lunes, 31 de octubre de 2016

ASI NACIMOS...Y SOBREVIVIMOS

Rep

pero es muy duro....

¿El tamaño del clítoris influye en el sexo?

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 ¿El tamaño del clítoris influye en el sexo?




Dos estudios científicos analizaron la anatomía femenina y encontraron ciertas coincidencias en las mujeres que no tienen orgasmos.
Ellos son de Marte, ellas son de Venus. ¿Será entonces que en Marte existen reglas “medi-penes” y en Venus en cambio a nadie se le ocurrió preguntarse: cuánto medirá mi clítoris?
Aunque esto no es más que una ironía citando el bestseller del autor estadounidense John Gray (publicado en 1992), cuesta entender por qué al sexo masculino le interesa tanto conocer (y difundir, si es que la medida es para ostentar) la extensión de su miembro mientras que las mujeres jamás se lo cuestionaron. 
Sin embargo, tal vez haya llegado la hora de preguntárselo: dos estudios científicos sugieren que la medida del clítoris facilita o perjudica alcanzar el orgasmo. 
El estudio más reciente se presentó en abril del 2013 en el 39º encuentro científico anual de la Sociedad de Cirujanos Ginecológicos. Titulado “Tamaño del clítoris y localización en relación a la función sexual usando resonancia magnética pélvica”, los autores compararon a 10 mujeres sexualmente activas con anorgasmia con 20 mujeres orgásmicas de similares características. Además de completar un cuestionario, las mujeres fueron analizadas con un equipo de resonancia magnética con el que se les midió su área genital. ....
Los resultados demostraron dos datos reveladores: en primer lugar, las mujeres que no experimentan orgasmos tienen mayor longitud entre el clítoris y la vagina y en segundo lugar, que las mujeres que tienen el glande clitoriano más grande (51 mm vs 45 mm) y el cuerpo del clítoris que llega hasta la apertura vaginal más largo (29 mm vs 21 mm) son más propensas a alcanzar el clímax. 
Otro estudio, realizado en 2011, por los investigadores Kim Wallen y Elisabeth A. Lloyd, analizó teorías anteriores que vinculaban la anatomía femenina con el orgasmo en “Female Sexual Arousal: Genital Anatomy and Ogasm in Intercourse”. En esta ocasión, los autores también observaron que una menor distancia produciría más posibilidades de tener un orgasmo, debido al aumento del contacto entre el pene y el clítoris. 

Aunque pocos difundidos, existen otros antecedentes anteriores: 
• 1924: La autora y psicoanalista francesa Marie Bonaparte, muy cercana a Freud, propuso que la pequeña distancia entre el clítoris y la apertura de la uretra aumentaba la posibilidad de tener un orgasmo durante una relación sexual. Pero esto jamás se comprobó estadísticamente. 
• 1940: Carney Landis y sus colegas publicaron una hipótesis similar, pero tampoco lograron comprobarlo. 

Orgasmo femenino vs masculino

Aproximadamente el 90% de las mujeres reportan tener orgasmos con algún tipo de estimulación, sin embargo son muy pocas las que lo alcanzan únicamente por medio de la penetración. Según la Asociación de Ginecólogos y Obstetras de Canadá: 
  • Sólo 1/3 de las mujeres tiene un orgasmo en una relación sexual 
  • 1/3 lo consigue con estimulación extra
  • 1/3 llega al orgasmo con estimulación manual y oral.  
Nada que ver con lo que sucede con el sexo opuesto: el 100% de los hombres confirman tener un orgasmo en las relaciones sexuales. 
¿Sirven de algo estos estudios? Desde luego que sí. Las mujeres anorgásmicas podrían tener un dato más y bastante concreto para bajar su umbral de expectativas a la hora de tener relaciones sexuales. No es poca cosa saber que el 60% necesita estimulación. Dicho en otras palabras, si la idea es que algo llegue, no basta con sentarse a esperar. Perdón, recostarse. 
Estudios consultados: 
“The case of the female orgasm: bias in the science of evolution”, E. Lloyd, Harvard University Press. 
The Society of Obstetricians and Gynaescologists Of Canada (SOGC)

domingo, 30 de octubre de 2016

Sí, la nariz nos delata cuando mentimos

Además, su forma, color, tamaño y temperatura puede decirnos cosas importantes de nuestra salud. Al apéndice nasal solo le falta hablar

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Las hay finas, largas, aguileñas, torcidas, chatas o respingonas. Pero toda clase de nariz tiene algo en común: puede desvelarle síntomas de su estado de salud. El órgano nasal no es solo el centro de la cara y la base de los cánones de belleza. La forma, el color, la textura, el olfato y la temperatura tienen mucho que decir a la hora de detectar trastornos y patologías. El color verde o amarillo de la mucosidad es la señal inconfundible de fiebre o sinusitis, tanto como que el tamaño prominente de la nariz masculina invite a perpetuar la especie o que la temperatura nasal se enfríe a causa de un trastorno de ansiedad o porque miente buscando excusas.

