domingo, 10 de mayo de 2015

¿Ven mejor los hombres o las mujeres?


Existen claras diferencias. Te explicamos cuáles y los motivos

«¿Dónde has dicho que está?», preguntan a menudo muchos hombres mientras buscan en la nevera el tarro de mermelada que le ha pedido su mujer. Al margen de que tarden en verlo, o no lo encuentren, por una cuestión de interés o percepción, cabe preguntarse: ¿Ven mejor las mujeres que los hombres?
La realidad es que los hombres ven mejor que las mujeres y las mujeres ven mejor que los hombres. Así, al menos, lo aseguran expertos de Multiópticas. Esto significa que cada género aprecia mejor diferentes aspectos de la realidad. Por ejemplo, ellas aprecian más los colores y tienen un mayor ángulo de visión, mientras que ellos son capaces de centrar mejor la vista en un punto concreto, lo cual resulta beneficioso para determinadas labores que requieran de concentración y orientación.

¿Cuál es el motivo?

Los hombres ven mejor que las mujeres a larga distancia y en aquellas situaciones que requieren concentrar la vista en un punto fijo. El origen de esta visión se encuentra en la antigüedad, cuando salían a cazar. Este modo de vida, que se mantuvo miles de años, hizo que la evolución de los sistemas sensoriales masculinos evolucionara en esta dirección.
Es por ello que, aunque son menos detallistas y tienen menor ángulo de visión que ellas, son mejores en aquellas actividades que tienen relación con la utilización de las manos, la orientación y la concentración, acostumbrados a mirar en un punto concreto durante horas para alcanzar su presa.
Los ojos masculinos suelen ser mayores y su apreciación se configura de acuerdo a una visión-túnel: a larga distancia y focalizada, con mayor sensibilidad a ciertos detalles y a imágenes que cambian a gran velocidad.
Las mujeres ven mejor que los hombres cuando se requiere visión periférica. En la antigüedad, eran ellas las que se quedaban guardando el hogar y a los niños, lo que les obligaba a estar vigilantes con el fin de proteger a la prole.
Esto ha provocado que los sistemas sensoriales y de visión femeninos hayan evolucionado de diferente manera, y posibilita que puedan estar alerta ante lo que ocurre en su entorno.
En este proceso, ellas han perfeccionado su visión de acuerdo a estas características y han adquirido además mayor número de células cónicas que los hombres, lo que les permite diferenciar entre las diferentes tonalidades cromáticas mucho mejor que ellos, y lograr así un sistema de visión más refinado y detallista que el suyo.

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