miércoles, 30 de marzo de 2011

INFORMADORES QUE DESINFORMAN


Metacualona y metafísica aplicada


Fernando Caudevilla, médico de familia y miembro del colectivo Interzona.

El tratamiento informativo que los medios de comunicación hacen sobre las drogas es digno de psicoanálisis. Un periodista de los informativos de una cadena de televisión de ámbito estatal contactó recientemente con este colaborador para entrevistarle en relación con la incautación de una gran cantidad de una “nueva droga” en el aeropuerto de Barajas. Los periodistas habían hablado ya con la Guardia Civil, quien había explicado que se trataba de “metacualona”, una nueva anfetamina sintética que se fuma o se esnifa en los países del Este y que, según la benemérita, se consume allí por ser más barata que la cocaína.

Quien les escribe estas líneas empleó casi una hora de su tiempo en explicar a los reporteros que los señores agentes del orden estaban un poquitín equivocados. La metacualona es un fármaco sintetizado en los años ‘60 como tratamiento de la malaria, tiene unos efectos depresores parecidos a los barbitúricos, y en modo alguno se trata de una “nueva sustancia”. Tuvo cierta popularidad en entornos recreativos durante los años ‘60 y ‘70 (en temas de Iggy Pop, Frank Zappa o David Bowie hay algunas referencias a los quaaludes, nombre comercial del medicamento) y se encuentra desterrada del mercado de las drogas de uso recreativo en Europa, ya que sus efectos deseados son pocos y la posibilidad de intoxicación muy elevada. También este colaborador insistió en que la vía habitual de consumo de esta sustancia es la oral y que únicamente conserva cierta popularidad en Sudáfrica. De hecho el detenido en Barajas era de nacionalidad nigeriana, y no de Europa del Este.

Esa misma noche pude ver el reportaje en las noticias. “Drogas que se fuman o se esnifan”, “países del Este”, “efectos estimulantes”, “más barata que la cocaína”... todo ello aderezado con imágenes de fiestas y adolescentes bailando. Los periodistas prefirieron confiar en la versión de la benemérita (quienes sin duda habían confundido la metacualona con la metanfetamina) que en la de este profesional, quien (modestia aparte) lleva más de diez años trabajando en el tema de las drogas. Teniendo en cuenta que metacualona y metanfetamina sólo tienen en común las cuatro primeras letras, es una suerte que no nos contaran las propiedades del metacrilato, el metano o la metafísica.

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