lunes, 1 de agosto de 2016

El misterio del orgasmo femenino

El misterio del orgasmo femenino

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Muchos estarán de acuerdo en que hay dos órganos sexuales por excelencia, los genitales y el cerebro. Sin embargo, la cuestión más polémica en el estudio de la evolución de la sexualidad humana es sin duda si el orgasmo femenino es o no una adaptación. Hay dos explicaciones alternativas generales para la evolución del orgasmo en las mujeres.
clitoris-pene
La hipótesis del subproducto establece que el orgasmo femenino no tiene ninguna función evolutiva, existe sólo porque las mujeres comparten algo de su ontogenia temprana con los hombres, en los que el orgasmo es una adaptación. Desde un punto de vista fisiológico, el orgasmo masculino es una adaptación extremadamente valiosa que tiene como finalidad expulsar los espermatozoides producidos en los testículos mediante contracciones musculares. Sin embargo, las mujeres no necesitan experimentar orgasmos para que se produzca la fecundación de sus óvulos. Esta aparente ausencia de funcionalidad ha llevado a considerar el orgasmo femenino como un subproducto fortuito del masculino.
Cítoris con raíces Hay quienes sostienen que este órgano relativamente pequeño está diseñado única y exclusivamente para proporcionar placer.
Cítoris con raíces
Hay quienes sostienen que este órgano relativamente pequeño está diseñado única y exclusivamente para proporcionar placer (Pinchar en la imagen para movimiento)
Frente a esta opinión, la segunda hipótesis sostiene que el orgasmo femenino habría surgido como un mecanismo de retención del esperma en el interior del tracto genital, por lo que debería ser contemplado como una verdadera adaptación.
Investigadores de la universidad de Yale proporcionan nuevas ideas al respecto mediante el estudio de diferentes especies. Lo publican en “JEZ-Molecular and Developmental Evolution”.
Proponen que el orgasmo femenino humano tenía una función ancestral en la inducción de la ovulación. Puesto que no hay relación aparente entre el orgasmo y el número de crías o reproducción exitosa en los seres humanos, los científicos se centraron en un rasgo fisiológico específico que acompaña el orgasmo femenino humano: la descarga neuroendocrina de prolactina y oxitocina. Buscaron esta actividad otros mamíferos placentarios y encontraron que en muchos mamíferos este reflejo juega un papel en la ovulación.
El orgasmo en ambos sexos se acompaña de la liberación de oxitocina, lo que contribuye a las contracciones musculares y sensaciones placenteras. El orgasmo también aumenta la activación de los sistemas relacionados con ladopamina en el cerebro y disminuye la activación de la corteza cerebral.
A pesar de la enorme diversidad de la biología reproductiva de mamíferos, algunas características básicas se pueden remontar a lo largo de su evolución. El ciclo ovárico de las mujeres, por ejemplo, no es dependiente de la actividad sexual. Sin embargo, en otras especies de mamíferos la ovulación es inducida por los machos. El trabajo muestra que la ovulación inducida por el macho evolucionó primero y que la ovulación cíclica o espontánea es un rasgo derivado que se desarrolló más tarde.
Los científicos sugieren que el orgasmo femenino puede haber evolucionado como una adaptación para la reproducción (el reflejo de que ancestralmente inducía la ovulación). Este reflejo se convirtió en superfluo para la reproducción más tarde en la evolución, relegando el orgasmo femenino a papeles secundarios.
ClitorisUn estudio comparativo de los genitales femeninos en distintas especies también reveló que, coincidiendo con la evolución de la ovulación espontánea, el clítoris se trasladó desde su posición ancestral a la actual. Y este cambio anatómico hace que sea menos probable que el clítoris reciba la estimulación adecuada durante la relación sexual para provocar el reflejo neuroendocrino conocido en los humanos como el orgasmo.

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