miércoles, 27 de marzo de 2013

Publicado por Miguel Jara (@MiguelJaraBlog) el 26 de marzo de 2013
Algo más sobre lo que comentábamos ayerSi alguien tiene dudas sobre si el Consentimiento Informado en vacunas tiene o no que ser por escrito, que lea el primer párrafo de este texto del Centro Internacional de Información sobre Vacunas de Estados Unidos (EE.UU.):
Viene a explicar lo obvio: que las lesiones y muertes por vacunas son una realidad.
Atended a otra cosa: National Childhood Vaccine Injury Act of 1986. Esta es la ley que crea el sistema de compensación por los daños ocasionados por las vacunas en EE.UU. Algo que existe en varios países pero no en España. Esta ley se desarrolló con el fin de no “desestabilizar” el mercado de las vacunas.
En el país norteamericano, como sabéis, es muy común litigar en los tribunales por los daños que producen los medicamentos. La presencia de manera constante, en los juzgados y en los medios de comunicación, de los problemas causados por las mismas podían poner en peligro el negocio. Por ello, principalmente, se creó un fondo de compensación para las víctimas.
Para los fabricantes, sobre todo, es más interesante; pones dinero para el fondo pero evitas escándalos y “normalizas” la situación. Vaya, que además quedas bien porque te haces “responsable” de los daños ocasionados por tus productos. Es curioso porque la mayor parte de los fabricantes de vacunas están afincados en EE.UU.
También es digno de mención que, en el fondo, la población está más protegida que, por ejemplo, en España. No olvidemos tampoco que muchas personas, ante los daños causados por el consumo de un fármaco, prefieren pactar con el fabricante una indemnización extrajudicial antes que ir a los tribunales).
En Estados Unidos existe un sistema de notificación de las reacciones adversas a las vacunas, el conocido como VAERS. Sus valiosos datos nos han ayudado a documentar en ocasiones varios post, sobre todos los referidos a la vacuna del papiloma.

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