martes, 21 de abril de 2015

Un estudio prueba que la vacuna del sarampión nunca causa autismo

La relación entre el fármaco y el trastorno del comportamiento es uno de los principales argumentos de los grupos antiinmunización

El proyecto concluye que ni siquiera se produce en los casos de niños con hermanos afectados

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Una enfermera inyecta una vacuna. / EUROPA PRESS
    Ni siquiera en los casos considerados de mayor riesgo –niños con hermanos afectados- se puede establecer una relación entre la administración de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) y el desarrollo de trastornos autistas. Esta es la conclusión a la que ha llegado un ambicioso trabajo en el que se han analizado los datos de 95.000 niños estadounidenses publicado por The Journal of The American Medical Association (JAMA), y que da un paso más a la hora de  rebatir la falsa asociación a la que se aferran los movimientos antivacunas que ligan la administración del fármaco con el autismo.
    El origen de este mito se encuentra en un artículo de 1998 que asoció en The Lancet la patología con la inmunización. Aquel estudio fue un “sofisticado fraude”, como lo definió años más tarde otro trabajo en el British Medical Journal. Por entonces, The Lancet ya se había retractado del trabajo y había pedido disculpas por su publicación. Fue a raíz de una investigación periodística que descubrió que el autor del artículo, Andrew Wakefield, había empleado a 12 niños seleccionados por un despacho de abogados que llevaba un caso de una pareja que quería demandar a los laboratorios fabricantes de la vacuna. Pero el daño ya estaba hecho, y el polémico artículo trajo consigo una caída en las tasas de vacunación en Europa.
    Desde entonces, el trabajo de Wakefield ha sido empleado repetidamente por los activistas de la moda antivacunas como la prueba de los efectos de la vacuna en la salud. El mensaje ha calado entre grupos afines a la medicina alternativa que ven en las rectificaciones posteriores maniobras conspirativas de la industria farmacéutica en la defensa de sus intereses.
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    Distintos trabajos han rebatido la vinculación entre el fármaco y el autismo durante la última década, como destaca José María Bayas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. Ahora un nuevo artículo se une a la evidencia de estudios previos con una importante particularidad. El trabajo se centra en una población muy específica. Dado que se considera que existe un factor genético en la aparición de los trastornos del espectro autista y que el estudio  Wakefieldm planteó que la vacuna podía ser un elemento desencadenante de la enfermedad, los investigadores de la institución estadounidense The Lewin Group analizaron si la vacunación en niños con hermanos afectados -y por ello con mayor probabilidad de desarrollar comportamientos autistas- implicaba un mayor riesgo en estos menores.
    Para analizarlo, se recopilaron los datos de 5.727 niños estadounidenses con hermanos mayores. El 1% tenían un diagnóstico de conductas autistas y el 2% tenían hermanos mayores con autismo.
    La primera conclusión que extrajeron los investigadores es que en la sociedad estadounidense ha calado el mensaje de cierta asociación entre la vacuna y la enfermedad, y, especialmente, el efecto que podría tener la vacuna en despertar la enfermedad en niños con hermanos afectados. Los datos apuntan que esta sensación existe: las tasas de vacunación son más altas entre los niños sin hermanos afectados (84% la primera dosis a los dos años y 92% la segunda a los 5) que entre los menores con hermanos autistas (73% y 83%, respectivamente).
    La segunda conclusión es que no hay base científica para considerar que la inmunización actúa como resorte que activa la predisposición genética que los niños con hermanos autistas tienen a desarrollar comportamientos autistas. Así, la vacuna no actúa como agente que dispara el desarrollo de la enfermedad –como se había demostrado en estudios previos- ni en el caso de menores con hermanos afectados.
    El trabajo muestra cómo el riesgo relativo de niños con hermanos con autismo de desarrollar este problema si se vacunan con una o dos dosis es de 0,75 y de 0,56 respecto a los no inmunizados (el 1 indicaría un riesgo similar), por lo que es incluso inferior. Para los que no tienen hermanos con autismo, es de 0,91 y 1,12; es decir, prácticamente el mismo. “Estos datos son muy contundentes y muestran la falsa asociación que se ha establecido entre la enfermedad y la vacuna”, apunta Bayas. "Para hacernos una idea de cuándo existe una asociación clara, el riesgo relativo en fumadores de desarrollar cáncer se sitúa en tasas de 17", añade el también responsable del centro de vacunación de adultos del servicio de medicina preventiva y epidemiología del hospital Clínic de Barcelona.
    “No hemos encontrado ninguna asociación entre la vacuna y un mayor riesgo de desarrollar autismo [en población general], y tampoco entre niños con menores afectados, después de administrarles una o dos dosis”, concluyen los autores de estudio, financiado por el Instituto Nacional de Salud Mental, los Institutos Nacionales de Salud y el Departamento de Salud de Estados Unidos.
    ¿Servirá este nuevo trabajo para que los contrarios a la vacuna se replanteen sus tesis? Bayas es muy escéptico: "Estas personas no se mueven en el terreno de la ciencia, sino en el de las creencias, y las creencias no tienen demostración científica”.