Color y grosor: no confunda mucosa y moco

La mucosa corresponde a la piel que recubre la nariz por dentro, y la mucosidad son las secreciones, conocidas como mocos. La mucosa nasal aporta mucha información sobre el estado de salud. El tejido interno de la nariz puede ser defectuoso como síntoma de casos de enfermedad genética, como la fibrosis quística —con abundante moco, sinusitis y pólipos internos— o una enfermedad rara como la disquinesia ciliar primaria. El color y turgencia de la mucosa pueden sugerir infecciones virales generalizadas, como los catarros, o trastornos alérgicos.

En condiciones normales, el revestimiento nasal interno presenta un color rosado y es fino, está hidratado y deja espacio suficiente para el paso del aire y para que las moléculas odoríferas lleguen a los receptores. “Una coloración pálida, azulada o blanquecina, con un aumento del grosor, es muy típica de pacientes alérgicos al polen, los ácaros o por rinitis, que sufren una inflamación crónica de la nariz acompañada de estornudos, mucha mucosidad y lagrimeo ocular, además de mala respiración y pérdida del olfato. En estos casos se recomienda un estudio alérgico completo y un tratamiento médico que puede ser complementado con cirugía”, detalla Javier Galindo, cirujano especializado en rinoplastia, de la clínica Beauty One Center (Madrid).
Como todas las cavidades corporales, el órgano nasal también produce secreciones. En personas sanas, la mucosidad es escasa y, más o menos, transparente, y la nariz está preparada para batir todas las partículas contaminantes, dirigiendo el fluido de manera natural hacia atrás, a la garganta y al estómago. Cuando alguien padece una infección, fiebre o sinusitis, el moco se vuelve amarillento o verdoso y espeso. “En los pacientes alérgicos el moco es muy abundante y líquido, y sienten la necesidad constante de utilizar pañuelos. Cuando la persona no tiene apenas ningún síntoma pero con frecuencia expulsa costras duras, debemos pensar en sequedad ambiental o problemas estructurales como la desviación o perforación del tabique”, observa Galindo, quien añade: “Las infecciones por determinados microorganismos en el interior de la nariz también pueden indicar inmunodeficiencia, y en ocasiones son la pista para el diagnóstico del VIH, la diabetes o tumores malignos que causan bajadas bruscas de las defensas”.

Cuando el olfato falla: malnutrición o enfermedades neurodegenerativas

La pérdida de olfacción puede tener causas muy diversas: desde un síntoma asociado a la pérdida de apetito, a la disminución de peso o la malnutrición o incluso a problemas con el riñón. La relación entre el deterioro de la función olfativa y trastornos psiquiátricos (ansiedad o depresión), está poco fundamentada por hallazgos científicos. En cambio, sí lo está su vinculación con las fases preclínicas de algunas enfermedades neurodegenerativas durante el envejecimiento. “En cualquiera de los casos, es importante descartar previamente cualquier condición que pudiera afectar a la capacidad olfativa del paciente, como infecciones de las vías respiratorias superiores, rinitis alérgica o sinusitis crónica”, advierte José Luis Cantero, profesor de Fisiología y director del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). Por otra parte, “la relación entre las disfunciones olfativas y determinadas enfermedades neurodegenerativas, como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, es cada vez más evidente”, explica Cantero.

Mire el termómetro: delata su estado de ánimo

La temperatura de la nariz puede subir o bajar por factores tan diversos como la nicotina del tabaco, beber alcohol, la edad, el peso, el sexo —suele ser más fría en las mujeres— o efectos hormonales como el nivel de estrógenos en la menopausia. Y, claro, también por la temperatura ambiente. Además, puede variar en función del estado emocional. “Tiende a subir con las emociones positivas y a bajar con las emociones negativas”, sobre todo si el nivel de activación fisiológica es bajo. A más baja la temperatura de la cavidad nasal, peor es la respuesta inmune y más proliferan los virus, los resfriados y la sinusitis. Por eso la alegría, que calienta la nariz, puede potenciar la respuesta inmune”, indica Emilio Gómez, investigador de Psicología Experimental de la Universidad de Granada y coautor de un estudio que relaciona el estado emocional con la temperatura nasal.
En cambio, “la ansiedad y la mentira hacen descender, en personas saludables, la temperatura nasal, produciendo vasoconstricción. Los olores agradables suben la temperatura perinasal y los olores desagradables cierran la nariz, esto es, hacen descender su temperatura por vasoconstricción. Lo interesante es que todo esto es subjetivo. Por ejemplo, el olor a gasolina para una persona puede ser desagradable y muy agradable para otra, produciendo efectos distintos en la temperatura de la nariz”, señala Gómez.
Tener la nariz especialmente fría podría estar asociado a una reducida variedad de síndromes como el Parkinson o el de Ryanaud y enfermedades como la fibromialgia o la anosmia (pérdida de olfato), patologías en cierto grado psicosomáticas. “También se ve en la esclerosis múltiple, pero se debe al fallo a la hora de adaptarse a la temperatura externa, mostrando la misma temperatura nasal similar en condiciones de frío y de calor. La nariz también se enfría en el hipotiroidismo, que implica un déficit metabólico hormonal hipotalámico”, anota Gómez.

Nariz roja no es sinónimo de bebedor

Una nariz roja le puede hacer pensar en que alguien se ha pasado con las copas. Sin embargo, el enrojecimiento de la punta nasal es, contra el tópico, una condición de la piel, no un efecto del abuso de alcohol. “Puede exacerbar los síntomas, pero es injusto y equivocado pensar que los pacientes que sufren rosácea o rinofima (el estado extremo de la rosácea en la nariz) son bebedores”, aclara Galindo, quien añade: “La mucosa nasal en los pacientes bebedores suele ser rojiza y engrosada, debido a los efectos que alcohol ocasiona en los vasos sanguíneos”.
Tampoco deben olvidarse otros excesos que también afectan al aspecto de nuestra nariz. “Los pacientes fumadores presentan mucosas secas, con tendencia a la formación de costras. El abuso de drogas por vía nasal, como la cocaína, al principio genera inflamación de la nariz, para poco a poco producir una necrosis de los tejidos por afectación del aporte sanguíneo, que provoca perforaciones del tabique nasal, costras, mala respiración. En casos de abuso crónico, la posibilidad de recuperación con tratamiento médico o quirúrgico es cada vez más baja, y con frecuencia vemos narices realmente catastróficas muy complejas de reparar”, asegura Galindo.

¿Hemorragia nasal? No se alarme

Las hemorragias suponen uno de los motivos habituales de consulta. La nariz es uno de los órganos que más sangre recibe, ya que es responsable de calentar y humedecer el aire que inspiramos, aportando calor de la sangre circulante. Al estar expuesta a golpes y cambios de temperatura, no es extraño que se produzca mucosidad con tonos rojizos que pueden indicar pequeñas hemorragias que no suelen revestir gravedad. No obstante, recuerde que si perduran unos días, conviene consultar al médico.
“La mayoría son epistaxis (sangrados nasales) leves que proceden de la parte anterior de la nariz, debidas al hurgado, la sequedad ambiental o ambientes laborales específicos. También son frecuentes durante el embarazo por fenómenos hormonales, y en rinitis víricas y alérgicas. Sin embargo, pueden ser la manifestación clínica de otros procesos como la hipertensión arterial, trastornos de la coagulación, la toma de anticoagulantes o antiagregantes, enfermedades sistémicas y tumores nasales”, señala Miguel Armengot, jefe de Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario y Politécnico la Fe de Valencia y presidente de la Comisión de Rinología y Alergia de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC).
Otras causas menos habituales pero más graves de hemorragia corresponden a los tumores, tanto benignos como malignos. “Se trata de hemorragias de poca cuantía y repetidas en el tiempo. En algunos casos, puede que se desarrolle un tumor intranasal”, advierte Galindo.

Tamaño y función sexual

Por su evidente ubicación y como órgano saliente, la forma tiene una importancia incontestable en la estética facial y en la belleza en mayúsculas. Más aún lo demuestra el hecho de ocupar el segundo puesto, junto con los parpados, entre las cinco cirugías estéticas más demandadas, después de la de los senos. “Cuando está bien, las personas no nos miramos a la nariz, sino a los ojos, pómulos y labios. La nariz llama la atención cuando está deformada. Los rasgos simétricos se asocian a la belleza, y las personas con rasgos atractivos son percibidas como exitosas y sanas. Por eso las diversas partes de la nariz deben estar proporcionadas y acordes con las otras estructuras de la cara y al resto del cuerpo”, explica el cirujano Javier Galindo.
Un estudio noruego en 2014 concluía que el atractivo de una persona es claramente sensible a la centralidad de la punta de su nariz, relacionándolo con nuestro modo de percibir la simetría, y si se compara nuestra nariz con la del resto de primates, nuestro apéndice es largo y fácil de romper como fruto de la evolución de la selección sexual. Es decir, que una bonita nariz podría ser un indicador de la capacidad de la persona como pareja. Por supuesto, eso no confirma el mito de que, a nariz grande, todo grande. “Solo es una percepción inconsciente de asociar una nariz grande a estar bien dotado”, matiza Galindo.

