jueves, 30 de agosto de 2018

Qué son los escaramujos, las nuevas neuronas que tienen fascinados a los científicos

Reproducción de una rosa mosqueta o escaramujos.Derechos de autor de la imagenUNIVERSIDAD DE SZEGED&TAMAS LAB
Image captionReproducción de una rosa mosqueta o escaramujos descubierta solo en humanos.
Los científicos han descubierto un nuevo tipo de neurona que solo han hallado en humanos.
La han llamado escaramujos, o rosehip en inglés (rosa mosqueta), porque su apariencia se asemeja a la de una rosa sin los pétalos. Y su hallazgo puede servir a los especialistas para conseguir entender mejor los trastornos cerebrales.
Los resultados de este grupo internacional de 34 científicos se han publicado en la revista especializada Nature Neuroscience y abre la puerta a un nuevo rediseño del cerebro humano tal y como lo conocemos ahora, aseguran los investigadores en su estudio.
El hallazgo, que ha sido posible gracias a la colaboración entre la Universidad de Szeged, en Hungría, y el Instituto Allen para la Ciencia Cerebral, con sede en Seattle, Estados Unidos, puede ayudar a explicar por qué muchos tratamientos experimentales para desórdenes cerebrales han funcionado en ratones pero no en personas.

Nunca visto

Los escaramujos forman parte un subtipo de neuronas llamadas inhibidoras, aquellas que detienen la acción de otros organismos celulares cerebrales. Su morfología tiene intrigados a los científicos, ya que parece que la unión con su pareja celular se hace solo a través de una parte muy específica de su masa.
"Esto puede significar que controlan el flujo de información de forma muy específica", aclara el neurólogo Gábar Tamás, de la universidad húngara de Szeged y coautor del estudio.
Imagen del cerebroDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa principal función de las neuronas es recibir, procesar y transmitir información a través de señales químicas y eléctricas.
Pero todavía falta por esclarecer cuál es su función específica, solo tienen claro que es especial porque nunca antes los científicos se habían encontrado con un cuerpo celular de estas características.
"Es especial por su forma, sus conexiones y también por los genes que contiene", explicó Trygve Bakken, coautor de la investigación y neurocientífico del Instituto Allen.
Por el momento los investigadores saben dónde se encuentran y esto les hace entender que pueden tener una función significativa en nuestro organismo.
Están en la capa 1 del cerebro, también llamada neocórtex, la más externa y encargada de la consciencia, una característica considerada exclusivamente humana y de extrema importancia. Los daños en el neocórtex pueden afectar seriamente las habilidades cognitivas de un ser humano.

Una explicación ... ¿a los errores?

Según los científicos que realizaron el estudio, el hecho de que estas células no hayan podido encontrarse, entre otros, en los animales más demandados por los laboratorios (los ratones) podría explicar que muchos de los experimentos que se practican después en humanos no hayan tenido los mismos resultados que con los roedores.
El descubrimiento, hecho tras el análisis del tejido cerebral de varios cerebros humanos, puede dar lugar a la creación de modelos más precisos y ajustados de nuestro órgano más importante.
Y para ello el equipo investigador tiene una demanda.
Ratón observado por un microescopio de laboratorio.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionUna gran parte de los experimentos que se llevan a cabo en laboratorios se realizan en ratones antes de ser probados en humanos.
"Si queremos entender cómo funciona el cerebro humano, debemos estudiar a los seres humanos o a especies que estén estrechamente relacionadas", señaló en un comunicado Bakken.
Los siguientes pasos para la investigación serán explorar la corteza externa de primates y después en personas que sufran trastornos neuropsiquiátricos, para comprobar si presentan alteraciones.

LOS MUSULMANES NO BEBEN Y SON IGUAL DE ESTUPIDOS QUE LOS CATOLICOS,JUDIOS,PROTESTANTES......


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Es nocivo tomar incluso una sola cerveza, sugiere el estudio, que fue observacional y ha sido cuestionado por expertos.CreditPeter Nicholls/Reuters
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Tan solo una bebida alcohólica al día aumenta ligeramente el riesgo que tiene una persona de presentar problemas de salud, de acuerdo con un nuevo estudio.
Los autores también concluyeron que no hubo beneficios a la salud con ningún nivel de consumo de alcohol, un hallazgo contrario a muchas investigaciones previas y lineamientos de salud pública en muchos países.
El análisis, realizado en 195 países y territorios desde 1990 hasta 2016, se basó en 694 fuentes de datos y analizó 592 estudios para determinar los riesgos a la salud de la ingesta de alcohol. Aunque el estudio está entre los más grandes de su tipo, también fue observacional; relacionó el consumo en toda una población con las tendencias de salud promedio.
Los métodos no fueron convincentes para muchos expertos.
El especialista en estadística de la Universidad de Cambridge David Spiegelhalter, por ejemplo, escribió acerca de la conclusión del estudio: “Afirmar que no hay un nivel ‘seguro’ no parece un argumento para ser abstemio. No hay un nivel seguro de conducción, pero los gobiernos no recomiendan que la gente evite conducir autos”.