    En exclusiva para nuestros socios el documental "Investigación médica: Houston tenemos un problema"

    El martes 21 de abril se estrena el documental titulado "Investigación médica: Houston tenemos un problema"
    Lo produce la Fundación Salud por Derecho, analiza el modelo actual de investigación médica y su impacto en la salud.
    Durante 4 días los socios de eldiario.es lo podrán ver en exclusiva
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    Cartel del documental "Investigación médica: Houston tenemos un problema"
    Cartel del documental "Investigación médica: Houston tenemos un problema"
    La  Fundación Salud por Derecho produce el documental titulado " Investigación médica: Houston tenemos un problema". Dirigido por Alvaro Toepke, analiza el modelo actual de investigación médica y su impacto en la salud. Esta iniciativa surge con el objetivo de sensibilizar y movilizar a la sociedad para resolver una realidad que nos afecta a todos.
    Bajo el lema de "el documental que no quieren que veas", en él expertos y líderes de opinión de todo el mundo aportan datos tan contundes como escalofriantes sobre el obsoleto modelo de investigación y desarrollo de fármacos, que afecta directamente a la salud de todos.
    Los días 21 y 22 de abril se proyecta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Debido a la gran expectación se ha ampliado la proyección un día más de lo previsto, y a partir del lunes 27 se podrá visualizar en abierto para todos los interesados.
    Entre los días 23 y 26 de abril podrán verlo en exclusiva nuestros socios. Gracias a la colaboración de la Fundación Salud por Derecho como promotora del proyecto, todos los socios podréis verlo en el enlace del Blog de los socios que os enviaremos a vuestro correo este jueves.
    Esperamos que sea de vuestro interés, y os invitamos a la reflexión en los comentarios.

    Las amenazas ocultas de la infección vaginal más común

    La vaginosis bacteriana puede derivar en enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea.
    Amanda Butler, una británica de 42, tenía un embarazo normal hasta que rompió aguas en la semana 25.
    Poco después, la mujer descubrió que su parto prematuro fue provocado por una infección común que muchas veces pasa desapercibida.
    La vaginosis bacteriana, VB, es la infección vaginal más frecuente en las mujeres de 15 a 44 años y está causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que procova un desequilibrio bacteriano en la vagina.
    Y, si no se trata, puede derivar en partos prematuros, problemas de fertilidad y un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
    Uno de los problemas de la vaginosis bacteriana es que, a veces, no se diagnostica debido a que en algunos casos hay una ausencia de síntomas.
    De estar presentes, los principales síntomas son una secreción vaginal blanca o gris y poco espesa, olor, dolor, picazón o ardor en la vagina.
    Algunas mujeres tienen un fuerte olor a pescado, especialmente después de haber tenido relaciones sexuales.

    Problemas en el embarazo

    "Hay evidencias que sugieren que si no se trata, la viginosis bacteriana, puede provocar problemas durante el embarazo", dijo a BBC Mundo Eduardo Cortés, especialista en ginecologia y obstetricia del KingstonHospital NHS Foundation Trust, en el Reino Unido.
    Según Cortés las complicaciones en el embarazo relacionadas con la VB incluyen:
    • Parto prematuro
    • Aborto (no en el primer trimestre)
    • Ruptura temprana del saco amniótico
    • Infección de las membranas que forman el saco amniótico y el líquido amniótico
    • Infección e inflamación del revestimiento del útero después del parto
    "Durante el embarazo es normal que haya más secreción vaginal, pero en el momento en que la embarazada note algo inusual debería ir al médico", dijo el especialista.
    Según este, "una vez diagnosticada, la vaginosis bacteriana es muy fácil de tratar con antibióticos"

    Enfermedades de transmisión sexual

    También hay evidencias de que la vaginosis bacteria aumenta el riesgo de la mujer a la hora de contraer enfermedades de transmisión sexual.
    "Esto se debe probablemente a que un cambio en el equilibrio bacteriano dentro de la vagina reduce la protección contra estas enfermedades", explicó Cortés.

    Infertilidad

    Una de cada cinco mujeres que tienen EIP tienen problemas de fertilidad.
    Aunque el vínculo no está del todo claro, algunas evidencias sugieren que la VB también puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una condición que implica la infección y la inflamación del tracto genital superior femenino, incluyendo el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.
    Si se diagnostica en una etapa temprana, PID generalmente se puede tratar exitosamente con un tratamiento de antibióticos.
    Sin embargo, se estima que una de cada cinco mujeres con esta afección se volverá infértil debido a la cicatrización en las trompas de Falopio.
    Los síntomas de la PID incluyen:
    • Dolor en la pelvis o el abdomen inferior
    • Molestia o dolor durante las relaciones sexuales
    • Sangrado entre períodos y después del sexo
    "Se estima que entre 10% y 20% de las mujeres que padecen EIP, están a riesgo de desarrollar problemas de infertilidad", señaló Cortés.
    Aunque todavía no se conocen las causas de la vaginosis bacteriana, un reciente estudio de la Universidad de California, sugirió que las mujeres que utilizan gel y jabón para lavar sus partes intimas tienen mayor riesgo de desarrollarla.

    HACER MATEMATICAS ESTADISTICAS CON LA SUBJETIVIDAD

    Descubren a qué edad nos hacemos viejos


    Una nueva investigación ha desvelado que una persona se vuelve anciana 15 años antes de morir

    Siempre se ha dicho que la edad es algo mental. Sin embargo, y según afirman los expertos en población del Instituto Internacional para Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), esta afirmación no termina de ser cierta. Y es que, según un nuevo estudio que han elaborado, la vejez llega 15 años antes de que una persona fallezca. Por ello, y en el caso de la Unión Europea, se sería anciano (de media) a los 66 años y, en el caso de España, a los 67.
    Para llegar a esta conclusión, la IIASA ha llevado a cabo un estudio en el que ha establecido una nueva forma de medir la edad. La conocida organización afirma que, mientras que tradicionalmente se califica a la gente como anciana en base al tiempo que ha vivido (estableciendo una cifra general para todos), la realidad es bien distinta. Y es que, es necesario tener en cuenta otros factores como la salud, la esperanza de vida o, simplemente, la región del planeta en la que se nace.
    «Lo que nosotros consideramos como edad ha cambiado con el tiempo, y tendrá que seguir cambiando en el futuro a medida que la gente viva más y de forma más saludable. Alguien que hoy tenga 60 años no llega a ser anciano, pero, hace 200 años, era una persona muy vieja», ha explicado Sergei Scherbov -el Director Adjunto del Programa de Población Mundial de la IIASA- en la página web de la organización.
    En palabras de Scherbov y de su colega Warren Sanderson (colaborador en el estudio y perteneciente a la Universidad Stony Brook –EE.UU.-) este estudio es algo más que una mera anécdota debido a la importancia que tiene hoy en día la edad a la que se llega a la ancianidad. «El comienzo de la vejez es importante porque se utiliza a menudo como indicador del aumento de la discapacidad y la dependencia y la disminución de la actividad», determina Sanderson.
    Así pues, y basándonos en los datos sobre esperanza de vida que ofrece la Organización Mundial de la Salud, en Europa una mujer alcanzaría la vejez a los 68 años y un hombre a los 62. Por su parte, en España la ancianidad no llegaría hasta los 70 años en el caso de ellas, y hasta los 64 en el caso de ellos.