LAS PUTAS MOTITOS Y LOS COCHES DE MIERDA

La nueva gran causa de discapacidad juvenil es el daño cerebral originado en accidentes de tránsito

El 26 de octubre se conmemoró el Día del Daño Cerebral Adquirido (DCA) que ha aumentado su impacto en la población a partir del crecimiento de afecciones tales como accidentes cerebrovasculares (ACV), tumores cerebrales, y traumatismos encefalocraneanos (TEC) con el aumento creciente de accidentes de tránsito, principalmente en jóvenes. Al respecto opinó para Télam la Dra Mónica Clark, directora médica de Fundación Alunco Internacional.


Por Mónica Clark (*)

Como cada año desde 2007, el 26 de octubre se conmemora el Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido (DCA) que ha aumentado su impacto en la población a partir del crecimiento de afecciones como accidentes cerebrovasculares (ACV), traumatismos craneoencefálicos o de la médula espinal (TEC o TRM), tumores, encefalitis de diferente origen y con el aumento creciente de accidentes de tránsito (principalmente en jóvenes), entre otros.

El daño cerebral adquirido hace referencia a las lesiones del sistema nervioso que ocurren luego del desarrollo normal del mismo. Un porcentaje alto de las personas que sufren un DCA no sobreviven al mismo. Los que lo logran, quedan con algún grado de discapacidad, de leve a grave.

La vida de esa persona (y de su contexto) no vuelve a ser la misma, ya que se compromete su independencia funcional y la interacción con su entorno.

Las causas que pueden provocar DCA están relacionadas con el estilo de vida actual: el tabaquismo, el sedentarismo, la alimentación no saludable, los trastornos del sueño, el uso de drogas ilegales, etc., todos constituyen hábitos no saludables que se transforman en factores de riesgo que nos hacen más vulnerables a enfermar o sufrir un accidente.

Según la OMS, más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento; además se calcula que cada año 126 mil argentinos sufren un ataque cerebro vascular, y sólo una cuarta parte de ellos logra recuperarse por completo.

Para entender el cuadro vale mencionar que, sólo en Argentina, 21 personas mueren por día en accidentes de tránsito. Pero además de las 7.472 víctimas fatales por año (2015), quedan 120 mil lesionados de distinto grado y miles de discapacitados.
Además, en nuestro país ocurre un ACV cada 9 minutos -dos casos por hora son fatales-, lo cual está íntimamente ligado a la hipertensión y otros factores de riesgo.

Se calcula que cada año 126.000 argentinos sufren un ataque cerebro vascular, y que sólo una cuarta parte de ellos logra recuperarse por completo.

El resto, o fallece a consecuencia del episodio o queda con secuelas que afectan seriamente su calidad de vida, como limitaciones en el habla o en la movilidad. Por otro lado los últimos datos señalan que en la Argentina mueren más de 9.000 personas por TEC cada año y hay unos 100.000 lesionados, de los cuales el 3% quedará con secuelas graves.

El DCA repercute también en lo emocional, familiar, social y laboral, y tiene como consecuencia común alteraciones de la consciencia, movilidad, comunicación, orientación, memoria, comportamiento, y de las emociones.

Estas alteraciones, que muchas veces se presentan de manera conjunta, implican que el 68% de las personas con DCA presentan una discapacidad leve que afecta alguna actividad básica de la vida diaria, y el 45% en grado severo o total.

Las personas con DCA requieren de una terapéutica compleja que contemple la intervención de diferentes disciplinas, necesitando no sólo mejorar en los déficits, sino adquirir un nuevo sentido de vida e inclusión social.

El modelo de trabajo transdisciplinario que desarrollamos en Alunco, da respuesta a esta problemática compleja del paciente (y su contexto), para devolver identidad y restituir la integridad al mismo. Entre las intervenciones, el cambio de hábitos no saludables y una conciencia de enfermedad responsable son pilares fundamentales para lograr estos objetivos.

sábado, 29 de octubre de 2016

BASTA DE CAMBIO DE HORA FASCISTA PESETERO

El cuerpo sufre la pérdida de luz vespertina

Las personas sanas se adaptan al horario otoñal en un par de días, aunque perciben la pérdida lumínica

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El cuerpo sufre la pérdida de luz vespertina
ALFONS PUERTAS
 Amanecer en Barcelona.

