martes, 14 de mayo de 2013

Y SI EN VEZ DE HIJOS SUPERACTIVOS,HAY PADRES VAGOS Y BOLUDOS...

Carta a las madres y padres de niños y adolescentes hiperactivos (Por Enrique Gavilán)

Han pasado ya unos días tras la emisión del programa “Sobremedicados” en “Salvados”. Reconozco que ha sido una semana muy dura para mí. Asumía que tras lo dicho en la entrevista mucha gente, sobre todo compañeros de profesión, iban a sentirse señalados. Pero no contaba con que mis palabras pudieran dañar o causar dolor a tantas personas. Nada más lejos de mi intención. Vuestras palabras me han conmovido en estos días, y entiendo la desorientación, la frustración, incluso la furia que muchas de vosotras habéis sentido. No sé si pediros disculpas es suficiente; en todo caso, si lo hago es de todo corazón.
 
El TDAH es un trastorno reconocido y aceptado por la comunidad científica internacional. Nunca he dicho que no lo fuera. Sin embargo, no todo es consenso y unanimidad. Hay muchos grises entre el blanco y el negro. Son muchos los autores que han realizado revisiones críticas de la historia y del presente del mismo. Sus argumentos contribuyen a enriquecer su estudio, aportando perspectivas perfectamente válidas. En ellos me basé en la entrevista, y no en meras opiniones o especulaciones personales.
 
El TDAH está sobrediagnosticado. No me refiero a los errores en el diagnóstico, sino a que muchos de los afectados podrían haber tenido una vida perfectamente normal, feliz e integrada incluso sin haber sido nunca diagnosticados o tratados. El exceso de celo a la hora de etiquetar a niños y adolescentes hiperactivos ha creado una epidemia desproporcionada, y en un importante porcentaje de ocasiones puede haber ocasionado más desventajas que beneficios, además de muchos sufrimientos innecesarios. El sobrediagnóstico lleva parejo, en muchos casos, el uso de fármacos en personas en las que pueden ser más perjudiciales que útiles
 
El TDAH ha sido objeto de multitud de campañas de concienciación. Muchas han sido llevadas a cabo con toda la mejor intención del mundo. Otras, por el contrario, han contado con visibles conflictos de interés no siempre bien explicitados. Y un número nada desdeñable de ellas han sido promovidas directamente por entidades y compañías con claro afán de lucro, que no han escatimado esfuerzos para desviar el foco de la atención de muchas familias afectadas hacia intereses que algunas veces distan de los que genuinamente todo progenitor quiere para su hijo.
 
El TDAH ha sufrido, además, una fuerte medicalización en los últimos años. El TDAH hunde sus raíces en la medicina, sí, pero también en lo social, lo cultural, lo educativo. Y por tanto las explicaciones y las soluciones a este trastorno no pueden venir sólo de la medicina. Parece más fácil encauzar el problema hacia la consulta de un médico que cambiar todo un modelo educativo y su engranaje con el sistema sanitario, lo cual lleva más de 30 años, por ejemplo. O que cambiar las políticas sociales para que las madres y padres podáis dedicar más tiempo a vuestros hijos sin que ello suponga ningún perjuicio social o laboral, por ejemplo. Ninguna respuesta, por sí sola, es 100% definitiva: medicalizar también tiene sus ventajas, pero no sale gratis. Si todos estamos dispuestos a asumir que la medicalización es la única respuesta posible también debemos asumir sus consecuencias.
 
Por todos estos motivos (sobrediagnóstico, sobretratamiento, medicalización), el TDAH, a juicio de muchos expertos, es un claro ejemplo de disease mongering, fenómeno descrito por la periodista Lynn Payer en 1992. Dado que esta expresión no tiene traducción directa al castellano, unos autores la han traducido como “tráfico” de enfermedades, otros como “promoción” de enfermedades y otros como “invención” de enfermedades. En el programa de Salvados, simplemente, utilicé una de ellas, por parecerme la que más fácilmente iba a ser entendida por todos.
 
La mecha que quise encender en la entrevista era la del debate sobre la medicalización de nuestras vidas, los conflictos de interés y la trasparencia y la ética en las relaciones con la industria farmacéutica. Son elementos clave que están encima de la mesa y que conviene debatir entre todos, con serenidad y profundidad, lo antes posible.
 
La salud no sólo de vuestros hijos, sino la de todos, está en juego. La de toda la sociedad.
 
Gracias por haberme escuchado.

¿SE VA A ACABAR LA FAROFA DE MANDIOCA?

