martes, 11 de septiembre de 2018

Los alimentos probióticos, aquellos que contienen microorganismos vivos, supuestamente beneficiosos para la salud en las dosis adecuadas, han sido muy populares durante las últimas décadas. No sólo multitud de marcas de yogures y otros alimentos se han promocionado alegando propiedades saludables por ser probióticos, también muchas empresas han reforzado las ventas de sus suplementos nutricionales al incluir probióticos entre ellos.
Entre los mensajes publicitarios alabando sus presuntos efectos saludables podíamos encontrar, en un extremo, el mensaje más fraudulento y engañoso de todos: "Ayuda a tus defensas". Como comentábamos en un artículo anterior ["Refuerza" tus defensas (y danos tu dinero)], tal afirmación no se sostiene por ningún lado, ni por estudios científicos ni por cómo funciona el sistema inmune humano. Por otro lado, sí que encontrábamos otros mensajes con cierto respaldo científico como "ayuda a regular el tránsito intestinal" o "ayuda a recuperar la flora intestinal" (tras episodios de diarrea). De hecho, incluso desde las consultas médicas se ha recomendado y se recomienda el consumo de probióticos a pacientes por las razones anteriores. Sin embargo, ahora, dos artículos publicados en la revista Cell ponen en duda tales afirmaciones.
Hasta la fecha, la absoluta mayoría de los estudios científicos sobre los probióticos han estudiado sus efectos sobre  la microbiota intestinal (el término correcto y preciso actual para referirse a lo que muchos conocen todavía como "flora intestinal") con muchas limitaciones. De hecho, la evidencia científica que respaldaba las propiedades beneficiosas de los probióticos distaba de ser sólida y fiable. Por ejemplo, en lugar de estudiar directamente sobre el aparato digestivo los cambios en los microorganismos que se producían al ingerir probióticos, la mayor parte de los estudios analizaban la microbiota intestinal a partir de las heces. Esto es una gran limitación, porque no se sabía hasta qué punto los análisis de las heces podían reflejar realmente lo que estaba pasando dentro del aparato digestivo.
En el reciente estudio publicado en Cell, los investigadores salvaron este obstáculo haciendo endoscopias digestivas para recoger muestras de los microorganismos directamente de múltiples localizaciones del aparato digestivo (colon y estómago). Además, también recogían y analizaban las heces para comparar los resultados. Los sujetos del estudio se dividían en dos pequeños grupos de voluntarios sanos: unos que tomaban un placebo (sustancia sin ningún efecto activo) y otros que tomaban probióticos (un cóctel de 11 especies diferentes de bacterias) durante días. La adquisición de las muestras se hizo antes de empezar tratamiento y al mes de terminarlo.
Los científicos descubrieron dos hechos de gran importancia. Por un lado, comprobaron que los resultados que ofrecían los análisis de las muestras de endoscopias no coincidían, a menudo, con los resultados de las heces. En otras palabras, las bacterias que se podían encontrar en las heces de los sujetos de estudio no tenían por qué indicar que estas mismas bacterias estuvieran colonizando su aparato digestivo. Por otro lado, los investigadores detectaron que las personas reaccionaban de forma diferente a los probióticos. Un dato interesante adicional es que, basándose en la microbiota de los pacientes antes del tratamiento y el perfil de expresión génica de estos microorganismos, los investigadores podían predecir si los individuos podían ser persistentes o resistentes.
Lo que nos indica este estudio es que el enfoque actual de aconsejar probióticos a todo el mundo podría ser erróneo. ¿Por qué? Porque, en realidad, un determinado porcentaje de las personas no "aceptaría" en sus aparatos digestivos a las bacterias supuestamente beneficiosas de los alimentos probióticos. Éstas saldrían expulsadas a través de las heces, sin oficio ni beneficio.
Por si la primera investigación no fuera suficientemente crítica, el segundo estudio publicado también en la revista Cell, añade todavía más escepticismo a los beneficios de los probióticos. En este estudio, los investigadores administraron antibióticos a 21 participantes para destruir su microbiota normal, al matar a gran cantidad de las bacterias del aparato digestivo. Tras este proceso, dividieron a estas personas en 3 grupos. Un grupo al que no se le dio nada para recuperarse del tratamiento de antibióticos, otro grupo que tomaba los mismos probióticos del experimento anterior y otro grupo al que se le administraba la misma microbiota que poseían antes de ingerir antibióticos a través de lo que se denomina un trasplante de microbiota fecal autólogo. Esta última técnica consistía en recoger, almacenar y procesar las heces (para aislar la parte bacteriana) de los participantes antes de empezar a tomar antibióticos y, tras el tratamiento antibiótico, trasplantar dichas heces procesadas a esas mismas personas a través de endoscopias.
Los científicos realizaron un seguimiento a lo largo del tiempo para ver cuánto tiempo tardaba en recuperarse cada grupo. Los resultados más prometedores aparecieron entre aquellos que recibieron el trasplante de microbiota, pues lograron recuperar su microbiota normal en tan sólo unos días. Entre aquellos que tomaron probióticos también se vio una rápida recolonización de bacterias. Sin embargo, no fue con las bacterias normales que ya estaban presentes antes de tomar antibióticos, sino que se observó que los probióticos interferían con la expansión de las bacterias características de los pacientes en el aparato digestivo durante meses. Dicho de otra manera, los probióticos interferían con la vuelta a la normalidad de la microbiota, retrasando este proceso en comparación con el grupo que no tomó nada tras los antibióticos. De hecho, los autores apuntaban a que algunas especies bacterianas de los probióticos secretaban diversos compuestos que inhibían el crecimiento de esas bacterias propias de los participantes del estudio.
Ambos estudios son complementarios y han empleado técnicas rigurosas para avanzar en nuestros conocimientos sobre los probióticos. Aun así, hay que tener en cuenta que se han realizado sobre grupos pequeños de personas y es, por tanto, necesario que se realicen más estudios, con mayor número de personas para aclarar estos importantes hallazgos. De confirmarse estos resultados en un futuro próximo, las consecuencias estarían claras: el actual enfoque terapéutico con probióticos sería erróneo. Ni todas las personas parece que se benefician de los probióticos ni tampoco un cóctel estándar de probióticos para todos podría ser beneficioso para recuperar la microbiota, sino justo lo contrario. Por el momento, el enfoque más prometedor parece ser la medicina personalizada: recuperar la microbiota con los propios microbios presentes en el aparato digestivo antes de tomar antibióticos.