La pérdida de luz en las horas vespertinas que experimentarán los ciudadanos de medio mundo a partir del domingo, cuando se imponga el horario otoñal que recorta en 60 minutos la luz natural de las tardes, desagrada a una parte importante de la población, como desagradará a una parte importante de la población el regreso al reloj primaveral, cosa que sucederá el último domingo de marzo. Entonces, se perderá luz matutina. Así lo aseguran quienes investigan el efecto en el cuerpo humano de esas oscilaciones horarias y lumínicas.
El organismo humano regula el ritmo de sus centros biológicos y hormonas en función de los periodos de luz natural -fase de actividad- o noche oscura -el descanso-, unos ciclos que el organismo reinicia cada 24,5 horas. “Esos 30 minutos excedentes permiten a los biorritmos fisiológicos mover la horquilla adaptativa y evitar que si, por ejemplo, salimos a cenar una noche y llegamos tarde a la cama, ese retraso nos suponga un desequilibrio insuperable”, explica Antoni Bulbena, adscrito al Hospital del Mar, director del departamento de Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona e investigador del efecto que la luz natural o artificial ejerce en las personas.

LA LÁMPARA GRATIFICANTE

La luz derivada del sol, o la proporcionada por lámparas de alta potencia en lux -unidad lumínica-, tienen una influencia determinante en la vida de los humanos, asegura Bulbena, que encuentra muy acertada la decisión de los gobiernos balear y valenciano de oponerse al cambio horario otoñal. “Adaptar los ritmos biológicos al cambio de hora otoñal no siempre es fácil: algunas personas necesitan hasta 10 días para conseguirlo -asegura el psiquiatra-. Les ocurre lo mismo a muchos españoles cuando van a trabajar a Gran Bretaña. Sufren un síndrome que se llama trastorno afectivo estacional, que se traduce en la necesidad de un cierto aislamiento social y el deseo de comer más carbohidratos de lo habitual, entre otras cosas”. A estos síntomas, añade, se suelen sumar una desagradable hipersomnia -sensación constante de tener sueño-, pesadez mental, lentitud de movimientos y la percepción de estar anímicamente hundido. “Es una especie dehibernación, como les sucede a los osos polares en invierno”, sintetiza Bulbena, que trata a algunos de sus pacientes entristecidos, o deprimidos, con periódicas sesiones de exposición a unas lámparas que emiten 10.000 lux de potencia.

"Sufrimos una especie de hibernación, como sucede a los osos polares en invierno"

“La luz es un estimulante natural que aumenta tanto el apetito como la actividad sexual”, indica. “A la gente no le gusta que, de un día para otro, se les reduzca en una hora la luminosidad de las tardes -concluye Bulbena-. Solo sería aceptable si existiera una idea muy clara de que ese cambio mejora la vida de las personas. Pero creo que el beneficio es únicamente industrial”.
De forma general, médicos y psicólogos minimizan la incidencia que el inminente cambio horario ejercerá en las personas a partir del domingo. “Quien está sano, se habrá readaptado en un par de días, como mucho”, afirman.

Aumento del apetito y cansancio

1. La pérdida de una hora de sueño, como ocurre al pasar al horario de primavera, provoca un ligero aumento del apetito en las personas. Por razones distintas, este efecto se produce también al cambiar al horario invernal.
2. Los especialistas sugieren permitirnos tantas horas de sueño como el cuerpo demande durante los primeros días tras el cambio horario. De esta forma, indican, se eliminan los desajustes biológicos.
3. Un contestado estudio publicado en el 2008 por la revista 'New England Journal of Medicine' afirmó que el paso al horario de primavera incrementaba en un 12% el riesgo de sufrir infarto de miocardio.
4. Los países que disponen de más horas de luz diurna se asocian, estadísticamente, con un cierto incremento de robos y actos violentos, indica el psiquiatra Antoni Bulbena.

viernes, 28 de octubre de 2016

29 de octubre, Día Mundial de la Psoriasis


La psoriasis afecta de forma grave la calidad de vida del 22% de los pacientes


La primera encuesta sobre la calidad de vida en pacientes con psoriasis realizada en España muestra que el 22% ve disminuida de forma grave su calidad de vida y el 85% sufre otros trastornos relacionados, como sobrepeso, artritis y ansiedad. El próximo 29 de octubre se celebra su Día Mundial.

<p>La psoriasis se manifiesta habitualmente con lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. / <a href="https://www.flickr.com/photos/mysiann/489536302/sizes/m/" target="_blank">Mysiana</a></p>
La psoriasis se manifiesta habitualmente con lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. / Mysiana
La encuesta sobre el Impacto de la Psoriasis y sus Comorbilidades en la Calidad de Vida (IMPAS), hecha pública coincidiendo con el Día Mundial de la enfermedad, revela que en España la psoriasis afecta de forma grave o muy grave la calidad de vida del 22% de los pacientes que la padecen. Además, el estudio muestra que un 14% de ellos está sin tratamiento.
Pedro Herranz, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital La Paz de Madrid y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), asegura que "el diagnóstico precoz de la psoriasis es vital para aliviar la enorme carga que la enfermedad descontrolada supone a nivel médico y psicosocial".
En la encuesta han participado un total de 1.209 pacientes. Otra de sus principales conclusiones es el importante impacto de la psoriasis en el desarrollo de otras patologías: prácticamente el 85% de los participantes en la encuesta tiene alguna enfermedad asociada y la mayor parte aparecieron después del diagnóstico.
Por ejemplo, la artritis psoriásica aparece en un 55% de los casos y el sobrepeso en un 45% de los pacientes que ya han sido diagnosticados de psoriasis. Por otro lado, el 62% de los que presentan ansiedad y un 55% de los que sufren depresión, la tienen después de la aparición de la enfermedad.

Más del 2% de la población afectada
Según Santiago Muñoz, jefe de Reumatología del Hospital Universitario Infanta Sofía, “en los pacientes con artritis psoriásica se ha demostrado que gracias a los tratamientos actuales se puede modificar el curso natural de la enfermedad. Es fundamental lograr un diagnóstico precoz”.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel y, ocasionalmente, de las articulaciones, que suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores. Se trata de una enfermedad crónica no contagiosa, que tiene brotes y remisiones.
Se manifiesta habitualmente con lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. Pese a que no es una enfermedad hereditaria, hay una predisposición genética a padecerla.
En España, la patología afecta a más de un millón de personas, con una prevalencia del 2,3% de la población. Comienza en el sistema inmune, principalmente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T, que se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares.
Normalmente, el proceso de recambio celular de la epidermis es de 30 días, pero en las personas afectadas dura aproximadamente 4 días, lo que genera la acumulación de células en la capa córnea, y se manifiesta en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada. Su curso es muy variable, por lo que el tratamiento debe ser personalizado para cada paciente, en función del tipo de psoriasis que tenga.

¿Y SI HITLER LE DABA ANFETAS A FRANCO?

Ciencia desnortada

Sobre los perversos incentivos de la investigación y la autocrítica de los científicos
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Autor: Gonzalo Casino Fuente: IntraMed / Fundación Esteve 
En ciencia, como en todas las actividades humanas, no es oro todo lo que reluce. La investigación científica tiene una aureola de integridad y autenticidad que no se corresponde con las miserias que están denunciando los propios científicos. Hay demasiada mala ciencia, vienen a resumir los protagonistas de esta empresa global que persigue la verdad y el conocimiento por encima de todas las cosas. Y hay mala ciencia porque existen incentivos económicos y profesionales que están pervirtiendo su auténtico sentido: hacer buenas preguntas, responderlas con estudios y métodos impecables, replicarlos, perfeccionar las explicaciones teóricas y hacer nuevas preguntas. Una encuesta realizada por el medio digital estadounidense Vox ha propiciado entre los científicos un saludable ejercicio de autocrítica con una sencilla pregunta: “Si pudiera cambiar una cosa acerca de cómo funciona la ciencia de hoy, ¿cuál sería y por qué?”
Aunque la encuesta carece de pretensiones científicas, los 270 investigadores que han respondido la pregunta, en su mayoría de los campos de la biomedicina y las ciencias sociales, airean una serie de disfunciones que quizá no eran conocidas por el gran público. Los autores del reportaje resumen las quejas de los científicos en siete grandes problemas, entre ellos la falta de rigor metodológico y la falta de replicación. Aunque no todos son igual de graves, la mayoría tienen un nexo común: la azarosa, conflictiva (por los conflictos de intereses) y perversa financiación de la ciencia. Más que la escasez de fondos, lo preocupante es que demasiado a menudo se financia la espectacularidad, el renombre de los autores y la promesa de novedad en detrimento de la calidad. Los despropósitos en la financiación han llevado a algunos a proponer la adjudicación de fondos públicos (la financiación privada es otro problema añadido) mediante sorteo. Al fin y al cabo, se quejan, el sistema actual es en esencia una lotería, pero sin los beneficios del azar. Así, al menos, se reducirían los estímulos más dañinos.
Algunos científicos llevan tiempo denunciando que se incentivan los resultados positivos (aunque a menudo se aprende más de los negativos); los estadísticamente significativos (aunque muchas de estas investigaciones hagan aportaciones insignificantes); los sorprendentes y atractivos para el público (aunque su relevancia sea escasa), y en general los novedosos antes que los confirmatorios. La falta de estímulos para replicar las investigaciones, cuando no la imposibilidad material de reproducirlos por falta de transparencia en los métodos, están socavando un pilar básico de la ciencia: la necesidad de replicar las investigaciones y confirmar, o no, sus resultados. No se trata solo de que la ciencia pueda ser falsable, que con ser importante no deja de ser un requisito entre otros, sino de que pueda avanzar perfeccionando las explicaciones científicas y renovando las preguntas de investigación gracias a los resultados negativos y no confirmatorios.
Ciertamente hay ahora más científicos de gran nivel y más ciencia excelente que en ninguna otra época, pero también es cierto que nunca como ahora ha habido tanta ciencia mediocre y casi superflua. Muy probablemente las relaciones entre cantidad y calidad son complejas, variables según el campo de conocimiento y no necesariamente directas. Asimismo, nunca como ahora ha habido tantas muestras de periodismo científico de gran calidad y, a la vez, tal cantidad de ejemplos de periodismo mediocre, engañoso y sensacionalista. Una de las “siete plagas” que denuncian con razón los científicos es precisamente la deficiente comunicación de la ciencia. Pero este excelente reportaje de Julia Belluz, Brad Plumer y Brian Resnick en Vox muestra que el buen periodismo científico sigue siendo necesario y no tiene nada que ver ni con la complacencia ni con la veneración de una actividad, la ciencia, que también tiene sus miserias y perversiones.

jueves, 27 de octubre de 2016

ADA ,TU A LOS BARCELONESES Y LOS EXPERTOS A LOS DELFINES EN PRISION

El mayor experto español en cetáceos planta a Colau en el debate sobre el futuro del zoo

El catedrático Àlex Aguilar renuncia en una durísima carta a participar más en un proceso "defectuoso y falto de garantías"

El especialista subraya que la comisión que decidirá el futuro del zoológico de Barcelona está "fuertemente sesgada"

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El delfinario del Zoo de Barcelona
El grupo de trabajo que debe decidir el futuro del Zoo de Barcelona se reunió sin publicidad alguna el pasado martes, en una nueva sesión que, según algunos de los asistentes, fue decepcionante. Tenía que ser, y no fue, una reunión monográfica sobre el futuro del delfinario, una urgencia, porque el Ayuntamiento de Barcelona debe decidir cuanto antes si construye una nueva piscina para los cuatro cetáceos que aún conserva el zoo o se desprende de ellos. A partir del 2019, las instalaciones estarán fuera de la normativa exigida por la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos (EAAM). La reunión solo fue una patada más a la pelota, resumió un asistente. Pero, sin embargo, ocurrió algo muy llamativo. No había una silla reservada para Àlex Aguilar, catedrático de la Universitat de Barcelona y el mayor experto de España en cetáceos. Tras la penúltima reunión, Aguilar renunció al grupo de trabajo en una durísima carta dirigida a la teniente de alcalde de Ecologia, Janet Sanz. La carta cuestiona de la a a la zeta el modo en que el equipo de gobierno municipal pretende decidir el futuro del parque de animales de la ciudad.

SORPRESA EN EL ZOO
“La estructura del grupo de trabajo está fuertemente sesgada y deja al margen a interlocutores esenciales”, reprocha Aguilar en la carta. Recrimina a Sanz el haber incumplido lo que él considera una regla de oro si de tomar una decisión independiente se trata. “Hay como mínimo nueve personas del sector animalista y seis trabajadores del zoo”, recuerda en la carta. Esta ha sido, desde el primer momento, una cuestión que ha desconcertado a algunos de los miembros del grupo de trabajo. "No es lo mismo que un lobo y tres cerdos decidan qué van a cenar, que si lo hacen tres lobos y un cerdo", explica Aguilar en conversación telefónica para subrayar este apartado.
No obstante, puede que lo que mejor ilustra la macedonia de opiniones que el ayuntamiento ha sentado en una misma mesa es una anécdota ocurrida meses atrás. Los miembros del grupo realizaron una visita al zoo. Parece que para algunos de ellos era la primera toma de contacto con el recinto. Una de las participantes -explica Aguilar- confesó en voz baja su bisoñez en cuestiones científicas, a la par que su entusiasmo por el hecho de que sus opiniones fueran tenidas en cuenta. Le preguntó qué formación académica tenía. Filóloga.
Otra cuestión que Aguilar aborda en la carta es la falta de transparencia del método. La directora del grupo de trabajo, Carme Maté, entrevista uno a uno a los miembros del grupo con un cuestionario "ambiguo y a menudo incomprensible". "La mayoría de las preguntas son tan abiertas y generalistas que las respuestas también lo serán. Las conclusiones que se obtengan dependerán completamente de la interpretación que haga el equipo coordinador y es previsible que muchos de los encuestados no se sentirán representados en el resultado". Ese análisis le lleva a ser más claro e incisivo en otro párrafo de la carta: "El proceso es defectuoso en su diseño y falto de garantías".

