sábado, 17 de diciembre de 2011

EN ESO NO HAY RECORTES...


Tan inutil son los ultrasonidos,como esta ministra....

El uso de los ultrasonidos para tratar el dolor lumbar carece de fundamento científico

Una revisión sistemática recientemente publicada por investigadores españoles en la principal revista científica internacional en el campo de la columna vertebral, The Spine Journal, pone de manifiesto que el uso de los ultrasonidos para el tratamiento del dolor lumbar carece de fundamento científico.

De acuerdo con la información facilitada por la Fundación Kovacs, los ultrasonidos se usan frecuentemente para el tratamiento de las afecciones musculoesqueléticas y, especialmente, el dolor lumbar; de hecho, el 55% de los médicos de atención primaria norteamericanos los recomiendan para su tratamiento, y los utilizan el 50% de los fisioterapeutas en el Reino Unido, el 65% en los USA y el 94% en Canadá. En el Sistema Nacional de Salud español se aplican de manera rutinaria, aunque no existen datos que cuantifiquen su uso.

Datos del estudio

La revisión publicada se centró en el uso de los "ultrasonidos" y las "ondas de choque" para el tratamiento del dolor lumbar, y concluye que no existe fundamento científico sobre la eficacia de ninguna de las dos tecnologías. La elaboración del estudio fue realizada por investigadores de la Fundación Kovacs, la Universidad de León y el Centro Cochrane Iberoamericano, todos ellos pertenecientes a la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda. Los autores carecían de conflictos de interés y la revisión fue financiada por entidades sin ánimo de lucro ni relación con la industria sanitaria; el 4% fue aportado por el Fondo de Investigación Sanitaria, del Instituto de Salud Carlos III, y el resto por la Fundación Kovacs, una entidad privada sin ánimo de lucro que es responsable del 90,5% de la inversión española en investigación científica sobre dolencias del cuello y la espalda.

Siguiendo los métodos más rigurosos establecidos por la comunidad científica internacional, los autores analizaron pormenorizadamente todos los estudios realizados hasta la fecha para evaluar los ultrasonidos y las ondas de choque para el tratamiento del dolor lumbar, y compendiaron sus resultados. En conclusión, demuestran que no existen pruebas científicas de que estas técnicas sean mejores que el placebo, y que su efecto es incluso menor que el de otros tratamientos que tampoco han demostrado ser eficaces.

Derroche económico

Según se insiste desde la Fundación Kovacs, las pruebas científicas demostraron que los recursos públicos actualmente destinados a financiar este tratamiento en el Sistema Nacional de Salud están siendo dilapidados, y no están justificados los inconvenientes que se causa a los pacientes (visitas médicas, tiempo perdido, desplazamientos, costes, etc.).

Por eso, los autores recomiendan que el Sistema Nacional de Salud deje de cubrir de manera inmediata los ultrasonidos para el tratamiento del dolor lumbar, y asigne los recursos así liberados a aplicar otras tecnologías que sí han demostrado ser eficaces, efectivas y eficientes. Eso mejorará la efectividad del tratamiento aplicado en el Sistema Nacional de Salud, y la eficiencia de los recursos públicos destinados a sufragarlos. Como indica el Dr. Francisco Kovacs, coautor de la revisión sistemática y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, "en tiempos de crisis, es inaceptable que se derrochen recursos públicos en tecnologías inútiles y, antes de amenazar con fórmulas como el copago, deben dejar de dilapidarse recursos sanitarios en procedimientos ineficaces. Los ultrasonidos para el dolor lumbar son un ejemplo perfecto de esta situación".

Tratamientos disponibles de eficacia dudosa

Actualmente, y de acuerdo con la información facilitada, se aplican más de 200 tipos distintos de tratamiento a los pacientes con dolor lumbar, incluyendo muchas tecnologías no farmacológicas. Pero la mayoría de esos tratamientos nunca han demostrado ser eficaces, seguros, efectivos ni coste-efectivos, sino que su uso carece de fundamento científico y se basa en estrategias comerciales destinadas al público general o a los médicos, lo que plantea problemas éticos, clínicos y económicos. Como señala el Dr. D. Gerard Urrútia, coautor del estudio y miembro del Centro Cochrane Iberoamericano, "se calcula que hasta el 30% del gasto sanitario se dilapida en tecnologías ineficaces o en el uso inapropiado de tecnologías sanitarias, aplicándolas en casos en los que no están indicadas. Esto resulta peligroso para los pacientes y económicamente insostenible".

No hay comentarios: