viernes, 11 de julio de 2014

¿A qué edad tienen los chicos su primera vez?

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Unas décadas atrás, los varones recibían como regalo de cumpleaños de parte de algún tío, un primo o un hermano mayor la inducción al debut sexual con alguna señorita para la ocasión, disociando de manera prácticamente natural al amor del sexo. En cambio, las chicas dilataban su primera experiencia entre las sábanas en busca del hombre “para toda la vida”, privilegiando el plano de los sentimientos por sobre el del deseo.  Las cosas han ido cambiando en los últimos años. Según un estudio del Instituto Gino Germani, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en la Argentina de hoy seis de cada diez adolescentes ya han mantenido relaciones sexuales y un 44 % perdió su virginidad antes de cumplir los 16 años.
En rigor, no hay una edad “adecuada” para la primera vez, ya que el despertar sexual dependerá de la madurez y del entorno de cada joven. Pero también es verdad que la franja de edad ha bajado hasta el punto de que en el país hay aproximadamente 900.000 madres adolescentes. Los más chicos en debutar sexualmente son los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que con un 68 % alcanzan el porcentaje más alto de iniciación en todo el país.

Si bien ya no hay esa presión familiar para que los varones debuten tempranamente y las chicas se preserven hasta el matrimonio, hoy la primera relación sexual sigue siendo un interrogante para muchos jóvenes, incluso teniendo a mano varias fuentes de información como las que circulan por Internet, la educación, los organismos del Estado o la propia familia.

Por vergüenza o temor, los jóvenes eligen dialogar y plantear sus dudas con sus amigos (40 %) antes que con un ginecólogo (10 %) o en un hospital público (7 %). En la actualidad los jóvenes hacen su debut entre pares –son tan desinhibidas las chicas como los chicos–. La falta de información hace que sigan engañándose con algunos mitos, como la idea –equivocada– de que no podrían embarazarse o contraer enfermedades venéreas en un primer encuentro.

Es por eso que los adultos, ante la modificación de las costumbres y acordes a la época, deberán ser quienes proporcionen a los chicos los datos necesarios para que la primera vez no sea una experiencia traumática, y abrir canales de diálogo, ya sea en la familia como en la escuela, para que los jóvenes puedan vivir su sexualidad de forma responsable, plena y saludable.

Los números de la realidad
* La edad de la iniciación sexual es, en promedio, los 14 años. Si bien no ha descendido la edad, sí  ha incrementado el porcentaje de chicos que a esa edad pierden su virginidad.

* Ocho de cada diez adolescentes debuta sexualmente con su novio o novia.

* El 80 % de los chicos no se cuida al momento de tener la “primera vez”. Un 37 % usa la píldora del día después y un 6 % usa el método de coitus interruptus, el más riesgoso de todos.
Dr.  Juan Carlos Kusnetzoff,

LUIS SUAREZ NO FUE EL PRIMERO


Gran Dolina, canibalismo .




Nuestros colegas del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), Yolanda Martínez, Carlos Díez y Jordi Rosell, se dieron cuenta en seguida de que los primeros restos de Homo antecessor que descubrimos estaban canibalizados, pues se observaban marcas de corte y fracturas sospechosas, de aquellas que sólo se pueden producir por la acción de otros humanos. El estudio posterior no hizo nada más que apoyar la visión de campo que ya se había establecido con anterioridad. La antropofagia deja tras de si un rastro de información que puede ser capturada por los científicos. Así se publico enScience en 1996.
La evisceración, el despiece, la descarnación y la fragmentación que tiene lugar con la depredación de otros congéneres por parte de los homínidos deja unas huellas inconfundibles, que los expertos en tafonomía son capaces de reconocer, dada la singularidad del impacto que se registra en la superficie de los restos anatómicos canibalizados.
Mandíbula de Homo antecessor
Mandíbula de Homo antecessor con marcas de corte / IPHES
Las marcas de corte dejadas sobre los huesos por las herramientas de talla, normalmente lascas de silex o cuarcita, con filos diedros en el yacimiento de la Gran Dolina, como ocurre en otros yacimientos donde se ha practicado el canibalismo, se caracterizan por la forma en uve, mientras que las trazas dejadas por depredadores humanos suelen ser en forma de ú. Examinadas al microscopio electrónico las evidencias fueron del todo confirmadas, pues una gran parte de los restos esqueléticos analizados presentaban marcas que coincidían con la morfología que hemos descrito.
Además, estos impactos tienen lugar en zonas concretas del esqueleto y de manera sistemática. La intencionalidad es, sobretodo, cortar ligamentos, romper articulaciones y tener acceso a lugares anatómicos que directamente con la boca se hace difícil. No tan sólo existen estas marcas debido a la acción de cortar, sino que hay algunas relacionadas con la limpieza de tejido y con el levantamiento del periostio.
Diversas huellas
La percusión con martillos de piedra también se realiza para poder acceder al tuétano, que se encuentra en el interior de los huesos largos, y al interior de la bóveda craneal. El impacto sobre estas superficies deja una serie de esquirlas características de esta acción que también son reconocibles.
Finalmente, la acción de la dentición humana sobre los cadáveres deja una huella singular que no producen otros omnívoros ni carnívoros. De todo ello se puede inferir el comportamiento caníbal practicado por Homo antecessor al final del Pleistoceno inferior.
Todo este espectro de actividad se ha registrado en el estrato Aurora del nivel 6 de la Gran Dolina. Cuando se descubrió, este yacimiento era el de cronología más antigua en la historia de la evolución humana.