viernes, 8 de enero de 2016

El culto a la virginidad


Le daría fuego al fuego: a la corona de llamas o rayos con que se representa a la virginidad de la Virgen María quemaría, a la idea perversa de que habría algún valor especial en una concepción sin mácula, a la idea del sexo como mácula, a la idea de la obediencia como virtud, a la obediencia quemaría: mandaría a la hoguera a toda mística del sometimiento, incluyendo a sus pobres mitologías institucionales, haría arder las jerarquías hasta que sus cenizas se vuelvan nada.
* Escritora y periodista. Autora de La Virgen Cabeza, Beya. Le viste la cara a Dios (en coautoría con los dibujos de Iñaki Echeverría) y Romance de la Negra Rubia.
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