viernes, 1 de marzo de 2013

¿CUAL ES EL PEOR DOLOR?

El peor dolor es el que se sufre sin esperanza

Lo dice un experto que escribió el libro "La historia cultural del dolor". Asegura que el sufrimiento se agudiza cuando se pierde la fe.
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El peor de los dolores. Ese que rompe el corazón en mil pedazos. El que no deja respirar y devora el alma con angustia. Es el que sufre sin esperanza.
El historiador español Javier Moscoso, autor de "La historia cultural del dolor" (2012) explicó hoy tras una conferencia de prensa que el peor de los dolores es aquel que se atraviesa sin ningún tipo de esperanza.
En declaraciones en Bogotá, donde hoy impartió una conferencia en la Universidad de los Andes, Moscoso subrayó que durante los diez años de investigación para su libro las historias y testimonios que más le impactaron son los de "personas sometidas a un infierno de dolor del que saben que no tienen salida".
El historiador, investigador del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) formado en Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Alemania, abarca en su libro un periodo que va del siglo XVI a mediados del siglo XX.
Interesado desde siempre por la historia del cuerpo y las emociones y por la objetivación de experiencias consideradas subjetivas, Moscoso eligió el dolor como materia de investigación porque es un "ejemplo paradigmático, con implicaciones en la moral y la política".
Su objetivo es arrojar luz sobre cómo son los mecanismos para hacer compartibles el dolor y las experiencias en este terreno de una persona con otras.
Antes del libro, en 2004, organizó en el Museo de la Ciencia de Londres una exposición sobre el dolor que recibió unos 200.000 visitantes y que reunió objetos y otros materiales de muy variada temática con tres ejes: la pasión, la sensibilidad y la compasión.
"El dolor demanda siempre espectadores", afirma este estudioso al explicar el contenido del eje de la compasión.
Como ejemplo afirma que está científicamente probado que los niños de los orfanatos lloran menos que otros niños, porque nadie los escucha.
Otra de las conclusiones de su investigación es que de manera general los que sufren quieren creer que el dolor es algo transitorio y tiene solución, pero el sufrimiento se agudiza cuando pierden esa fe.
El componente psicológico del dolor es muy fuerte y a veces determinante, pero no el único, agrega Moscoso, quien no está de acuerdo con la idea de que hay culturas u orígenes que hacen a las personas aguantar mejor o ser menos sensibles al dolor.
En su opinión, son estereotipos que se han usado con sesgos ideológicos y para justificar castigos y recuerda que en el sur de Estados Unidos se alegaba que los esclavos negros no sufrían de la misma manera que los blancos y que incluso en los inicios del uso de la anestesia a los afroamericanos se les negó su aplicación, porque era solo para personas de "alta sensibilidad".

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