La yuca y una "tragedia humana" que se avecina

 .
Casava, yuca o mandioca
Se teme que los problemas con la yuca generen graves consecuencias en África.
"Nos estamos enfrentando a una tragedia humana". El investigador Clair Hershey se refiere así a la enfermedad que potencialmente amenaza la subsistencia de 300 millones de personas. No se trata de una pandemia humana aunque sí podría tener consecuencias devastadoras para el hombre.
Hablamos de la enfermedad del estriado marrón de la yuca, conocida en inglés como Cassava Brown Streak Disease (CBSD), que está avanzando alarmantemente del este al oeste de África, según advierten los expertos, y que potencialmente podría afectar también a América Latina.
Después del maíz y el arroz, la yuca -también conocida en América Latina como mandioca, casava y guacamota- es la fuente de energía nutritiva más importante del mundo.
En África es una fuente significativa de nutrición y de ingresos para 300 millones de personas.
Aunque de origen latinoamericano, su cultivo fue promocionado durante años en el continente africano como una fuente de nutrición segura por su tolerancia a las sequías y a los suelos poco fértiles.
"Estamos bastante preocupados por la posibilidad de que esta enfermedad pueda llegar a América Latina, a pesar de que hay regulaciones de cuarentena bastante estrictas"
Clair Hershey
Ahora los expertos advierten que la enfermedad del estriado marrón, causada por un virus, podría provocar una caída en su producción en África del 50%, con consecuencias fatales en el continente.
"Ya está causando estragos en el este de África y está avanzando hacia el oeste", le dijo a BBC Mundo Hershey, director del programa de investigación sobre la yuca del Centro Internacional de Agricultura Tropical, con sede en Colombia.
"Si llega a alcanzar a los grandes países productores del oeste de África, como Nigeria y Gana, sería absolutamente desastroso", advirtió el experto, y añadió que ello podría afectar a millones de familias.
Detener ese avance es precisamente el objetivo que reunió esta semana a expertos de todo el mundo en una conferencia en Italia.
Pero, ¿cómo se detiene a un enemigo casi invisible?

Un cáncer sin síntomas

Producción de yuca

En el mundo: 50% África, 30% Asia y 20% América Latina.
En América Latina: el 90% de la producción total se da en tres países, Brasil, Paraguay y Colombia.
La enfermedad se descubrió en 1935 en la costa este de África y durante varias décadas se consideró un problema menor.
Con el tiempo, con la propagación de cultivos de yuca y el desarrollo de cepas del virus más agresivas, el problema se fue agravando.
"Para 1989 había empezado a devastar cosechas en Uganda", explicó Hershey.
Uno de los grandes problemas de este virus es que los agricultores no se dan cuenta de que el cultivo está enfermo hasta que ya es demasiado tarde: los síntomas sólo aparecen en las raíces, que es lo que se consume.
"Sólo al cosechar y cortar la raíz se puede ver que tiene zonas podridas, o en casos severos la raíz entera está podrida y es completamente inservible", dijo Hershey.
Esta característica hace aún más difícil poder controlar la enfermedad.
Ninguna de las variedades de yuca actuales es resistente al mal del estriado marrón.
"En estos momentos hay muy pocos mecanismos o prácticas conocidas de control del virus", afirmó Hershey.
Es un insecto, la mosca blanca, la que transmite éste y otros virus que afectan a la yuca, al alimentarse de la savia de las plantas.
El aumento de las temperaturas ha causado también un crecimiento de la población de estos insectos, lo cual agrava aún más el problema.

Riesgos para América Latina

"Tenemos que supervisar los movimientos tanto del virus como del insecto, tenemos que estar muy atentos a eso"
Clair Hershey
Según le dijo Hershey a BBC Mundo, los expertos están "bastante preocupados" por la posibilidad de que esta enfermedad pueda llegar a los cultivos de América Latina.
Eso a pesar de que hay regulaciones de cuarentena bastante estrictas sobre el movimiento de semillas de yuca, o de cualquier otra semilla, de África a América.
"Pero el movimiento sí sucede. La gente lleva semillas en maletas y eso nunca se sabe", afirmó.
"Esto es una gran fuente de preocupación para nosotros y queremos tomar medidas preventivas de manera que si la enfermedad llega estamos preparados", admitió.
Pero por el momento el riesgo no parece ser alto.
"Lo que nos da cierta esperanza es que el insecto que transmite la enfermedad no supone un problema ahora mismo en los cultivos de América Latina", dijo.
Sin embargo, los expertos sí han detectado la presencia de la mosca blanca en el Caribe y potencialmente podría trasladarse a grandes zonas productoras de yuca en Sudamérica, como Brasil, Paraguay o Colombia.
"Tenemos que supervisar los movimientos tanto del virus como del insecto, tenemos que estar muy atentos a eso", concluyó Hershey.