Española de Andrología establecía la longitud media del pene en erección en 13,58 centímetros, con un diámetro de 3,82 cm. La medición procede de un estudio realizado con 582 varones españoles de raza caucásica y de edades comprendidas entre los 22 y los 75 años. «El 80% de la población masculina se encuentra entre los 10 y los 16 cms, como promedio», afirma Antoni Bolinches, psicólogo clínico, sexólogo y miembro de la junta directiva de la Federación Española de Sociedades de Sexología.
En cuanto al crecimiento según la edad, existen mediciones realizadas en diferentes estudios, pero «el nivel de desarrollo de cada chico es diferente y no considero que sea adecuado proporcionar esas cifras, porque los menores son muy sensibles al respecto, pueden preocuparse obsesivamente y sin necesidad por si coinciden o no», dice Francisca Molero, codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona. «El tamaño del pene sigue siendo el mito por excelencia», asegura.

El mío es muy pequeño... El «síndrome del vestuario»La veneración al miembro viril

El «síndrome del vestuario» es la falsa percepción que algunos hombres tienen sobre el tamaño de sus genitales al compararlos con los de otros varones. Puede que su pene sea perfectamente estándar, incluso superior a la media, y capaz de satisfacer a cualquier mujer, pero sufren una dismorfia corporal que les hace sentirse inferiores. Algunos incluso se someten a cirugía de alargamiento, más solicitada de lo que pueda parecer. «La autoafirmación masculina se ha basado siempre en la potencia y en el tamaño. Muchos hombres no tienen el pene pequeño, sino la vivencia desproporcionada de que así es. Forma parte de la cultura falocrática que vivimos», afirma Bolinches.
El especialista, autor de «Sexo sabio», entre otros libros, también apunta que hay penes que en relajación pueden parecer más pequeños que otros, pero que en una erección triplican su tamaño, mientras que otros más «vistosos» solo ganan un par de centímetros cuando entran en acción.

Micropenes y miembros descomunales

Se denomina micropene a aquellos inferiores a los 6 cm de longitud (cuando se está excitado). Sin embargo, a los expertos no les gustan las mediciones demasiado precisas, porque pueden suscitar complejos completamente evitables.
Por el contrario, existen penes enormes que superan los 20 cms. Al actor porno Nacho Vidal (25 cm) «el pene en erección no le cabe en un vaso de cubata», recuerda Bolinches. El del actor norteamericano Jonah Falcon es de récord, 34 cm, dicen que el más grande del mundo. ¡Y no se dedica al porno!
Bolinches señala que algunos hombres dotados en exceso tienen que utilizar una especie de arandela o tope, como si fuera una muñequera, en su miembro para no lesionar a su pareja durante la penetración. Hay que tener en cuenta que la profundidad de la vagina ronda los 14 cm, así que algo colosal también puede ser un problema. Sin embargo, Molero, sexóloga y ginecóloga, recuerda que la vagina «es un músculo que se adapta a cualquier tamaño, incluso a algo excesivamente grande. Muchas veces depende del número de veces que se haya realizado esa actividad, pero hay que tener en cuenta que cada acoplamiento sexual es diferente y la experiencia y las sensaciones varían de unas personas a otras».

¿Hay etnias cuyos varones están mejor dotados?

Esta creencia es una de las más extendidas y ha dado lugar a fantasías de lo más comunes, pero ¿qué hay de verdad? Algunos estudios apuntan que, en efecto, los africanos tienen un pene algo más grande, mientras que el de los asiáticos es algo más pequeño. Sin embargo, las diferencias individuales son mucho más importantes que las que existen entre etnias, apenas apreciables.

¿Influye el tamaño en el placer sexual?

«Un pene entre 14 y 16 cm de longitud y de 3 de diámetro llenará la cavidad vaginal y facilitará el orgasmo coital, además del efecto erotizante que su visión pueda proporcionar», señala Bolinches. Sin embargo, en el placer entran en juego otros factores, como la capacidad de la mujer para provocar contracciones musculares y un sin fin de condicionantes físicos y psicológicos.

¿Afecta a la fertilidad?

Según Bolinches, «no es determinante. Hay muchas variables mucho más relevantes, como por ejemplo las contracciones del orgasmo y, por supuesto, la movilidad de los espermatozoides y otra serie de cuestiones hormonales». Un hombre con pocos centímetros debajo de su bragueta «no tiene problemas para procrear si tiene una buena calidad espermática». La sexóloga es rotunda: «el tamaño del pene no influye para nada».

¿Les importa el tamaño a las mujeres?

El último estudio publicado sobre el tema confirma que sí, que a las mujeres les importa. Las mujeres se sienten atraídas por hombres cuyo órgano sexual es grande, afirman biólogos de la Universidad Nacional de Australia en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS). Estudios previos ya habían demostrado que ellas prefieren a los hombres más altos, con hombros anchos y caderas estrechas. Ahora se añade el falo grande, que resulta más atractivo si el varón es alto. Si es bajo y tiene un cuerpo de pera, poco agraciado, ya puede destacar como Nacho Vidal, que no resultará arrebatador. El equipo cree que la selección femenina puede haber causado que los hombres hayan desarrollado penes más largos durante la evolución humana.
Para Francisca Molero, «es evidente que en la actividad sexual humana lo que menos importa es el instinto. Está influida por multitud de factores socioculturales, personales, de vivencias previas... Otras características tienen más importancia que la parte biológica, como por ejemplo, el poder, que también es erótico». De hecho, no hay más que ver algunas parejas famosas.

¿Nariz y manos grandes, pene grande?

Durante el siglo XIX se hicieron una serie de intentos para relacionar rasgos físicos. Uno de los más famosos ponía en conexión el tamaño de la nariz con el del pene. Algunas creencias populares dicen que hay que fijarse en las manos o en los pies para saber si su dueño lo tiene en proporción. Pero en realidad los referentes antropofórmicos «no existen. Nada nos da pistas, ni siquiera la envergadura global», dice el sexólogo. Es un secreto bien guardado. Sin embargo, la revista Asian Journal Andrology publicó hace un par de años un estudio realizado por un equipo de urólogos de Seúl que decía que cuanto más parecida es la altura de los dedos de la mano derecha anular e índice, más largo es el falo de su dueño.

Una espina en el pene

Una investigación del Instituto Médico Howard Hughes y de la Universidad de Stanford en California publicada en la revista Nature apunta que la pérdida de ciertos fragmentos de ADN durante la evolución puede ser la razón de que, por ejemplo, los hombres carezcan de «huesecillo» en el pene, las espinas de queratina que caracterizan a muchos otros mamíferos, desde los macacos a los ratones. La eliminación de la espina del pene aumenta la duración de las relaciones sexuales en comparación con los animales y, es de suponer, también permite que éstas sean más agradables