CADA 48 HORAS UN BUEN POLVETE MEJORA TU SALU

Respaldados por la ciencia

13 enormes beneficios para el cuerpo y la mente al practicar sexo frecuente

Hace bien para los dolores, el estado de ánimo, el estrés y hasta sirve para bajar la ansiedad 

 1. Libera sustancias químicas que alivian el dolor

Las endorfinas son los analgésicos naturales del cuerpo. Durante el sexo, las endorfinas inundan el cuerpo y el cerebro, aliviando cualquier incomodidad. Para algunas personas, incluso, según una investigación de la Universidad de Münster, en Alemania, publicada en Live Science, puede aliviar un ataque de migraña. Esto puede deberse a endorfinas, o la liberación del neurotransmisor serotonina, que te hace sentir feliz.

2. Quema calorías

El sexo no es tan bueno como otras formas de ejercicio, pero ciertamente quema unas cuantas calorías. Un estudio de la Universidad de Montreal analizó cuántas calorías quemaron las parejas durante el sexo. Durante una sesión de 30 minutos, los hombres quemaron un promedio de 101 calorías, mientras que las mujeres quemaron 69. Eso fue alrededor de 4.2 calorías o 3.1 calorías por minuto respectivamente.

3. Mejora el sistema inmune

Un estudio publicado en la revista Psychology Report encontró que los estudiantes que tenían relaciones sexuales al menos una vez a la semana tenían niveles más altos de un determinado anticuerpoque es vital para combatir las enfermedades. De hecho, los niveles eran 30% más altos que en aquellos que no tenían sexo en absoluto.

Los beneficios del sexo, según la ciencia.
Los beneficios del sexo, según la ciencia.

4. Es bueno para el corazón

Según el National Health Service británico, cualquier cosa que ejercite el corazón es bueno, y eso incluye el sexo. Pero los beneficios dependen de qué tan riguroso lo estés haciendo. En promedio, la frecuencia cardíaca máxima durante el sexo es más o menos la mismo que subir un tramo de escaleras, y la recomendación es hacer ejercicio moderadamente durante aproximadamente 150 minutos a la semana.

5. Combate el estrés

Además de todos los productos químicos para sentirse bien que el cerebro libera durante las relaciones sexuales, también tiene una disminución en el cortisol. La investigación ha demostrado cómo el sexo penetrante ayuda a las personas a lidiar mejor con el estrés, pero todos los tipos ayudan a las personas a relajarse.

Los beneficios del sexo, según la ciencia.
Los beneficios del sexo, según la ciencia.

