lunes, 28 de noviembre de 2011

Freud, Jung y Cronenberg

Con la psicóloga en el cine

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"El problema es que la película es demasiado ambiciosa. Trata demasiados temas importantes". ¿Y no profundiza en ninguno...? "No, al contrario, lo que ocurre es que al que no esté un poco ducho se le van a escapar cosas. En cada diálogo, y hay mucho diálogo, mucha palabra, se pone la mirada en un detalle importante. Es de nota".

La película es 'Un método peligroso', de David Cronenberg, y la espectadora un poco abrumada es Ana Fernández, psicóloga y coordinadora de un grupo de su Colegio profesional (el de Madrid) que debate y trabaja a partir del cine. De modo que su opinión es pertinente en el caso de la historia de Freud, Jung y Sabina Spielrein.

Y su impresión es muy buena: "El tema es interesante para un psicólogo, claro: están los marcos de la profesión, ves como surgieron cosas que ahora se dan por hechas. Por ejemplo, cómo limitar la relación con el paciente, que surge a raíz de que Jung se liara con Sabina". Los personajes están a la altura, "tienen todos sus partes oscuras y sus partes claras, sin estereotipos. Y está muy bien el retrato de Sabina, que, como tantas mujeres, fue un poco olvidada por la Historia, cuando fue una psicóloga muy influyente que trató a pacientes importantísimos...", explica Ana Fernández. "¡Fue una máquina! Condujo a Jung al concepto de los arquetipos y a Freud en los de transferencia y contratransferencia y en la idea de la pulsión de muerte".

Eso, al margen de los secretos para el '¡Hola!': "Jung le quiso restar peso a la sexualidad en la teoría del psicoanálisis porque, a partir del momento en el que tuvo un lío con Sabina, su vida sexual fue un poco caótica. Freud se lo dijo y así aparece en la película". Fin de la digresión.

¿Y el propio Jung? Porque cualquiera tiene una idea más o menos rudimentaria de lo que escribió Freud, pero, después, intenta entender a su ángel caído y... "Sí, Jung es más difícil de sintetizar. El valor de Jung es que añade a Freud, que sólo atiende al pasado de las personas, la idea de las aspiraciones. Además, como viaja mucho, intuye la idea del inconsciente colectivo, los arquetipos heredados culturalmente y mete elementos místicos".

Parientes lejanos

Llegados a este punto, la película es una excusa para hablar del psicoanálisis, disciplina que, a los que les gusta, les gusta muchísimo, y a los que no, no les gusta nada: "Yo no empleo los términos freudianos en mi manera de trabajar. Soy una psicóloga cognitivo conductual, que diría que es la corriente con más valor científico en este momento. Pero en Freud, Jung y compañía reconozco a unos antepasados de los que venimos todos", explica Ana Fernández.

Y esto de que a un psicólogo conductista le pregunten por Freud y su mundo austro-húngaro... ¿no es como si a un oncólogo de 2011 le hablan de Galeno de Pérgamo? "Hombre; son tipos de otra época, de un tiempo en el que la represión sexual era un problema grave. Las mujeres llegaban con un diagnóstico de histeria cuando, en realidad, estaban reprimidas sexualmente. Esto, ahora, no lo encuentras así".

"A muchos de nosotros, Jung y Freud nos parecen muy oscuros. Pero está claro que abrieron el campo a la psicología y aún hay muchos psicólogos que trabajan con su método". Método que, además, tiene mucho prestigio 'narrativo', novelesco, 'pop'. ¿Le gusta el psicoanálisis al público de las novelas más que a los psicólogos? "Bueno... Digamos que a mí me encantaría encontrar más películas que abordaran la psicología desde un enfoque cognitivo", concluye Ana Fernández.

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