ARPONAZO

El arpón más doloroso de la carta es, sin embargo, otro. "La lentitud del proceso es aterradora", avisa. Eso afecta especialmente a la cuestión de la que Aguilar es experto, los delfines. Las obras de mejora de las instalaciones se han pospuesto tantas veces a lo largo de los últimos 20 años que, en su opinión, la salida de los delfines será al final obligada por el calendario de la EAAM, lo cual abre un problema mayúsculo.

SANTUARIOS MORTALES
Aguilar es un defensor de la existencia de los zoológicos por la labor de conservación de especies que realizan. El problema es que nadie paga entrada por ver, por ejemplo, al sapillo balear, en cuya supervivencia participa el Zoo de Barcelona. El público paga por ver otras especies. Hecha esta introducción, sostiene que los delfines no deberían ser una especie en exhibición. Sufren en cautividad como no lo hacen, por ejemplo, las jirafas. El problema es que Barcelona tiene cuatro delfines (Anak, Blau, Tumay y Nuik) y, sobre qué hacer con ellos, también se ha hablado en las reuniones del grupo de trabajo y entre bambalinas. El estupor de Aguilar en este apartado es máximo.
Los grupos animalistas insisten en defender como una casi idílica solución el traslado de los ejemplares a un santuario en el mar. Para un profano, el concepto “santuario” es sugerente. Hasta apetece ser delfín. Aguilar, como experto, advierte a Sanz de que las experiencias previas han terminado con la muerte de los animales. Otra opción que al parecer baraja el ayuntamiento es ceder los cetáceos a una entidad privada de pretendida sensibilidad animalista. Aguilar se pregunta cómo garantizará una entidad así su financiación durante la vida prevista de los delfines, tal vez más de 30 años, y si dispondrá de veterinarios y piscinas de cuarentena, instalaciones muy caras. Lamentablemente, concluye esta suerte de Herman Melville español, "si un delfín sale de un zoo solo puede ir a otro zoo"
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LEGISLACION DE VANGUARDIA Y UNICA EN ARGENTINA


En el país hay 2.500 albinos y buscan protegerlos por ley

Exigen un programa nacional de atención integral que garantice el acceso libre y gratuito a tratamientos psicológicos, clínicos, oftalmológicos y dermatológicos. Y la provisión de medicamentos, lentes, protectores solares y lupas electrónicas.
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Viviana Avedaño tuvo mellizas albinas: Mailén y Valentina, que nacieron en diciembre de 2013. Son pocos los albinos en el país, se estima que suman unos 2.500 y por eso, se sabe muy poco de los cuidados que necesitan y de la discriminación que sufren. Por eso, esta mamá se puso al frente del tema y armó un proyecto de Ley Nacional de Albinismo que presentará mañana en el Congreso.
El albinismo es la alteración genética y congénita que origina una disminución total o parcial de pigmentación en piel, ojos y cabello. Esta hipopigmentación se manifiesta físicamente en disminución de la agudeza visual, Nistagmus (movimiento horizontal o vertical permanente del ojo), estrabismo, fotofobia, miopía, hipermetropía, astigmatismo. A nivel epidérmico, debido a la falta o escasa producción de melanina, la exposición solar sin protección implica un riesgo extremadamente alto de desarrollar cáncer de piel y otras afecciones.
“Argentina no aplica ni reconoce un régimen especial de tratamiento para personas con albinismo. La falta de regulación normativa se ve en las dificultades para acceder a los tratamientos médicos necesarios para tratar correctamente las consecuencias del albinismo, tanto del sistema público, las obras sociales y las prepagas, requiriendo en muchos casos certificados de discapacidad para contemplar alguna cobertura.
Asimismo, se advierte en la ausencia de protocolos de tratamiento, en la falta de especializados en la temática”, dicen los fundamentos del proyecto de ley.
El objetivo de la ley es “la promoción, protección y aseguramiento del ejercicio y goce pleno, efectivo, permanente e igualitario respecto al derecho de acceso a la salud de las personas con albinismo”. Piden el relevamiento de sus afectados, el diagnóstico y un abordaje multidisciplinario, incluyendo sus patologías derivadas. El Ministerio de Salud debería ser la autoridad de aplicación, y reclaman la creación de un Programa Nacional de Atención Integral del Albinismo para garantizar en todo el sistema de salud público el acceso libre y gratuito a los tratamientos médicos necesarios, incluyendo los psicológicos, clínicos, oftalmológicos, dermatológicos, quirúrgicos, farmacológicos, genéticos y todas las prácticas médicas requeridas para una atención multidisciplinaria e integral del albinismo y de sus afecciones derivadas. Y exigen la provisión gratuita de medicamentos, lentes, protectores solares, lupas electrónicas. También, su incorporación al Programa Médico Obligatorio y la investigación de esta alteración genética.
Como mínimo,que se los trate como las personas con Trisomia leve,Down y otras patologias semejantes.