6. Disminuye el riesgo de cáncer de próstata

Un estudio publicado en el BMJ en 2004 encontró que las eyaculaciones frecuentes parece estar relacionada con una disminución del riesgo de cáncer de próstata. De los 50.000 hombres de entre 40 y 75 años que tomó la encuesta, los hombres que informaron tener 21 o más relaciones por mes tenían menos probabilidades de contraer cáncer de próstata que los que informaron de cuatro a siete. Un estudio de seguimiento replicó los resultados..

7. Aumenta la sensación de bienestar

El sexo también puede aumentar la sensación de bienestar.Según un estudio de 3.000 estadounidenses de entre 57 y 85 años, las personas que tenían relaciones sexuales valoraban su salud general más que las que no la realizaban. El amor también se relacionó con personas que decían que tenían una salud "excelente" en vez de una salud "buena" o "mala".

8. Reduce el riesgo de producir úlceras

Se ha demostrado que un matrimonio feliz reduce el riesgo de angina (un problema cardíaco) y úlceras estomacales en los hombres, según la investigación. En un estudio de 10.000 hombres, aquellos que se sentían "amados y apoyados" tenían un menor riesgo de angina. En otro estudio de 8.000 hombres, aquellos que tenían problemas en el hogar tenían más posibilidades de desarrollar una úlcera duodenal. El sexo no es la única forma de mostrar amor y afecto, pero sin duda, es una de las más divertidas.

Los beneficios del sexo, según la ciencia.
Los beneficios del sexo, según la ciencia.

9. Baja la presión arterial

Las personas que se abrazan con frecuencia probablemente tendrán una presión arterial más baja, según un estudio de 2003. Las parejas que se tomaron de las manos durante 10 minutos y luego se abrazaron durante 20 segundos no estaban tan preocupadas por el estrés de actividades como hablar en público.

10. Mejora el sueño

El sexo es ejercicio, por lo que es normal sentirse cansado después de realizarlo. Pero la liberación de oxitocina también ayuda a sentir sueñoPara los hombres en particular, un orgasmo reduce la actividad en la corteza prefrontal del cerebro, que es realmente importante para dormir bien por la noche. Un estudio, reportado por el Daily Mail, mostró cómo después del clímax se agotan los músculos del glucógeno productor de energía.

Los beneficios del sexo, según la ciencia.
Los beneficios del sexo, según la ciencia.

11. Ayuda a los hombres a estar más en contacto con sus emociones

En 2005, una investigación del University Medical Center Groningen descubrió cómo el sexo puede ayudar a los hombres a ponerse en contacto con sus emociones. Los hombres fueron conectados a escáneres cerebrales para monitorear el flujo sanguíneo cerebral mientras sus parejas los estimulaban. Los resultados mostraron que el flujo sanguíneo se incrementó a la ínsula posterior y disminuyó a la amígdala derecha. La ínsula es un área que se ha relacionado con el procesamiento de las emociones, el dolor y el calor.

12. Ayuda a mejorar la memoria

El sexo puede mejorar el rendimiento de las personas en las pruebas de memoria a corto plazo, según un estudio de principios de este año. Algunos investigadores concluyen que esto se debe a que el sexo estimula el crecimiento de las células cerebrales en áreas del cerebro asociadas con la memoria, mientras que otros sugieren que es debido al "resplandor" sexual que nos llena de dopamina y oxitocina. Hay un creciente cuerpo de investigación que muestra cómo el sexo mejora el poder del cerebro.

13. Podría ayudar a reducir la ansiedad

El flujo de sangre disminuye a la amígdala durante el sexo, el área del cerebro vinculada a los trastornos de ansiedad. Una gran cantidad de sangre que fluye a la amígdala puede aumentar la posibilidad de desarrollar un trastorno de ansiedad u otros problemas de salud mental, por lo que el sexo puede ser una forma de reducir ese riesgo.

Los beneficios del sexo, según la ciencia.
Los beneficios del sexo, según la ciencia.

La frecuencia aconsejada: 48 horas

La ciencia aún no se pone de acuerdo sobre la frecuencia ideal de mantener relaciones sexuales para aprovechar todos sus beneficios. Los últimos en intentarlo han sido investigadores de la Universidad de Florida State y de la Universidad de California, quienes se propusieron averiguar la frecuencia más aconsejable para disfrutar de una vida íntima plena y feliz.
Para ello, analizaron estudios previos sobre la actividad sexual de 214 parejas de recién casados -sus respuestas neurológicas y hormonales- y han concluido que "la satisfacción sexual se mantiene en niveles elevados hasta unas 48 horas después de haber tenido relaciones".
Añaden además que las parejas que mantienen esa frecuencia muestran a largo plazo un mayor grado de bienestar en la relación.