También diseñaron un método para distinguir el consumo de alcohol entre los turistas del de las poblaciones residentes y relacionaron los datos de consumo con veintitrés resultados en la salud, desde accidentes automovilísticos, suicidios y tuberculosis, hasta cirrosis hepática, enfermedades cardiovasculares y distintos
 tipos de cáncer.Los investigadores se basaron en datos de ventas y encuestas para calcular la prevalencia del consumo de alcohol en cada país, e hicieron estimaciones del consumo de bebidas estándar diarias. Estas representan diez gramos, o cerca de 0,01 mililitros de alcohol etílico puro: el equivalente a 100 mililitros de vino tinto con un nivel alcohólico de trece por ciento; 355 mililitros de cerveza con un porcentaje de alcohol de 3,5, o treinta mililitros de whisky de 80 grados.
En 2016, fueron contabilizados como bebedores el 25 por ciento de las mujeres y el 39 por ciento de los hombres; cerca de 2400 millones de personas en todo el mundo. Las mujeres consumían en promedio 0,73 tragos al día y los hombres, 1,7.
Las tasas de ingesta de alcohol varían mucho por país, pero en general el estudio encontró que mientras mayor era el nivel de ingresos promedio del país, mayor era la prevalencia del consumo alcohólico.
El estudio, publicado en la revista médica The Lancet, concluyó que el consumo de alcohol está implicado en 2,8 millones de muertes al año en todo el mundo, lo que lo convierte en el séptimo factor de riesgo de muerte e incapacidad.
Entre las personas de 15 a 49 años, beber alcohol es el único factor de riesgo más común de muerte e incapacidad. En 2016, el alcohol representó el 6,8 por ciento de las muertes en hombres y el 2,2 por ciento en mujeres.
“La diferencia principal entre el alcohol y el cigarro es que a nadie le sorprende que fumar sea malo”, dijo la autora principal, Emmanuela Gakidou, profesora de ciencias de la medición para la salud de la Universidad de Washington.
“Pero sí causa mucha sorpresa, incluso entre los expertos, que el alcohol sea tan malo para las personas como en realidad lo es”.
Muchos estudios y la mayoría de los lineamientos de salud sugieren que el consumo moderado de alcohol —una o dos bebidas al día— es seguro e incluso podría reducir el riesgo de presentar cardiopatías, infartos o diabetes.
Sin embargo, Gakidou y sus colegas encontraron que solo un trago por día durante un año aumenta ligeramente los problemas de salud relacionados con el alcohol, de una tasa de 914 por cada 100.000 personas a 918 por cada 100.000 personas.

Por una psicología sin ajardinamientos

por Marino Pérez


El catedrático de Psicología Marino Pérez pone en duda la credibilidad de la psicología positiva y la califica como “una ciencia que hay que sostener con alegatos porque no se sostiene por sí misma”


Sin dejar de reconocer la legitimidad de la carta de la Sociedad Española de Psicología Positiva y su comprensible defensa de la psicología positiva, no dejan de llamar la atención algunas “debilidades”, más que “fortalezas”, del alegato. Por lo pronto, parece que la propia psicología positiva abandona la “resiliencia” y la “positividad” a favor del cabreo y del malhumor, cuando encuentran algo que nos les gusta. De todos modos, lo que más sorprende, como defensa del carácter científico de la psicología positiva, es ver que, según parece también, es una ciencia sin teoría: “no es una teoría, sino un campo de estudio”, se dice. La psicología positiva se reconoce o arroga como la “ciencia de la felicidad” y, sin embargo, no tendría, entonces, una teoría de la felicidad, que investigarían sin saber qué es (si fuera así, sería como aquellos que fueran a explorar el polo Oeste sin plantearse qué es un polo terrestre).

Pero lo cierto es que la psicología positiva tiene teoría, cómo no, siendo una de sus más conspicuas formulaciones la distinción entre hedonismo y eudaimonía, junto con el supuesto crecimiento en espiral (“upward spiral”) del mutuo fortalecimiento entre las emociones positivas, las relaciones sociales y la salud física. Se trata de una teoría debida a Barbara Fredrickson, considerada una de las investigadoras con mayor perfil científico dentro de la psicología positiva, que ella y sus colaboradores tratan de fundamentar con análisis matemáticos y bases genómicas. Una vez más, porque no es la primera, un análisis crítico de sus estudios muestra que están plagados de problemas que van desde la teoría y la conceptualización, pasando por las mediciones, a los análisis estadísticos e interpretaciones de los “hallazgos”. De uno de estos análisis críticos se hace eco la revista Materia, del que viene esta espiral de comentarios, y que tanto parece cabrear a la psicología positiva. En realidad, con quien debieran estar cabreados es con la reincidencia de Fredrickson.
Mejor nos iría a los psicólogos con la Psicología, sin más, que ya bastantes problemas tiene para establecer su campo científico, como para ajardinarlo y quedarse con lo que florece. Mejor le iría a la Psicología, sin andar por las ramas y sin dividirla en positiva y negativa.Si hubiera que quedarse con que la psicología positiva es un “campo de estudio”, en vez de una teoría, ello de por sí no define una ciencia. Si bien una ciencia tiene un campo (de teorías, conceptos, términos, procedimientos, métodos, etcétera), con algún “cierre” o recurrencia lógica y empírica, un campo de estudio sin teoría o con teorías “por los suelos” no se ve que sea una ciencia. Desde luego, no sería una gran ciencia, si acaso una ciencia que hay que sostener con alegatos porque no se sostiene por sí misma. Dejando aparte consideraciones de este tipo (difíciles de eludir si se quiere tratar a fondo del asunto), la pregunta sería de qué y cómo se puebla el campo de la psicología positiva. A lo que parece, de meter en su campo todo lo relacionado con “lo positivo” de la psicología de siempre y acotarlo con rótulos y vallas de psicología positiva, de modo que no se puede tocar ni entrar con “malas noticias”. ¿Es que la psicología no estaba interesada en el bienestar hasta la llegada de la psicología positiva en el año 2000?
— Marino Pérez, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo